29 ene 2024

LA EXCEPCION

El fútbol alemán se le plantó a la ultraderecha
Alzaron la voz desde Thomas Tuchel hasta Xabi Alonso


Por Malva Marani

28 de enero de 2024



Xabi Alonso se sumó a los DTs de la Bundesliga que se plantaron contra la ultraderecha.. Imagen: AFP


Dirigentes, futbolistas y, sobre todo, entrenadores se manifestaron en contra de la avanzada del partido Alternativa para Alemania y alentaron a protestar contra él.
Las expresiones en contra del partido alemán de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD, por sus siglas originales), que desde las últimas semanas vienen movilizando masivamente a todo el país teutón, llegaron al verde césped: han sido varios los entrenadores de la Bundesliga –torneo de fútbol de ese país– que se plantaron ante el avance del movimiento, expresaron su posición y motivaron al pueblo a seguir manifestándose.

Para empezar, es necesario aclarar que la relación del fútbol alemán con el movimiento AfD no es nueva. Ya tiene su propia historia. Vale recordar dos episodios recientes en los que el fútbol se convirtió en arena de lucha política y simbólica en relación al partido fundado en el 2013. El primero se remonta a las semifinales de la Eurocopa 2016, que terminó para Alemania tras caer 2-0 ante Francia: aquella vez, una parlamentaria europea del AfD, Beatrix von Storch, tuiteó un mensaje racista para referirse al traspié de la selección conducida entonces por Joachim Löw. "¿Quizás la próxima vez debería jugar la SELECCIÓN NACIONAL de Alemania? (sic)", escribió, en clara referencia a los jugadores alemanes de origen extranjero que integraban al combinado teutón. Su tuit llegó tan solo unos meses después de que Alexander Gauland, otro miembro del partido, hiciera un comentario en el mismo sentido –la Selección alemana "no es alemana"– y luego de que declarara que "la gente piensa que está bien como futbolista, pero no quieren a un Boateng como vecino", haciendo referencia al jugador Jerome Boateng, cuyo padre es ghanés, palabras que le valieron la condena nacional.


Más reciente, al comienzo de la Bundesliga 2019/2020, un ex funcionario de la AfD en Friburgo, Dubravko Mandic, sacó un abono para ver al equipo de la ciudad, el Friburgo, alegando en sus redes: "Odio el fútbol, pero mueve masas". La respuesta inmediata de los hinchas en el debut del club en aquella temporada (victoria 3-0 sobre el Mainz 05) fue la presentación de banderas y pancartas condenando a Mandic y a su partido. "Friburgo está con la diversidad" fue una de ellas, aunque sin dudas la bandera que decía "Nazi, vete", fue la que más molestó al funcionario alemán, quien denunció a los hinchas que la llevaban. Un año después, según detalla el periódico local Badische Zeitung, la justicia alemana cerró la causa sentenciando que aquello no había sido un insulto sino una legítima expresión de opinión por parte de la hinchada.



Pero esta vez ni siquiera fue necesario que desde el partido AfD provocaran al mundo del fútbol. Más bien fue al revés: cuando el medio periodístico Correctiv develó, el pasado 10 de enero, una reunión secreta en Potsdam que contó con dirigentes del AfD y en la que se discutió un proyecto de expulsión masiva de inmigrantes, importantes personalidades del fútbol decidieron no dejar sola a esa gran parte de la sociedad alemana que salió a manifestarse horrorizada ante el plan del movimiento de extrema derecha, el segundo más votado en las encuestas a nivel nacional.

Quizás el más importante fue Thomas Tuchel, el DT alemán que ganó todo con el Chelsea y que el año pasado se coronó campeón de la Bundesliga con el Bayern Munich. Consultado sobre las protestas masivas, en la previa al partido con el Werder Bremen, aseguró: "En una situación así, levantarse en contra, resistir… nunca será suficiente. No hay dudas de que se debe luchar contra todas las formas de extremismo, pero obviamente también contra el extremismo de derecha en particular, dada esta discusión y nuestra historia. No puede haber ninguna duda al respecto".



Las palabras de Tuchel se sumaron a las de varios entrenadores de la liga alemana que, solo unos días antes, habían levantado su voz. La discusión incluso se coló el día del memorial homenaje a Franz Beckenbauer, a pocos días de su fallecimiento, cuando el presidente honorario del Bayern Munich declaró: "Tenemos que volver a donde todos estamos orgullosos de nuestro país. Pero me gustaría dejar muy claro que no quiero que AfD forme parte de este proceso".

Uno de los primeros en levantar la voz había sido el entrenador del Friburgo, Christian Streich. El DT no solo llamó a la población a sumarse a las protestas sino que contó que él mismo había participado de una. "Si no te levantas ahora, es que no has entendido nada –expresó el conductor, según el diario alemán BILD–. ¡Eso está fuera de toda duda! Nadie necesita quejarse después. Si no lo entiendes, no has entendido nada en la escuela durante las lecciones de Historia. Todos en este país están llamados a levantarse y adoptar una posición clara. Y nadie debería quejarse si luego están gobernados por un grupo nacionalista autoritario de derecha, donde las libertades básicas por las que trabajamos arduamente después del desastre de 1945 han desaparecido. Cada uno es responsable de sí mismo".



A él se sumó también el entrenador del RB Leipzig, Marco Rose: "Creo que es muy importante oponerse a la estupidez y al extremismo de derecha en todas sus formas. Es bueno que la gente haga eso, que muestre claramente sus colores y salga a la calle". Respecto del partido AfD, explicó que "tiene raíces que no se pueden negar simplemente, y eso no lo puedes tolerar ni aceptar porque si pasas por alto la estupidez durante demasiado tiempo, puede volverse peligrosa".

El líder de la Bundesliga, el Bayer Leverkusen que arrasa con su invicto de 19 partidos, también sentó posición. Su técnico, el español Xabi Alonso, se refirió en específico al avance antimigratorio que no solo sacude a Alemania sino a toda la región: "Tenemos que levantarnos y defender nuestros valores. Todos tienen derecho a venir aquí y traer lo mejor que puedan, y abrazar esta cultura sin importar de dónde vengan. Yo he venido a Alemania a dar lo mejor de mí y aportar a la sociedad e integrarme, pero eso no sólo se aplica a mí, sino a muchas personas en todo el mundo. Esto está pasando en Alemania, en España, en Italia… Tenemos que defender todos estos valores que defendemos aquí en Alemania, pero también en Europa. Con todas nuestras fuerzas. Estoy seguro de que el fútbol defiende eso: tenemos que ser firmes y no aceptar demandas intolerantes".


Edin Terzić, dueño del buzo del Borussia Dortmund, incentivó a todos a posicionarse respecto de lo que está sucediendo: "Cuando comencé como entrenador, resolví no comentar temas políticos. Sin embargo, creo que en esta cuestión todos debemos mostrar nuestra posición. Si me conoces a mí y a mis antecedentes, si conoces nuestro vestuario, si ves nuestro grupo de empleados, cuántas personas de origen inmigrante y del extranjero tenemos aquí, que no sólo se han enamorado de nuestro club y de nuestra ciudad, sino de la que también nos hemos enamorado… Es extremadamente importante que todos adoptemos una postura clara sobre este tema".

Aunque desde los bancos han llegado opiniones firmes y voces iluminadoras, desde el campo de juego todavía no se hicieron notar demasiado. Quizás el elogio que el defensor Timo Hübers le propinó a la masiva manifestación en la ciudad de Colonia, donde él juega, es un modo de empezar. "No creo que sea necesario tener opiniones firmes para estar en contra de la derecha. Ver cuántas personas se pueden movilizar en tan poco tiempo me hace sonreír", expresó el futbolista de 27 años, quien calificó de “excepcional” la protesta, en un video subido por su club, el FC Colonia.


Dirigentes, entrenadores, futbolistas. Ya sea porque expresamente hayan decidido hablar sobre el tema o porque recibieron una pregunta periodística que les vino perfecto para explayarse, estos últimos días el fútbol alemán se plantó: sin olvidarse de jugar a la pelota, se metió de lleno en la arena política, acompañando el reclamo de la sociedad y erigiéndose en uno de los principales espacios de resistencia política ante el avance de una ultraderecha que es de temer.