12 oct 2022

DECORADOS DEL SISTEMA

Una nueva base datos de la OIT o el lenguaje capitalista en cifras

On Sep 17, 2022

Eduardo Camin



En el marco de su misión de establecer normas internacionales, la Organización Internacional del Trabajo ( OIT) elabora normas en materia de estadísticas del trabajo, que se introducen mediante la adopción de resoluciones y directrices en la Conferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo (CIET), las que han mostrado cambios importantes entre las normas adoptadas en la reunión de 1982 y las adoptadas tres décadas después en 2013.

Lo que se debe tener en cuenta es que se manipula la actividad lingüística con el fin de dibujar una realidad favorable a sus intereses, un mundo irreal para vender a los explotados y oprimidos.

Las normas de la 19a CIET (2013) ampliaron el alcance de las estadísticas del trabajo al reconocer la necesidad de recopilar datos sobre diferentes formas de trabajo, tanto remunerado como no remunerad, definiendo de forma más estricta ocupación como el trabajo realizado a cambio de una remuneración o un beneficio. Las actividades que no se realizan a cambio de una remuneración (es decir, el trabajo de producción de uso propio, el trabajo voluntario y el trabajo en prácticas no remunerado) se reconocieron como otras formas de trabajo.

Las revisiones de las definiciones introducidas en 2013 crearon importantes rupturas en las series de muchos países, lo que dificultó el análisis de las tendencias. En concreto, las normas revisadas dan lugar a una menor proporción de ocupación con respecto a la población y a unos índices más elevados de subutilización de la fuerza de trabajo. Este es el caso, sobre todo, de los países en desarrollo, en los que muchos trabajadores se dedican al trabajo de producción por cuenta propia.

Además, los países están aplicando las normas revisadas en diferentes momentos. Es decir, las definiciones de los indicadores difieren de un país a otro en función de las normas vigentes en un año determinado. Esto hace que las comparaciones internacionales sean problemáticas si los datos se publican basándose en un solo conjunto de normas.

Para hacer frente a los retos que plantea la evolución de las normas estadísticas, la OIT separó las bases de datos en ILOSTAT, la referencia mundial en materia de estadísticas internacionales del trabajo, en función de los conceptos y las definiciones. La nueva base de Work Statistics de la decimonovena CIET (WORK) proporciona datos basados en las normas estadísticas revisadas.

Los indicadores y las clasificaciones son como los de la base de datos de estadísticas de la población activa (EPA), con un contenido añadido específico de la 19ª. CIET. Por ejemplo, incluye indicadores sobre otras formas de trabajo, como el de producción de uso propio y el voluntario. La base de datos WORK abarca actualmente 77 países.

Mientras tanto, la EPA y las bases de datos relacionadas, utilizan conceptos y definiciones de normas estadísticas anteriores (de la 13ª. CIET). En la medida de lo posible, la OIT produce datos a nivel de país según ambos conjuntos de normas y los publica en ILOSTAT. Los usuarios deben tener en cuenta que las bases de datos basadas en las 13 CIET abarcan un mayor número de países, indicadores y desgloses, ya que muchos países aún no han aplicado las normas revisadas.

La página web de la OIT produce datos para la base de datos WORK y otras bases de datos a partir de encuestas de hogares mediante el procesamiento de microdatos. Entre las muchas ventajas, el procesamiento de microdatos permite a la OIT garantizar un mayor nivel de cumplimiento de las normas estadísticas acordadas internacionalmente, lo que favorece la armonización y la comparabilidad de los datos entre países y a lo largo del tiempo.

Para proporcionar bases de datos basadas en diferentes conjuntos de normas, la OIT crea dos microconjuntos de datos separados con variables armonizadas de la OIT para cada país. La principal diferencia entre los conjuntos de datos para un determinado país es el criterio operativo utilizado para definir ocupación. Esto afecta a todas las variables relacionadas con las características de ocupación (por ejemplo, la ocupación y la actividad económica). También implica cambios en la identificación de los desempleados y de las personas fuera de la población activa.

La OIT sólo puede producir ambos conjuntos de datos si la encuesta nacional de hogares incluye preguntas que capten a los productores de alimentos de subsistencia. Las estadísticas laborales de los países que no utilizan el mismo conjunto de normas estadísticas no son comparables. Por ello, cada base de datos de ILOSTAT contiene únicamente series comparables dentro de los países y entre ellos, lo que permite a los usuarios de los datos seguir realizando análisis de series temporales y comparaciones internacionales significativas.

Los marcos referenciales a través de un conjunto de datos y cifras crean una realidad social dirigiendo la atención hacia lo que (supuestamente) más nos interesa y desviándola de los aspectos irrelevantes de esa actividad o realidad. En apariencia esa atención selectiva resulta de gran utilidad, pero la capacidad de mantener cierta información al margen del marco referencial puede caer presa de cierta confabulación que compra la comodidad social al precio de omitir importantes verdades.

Esta característica genera algunas lagunas que ocultan la realidad social para suprimir información negativa o dolorosa. El sistema capitalista siempre ha realizado una doble reformulació : el de la realidad social de nuestra mano de obra y el de nuestro lenguaje condicionando las cifras. Para entender las cifras debemos escuchar el lenguaje

Manipulación lingüística

El capitalismo manipula la actividad lingüística con el fin de dibujar una realidad favorable a sus intereses, un mundo irreal para vender a los explotados y oprimidos. Y por lo tanto, el lenguaje se convierte en una de las grandes armas de la lucha de clases: una herramienta que pretende ocultar la explotación de la clase trabajadora y la dominación capitalista bajo bonitos conceptos que disfrazan una oscura realidad, y por ende distorsionan las cifras.

En los medios de comunicación, financiados por el capital, leemos toda una serie de eufemismos elaborados para confundir y convertir comportamientos, situaciones o conceptos inaceptables en nuevos vocablos que se visten de “tendencia de moda”.

Detrás de las sutilezas del lenguaje, nos oprimen, sin que muchos de nosotros nos demos cuenta. Los ingenieros del lenguaje con sus neologismos manipulan nuestro pensamiento a través de eufemismos y de la distorsión, inventándose palabras que enmascaran la explotación bajo un halo de modernidad.

De esta forma se generan universos simulados: el capitalismo pasa a ser economía de mercado; el propietario es emprendedor; la mejora de la competitividad es la congelación de salarios. Los activos ocultos no es más que dinero negro; la modificación tarifaria es el aumento de precios; el gravamen de activos ocultos significa amnistía fiscal. Asimismo, la flexibilidad laboral encubre el abaratamiento del despido, y las reformas son recortes salariales y despidos masivos, como la reorganización de servicios públicos sigifica privatizaciones.

Estos mecanismos basados en el lenguaje en realidad tienen una profunda repercusión en la elaboración de las cifras. Daremos algunos ejemplos de estas distorsiones gramaticales.

NESTING, es un anglicismo que se emplea para denominar la práctica de quedarse en casa durante el fin de semana por placer y con el fin de reducir el estrés y la ansiedad. El adjetivo se traduce al español como ‘anidando’, que deriva del término en inglés nest y significa ‘nido’. El nesting es una tendencia que cada vez se práctica más con el propósito de reducir el agotamiento que generan las actividades diarias y, dedicar tiempo y espacio para disfrutar del placer de estar en casa.

En este sentido, el nesting parte de la idea de que el hogar es un lugar de paz y relajación en el cual los individuos hacen aquello que más les complazca como leer, ver películas, dormir, descansar, cocinar, dedicarse a la jardinería, compartir en familia o, simplemente, no hacer nada.

En realidad bajo este concepto aparentemente inofensivo se esconde la cara más cruda del capitalismo: el nesting solo lo “disfrutan” los pobres, los que no pueden salir de casa porque su mísero salario no se lo permite. Pagar un sueldo ínfimo al trabajador para que éste no pueda ni salir de su casa el fin de semana, disfrazado como algo “cool” y “trendy” para enmascarar la realidad.

MINIJOBS, o trabajos pequeños, fueron empleos regulados en el mercado laboral alemán en un primer tiempo, que progresivamente ha ido incorporando reformas relevantes, en el resto del mundo. Pero en realidad es la palabra por excelencia para esconder la precariedad laboral. Trabajos con los que no llegas a fin de mes y que han servido para maquillar las cifras del paro durante años, pero que lo único que nos han ofrecido ha sido pobreza.

FREELANCE, es básicamente en trabajador autónomo, es decir una persona física que presta sus servicios por contrato o por proyectos, siempre de manera independiente. Según el neoliberalismo, a los trabajadores de hoy en día les aburre un trabajo fijo y estable: prefieren ser autónomos y adaptarse a las necesidades de diferentes empresas.

De esta forma, trabajan sin horario en distintos entornos laborales, lo que les proporciona una carrera profesional variada e interesante. La realidad, sin embargo, es que la gran mayoría de los jóvenes, no encuentran un trabajo fijo, y tienen que subsistir de forma precaria, enlazando trabajos inestables, no por gusto, sino por pura necesidad de subsistencia.

COWORKING, o “cotrabajo” se refiere al espacio físico de trabajo compartido, donde varias empresas pequeñas, startups, autónomos o profesionales independientes pueden llevar a cabo su actividad en un mismo lugar.

En realidad no ingresar suficiente dinero para poder alquilar un espacio de trabajo para ti solo ya no es una situación triste: ahora es moderno, glamoroso, cool y de tendencia. Nos venden los espacios de trabajo compartido como un mundo lleno de ventajas, cuando en la mayoría de ocasiones enmascaran una precariedad laboral que no permite subsistir en solitario.

ECONOMÍA COLABORATIVA o consumo colaborativo es un modelo económico en el que, fundamentalmente, los usuarios se aprovechan de las nuevas tecnologías para prestar, comprar, vender, compartir o alquilar bienes y servicios. Amparados bajo un concepto que evoca solidaridad y cooperación, en realidad esconde nuevos modelos de explotación laboral a través del desarrollo de las nuevas tecnologías. Bajos salarios y disminución de los derechos laborales disfrazados de trabajos flexibles.

JOB SHARING, es un nuevo modelo laboral que consiste en que dos personas compartan el mismo puesto de trabajo dentro de la compañía. Es práctica habitual en algunos países europeos como Suiza, Alemania o Reino Unido.

El lenguaje capitalista exalta con su nuevo vocablo: en vez de crear más empleo –y de más calidad o sea trabajo decente– te invitan a compartir tu trabajo y tu salario con otras personas. De esta forma, la empresa se aprovecha de distintos perfiles en distintos horarios, pagando por el precio de uno.


SALARIO EMOCIONAL es un concepto asociado a la retribución de un empleado en la que se incluyen cuestiones de carácter no económico, cuyo fin es satisfacer las necesidades personales, familiares y profesionales del trabajador, mejorando la calidad de vida del mismo, fomentando la conciliación laboral.

Cuántas veces hemos oído eso de “pero es que para mí el salario no lo es todo”. Trabajadores que “prefieren” horarios flexibles o buen ambiente laboral antes que un sueldo digno. El capitalismo ha logrado, de nuevo, convertir lo que debería ser habitual en un lujo al que no todos los trabajadores tienen acceso.

TRABACACIONES, es simplemente una combinación de trabajo y vacaciones. Es hacer un viaje sin dejar de trabajar, en línea. Pueden ser solo un fin de semana largo o varias semanas, lo que las convierte en una de las tendencias de trabajo remoto más flexibles hasta la fecha. El capitalismo, ahora ya sin careta, se ríe en nuestra propia cara y le pone un nombre: trabacaciones.

La luchas de antaño y el sacrificio de millones de trabajadores por unas condiciones de trabajo dignas se viene al traste escondida bajo un concepto cool. Trabajar en vacaciones -con tu portátil y móvil desde la playa o la piscina del hotel-, se convierte en una tendencia chic que te hace ganar puntos en tu empresa y mostrar al jefe tu gran implicación. Hasta que te echen, por mucha llamada que hayas atendido bajo la sombrilla de la playa).

COLIVING es un espacio compartido en el que vivir con otras personas que trabajan online. Es parecido a un piso compartido por profesionales digitales, pero con estancias de cortas a medias. Además de un fenómeno residencial, este sistema también es un concepto de vida. En el mismo sentido del “coworking”, el coliving se viste de figura novedosa cuando no es más que el hecho de compartir piso porque no tienes posibilidad de pagarte uno tú solo.

La dificultad para acceder a la vivienda es más patente en las grandes ciudades y los trabajos precarios han vuelto a hacer necesario compartir piso para poder emanciparse, pero esta vez con un vestido cool para revertir su verdadero significado.

En definitiva, diremos que éstos y otros conceptos disfrazan la miseria y la precariedad bajo una terminología fresca y moderna. El uso de las palabras no es neutro, ni inocente utilizamos los términos que queremos para que nuestro interlocutor entienda lo que queremos transmitirle.


El capitalismo es experto en mantener las injusticias en base a disfrazarlas. El lenguaje de las clases dominantes se traslada como núcleo central, perpetuando sus privilegios. El neoliberalismo infiltra sus ideas sutilmente para hacerlas pasar por otra cosa, y el mundo onusiano las interioriza sin más.

Lo importante es romper con el lenguaje capitalista, no dejarse manipular por una terminología que pretende anular nuestra capacidad crítica. Hoy, el valor de la cifras está condicionado por el lenguaje.



*Periodista uruguayo acreditado en la ONU- Ginebra . Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)