Por Emir Sader
14 de enero de 2022
Desde que el capitalismo tomó como modelo al neoliberalismo, se ha redefinido el carácter y las formas en que opera la izquierda. Ser anticapitalista, en este período histórico, es ser, ante todo, antineoliberal. Resistir y combatir la hegemonía neoliberal en todo el mundo debe ser el objetivo central de la izquierda en el siglo XXI.
A lo largo del siglo XX, con una correlación más favorable, la izquierda tuvo diferentes objetivos. La correlación internacional de fuerzas era distinta. El fin de la URSS y del campo socialista representó una derrota y un enorme revés para toda la izquierda del mundo, incluso para aquella izquierda que no aprobaba el modelo soviético. Su expectativa era la salida del modelo soviético hacia un modelo de socialismo democrático, en el que no existiera la nacionalización de los medios de producción, sino su socialización en manos del proletariado. En el que no había un modelo político de partido unido, sino una diversidad política.
Los modelos
Eso no es lo que pasó. Quedó claro que los rusos no querían democracia, sino consumo. La mayoría de las empresas estatales fueron privatizadas. Rusia no pasó del modelo estatal del socialismo a un modelo democrático, sino a la restauración del capitalismo.
El socialismo casi ha desaparecido del escenario mundial. China apeló a un modelo de mercado, para revitalizar su modelo de socialismo. Cuba resiste, no sin dificultades, para mantener su socialismo.
El modelo neoliberal se extendió por el mundo como ningún otro lo había hecho. Ahora con la noticia de que ha llegado a los antiguos países socialistas de Europa del Este y a la propia Rusia. En América Latina, así como en Europa, los gobiernos socialdemócratas y nacionalistas adhirieron al neoliberalismo.
“Otro mundo es posible”
La izquierda se puso a la defensiva, perdió la iniciativa, empezó a centrar su lucha en la resistencia al neoliberalismo. El propio Foro Social Mundial, que empezó a agrupar a todos los que resistieron al neoliberalismo, tenía como lema: “Otro mundo es posible”, debía luchar por la reafirmación de que el neoliberalismo no era la única posibilidad, que el pensamiento único y el final de la historia no tenían validez.
La única región del mundo que tuvo gobiernos antineoliberales fue América Latina. Con programas alternativos al neoliberalismo, centrados en la prioridad de las políticas sociales y no en el ajuste fiscal; en la integración regional y no en los tratados de libre comercio con EE.UU.; en el rescate de un Estado activo y no en la centralidad del mercado. Los nuevos líderes de izquierda en el mundo vinieron de América Latina: Hugo Chávez, Lula, Néstor y Cristna Kirchner, Pepe Mujica, Evo Morales, Rafael Correa, López Obrador surgieron de gobiernos latinoamericanos.
En el mundo, el neoliberalismo siguió siendo el modelo hegemónico.. Resistir al neoliberalismo y derrotar al neoliberalismo es el camino actual de la izquierda en el mundo. Un camino aún frágil, porque el neoliberalismo sigue siendo hegemónico en Estados Unidos, Europa y Asia. Con la excepción de América Latina y China. China tiene un programa antineoliberal, con el papel predominante del Estado, combinado con formas de mercado, para diseñar un modelo de socialismo no estatal, como fue el modelo soviético.
El período histórico sigue siendo de defensiva para la izquierda. Y de disputa ideológica y política. Según los resultados de la lucha por resistir y vencer al neoliberalismo, tendremos el carácter del próximo período. Puede ser que este período se extienda aún más. Depende de las fuerzas antineoliberales latinoamericanas encontrar aliados fuertes en el centro del capitalismo. Y la articulación de estas fuerzas con China y Rusia, a través de los BRICS. Lo que supone la reintegración de Brasil a los Brics, espacio de alianza entre América Latina, China y Rusia, como portadores de la alternativa de un mundo multipolar. Estas son las condiciones de disputa del próximo período histórico en el mundo actual.