3 dic 2022

LA DERECHA Y SUS MUCHACHOS

URUGUAY

OCTAVO MANDAMIENTO

Ramón Fonticiella
03/12/2022





La Constitución es para la República, como las Sagradas Escrituras para los cristianos o el Corán para los musulmanes: ley para todos, sin excepciones. Por eso me permití el título Octavo mandamiento, tratando de hacer un republicano paralelismo entre los Mandamientos de Moisés y la Carta Magna.

El Octavo Mandamiento republicano es el artículo 8 de la Constitución "Todas las personas son iguales ante la ley, no reconociéndose otra distinción entre ellas sino la de los talentos o las virtudes". Este mandato es un elemento básico en una democracia, y se sustenta en un entramado de principios jurídicos. La igualdad ante la ley entre los habitantes, podría ser frágil sin el sostén legal, por ejemplo, de la división de poderes del Estado. 

 Aún en una república democrática, qué difícil sería garantizar esa igualdad, si los poderes del Estado fueran hegemónicamente manejados por una persona o un equipo unificado de gobierno. Qué complejo sería garantizar libertades individuales y colectivas por ejemplo, si el mismo bloque de poder dictara las leyes, las hiciera cumplir y juzgara su desviación. Para eso desde Montesquieu en el siglo XVIII, las democracias representativas rinden culto a la separación de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

El gobierno nacional ha estado violando el octavo mandamiento. No ha cumplido con preservar la igualdad de las personas ante la ley, cuando nada menos que el Poder Ejecutivo, actuó sobre la Justicia tratando de que no se analizaran las conversaciones de Astesiano y Lacalle contenidas en el celular del hoy imputado guardia presidencial.

Para mi es tan claro como el agua clara. Si el Ejecutivo, a través del ministro Heber, pide (¿condiciona?) a la Fiscalía que no se incluyan en la investigación los diálogos entre el presidente y su custodia, se está violando la división de poderes. Montesquieu se revuelve en su tumba, y los demócratas uruguayos nos escandalizamos. No hay ningún fundamento legal para que no se analicen las conversaciones del imputado con su patrón. Si a un supuesto delincuente común que trafica droga, se le confisca el celular, en ninguna cabeza cabe que él pida que sus conversaciones personales con X persona, no se consideren. Sería de locos.

Entiendo que los diálogos más privados se reserven al conocimiento público, pero no de la investigación. Nadie quiere hacer un circo con posibles intimidades personales, familiares o conyugales del presidente, en conversación con quien lo custodiaba. Claro que no, pero de ahí a considerar privadas posibles charlas sobre el objeto de la investigación, hay una distancia muy grande.

Este paquete de reserva no tiene razón de ser. Por algo la Fiscalía de Corte se sacó el lazo de encima y precisó que la decisión de no incluir las charlas entre Astesiano y Lacalle, es de la Fiscal Fosatti. Esa es la posición documentada de la Fiscalía, aunque Lacalle, muy locuaz, diga que habló con el fiscal Gómez.

Soy un hombre grande (viejo) y no creo en los Reyes Magos ni en el cambio de barras de oro por espejitos. Si el presidente nada tiene que ocultar de su vida pública, no debió pedir (¿exigir?) esa reserva. 

Es lógico, ético y razonable que la Fiscalía no mande a carpetas de investigación elementos privados familiares, filiales o íntimos de nadie, tampoco del presidente; pero en la línea del artículo 8º del la Constitución no debe hacer excepciones con ningún ciudadano en los temas públicos.

Lo dicho relata un golpe bajo a la democracia y a la credibilidad del gobierno nacional.

Mientras, siguen sumándose cuentas al collar de obscenidades políticas que caen del caso Astesiano. Posiblemente la más grave sea la que surge del posible espionaje sobre dos senadores de la República: Carrera y Bergara. Lo escandaloso es que se denuncie en democracia; que se suponga que fue encargado por una empresa privada con bases en Uruguay, USA y Argentina, que sería gestionada por ex militares uruguayos; que pudiera vincular elementos del Ejecutivo; que los legisladores presenten denuncia penal por espionaje... 

¡Paren! Estamos en Uruguay, no en una republiqueta. ¡Qué van a sentir en el Más Allá, Batlle y Ordóñez y Wilson Ferreira, creerán que les liquidamos el país!
Poco ayuda el presidente Lacalle a mejorar la imagen.

Lo escuché varias veces en sus declaraciones a la prensa. No tiene claro que es EL PRESIDENTE, no un jovencito irónico y casi prepotente. Castiga el intelecto con expresiones como "pelotazos", al referirse a críticas o conceptos sobre las investigaciones y los posibles delitos; molesta a los demócratas que hable de "periodismo con tinte político", cuando no se tejen halagos sobre el tema; habla como que estuviera entre la barra brava detrás del arco, tildando de "manija" a los análisis que no le son de agrado. Mal el presidente como tal; entiendo que el asunto debe causarle molestias, rabia, temor...pero los demás no tenemos la culpa. El Pueblo merece respeto en el trato y SINCERIDAD.

La población debe interiorizarse sobre estos temas; la república democrática se fragiliza con estas actitudes. Hace tres siglos Montesquieu pensó en la división de poderes para "Limitar el uso arbitrario del poder y salvaguardar derechos"; debe aplicarse hoy, sin presiones al poder judicial. José Artigas, unas décadas después, sentenció "El pueblo es soberano y él sabrá investigar las operaciones de sus representantes".

Si tomamos ese camino "¡sabremos cumplir!"

Ramón Fonticiella es Maestro, periodista, circunstancialmente y por decisión popular: edil, diputado, senador e intendente de Salto. Siempre militante.




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