Protesta contra la venta de armas a Arabia Saudita en el Congreso de los Diputados de España, Madrid, 24 de octubre de 2018. / Andrea Comas / AP
Gobiernos corruptos, traficantes de armas, militares, comisionistas, un 'king', la sobrina de un espía que fingió en los noventa su propia muerte, paraísos fiscales, 'mordidas'. ¿Les suena? No, no son los ingredientes de una nueva y explosiva serie, es España, concretamente una empresa pública llamada DEFEX e incluida en la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), organismo que participa de la mencionada empresa en un 51% y cuya misión, según ellos mismos, radica en "rentabilizar sus participaciones empresariales y orientar todas sus actuaciones atendiendo al interés público". Rentabilidad hubo, y mucha, interés público, quizás no tanto.
La rama angoleña
Empecemos por el principio. El 10 de julio de 2014 fueron detenidas diez personas (después la cifra llegaría a un total de casi 30 aprehendidos) en una operación policial ordenada por el juez Pablo Ruz de la Audiencia Nacional (juez que tuvo que abandonar un año después la Audiencia Nacional, en 2015, de forma discutible). Entre los detenidos se encontraban Ángel María Larumbe, coronel del Ejército, José Encinas Charro, también militar, y Beatriz García Paesa, detenida en Luxemburgo.
Larumbe era representante de la empresa, Encinas Charro fue presidente de DEFEX entre 1991 y 2012, y García Paesa es sobrina de Francisco Paesa, conocido espía español que fingió su muerte en los años noventa tras entregar a Luis Roldán, un delincuente que llegó a dirigir a la Guardia Civil. Nada más y nada menos.
Las detenciones se produjeron debido a una venta de material policial en Angola, en el año 2009, por un valor tres veces superior al real (152 millones de euros, cuando lo vendido apenas costaba 50 millones). Ello generó unos 100 millones de euros de beneficio a la trama, dinero que se encargaba de desviar a paraísos fiscales, presuntamente, Beatriz García Paesa. Entre los destinos preferidos para ocultar este capital estaban Gibraltar, Hong Kong, Suiza, Islas Caimán o Luxemburgo. Lo habitual en estos casos.
Sin embargo, lo más relevante de la trama corrupta son los misterios. En primer lugar, a los principales implicados, el mencionado Ángel María Larumbe o José Encinas Charro, ambos militares, solo les fueron detectados 323.000 euros en Suiza y 380.000 euros en una caja de seguridad, respectivamente. Demasiado poco para cien millones de euros.
En segundo lugar, en un correo electrónico entre Beatriz García Paesa y Juan Carlos Cueto (otro imputado) se referían a una transferencia de tres millones de euros al 'Kin' (sic), el mayor comisionista de la trama. 'Kin' o 'King' que, no solo no ha sido localizado, sino que el expresidente de DEFEX, José Encinas Charro, atestiguó que en África no había ningún 'king' y que eso eran "palabras mayores". Si bien los investigadores refrendaron que 'el King' era el general Armando Da Cruz Neto, exembajador de Angola en España, lo cierto es que de momento no ha podido ser corroborada esta versión.
Ya entonces las noticias anunciaban que la corrupción de armas de DEFEX no quedaba circunscrita a Angola, sino que se había producido también en Egipto, Brasil, Arabia Saudita o Camerún.
La trama saudita
El pasado 25 de octubre, medios españoles informaron que la Audiencia Nacional investigaba cinco ventas de DEFEX, realizadas entre 1992 y 2004, y once contratos entre 2005 y 2014. En total, se estima que el fraude de la trama saudita ronda los 70 millones de euros y su funcionamiento en nada difiere de la trama angoleña: suministrar material por un valor notablemente inferior al cobrado, a cambio de un reparto de comisiones millonarias entre los involucrados de la empresa, los comisionistas y altas personalidades del país comprador. De esos 70 millones de euros, casi 60 millones terminaron en Peninsula Inc Ltd, cuya sede se encuentra en Islas Caimán.
El gran misterio: el 'King'
En este contexto, unir aquella declaración judicial de "palabras mayores" con venta de armas, cuentas en Suiza, un 'King' y Arabia Saudita provocó que muchos evocaran la imagen de Juan Carlos I.
Intentemos aclarar el asunto. El 18 de mayo de 2015 una publicación informaba que la empresa Nytel Global, localizada en Girona, recibió una transferencia por valor de 16 millones de euros desde United Patrimonium, empresa de Beatriz García Paesa, para intentar vender carros de combate y embarcaciones a Arabia Saudita, una operación en principio frustrada. Casualmente, Juan Carlos I también medió para la venta de más de 200 carros de combate y cinco embarcaciones militares a Arabia Saudita. Ventas que, como la de DEFEX, tampoco se concretaron en ese momento, aunque las cinco embarcaciones finalmente han sido vendidas a Arabia Saudita recientemente.
El rey emérito de España, Juan Carlos I, en Palma de Mallorca, España, 1 de abril de 2018. / Jaime Reina / AFP
Las noticias demuestran que, en junio de 2012, el rey Juan Carlos Irecibió al ministro de Defensa de Arabia Saudita, el príncipe Salman bin Abdelaziz, para tratar la venta de más de 200 carros de combate Leopard por un importe de unos 3.000 millones de euros. Dos años después, en mayo de 2014, queda igualmente constatado el intento del monarca para reactivar la operación en un viaje a Yeda (Arabia Saudita) junto a altos cargos, empresarios y consejeros.
Si a esta circunstancia le añadimos que las últimas revelaciones en cuanto a una trama policial corrupta en España, con grabaciones a altas personalidades, ha develado que la amante del rey Juan Carlos, Corinna, medió junto al embajador español en Arabia Saudita como enviada de este, o que en una grabación se la escucha asegurar que el rey había cobrado parte de los 100 millones de euros de comisión por la concesión del tren de alta velocidad en Arabia Saudita, la situación se complica de forma ostensible.
La rama angoleña
Empecemos por el principio. El 10 de julio de 2014 fueron detenidas diez personas (después la cifra llegaría a un total de casi 30 aprehendidos) en una operación policial ordenada por el juez Pablo Ruz de la Audiencia Nacional (juez que tuvo que abandonar un año después la Audiencia Nacional, en 2015, de forma discutible). Entre los detenidos se encontraban Ángel María Larumbe, coronel del Ejército, José Encinas Charro, también militar, y Beatriz García Paesa, detenida en Luxemburgo.
Larumbe era representante de la empresa, Encinas Charro fue presidente de DEFEX entre 1991 y 2012, y García Paesa es sobrina de Francisco Paesa, conocido espía español que fingió su muerte en los años noventa tras entregar a Luis Roldán, un delincuente que llegó a dirigir a la Guardia Civil. Nada más y nada menos.
Las detenciones se produjeron debido a una venta de material policial en Angola, en el año 2009, por un valor tres veces superior al real (152 millones de euros, cuando lo vendido apenas costaba 50 millones). Ello generó unos 100 millones de euros de beneficio a la trama, dinero que se encargaba de desviar a paraísos fiscales, presuntamente, Beatriz García Paesa. Entre los destinos preferidos para ocultar este capital estaban Gibraltar, Hong Kong, Suiza, Islas Caimán o Luxemburgo. Lo habitual en estos casos.
Sin embargo, lo más relevante de la trama corrupta son los misterios. En primer lugar, a los principales implicados, el mencionado Ángel María Larumbe o José Encinas Charro, ambos militares, solo les fueron detectados 323.000 euros en Suiza y 380.000 euros en una caja de seguridad, respectivamente. Demasiado poco para cien millones de euros.
En segundo lugar, en un correo electrónico entre Beatriz García Paesa y Juan Carlos Cueto (otro imputado) se referían a una transferencia de tres millones de euros al 'Kin' (sic), el mayor comisionista de la trama. 'Kin' o 'King' que, no solo no ha sido localizado, sino que el expresidente de DEFEX, José Encinas Charro, atestiguó que en África no había ningún 'king' y que eso eran "palabras mayores". Si bien los investigadores refrendaron que 'el King' era el general Armando Da Cruz Neto, exembajador de Angola en España, lo cierto es que de momento no ha podido ser corroborada esta versión.
Ya entonces las noticias anunciaban que la corrupción de armas de DEFEX no quedaba circunscrita a Angola, sino que se había producido también en Egipto, Brasil, Arabia Saudita o Camerún.
La trama saudita
El pasado 25 de octubre, medios españoles informaron que la Audiencia Nacional investigaba cinco ventas de DEFEX, realizadas entre 1992 y 2004, y once contratos entre 2005 y 2014. En total, se estima que el fraude de la trama saudita ronda los 70 millones de euros y su funcionamiento en nada difiere de la trama angoleña: suministrar material por un valor notablemente inferior al cobrado, a cambio de un reparto de comisiones millonarias entre los involucrados de la empresa, los comisionistas y altas personalidades del país comprador. De esos 70 millones de euros, casi 60 millones terminaron en Peninsula Inc Ltd, cuya sede se encuentra en Islas Caimán.
El gran misterio: el 'King'
En este contexto, unir aquella declaración judicial de "palabras mayores" con venta de armas, cuentas en Suiza, un 'King' y Arabia Saudita provocó que muchos evocaran la imagen de Juan Carlos I.
Intentemos aclarar el asunto. El 18 de mayo de 2015 una publicación informaba que la empresa Nytel Global, localizada en Girona, recibió una transferencia por valor de 16 millones de euros desde United Patrimonium, empresa de Beatriz García Paesa, para intentar vender carros de combate y embarcaciones a Arabia Saudita, una operación en principio frustrada. Casualmente, Juan Carlos I también medió para la venta de más de 200 carros de combate y cinco embarcaciones militares a Arabia Saudita. Ventas que, como la de DEFEX, tampoco se concretaron en ese momento, aunque las cinco embarcaciones finalmente han sido vendidas a Arabia Saudita recientemente.
El rey emérito de España, Juan Carlos I, en Palma de Mallorca, España, 1 de abril de 2018. / Jaime Reina / AFP
Las noticias demuestran que, en junio de 2012, el rey Juan Carlos Irecibió al ministro de Defensa de Arabia Saudita, el príncipe Salman bin Abdelaziz, para tratar la venta de más de 200 carros de combate Leopard por un importe de unos 3.000 millones de euros. Dos años después, en mayo de 2014, queda igualmente constatado el intento del monarca para reactivar la operación en un viaje a Yeda (Arabia Saudita) junto a altos cargos, empresarios y consejeros.
Si a esta circunstancia le añadimos que las últimas revelaciones en cuanto a una trama policial corrupta en España, con grabaciones a altas personalidades, ha develado que la amante del rey Juan Carlos, Corinna, medió junto al embajador español en Arabia Saudita como enviada de este, o que en una grabación se la escucha asegurar que el rey había cobrado parte de los 100 millones de euros de comisión por la concesión del tren de alta velocidad en Arabia Saudita, la situación se complica de forma ostensible.
¿Es el rey Juan Carlos I el 'King' de DEFEX?
Ante esta situación solo existen dos posibilidades. La primera, la más lógica, el 'king' de DEFEX es el rey Juan Carlos I y esta empresa trabajó para él, lo que haría encajar el "palabras mayores" y las maniobras de DEFEX para vender armamento a Arabia Saudita, empresa que, no olvidemos, es pública y dependiente del Gobierno. Esta teoría permitiría, también, explicar la exagerada fortuna acumulada por el rey Juan Carlos en sus casi cuarenta años de reinado (unos 2.000 millones de euros), la vinculación de este y Corinna al escándalo de los 'Papeles de Panamá', las estrechas relaciones con el traficante de armas El Assir o las diferentes denuncias que se refieren a su papel como comisionista en diferentes ventas, desde armas a petróleo o infraestructuras. Ello por no hablar de su controvertido papel en el escándalo de corrupción 'Gürtel', que hizo perder la presidencia del Gobierno de España a Mariano Rajoy y en la que estuvo relacionado debido a una cuenta localizada en Suiza y denominada 'Soleado'.
La segunda explicación a lo relatado, algo más estrambótica, consideraría que todo lo anterior solo es una conjunción de desafortunadas coincidencias y la empresa de capital público DEFEX estuvo haciendo la competencia al rey Juan Carlos en la venta de armas a Arabia Saudita. Y, claro está, los sauditas lo permitieron.
Lo que no es una teoría, sino una realidad, es que en España el rey Felipe VI es inviolable jurídicamente y Juan Carlos I, aunque ahora es aforado, en todo aquello que aconteciera durante su reinado es igualmente inviolable jurídicamente. Como en el medievo.
Ante esta situación solo existen dos posibilidades. La primera, la más lógica, el 'king' de DEFEX es el rey Juan Carlos I y esta empresa trabajó para él, lo que haría encajar el "palabras mayores" y las maniobras de DEFEX para vender armamento a Arabia Saudita, empresa que, no olvidemos, es pública y dependiente del Gobierno. Esta teoría permitiría, también, explicar la exagerada fortuna acumulada por el rey Juan Carlos en sus casi cuarenta años de reinado (unos 2.000 millones de euros), la vinculación de este y Corinna al escándalo de los 'Papeles de Panamá', las estrechas relaciones con el traficante de armas El Assir o las diferentes denuncias que se refieren a su papel como comisionista en diferentes ventas, desde armas a petróleo o infraestructuras. Ello por no hablar de su controvertido papel en el escándalo de corrupción 'Gürtel', que hizo perder la presidencia del Gobierno de España a Mariano Rajoy y en la que estuvo relacionado debido a una cuenta localizada en Suiza y denominada 'Soleado'.
La segunda explicación a lo relatado, algo más estrambótica, consideraría que todo lo anterior solo es una conjunción de desafortunadas coincidencias y la empresa de capital público DEFEX estuvo haciendo la competencia al rey Juan Carlos en la venta de armas a Arabia Saudita. Y, claro está, los sauditas lo permitieron.
Lo que no es una teoría, sino una realidad, es que en España el rey Felipe VI es inviolable jurídicamente y Juan Carlos I, aunque ahora es aforado, en todo aquello que aconteciera durante su reinado es igualmente inviolable jurídicamente. Como en el medievo.