Reunión en Roma causa desastre político-diplomático
ROMA (ANSA) –28.08.2023
Imagen: Ministra libia Mangoush suspendida huye tras encuentro con Cohen / ANSA
La reunión secreta en Roma entre la ministra libia de Asuntos Exteriores, Najla Al Mangoush, y su colega israelí, Eli Cohen, acabó en un desastre político-diplomático tras la filtración del ministerio de Estado judío que provocó protestas callejeras en Trípoli.
Además de eso llevó a la suspensión de Al Mangoush, obligada a refugiarse en Turquía, y generó un fuerte desconcierto en Israel, así como duras críticas de Estados Unidos, según algunas fuentes entre los patrocinadores de la iniciativa.
Neumáticos quemados, banderas con la estrella de David incendiadas y protestas sacudieron la noche en Trípoli, donde los manifestantes gritaban pidiendo la destitución de la ministra -suspendida por el primer ministro interino Abdelhamid Dbeibah y sustituida por el ministro de Juventud Fathallah Zanni- que se refugió en Estambul, donde llegó en un misterioso vuelo que despegó por la noche desde el aeropuerto Mitiga de Trípoli sin autorización alguna, al menos según el organismo de seguridad nacional libio.
También fueron atacados la casa de Dbeibah y la puerta exterior del ministerio de Asuntos Exteriores.
Un terremoto que barajó las cartas que Dbeibah acababa de poner sobre la mesa en un intento de asegurar la supervivencia política de alguna manera prevista por Washington a cambio, entre otras cosas, de una normalización de las relaciones con Israel, interrumpidas hace casi 60 años.
Por ahora, la difusión de la noticia del encuentro en Roma es inexplicable. "A diferencia de lo que se ha publicado, la filtración de noticias sobre la reunión con el ministro de Asuntos Exteriores libio no provino de la oficina del ministro de Asuntos Exteriores ni de la oficina del ministerio de Asuntos Exteriores" israelí, precisó el vocero del ministerio en Jerusalén, Lior Hayat, negando la evidencia del hecho de que la noticia fue difundida sobre el canal de WhatsApp de su ministerio acompañada de fotografías de los dos ministros.
Un acontecimiento que desencadenó las reacciones de la oposición contra el gobierno de Benjamín Netanyahu, que ya se encuentra en graves dificultades debido al asunto de la reforma de la justicia.
Un comportamiento "amateur, irresponsable", que demuestra "una grave falta de juicio", atacó a Yair Lapid.
"Cuando se hace todo lo posible por las relaciones públicas y los titulares, sin responsabilidad ni previsión, esto es lo que sucede", comentó a su vez Benny Gantz.
Las consecuencias en Trípoli para la precaria permanencia de Dbeibah en el poder también fueron desastrosas, aunque el ministerio de Asuntos Exteriores libio se justificó afirmando que la reunión fue "casual, informal y sin preparación".
La reunión de Roma es "una violación de las leyes libias que penalizan la normalización con la entidad sionista", escribió el jefe del consejo presidencial libio, Mohammed Menfi, en una carta al primer ministro.
"El proyecto del Gobierno de unidad nacional ha ido más allá de todas las líneas prohibidas y se ha convertido en un deber derribarlo", escribió en un comunicado el ex jefe del Alto Consejo de Estado libio, Khalid al-Mishri. Y muchos lamentaron la traición a la causa palestina, una prioridad tradicional de la política exterior libia, también a la luz de la protección de la "herencia judía libia" declarada por Cohen entre los temas del encuentro.
Estados Unidos también intervino en el asunto. El gobierno del presidente Joe Biden estaba al tanto de la reunión, informó el portal israelí Walla, que recoge el comentario de un funcionario estadounidense. "Eliminaron el canal de conversaciones con Libia e hicieron mucho más difíciles nuestros esfuerzos para promover la normalización con otros países", aseguró la misma fuente.
Versión confirmada en la red social X (antes Twitter) por el analista libio Mohamed Eljarh, para quien Washington "prometió a Dbeibah apoyo político y diplomático a su gobierno a cambio de avances tangibles en la normalización con Israel".
Los acuerdos de Abraham con sabor libio quedaron estancados, quién sabe por cuánto tiempo, en las arenas de los desiertos cuyos escollos conocen ambos países.
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