Masivo acto en Curitiba, Paraná
Por Emir Sader
21 de marzo de 2022
21 de marzo de 2022
Imagen: AFP
Hace cuatro años, el 7 de abril de 2018, Lula se despidió de todos nosotros en el Sindicato de los Metalúrgicos de São Bernardo, para ser detenido por la Policía Federal y llevado a Curitiba, capital de Paraná, donde estuvo preso durante 580 días, casi 20 meses. La gran mayoría los presentes se oponía a que se presentara porque nadie estaba seguro de lo que podían hacerle en la PF. Le costó salir del Sindicato: en el primer intento, una pared humana le impidió salir.
Ese domingo, recién tras pronunciar su discurso de despedida diciendo que iba a demostrar su inocencia consiguió marcharse. Todavía conservamos la imagen de la dolorosa escena de su detención. Fue recibido en Curitiba por un grupo de personas, hasta que fue llevado a la Policía Federal.
Allí, Lula estuvo acompañado por quienes estuvimos en la Vigilia Lula Livre durante los 580 días y noches, amaneciendo con un "Buenos días, compañero Lula" y terminando los días con "Buenas noches, compañero Lula" que él respondía apagando y encendiendo la luz en su celda tres veces. Ese fue el contacto con él durante todo ese tiempo, salvo los que pudimos visitarlo, aunque fuera brevemente.
Cuando lo fui a visitar, pude ver la celda sencilla donde estaba confinado, con una cama a la izquierda, al pie de la cual estaba la televisión. Había una estantería con los libros que estaba leyendo: leyó más que nunca en su vida, enfocando sus lecturas en los temas de la esclavitud y las luchas de los movimientos populares en la historia de Brasil.
El encuentro fue muy emotivo, poder volver a abrazarlo, hablarle, sentir sus palabras y su cariñosa sonrisa. Más triste fue despedirme de él, volver a dejarlo en manos de esos policías, sin saber cuándo lo volveríamos a ver y cuando estaria libre de nuevo.
Lula trató de salir de prisión para visitar a su hermano, que murió, sin poder hacerlo, y por la muerte de su querido nieto. Entonces se fue definitivamente de allí el 8 de noviembre de 2019. Se fue y finalmente tuvo contacto directo con todos en la Vigilia.
Desde entonces, Lula no había regresado a Curitiba. Ahora volvió para la primera concentracion política de masas en mucho tiempo, para la afiliación de su amigo Roberto Requiao, ex-gobernador de Paraná, quien aceptó su invitación para adherir al PT. Fue un hermoso y emotivo acto político, que consagró definitivamente la relación entre los dos grandes líderes políticos, enmarcado en un escenario de entusiastas movilizaciones de los petistas, que colmaron el auditorio. Lula tuvo muestras afectuosas de apoyo de líderes de movimientos de masas, de parlamentarios, de líderes políticos.
En su discurso, además de expresiones de reconocimiento a Requiao como líder político nacional, Lula insistió en tener muchas palabras de elogio para Paraná como estado. Puso a sus acusadores en el lugar que les correspondía, mostrando dónde están ahora y dónde está él.
Habló del cariño que recibió de los paranaenses durante todo el tiempo de su encarcelamiento, habló de la fortaleza de un Estado que tuvo el coraje de elegir a Requiao como alcalde, como gobernador de Paraná y que ahora lucha por traerlo de vuelta al gobierno del Estado. Habló del cariño y lazos que tiene con la provincia, cuya imagen nada tiene que ver con la que proyectaron los medios durante su encarcelamiento.
Antes del acto, Lula se reencontró con el pueblo de la Vigilia. Finalmente, pudo agradecerle el apoyo que tuvo durante todo su encarcelamiento. Ahora, sin límites, podía abrazar y ser abrazado, sacarse fotos, emocionarse todos. Tanto Roberto Bagio, el dirigente del MST encargado de organizar toda la Vigilia, como todos los que lo acompañaron fuera de la PF, mitigando todo su tiempo de soledad en la cárcel.
Al día siguiente, Lula viajó a Londrina, al interior de la provincia, con Requiao y Gleisi Hoffman, presidenta del PT, para visitar el asentamiento del MST con el nombre Eli Vive, la mayor área resultante de la reforma agraria en la región metropolitana de Brasil. El acto formó parte de la “Jornada Solidaria: Hacia los Comités Populares”, que reunió a diez mil personas, en su mayoría de comunidades del MST de todas las regiones de Paraná.
No puede haber mejor y más hermoso reencuentro que el de Lula com Curitiba y el Paraná. Fue recibido por el pueblo del estado y sus dirigentes esta vez y no por miembros de la PF. Pudo eligir con quién estar, qué decir, a quién abrazar, libremente. Finalmente, Parana' se han reencontrado nuevamente con Lula Livre y Lula Livre con Paraná y su gente, que lo abrazaba todo el tiempo, diciéndole ¡Buen regreso, Presidente Lula!
Hace cuatro años, el 7 de abril de 2018, Lula se despidió de todos nosotros en el Sindicato de los Metalúrgicos de São Bernardo, para ser detenido por la Policía Federal y llevado a Curitiba, capital de Paraná, donde estuvo preso durante 580 días, casi 20 meses. La gran mayoría los presentes se oponía a que se presentara porque nadie estaba seguro de lo que podían hacerle en la PF. Le costó salir del Sindicato: en el primer intento, una pared humana le impidió salir.
Ese domingo, recién tras pronunciar su discurso de despedida diciendo que iba a demostrar su inocencia consiguió marcharse. Todavía conservamos la imagen de la dolorosa escena de su detención. Fue recibido en Curitiba por un grupo de personas, hasta que fue llevado a la Policía Federal.
Allí, Lula estuvo acompañado por quienes estuvimos en la Vigilia Lula Livre durante los 580 días y noches, amaneciendo con un "Buenos días, compañero Lula" y terminando los días con "Buenas noches, compañero Lula" que él respondía apagando y encendiendo la luz en su celda tres veces. Ese fue el contacto con él durante todo ese tiempo, salvo los que pudimos visitarlo, aunque fuera brevemente.
Cuando lo fui a visitar, pude ver la celda sencilla donde estaba confinado, con una cama a la izquierda, al pie de la cual estaba la televisión. Había una estantería con los libros que estaba leyendo: leyó más que nunca en su vida, enfocando sus lecturas en los temas de la esclavitud y las luchas de los movimientos populares en la historia de Brasil.
El encuentro fue muy emotivo, poder volver a abrazarlo, hablarle, sentir sus palabras y su cariñosa sonrisa. Más triste fue despedirme de él, volver a dejarlo en manos de esos policías, sin saber cuándo lo volveríamos a ver y cuando estaria libre de nuevo.
Lula trató de salir de prisión para visitar a su hermano, que murió, sin poder hacerlo, y por la muerte de su querido nieto. Entonces se fue definitivamente de allí el 8 de noviembre de 2019. Se fue y finalmente tuvo contacto directo con todos en la Vigilia.
Desde entonces, Lula no había regresado a Curitiba. Ahora volvió para la primera concentracion política de masas en mucho tiempo, para la afiliación de su amigo Roberto Requiao, ex-gobernador de Paraná, quien aceptó su invitación para adherir al PT. Fue un hermoso y emotivo acto político, que consagró definitivamente la relación entre los dos grandes líderes políticos, enmarcado en un escenario de entusiastas movilizaciones de los petistas, que colmaron el auditorio. Lula tuvo muestras afectuosas de apoyo de líderes de movimientos de masas, de parlamentarios, de líderes políticos.
En su discurso, además de expresiones de reconocimiento a Requiao como líder político nacional, Lula insistió en tener muchas palabras de elogio para Paraná como estado. Puso a sus acusadores en el lugar que les correspondía, mostrando dónde están ahora y dónde está él.
Habló del cariño que recibió de los paranaenses durante todo el tiempo de su encarcelamiento, habló de la fortaleza de un Estado que tuvo el coraje de elegir a Requiao como alcalde, como gobernador de Paraná y que ahora lucha por traerlo de vuelta al gobierno del Estado. Habló del cariño y lazos que tiene con la provincia, cuya imagen nada tiene que ver con la que proyectaron los medios durante su encarcelamiento.
Antes del acto, Lula se reencontró con el pueblo de la Vigilia. Finalmente, pudo agradecerle el apoyo que tuvo durante todo su encarcelamiento. Ahora, sin límites, podía abrazar y ser abrazado, sacarse fotos, emocionarse todos. Tanto Roberto Bagio, el dirigente del MST encargado de organizar toda la Vigilia, como todos los que lo acompañaron fuera de la PF, mitigando todo su tiempo de soledad en la cárcel.
Al día siguiente, Lula viajó a Londrina, al interior de la provincia, con Requiao y Gleisi Hoffman, presidenta del PT, para visitar el asentamiento del MST con el nombre Eli Vive, la mayor área resultante de la reforma agraria en la región metropolitana de Brasil. El acto formó parte de la “Jornada Solidaria: Hacia los Comités Populares”, que reunió a diez mil personas, en su mayoría de comunidades del MST de todas las regiones de Paraná.
No puede haber mejor y más hermoso reencuentro que el de Lula com Curitiba y el Paraná. Fue recibido por el pueblo del estado y sus dirigentes esta vez y no por miembros de la PF. Pudo eligir con quién estar, qué decir, a quién abrazar, libremente. Finalmente, Parana' se han reencontrado nuevamente con Lula Livre y Lula Livre con Paraná y su gente, que lo abrazaba todo el tiempo, diciéndole ¡Buen regreso, Presidente Lula!