25 ago 2023

LA ALTERNATIVA QUE SE CONSOLIDA

El BRICS ampliado, la desdolarización y los recelos de Occidente

Claudio della Croce
On Ago 24, 2023





Los mandatarios de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica acordaron ampliar el número de integrantes del grupo BRICS y, de las 67 naciones que presentaron su solicitud de incorporación, acordaron el ingreso de Argentina, Arabia Saudí, Egipto, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos e Irán.

El bloque representa el 40 por ciento de la población mundial, 24% del Producto Interno Bruto global, el 16% de las exportaciones y el 15% de las importaciones mundiales de bienes y servicios. Según trascendió, se produjo una presión muy fuerte de Brasil, India y China para que se apruebe un mecanismo que defina los nuevos ingresos, ante las trabas impuestas por Sudáfrica, el anfitrión, que se conjugaban con un asedio por parte de Estados Unidos y las principales potencias occidentales.

Al encuentro fueron invitados alrededor de 70 jefes de Estado, entre los cuales no figuraban los mandatarios de EEUU ni Reino Unido. El despliegue generado por los BRICS motivó la reacción negativa de las potencias occidentales, ya sea de manera directa o a través de entidades que responden a sus intereses.

Tal es el caso de la Corte Penal Internacional (CPI), la que en marzo último acusó formalmente al presidente ruso Vladimir Putin como “criminal de guerra” por la supuesta deportación ilegal de niños de Ucrania a Rusia en medio del conflicto entre ambas naciones. El resultado de la maniobra de la CPI sólo tuvo un éxito parcial: impidió el viaje de Putin a Sudáfrica, pero no logró abortar su participación en el cónclave, por videoconferencia.


Con Rusia soportando el asedio de la OTAN en términos militares y económicos, China ha asumido el motor del bloque y ha delineado una estrategia expansiva por la que se estrecharán los vínculos entre los BRICS y su propia Iniciativa de la Franja y la Ruta, un gran mercado que atravesará Asia y que incluirá a África y buena parte de Europa Occidental.

La prueba de fuego para que China pudiera consolidar su proyecto económico hacia Occidente fue su aporte a la pacificación en las relaciones entre los principales gobiernos de Medio Oriente, Irán y Arabia Saudita, cuya rivalidad política fue explotada al máximo por EEUU para conservar sus posiciones y promover sus intereses en esta conflictiva región.

Uno de los más relevantes ejes económico y político se está desarrollando ahora entre China y Arabia con una importante cooperación en tecnología, energía e infraestructura.

Desdolarización

Pero hay otro factor que genera una preocupación todavía mayor a la Casa Blanca: los países de los BRICS están comenzando a comercia entre ellos sin usar el dolar. Y están trabajando en el “R5”, una canasta de todas las monedas BRICS que, casualmente, comienzan con “R”: renminbi (yuan), rublo, real, rupia y rand.



Pero el camino de la desdolarización también apunta a generar un cambio profundo en el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) de los BRICS. Si bien las operaciones de esta entidad tienen respaldo en oro, dos tercios de sus préstamos fueron ejecutados en dólares por razones de liquidez, por lo que en medio de las sanciones aplicadas por EEUU, se les dificultó el apoyo a Rusia en su conflicto con los países de la OTAN.

El Banco NBD tiene ocho miembros: además de los cinco originales del bloque, desde 2021 se han incorporado Bangladés, Emiratos Árabes Unidos y Egipto. También el gobierno argentino ha expresado su interés en incorporarse al NBD, en búsqueda de un financiamiento alternativo al que ofrecen el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otras entidades occidentales.

En junio se conoció el interés del gobierno de Francia por participar de la cumbre en Johannesburgo en calidad de “observador”. El pedido se justificaría en el interés por comenzar a desdolarizar las transacciones internacionales. Ya en marzo, para pagar un contrato de gas natural licuado con Emiratos Árabes Unidos, Francia utilizó yuanes. Y en abril fortaleció su relación con China con una visita presidencial.

Sin embargo, las pretensiones de Francia de asistir la cumbre fueron rechazadas en conjunto por su participación en la guerra contra Rusia y por la aplicación de sanciones unilaterales. Además, se percibió como negativa la intervención de una nación europea perteneciente a la OTAN y al G7, en un evento vinculado al Sur Global. Por último, no fueron pocos quienes temieron que la participación de Macron, como un nuevo Caballo de Troya, escondiese intereses ocultos.

El bloque ampliado tendrá uno de sus mayores potenciales -y reto a la vez- en la creación de una moneda común o a un mecanismo de pagos que ponga fin a la nociva hegemonía del dólar estadounidense, cada vez más usada por Washington como arma de disciplina y coerción en contra de todo país que no siga sus designios.

Lula da Silva señaló que no es correcto depender de un único país con capacidad de imprimir la moneda global de reserva, por lo que debe fomentarse el uso de divisas locales en las transacciones entre integrantes del BRICS, sin que ello signifique una confrontación o rivalidad con Occidente.

BRICS se abre camino al andar

El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva señaló que “no queremos peleas con nadie, sino una integración intercontinental para que todos los países sean tratados en igualdad de condiciones”, moción secundada por su colega chino, Xi Jinping, quien llamó a ser compañeros en el camino de desarrollo y ascenso, oponerse a los intentos de separación y a la presión económica, y centrarse en la cooperación empresarial.



Desde su primera cumbre, en 2009, el bloque de los BRICS ha permitido un incremento en los intercambios mercantiles, la cooperación y la integración entre países muy disímiles en su peso económico, su configuración política, historia y cultura, pero que han encontrado un común denominador en su interés por contar con una plataforma de desarrollo libre de las dinámicas neocoloniales y las imposiciones dogmáticas que caracterizan a las iniciativas impulsadas por Occidente.

Ha sido sostenida la superioridad del crecimiento económico de las economías de BRICS frente al G-7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido), que si bien agrupó a las naciones más industrializadas, se ha convertido en jun club de aliados de Washington.

Los logros del BRICS no anularon las persistentes desigualdades dentro de cada nación y los serios rezagos que varias de ellas experimentan en rubros como educación, sanidad, vivienda y otros derechos sociales. Se espera que el ingreso de nuevos miembros genere las sinergias necesarias para remediar tales carencias.

Euforia argentina

El presidente argentino Alberto Fernández anunció oficialmente el ingreso argentino al grupo de economías emergentes y afirmó que Argentina «es y será un país integracionista. Los Brics son para la Argentina una nueva oportunidad, es una meta coherente con nuestra búsqueda por proyectar a nuestro país como un interlocutor clave y un potencial articulador de consensos en colaboración con otras naciones».


Recordó que los países miembros del bloque respaldan a la Argentina en el reclamo de soberanía por las Islas Malvinas ante el Reino Unido. «No es una cuestión menor, tampoco, subrayar que el reclamo argentino para resolver la disputa de soberanía de la Cuestión Malvinas tiene en este foro a países que acompañan una resolución pacífica y negociada, tal como lo dispusieron diversas resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas», expresó Fernández.

En Brasil no veían con malos ojos la demora en la definición en el ingreso argentino, si esto además permite hacer una pausa para ver cómo resuelve el país su futuro gobierno. Si fuera el ultraderechista Javier Milei el triunfador, no sólo que nadie cree que le pueda interesar el BRICS sino que, en el caso de Brasil, al gobierno de Lula no le interesa un gobierno «ultraderechista» argentino a su lado ni «contaminando» el BRICS.

Definitivamente, los BRICS consiguieron constituirse en un especial centro de atención dentro de un escenario geopolítico marcado por la decadencia de las tradicionales potencias, pero también por el ascenso del Sur Global y del multilateralismo.

*Economista y docente argentino, investigador asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)