Biden renovó la orden firmada por Trump
Por Gustavo Veiga
6 de marzo de 2023
Imagen: Xinhua
Washington incluyó a la isla en su nómina de estados parias. Para hacerlo, Biden se basó en una medida de su antecesor republicano que usó como excusa un conflicto interno de Colombia.
EE.UU renovó el último día de febrero pasado el estatus de Cuba como país patrocinador del terrorismo. La medida es unilateral y Washington la aplica porque se atribuye con naturalidad la condición de gendarme planetario. El gobierno de Joe Biden copió y pegó una decisión administrativa del 12 de enero de 2021 firmada por su predecesor, Donald Trump, basada en una evidencia desactualizada. Información errónea que incluso involucra a un tercer país: Colombia. El Departamento de Estado que conduce Antony Blinken extendió así la orden que rige hace 41 años cuando Ronald Reagan incluyó a la isla en una lista de naciones que somete a la condición de parias. La completan en esta última versión Corea del Norte, Irán y Siria.
La extradición que no fue
La acusación de Estados Unidos a Cuba se apoya en un hecho que prescribió. Además de que incursiona en su habitual abuso del concepto de extraterritorialidad, no tiene respaldo jurídico alguno. El juzgado 4° de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Antioquia había solicitado la extradición de dos jefes guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) durante el gobierno de Iván Duque en 2019. Son Víctor Orlando Cubides, alias Pablo Tejada e Israel Ramírez Pineda, alias Pablo Beltrán. Sobre ambos pesaba una condena a 40 años de prisión por “delitos de rebelión, terrorismo, homicidio simple múltiple y lesiones personales múltiples”.
Los dos se encontraban en Cuba y cuando el actual presidente colombiano Gustavo Petro reanudó las negociaciones de paz con el ELN, desactivó el proceso de extradición para favorecer esa instancia de diálogo. Un documento del estado sostiene que “de acuerdo a la Resolución 177 del 2022 no se harán efectivas las órdenes de captura y pedidos de extradición, generando seguridad jurídica para miembros de la delegación del ELN”. Ese cambio de mirada de Duque a Petro fue ignorado por Estados Unidos.
La Casa Blanca no tomó en cuenta este dato y el Departamento de Estado publica todavía en su sitio oficial que “Cuba rechazó la solicitud de Colombia de extraditar a 10 líderes del ELN que vivían en La Habana después de que ese grupo se atribuyó la responsabilidad del atentado con bomba en 2019 contra una academia de policía de Bogotá que mató a 22 personas e hirió a otras 87”.
La Habana no aceptó el pedido colombiano por una sencilla razón. Este no tiene vigencia desde que Petro asumió la presidencia el 7 de agosto de 2022. Eugenio Martínez Enríquez, director general de América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores cubano, declaró: “¿Cómo puede informar el Departamento de Estado de EE.UU que Colombia solicitó a Cuba la extradición de 10 miembros del ELN cuando el gobierno colombiano nunca solicitó la extradición de 5? ¡Las personas antes mencionadas están hoy en México hablando con el Gobierno Colombia!”.
El diario El Tiempo de Bogotá reseñó el 2 de octubre que la resolución de desistir con la extradición “fue comunicada a Interpol y a otras autoridades nacionales en virtud del principio de colaboración armónica, y aunque inicialmente la suspensión es por tres meses, la resolución de la Fiscalía que la establece dice que esto se hará por el plazo que el gobierno determine”.
Amparándose en una decisión de Duque que ya no está vigente, EE.UU renovó la lista de Trump para estigmatizar a Cuba que la diplomacia de la isla rechazó. Citado por el diario oficial Granma, el viceministro de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández de Cossío, señaló que “solo con un alto grado de demagogia y desvergüenza puede aún el gobierno de Estados Unidos seguir calificando a la isla como supuesto patrocinador del terrorismo, sobre todo, sabiendo el impacto nocivo de esa calumnia en el bienestar del pueblo cubano”.
Obama eliminó a Cuba de la lista
Información originada en La Habana recuerda que “Obama eliminó a Cuba de la lista y comenzó a normalizar las relaciones. Trump agregó 240 duras sanciones adicionales contra la Isla y volvió a designarla como Estado Patrocinador del Terrorismo el 11 de enero de 2021, solo unos días después de la insurrección fascista en el Capitolio”.
Ahora Biden continúa por el mismo camino de una política exterior agresiva, que recrudece, pese a las promesas de cierto acercamiento que había anunciado con relación a la isla. Lejos de volver a la etapa de distensión cuando gobernaba Obama, el actual presidente de EE.UU se parece mucho más a Trump en la relación con Cuba. Los gobiernos demócratas y republicanos tienen una sola política exterior, en ocasiones más beligerante cuando ocupan la Casa Blanca los primeros. Era demócrata John F. Kennedy. Durante su mandato, en 1961 ocurrió la invasión mercenaria de Playa Girón apoyada por Washington.
Prensa Latina sumó el testimonio de la subdirectora general para Estados Unidos de la cancillería cubana, Johana Tablada: “Se trata de una designación montada en la mentira que desacredita y pone en tela de juicio el compromiso de Estados Unidos en lucha contra el flagelo del terrorismo”. El Ministerio del Interior recordó también que “Cuba y su pueblo han sido víctimas del terrorismo de Estado de los sucesivos gobiernos de EEUU: explosión de un avión en pleno vuelo, invasión, guerra biológica y del acto más flagrante de violación de los derechos humanos, un bloqueo que intenta matar por hambre a la población”.
En cambio, el Departamento de Estado justifica su política porque además del caso colombiano, considera que “Cuba también alberga a varios fugitivos estadounidenses de la justicia buscados por cargos relacionados con la violencia política, muchos de los cuales han residido en Cuba durante décadas”.
La organización de Derechos Humanos Wola, con sede en Washington y trayectoria en Latinoamérica y el Caribe –fundada por la iglesia católica de EE.UU en 1974 después del golpe en Chile contra Salvador Allende-, evaluó que Cuba, “no cumple con la definición estatutaria de un estado patrocinador del terrorismo y su comportamiento no ha cambiado materialmente desde que la revisión de inteligencia ordenada por el presidente Obama en 2015 concluyó que Cuba ya no pertenecía a la lista. Se cree que la decisión de incluir a Cuba fue tomada por funcionarios de la administración Trump para afectar a las relaciones entre Estados Unidos y Cuba al inicio de la presidencia de Biden”.
gveiga@pagina12.com.ar
Washington incluyó a la isla en su nómina de estados parias. Para hacerlo, Biden se basó en una medida de su antecesor republicano que usó como excusa un conflicto interno de Colombia.
EE.UU renovó el último día de febrero pasado el estatus de Cuba como país patrocinador del terrorismo. La medida es unilateral y Washington la aplica porque se atribuye con naturalidad la condición de gendarme planetario. El gobierno de Joe Biden copió y pegó una decisión administrativa del 12 de enero de 2021 firmada por su predecesor, Donald Trump, basada en una evidencia desactualizada. Información errónea que incluso involucra a un tercer país: Colombia. El Departamento de Estado que conduce Antony Blinken extendió así la orden que rige hace 41 años cuando Ronald Reagan incluyó a la isla en una lista de naciones que somete a la condición de parias. La completan en esta última versión Corea del Norte, Irán y Siria.
La extradición que no fue
La acusación de Estados Unidos a Cuba se apoya en un hecho que prescribió. Además de que incursiona en su habitual abuso del concepto de extraterritorialidad, no tiene respaldo jurídico alguno. El juzgado 4° de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Antioquia había solicitado la extradición de dos jefes guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) durante el gobierno de Iván Duque en 2019. Son Víctor Orlando Cubides, alias Pablo Tejada e Israel Ramírez Pineda, alias Pablo Beltrán. Sobre ambos pesaba una condena a 40 años de prisión por “delitos de rebelión, terrorismo, homicidio simple múltiple y lesiones personales múltiples”.
Los dos se encontraban en Cuba y cuando el actual presidente colombiano Gustavo Petro reanudó las negociaciones de paz con el ELN, desactivó el proceso de extradición para favorecer esa instancia de diálogo. Un documento del estado sostiene que “de acuerdo a la Resolución 177 del 2022 no se harán efectivas las órdenes de captura y pedidos de extradición, generando seguridad jurídica para miembros de la delegación del ELN”. Ese cambio de mirada de Duque a Petro fue ignorado por Estados Unidos.
La Casa Blanca no tomó en cuenta este dato y el Departamento de Estado publica todavía en su sitio oficial que “Cuba rechazó la solicitud de Colombia de extraditar a 10 líderes del ELN que vivían en La Habana después de que ese grupo se atribuyó la responsabilidad del atentado con bomba en 2019 contra una academia de policía de Bogotá que mató a 22 personas e hirió a otras 87”.
La Habana no aceptó el pedido colombiano por una sencilla razón. Este no tiene vigencia desde que Petro asumió la presidencia el 7 de agosto de 2022. Eugenio Martínez Enríquez, director general de América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores cubano, declaró: “¿Cómo puede informar el Departamento de Estado de EE.UU que Colombia solicitó a Cuba la extradición de 10 miembros del ELN cuando el gobierno colombiano nunca solicitó la extradición de 5? ¡Las personas antes mencionadas están hoy en México hablando con el Gobierno Colombia!”.
El diario El Tiempo de Bogotá reseñó el 2 de octubre que la resolución de desistir con la extradición “fue comunicada a Interpol y a otras autoridades nacionales en virtud del principio de colaboración armónica, y aunque inicialmente la suspensión es por tres meses, la resolución de la Fiscalía que la establece dice que esto se hará por el plazo que el gobierno determine”.
Amparándose en una decisión de Duque que ya no está vigente, EE.UU renovó la lista de Trump para estigmatizar a Cuba que la diplomacia de la isla rechazó. Citado por el diario oficial Granma, el viceministro de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández de Cossío, señaló que “solo con un alto grado de demagogia y desvergüenza puede aún el gobierno de Estados Unidos seguir calificando a la isla como supuesto patrocinador del terrorismo, sobre todo, sabiendo el impacto nocivo de esa calumnia en el bienestar del pueblo cubano”.
Obama eliminó a Cuba de la lista
Información originada en La Habana recuerda que “Obama eliminó a Cuba de la lista y comenzó a normalizar las relaciones. Trump agregó 240 duras sanciones adicionales contra la Isla y volvió a designarla como Estado Patrocinador del Terrorismo el 11 de enero de 2021, solo unos días después de la insurrección fascista en el Capitolio”.
Ahora Biden continúa por el mismo camino de una política exterior agresiva, que recrudece, pese a las promesas de cierto acercamiento que había anunciado con relación a la isla. Lejos de volver a la etapa de distensión cuando gobernaba Obama, el actual presidente de EE.UU se parece mucho más a Trump en la relación con Cuba. Los gobiernos demócratas y republicanos tienen una sola política exterior, en ocasiones más beligerante cuando ocupan la Casa Blanca los primeros. Era demócrata John F. Kennedy. Durante su mandato, en 1961 ocurrió la invasión mercenaria de Playa Girón apoyada por Washington.
Prensa Latina sumó el testimonio de la subdirectora general para Estados Unidos de la cancillería cubana, Johana Tablada: “Se trata de una designación montada en la mentira que desacredita y pone en tela de juicio el compromiso de Estados Unidos en lucha contra el flagelo del terrorismo”. El Ministerio del Interior recordó también que “Cuba y su pueblo han sido víctimas del terrorismo de Estado de los sucesivos gobiernos de EEUU: explosión de un avión en pleno vuelo, invasión, guerra biológica y del acto más flagrante de violación de los derechos humanos, un bloqueo que intenta matar por hambre a la población”.
En cambio, el Departamento de Estado justifica su política porque además del caso colombiano, considera que “Cuba también alberga a varios fugitivos estadounidenses de la justicia buscados por cargos relacionados con la violencia política, muchos de los cuales han residido en Cuba durante décadas”.
La organización de Derechos Humanos Wola, con sede en Washington y trayectoria en Latinoamérica y el Caribe –fundada por la iglesia católica de EE.UU en 1974 después del golpe en Chile contra Salvador Allende-, evaluó que Cuba, “no cumple con la definición estatutaria de un estado patrocinador del terrorismo y su comportamiento no ha cambiado materialmente desde que la revisión de inteligencia ordenada por el presidente Obama en 2015 concluyó que Cuba ya no pertenecía a la lista. Se cree que la decisión de incluir a Cuba fue tomada por funcionarios de la administración Trump para afectar a las relaciones entre Estados Unidos y Cuba al inicio de la presidencia de Biden”.
gveiga@pagina12.com.ar