El espíritu de rebelión y la elección de Porto Alegre
Jeferson Miola
La derrota del coronelismo de las empresas constructoras y del gobierno melo-bolsonarista en la elección para los miembros de la Región 1 del Consejo de Desarrollo Urbano y Ambiental (CMDAU) de Porto Alegre, fue un acontecimiento político relevante. Y sobre todo, alentador. El impulso político deriva no sólo de la propia victoria democrática y popular, que adquirió una dimensión heroica en las condiciones en las que se produjo, sino principalmente por la dinámica militante que llevó a tal victoria.
Esta votación mostró la fuerza de una rebelión activa, resistente y calumniada en Porto Alegre. Una fuerza que surge contra el gangsterismo político, la privatización de la ciudad y la lógica ultraliberal y reaccionaria que agrava las injusticias y la exclusión social con devastación ambiental.
Esta votación mostró la fuerza de una rebelión activa, resistente y calumniada en Porto Alegre. Una fuerza que surge contra el gangsterismo político, la privatización de la ciudad y la lógica ultraliberal y reaccionaria que agrava las injusticias y la exclusión social con devastación ambiental.
Un sentimiento rebelde y radicalmente democrático, progresista, de izquierda, que no se resignó, antineoliberal, anticapitalista, humanista, socialista, feminista, antirracista. Una fuerza de movimiento de configuración transgeneracional, que abarca a jóvenes jóvenes, adultos maduros jóvenes, adultos maduros, septuagenarios, octogenarios …
Un movimiento de fuerza autoconvocado. Un activismo autoorganizado y articulado no sólo en las redes sociales, sino principalmente en redes de sociabilidad política, asociativa, afectiva, laboral, cultural. Es decir, en el mundo real de afectos, encuentros, resistencias y re-existencias.
La asistencia récord de los votantes fue la reacción ciudadana que surgió en respuesta a la estrategia de los “dueños de la ciudad”. No hubo participación de los partidos en la movilización. Una iniciativa articulada espontáneamente como reacción indignada al objetivo del poder económico de controlar la CMDAU para dar forma al Plan Maestro con el propósito de transformar Porto Alegre en un desierto de cemento.
Un movimiento de fuerza autoconvocado. Un activismo autoorganizado y articulado no sólo en las redes sociales, sino principalmente en redes de sociabilidad política, asociativa, afectiva, laboral, cultural. Es decir, en el mundo real de afectos, encuentros, resistencias y re-existencias.
La asistencia récord de los votantes fue la reacción ciudadana que surgió en respuesta a la estrategia de los “dueños de la ciudad”. No hubo participación de los partidos en la movilización. Una iniciativa articulada espontáneamente como reacción indignada al objetivo del poder económico de controlar la CMDAU para dar forma al Plan Maestro con el propósito de transformar Porto Alegre en un desierto de cemento.
Con una buena participación ciudadana, eligieron al Consejo al abogado Felisberto Seabra Luisi y derrotaron a la vanguardia del retraso, no tienen militancia partidaria. Varios, especialmente de edades más avanzadas, incluso están afiliados a partidos. Pero un contingente significativo de estos votantes no tiene militancia partidista ni filiación partidaria.
Sin embargo, son refractarios, hostiles o incluso indiferentes a los partidos políticos, especialmente en relación con el Partido Socialismo y Libertad (PSOL), el Partido de los Trabajadores (PT), y el Partido Comunista do Brasil. Por el contrario, son conscientes de la necesidad y la importancia de fortalecer y ampliar la representación de estos partidos en los gobiernos y las legislaturas.
Las identidades de este microcosmos político de izquierda con líderes y figuras públicas son diversas y plurales.
Fue posible observar y escuchar, sin embargo, un magnetismo de estas militancias y activismos de referencias como Manuela D’Avila y Matheus Gomes. “Ellos representan este espíritu de rebelión y combate”, señalaron muchos votantes, de pie, hambrientos y sin agua en los caóticos colegios electorales.
Es necesario evitar una disonancia entre las decisiones de las «nomenclaturas” partidarias y este activismo progresista y combativo que expresa una dinámica social poderosa y real en la capital de Río Grande do Súl.
Sin embargo, son refractarios, hostiles o incluso indiferentes a los partidos políticos, especialmente en relación con el Partido Socialismo y Libertad (PSOL), el Partido de los Trabajadores (PT), y el Partido Comunista do Brasil. Por el contrario, son conscientes de la necesidad y la importancia de fortalecer y ampliar la representación de estos partidos en los gobiernos y las legislaturas.
Las identidades de este microcosmos político de izquierda con líderes y figuras públicas son diversas y plurales.
Fue posible observar y escuchar, sin embargo, un magnetismo de estas militancias y activismos de referencias como Manuela D’Avila y Matheus Gomes. “Ellos representan este espíritu de rebelión y combate”, señalaron muchos votantes, de pie, hambrientos y sin agua en los caóticos colegios electorales.
Es necesario evitar una disonancia entre las decisiones de las «nomenclaturas” partidarias y este activismo progresista y combativo que expresa una dinámica social poderosa y real en la capital de Río Grande do Súl.
Matheus Gomes
Es difícil entender, en este sentido, por qué tanto Manuela D’Avila (PT/PcdoB/PV) como Matheus Gomes (PSOL/REDE), no forman parte de las ecuaciones de izquierda para la definición de la plancha que enfrentará a la coalición ultraliberal y reaccionaria en las elecciones de octubre en ese estado sureño.
Hay tiempo suficiente para poner en práctica un proceso de elección de una poderosa plancha electoral, que empodere mejor este espíritu rebelde y de lucha y ofrezca las mejores oportunidades para derrotar a la extrema derecha de la ciudad y de Rio Grande do Sul en todas sus versiones: fascista, no fascista, lavajatista y bolsonarista.
*Miembro del Instituto de Debates, Estudios y Alternativas de Porto Alegre (Idea), fue coordinador ejecutivo del V Foro Social Mundial. Colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
Es difícil entender, en este sentido, por qué tanto Manuela D’Avila (PT/PcdoB/PV) como Matheus Gomes (PSOL/REDE), no forman parte de las ecuaciones de izquierda para la definición de la plancha que enfrentará a la coalición ultraliberal y reaccionaria en las elecciones de octubre en ese estado sureño.
Hay tiempo suficiente para poner en práctica un proceso de elección de una poderosa plancha electoral, que empodere mejor este espíritu rebelde y de lucha y ofrezca las mejores oportunidades para derrotar a la extrema derecha de la ciudad y de Rio Grande do Sul en todas sus versiones: fascista, no fascista, lavajatista y bolsonarista.
*Miembro del Instituto de Debates, Estudios y Alternativas de Porto Alegre (Idea), fue coordinador ejecutivo del V Foro Social Mundial. Colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)