17 dic 2018

TEMORES

Wall Street al filo de la capitulación
Por José Siaba Serrate

17 Dic 2018 -


 Jerome Powell


NO QUEDAN VESTIGIOS DE LOS RÉCORDS ABSOLUTOS DE SEPTIEMBRE - ¿Se pasó de rosca la Fed de Powell? ¿Y nos vacunará de nuevo esta semana, con la novena suba de tasas de interés desde diciembre de 2015?tregua. Los mercados están descontando una suba de tasas de la Fed de Powell la semana próxima, y un 2019 de brazos cruzados.

La pulseada arrancó el 3 de octubre –a instancias de Jerome Powell, el mandamás de la Fed– y, nobleza obliga, aún no culminó. Pero Wall Street, el viernes, quedó al borde de la capitulación. De los récords absolutos de septiembre no quedan vestigios. Los tres índices principales –el S&P 500, el Dow Jones Industrial, y el Nasdaq– se baten en retirada en el fango de una corrección, con mermas superiores al 10% desde los máximos. Dos renglones cíclicos, como Transporte (-17,4%) y el Russell 2000 (-18%) zozobran a un tris del umbral de un mercado “bear” (bajista). Y hay tres sectores del S&P500 que ya defeccionaron más allá del 20%: energía, materiales y las acciones financieras, que con la promesa de Powell de izar las tasas cortas más allá de su nivel neutral, a caballo de una economía –según él- rozagante, soñaron con un destino victorioso inminente. No se aprecian, por cierto, los tradicionales motivos navideños. El único rally que denota vehemencia es la huida desde los fondos que invierten en acciones. Lipper computa 46 mil millones de dólares de salidas en la última semana, lo que nunca había registrado antes. Cash is king, el disponible es rey.

Conste que el presidente Trump no profirió amenaza alguna en contra de China. Más bien obró a manera de porrista: nos dijo que estamos ganando, que Beijing quiere un acuerdo grande y muy completo, y que puede suceder bastante pronto. Se sabe: no hay peor sordo que el que no quiere oir. De China lo que importó no fueron sus modales hacendosos –retomó la compra de porotos de soja, estudia bajar los aranceles para la importación de autos desde los EE.UU., instruyó a Sinopec activar la compra de petróleo y hasta se comprometió a revisar su plan Made in China 2025– sino la difusión de indicadores decepcionantes.
 

¿Se derrumba China? ¿Sucumbe también a una recesión? ¿Qué moviliza, si no, las diligencias de Xi Jinping? Eso se dice, y le cuesta 200 puntos al Dow Jones antes de comenzar la rueda, y otros 300 adicionales al finalizar. En rigor, no es lo que dicen los indicadores. La economía china se desacelera, no se contrae. Basta mirar los números: se esperaba que las ventas minoristas crecieran 8,8% interanual en noviembre, y lo hicieron 8,1%. Y la producción industrial, 5,9%, en vez del 5,4% registrado. Con todo, ¿qué canal estaba viendo Powell cuando irrumpió tan agresivo en octubre? China se enfría (y probablemente más que lo que señalan los guarismos oficiales), Alemania y Japón se retrajeron en el tercer trimestre, Europa pierde bríos (y Francia se incendia cada fin de semana). La última lectura flash del informe PMI apunta que la actividad del sector privado se expande a su ritmo más débil desde mayo de 2017 en los EE.UU. ¿Se pasó de rosca la Fed de Powell? ¿Y nos vacunará de nuevo esta semana, con la novena suba de tasas de interés desde diciembre de 2015? La mitad de los ejecutivos de finanzas piensa que la recesión comenzará el año próximo en los EE.UU. (y el 82% a más tardar en 2020). No había que temerle a la curva de rendimientos, nos enseñó la Fed, porque esta vez es diferente y su aplanamiento, un espejismo. Pero la hoja de ruta no es otra que la que marcó en todo momento.

Con las alarmas encendidas, los renos ausentes, y los caballos cansados de Trump y Xi Jinping tras las refriegas comerciales, más la falta de aliento de Wall Street, ¿qué falta para la rendición? Es curioso porque la Bolsa se precipita más de 10% en el trimestre, y la economía de EE.UU., luego de ver el aumento de ventas minoristas y producción industrial de noviembre, obliga a pensar en un crecimiento, otra vez, del 3%. Es claro, esta es la película que mira Powell. La economía luce mucho más firme que las acciones, pero, siempre hay un pero, la Bolsa anticipa. Nunca mejor programada entonces la reunión de la F. Estamos para la capitulación, y el rebote. O la debacle con entrega de pabellón incluida. ¿Conseguirá Powell cerrar el círculo que abrió en octubre sin que la sangre llegue al río? Este miércoles deberá hilvanar tres elementos. Ejecutar la suba de tasas prometida, abrir un compás de espera para 2019, y convencer a los bonos de que la desaceleración (buscada) no es la recesión (temida). Si lo consigue, la curva le hará lugar al cuarto de punto de suba y no se invertirá. Y la pulseada, al menos, se tomará más tiempo para una definición.