23 sept 2014

La lista de Grasselli

El actual obispo militar compiló en los años duros un fichero con cientos y cientos de casos que le llevaban los familiares. Fue testigo en las causas de derechos humanos, pero nadie había reparado en que también era capellán castrense y, por lo tanto, funcionario de la dictadura. Y ahora la pregunta es cómo obtenía la información.


 Por Alejandra Dandan

El fiscal Federico Delgado pidió la indagatoria del obispo Emilio Grasselli, secretario del vicario castrense durante la dictadura y hoy él mismo vicario castrense. Es la primera vez que sucede. Entre las pruebas más importantes se encuentran los datos de su filiación como funcionario del Estado represivo, un dato que estuvo a mano desde siempre, pero sobre el que se ha reparado recién en los últimos tiempos. Según esos datos, Grasselli no era sólo secretario del vicario, como venia sosteniendo en su defensa, sino que de acuerdo con la nómina oficial de capellanes castrenses y auxiliares del Ejército de la Capellanía Mayor del Ejército, “ejerció el puesto de capellán castrense de la Capellanía Mayor del Ejército entre el 1º de diciembre de 1967 y el 31 de marzo de 1980”.
“En todas sus declaraciones, Grasselli omitió esta información y es relevante mencionarlo porque un capellán castrense es funcionario público”, señala un informe de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) elaborado a pedido de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad y parte del análisis de Delgado. “El vicariato castrense es una institución de doble pertenencia que responde a la Santa Sede en el orden religioso-doctrinario y al Estado nacional en el orden político-militar-económico, por lo que sus miembros son tanto miembros del clero como del aparato estatal, del cual perciben una remuneración mensual y un conjunto de obligaciones.”
Ahora quien debe decir si el obispo va ser a llamado es el juez Julián Ercolini, a cargo de otra parte de la investigación en una causa hasta ahora sin avances.
Grasselli es una de las personas más nombradas en las búsquedas de los familiares de desaparecidos. Muchísimos hicieron cola durante horas para verlo en la capilla Stella Maris y preguntar por sus seres queridos con la esperanza de obtener información. Con los datos, Grasselli construyó un enorme fichero. Armó listados, prometió y en ocasiones proveyó respuestas. Hasta ahora, la Justicia lo llamó como testigo en seis ocasiones, como señala el Informe: en septiembre y diciembre de 1984, 1999, 2001, 2011 y hace dos semanas. Nunca estuvo imputado, aunque hay causas que los jueces no hacen prosperar. En el juzgado de Ercolini hay una investigación abierta luego del primer juicio de robo de niños, impulsada por el fiscal Martín Niklison y el TOF 6. En el juzgado de Sergio Torres desde septiembre de 2013 hay una informe del Registro de la Propiedad de la Provincia de Buenos Aires con datos que lo ubican como uno de los propietarios de la isla El Silencio, del Tigre, vendida a Jorge Radice, el marino contador de la ESMA, para ser usada como centro clandestino temporario para los prisioneros de la Armada. El dato, además, esta documentado en el libro El Silencio, de Horacio Verbitsky, de 2005.

El informe

El Informe de la CMP se presentó el lunes pasado. Lo hizo el Programa de Justicia sobre delitos de lesa humanidad que coordina Claudia Bellingeri. Lo más impactante es que por primera vez se organiza el mundo de información sobre Grasselli, reúne y contrasta sus declaraciones y reconstruye la lógica de trabajo. “No hay información del padre Emilio Grasselli en los archivos de la Dipba (...) No obstante encontramos información significativa en el fichero elaborado por Grasselli sobre 2075 personas detenidas, cuyas copias posee esta Comisión. Lo que sigue es un análisis preliminar del mismo.”
El fichero está en manos de la Justicia desde 1999. “En todas las ocasiones (Grasselli) explicó que la creación de su fichero personal tuvo relación directa con la necesidad de sistematizar la información que iba obteniendo, porque llegado un momento era muchísima gente no solo la que se acercaba a pedir información sobre familiares, sino también la que aportaba datos de otras personas. Dice el sacerdote: ‘Primero hacía una lista pero nos sobrepasó. Como en aquella época no había computación, comencé a hacer fichas y así formé un fichero. En la primera parte de la ficha ponía nombre, el lugar del hecho y el día que me visitaba, y en el anverso, algún dato o dirección de alguien a quien podía comunicarse por si llegara una novedad. Cuando venía monseñor (Adolfo Servando Tortolo) cada semana, cada 15 días, le presentaba esa lista y él hacía una copia y la mandaba al Ministerio del Interior, a veces al Ejército, a la Fuerza Aérea o la Marina’ (Testimonio de Grasselli, Circuito Camps, La Plata 2011)”.
Según el testimonio del propio Grasselli, “el fichero contiene información de cerca de 2500 personas detenidas. En la mayoría de los casos fueron los familiares o amigos quienes aportaron parte de esa información al sacerdote. Como es sabido, a partir del golpe muchos familiares o amigos recurrieron a la Iglesia Católica en busca de información sobre paraderos. El sacerdote Grasselli ejercía su trabajo en la pastoral vinculado con el vicariato castrense para las Fuerzas Armadas”.
“La noticia de esa atención corrió rápidamente y las familias víctimas acudían con la esperanza de tener alguna información”, mencionan en este caso un texto de Emilio Mignone, del libro Iglesia y dictadura de 1986.
¿Cuánta gente atendió Grasselli? ¿Cuántas fichas? ¿Durante cuántos años? “No queda claro el período en el que armó el fichero”, dice la CMP. En 2001, por ejemplo, dijo que lo hizo entre 1974 y 1978 o 1979. También que tomó pocos casos previos al golpe; que lo hizo por cuatro años y que atendió entre 20 y 50 casos por día. Pero los números no dan. Si hubiese atendido 20 personas por día en 8 meses, de abril a noviembre, habría hecho 4800 fichas. El número sería mayor multiplicado por cuatro años. El número da bien sólo si hubiesen sido 2,5 personas por día. Así, la CMP sostiene que exageró intentando elaborar una imagen propia de sacrificio y derechos humanos. También, que no elaboró fichas de todos los detenidos y de las consultas. Un dato que puede verse corroborado, por ejemplo, porque “se ha comprobado que Grasselli mantuvo vínculos con detenidos de los cuales no elaboró fichas. Es el caso de quienes estaban alojados en la ESMA en calidad de ‘reeducados’”.
También es posible que haya destruido fichas que lo comprometieran. Como ejemplo se menciona el caso de José David Aleksosky. Su hermano declaró que visitó a Grasselli en 1976 y que el cura tomó los datos. Cuando citaron al cura en 1999, le mencionaron esa ficha. “Cuando me mencionaron la citación, busco la ficha y no la encuentro –dijo–, adelanto, advierto, que no sé qué pasó con esa ficha, tal vez la retuvo monseñor. Era un caso particular o estará traspapelada.”

Las fuentes

Otro punto siempre en duda es cómo obtenía información sobre los casos y su rol en esa cadena. Siempre dijo que lo hacía a través de su superior, monseñor Tortolo. En 1999 dijo que “de las gestiones sólo se encargaba el vicario. Ese trámite lo hacía él personalmente, a veces enviaba cartas”. Pero el Informe sugiere que él mismo podría haber tenido acceso a la información: por sus funciones efectivas y el mundo de relaciones del cargo. Entre 1955 y 1975, por ejemplo, fue secretario privado del cardenal Antonio Caggiano, primero arzobispo de Rosario y luego arzobispo de Buenos Aires y vicario castrense. En 1975, cuando Caggiano renunció, Grasselli pasó a ser secretario de Tortolo que entonces era arzobispo de Paraná, presidente de la Comisión Episcopal argentina y vicario. Según el diario de Victorio Bonamín, provicario castrense, Caggiano le pidió a Tortolo que lo mantenga en el puesto.
En ese sentido, es cierto que cumplía funciones de secretario. Ahora bien, dice el CMP: “Sin embargo al atender la agenda y las actividades del vicariato, su trabajo pastoral se ejercía centralmente en la sede oficial de la institución, la Iglesia Stella Maris, sita en el predio del edificio Libertad, sede del Estado Mayor de la Armada, donde además trabajan y se reunía el vicario castrense Bonamín y los capellanes mayores de las tres fuerzas: José Mario Ricardo Menestrina (Ejército), Domingo Carmelo Genise (Armada) y Ovidio Feliz Tripodi (Fuerza Aérea). Además, según admitió en 2001, ‘algunos soldados de la Armada lo ayudaban en el armado de fichas’”, dice. “En los hechos, el sacerdote cumplió una función correspondiente al vicariato, no estatutaria, pero función al fin.” Tortolo, además, “era entre mayo de 1975 y 1976 el eclesiástico con más poder político en la Iglesia” con “tres cargos jerárquicos en simultáneo”. Y finalmente, también está su rol en la capellanía en comisión.
Todavía no hay certezas del rol que efectivamente cumplió, pero hay algunas pistas.
Mercedes Soiza Reilly es fiscal del juicio ESMA. “Durante el megajuicio que se está desarrollando en la causa ESMA, hemos escuchado innumerable cantidad de relatos que dan cuenta del rol que le cupo a la Iglesia durante la última dictadura militar. La imagen de Grasselli aparece en cada uno de estos testimonios. Surge la confianza que las familias depositaban en él buscando una respuesta. En algunos casos era él quien pedía información del resto del grupo familiar. Las largas filas fueron la imagen frecuente, que para aquellos años, tuvo la iglesia Stella Maris, lugar donde el cura atendía a los familiares. Avanzar en la participación que tuvo Grasselli en los hechos criminales cometidos, que tuvieron relación directa con el cargo que ocupaba, demuestra una vez más que las estructuras militares funcionaron con la colaboración necesaria de todas las Instituciones del Estado.”
Mignone habló en 1986 en ese mismo sentido. “Resulta evidente que los jefes militares permitieron –o tal vez promovieron– esta actividad de Grasselli porque favorecía sus planes, creaba confusión, alentaba esperanzas y adormecía la combatividad de los familiares. Algo similar se hizo abriendo el inútil registro de denuncias del Ministerio del Interior.”
La renuncia de Grasselli a una capellanía castrense para tomar otra de mayor rango.

Las fichas de los desaparecidos del desmemoriado padre Graselli
Allanarán la vivienda de monseñor Graselli, donde estarían las fichas que confeccionó con datos aportados por los familiares.
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Por Victoria Ginzberg

t.gif (862 bytes)  La Cámara Federal de La Plata ordenó un allanamiento en el colegio donde trabaja monseñor Emilio Teodoro Graselli para apropiarse de su archivo personal sobre desaparecidos. Durante la dictadura, el ex secretario privado del vicario castrense Adolfo Tortolo recibía a los familiares de las víctimas y tenía un gran fichero con los casos. Según dijo, llegó a tener dos mil quinientas fichas. El sacerdote declaró ayer en el juicio en el que se investiga lo sucedido con más de dos mil desaparecidos y sorprendió al revelar que conservaba sus documentos. Pero la frase que más usó fue “no recuerdo”. Ni siquiera se acordaba de haber declarado ante la CONADEP, aunque tuvo que admitirlo cuando en la sala se leyó su propio testimonio, hecho en 1984.
Varias madres y abuelas de Plaza de Mayo que se habían entrevistado, en la iglesia Stella Maris, con Graselli en busca de datos sobre sus hijos y nietos estaban ayer presentes en la Cámara Federal platense. Las palabras del sacerdote causaban una mezcla de risa e indignación. Ellas recordaban cómo él les daba esperanzas para que volvieran a verlo, les hacía promesas y les preguntaba datos sobre sus hijos, sus amigos y sus familias. Según admitió Graselli, durante la dictadura llegó a ver, por día, a cincuenta personas. El sacerdote se presentó ante el tribunal como un benefactor de las víctimas y los únicos detalles que recordó estaban vinculados con personas a quienes supuestamente había ayudado. Negó haber tenido entrevistas con jefes de las Fuerzas Armadas o de Policía para averiguar la suerte de los desaparecidos. Afirmó que su jefe, Tortolo –ya fallecido–, se ocupaba personalmente de esas tareas y que nunca pudieron averiguar nada ni saber la suerte corrida por alguna persona. Sólo admitió haber ido una vez al Ministerio del Interior pero –dijo– no se acordaba el motivo.
–¿Recuerda haberse entrevistado con la familia de José David Aleksosky, quien desapareció en octubre de 1976, mientras hacía la conscripción en elRegimiento de Granaderos José de San Martín? –preguntó Alberto Durán, presidente del tribunal.
–No lo recuerdo.
–Pero usted declaró ante la CONADEP...
–Nunca fui a la CONADEP. No me llamaron.
Luego de este diálogo Hernán Schapiro, secretario de la Cámara, leyó el testimonio brindado por Graselli ante la CONADEP. Allí había dicho que después de la reunión con los familiares de Aleksosky había podido saber “que se encontraba en el campo clandestino de detención conocido como Arana y que hizo gestiones para que el conscripto pudiera salir del país, pero que luego había recibido un llamado en el que le aseguraban que Aleksosky se había ido al cielo. La lectura de la declaración fue ratificada por el sacerdote: “Me había olvidado de eso”, dijo.
A pesar de haber quedado en evidencia, Graselli no cambió de actitud, siguió negando recordar los casos que le presentaba Claudio Abalos –por la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Plata–, entre ellos el de Elsa Nocent. Sus padres, Albano y Elsa Rosa, estaban en la sala y se carearon con el sacerdote.
Graselli se remitía constantemente a las fichas, que, según dijo, se elaboraban exclusivamente con material aportado por los familiares de las víctimas. “Los datos de cada caso dependían del relato de quienes me venían a ver. En general, tenían el nombre del desaparecido y la fecha en la que había sido secuestrado. En el reverso anotaba el nombre y la dirección de quienes habían venido a preguntar por él y las fechas de la o las entrevistas. Con las fichas elaboraba una lista que Tortolo enviaba a los jefes de la Fuerza, al Ministerio del Interior y al jefe de la Policía Federal”, explicó el sacerdote.
Muchos años después de hacer cola frente a la iglesia Stella Maris, madres y abuelas empezaron a sospechar que, en realidad, lo que hacía Graselli era inteligencia para los militares. El ex secretario de Tortolo no supo explicar ayer por qué siguió recibiendo gente aunque nunca tenía respuestas. Dijo además que había sido perseguido y amenazado por tratar de ayudar. Alicia y Roberto de la Cuadra se entrevistaron con Graselli en marzo de 1977 para averiguar qué había pasado con su hija Elena y su yerno Roberto. En una segunda reunión, el sacerdote no les dio respuestas pero agrego: “Ustedes no me dijeron que su hija estaba embarazada”. Graselli, que afirmó haberse enterado de la existencia de centros clandestinos de detención por la prensa y la CONADEP, no obtuvo ese dato de la familia De la Cuadra. Como ésta muchas cosas quedaron sin aclarar. El cura aseguró que la solución estaría en sus fichas pero, adelantó que –por ejemplo– el caso Aleksosky (que figuraba en la citación) lo había buscado antes de ir a declarar y no lo había encontrado

Hizo eco

En un dictamen publicado hace dos días, la Fiscalía de Corte expresó que el Tribunal de Apelaciones debió mantener la decisión de enjuiciamiento sobre el empresario de Maldonado Javier Moya y sugiere dar lugar a la anulación de la polémica sentencia que lo liberó. La última palabra la tiene ahora la Suprema Corte de Justicia.

16 - La posta del cangrejo - Foto FEDERICO GUTIÉRREZ - Archivo
La posta del cangrejo. Foto Federico Gutiérrez
Recordemos brevemente los hechos. El 31 de diciembre de 2013, el conocido empresario de Maldonado Javier Moya fue procesado con prisión por comprar sexo con una adolescente: explotación sexual. Tras una extensa investigación, el juez penal de Cerro Largo Javier Gandini decretó que debía ir a prisión, junto a dos proxenetas locales. Pero Moya apeló la sentencia, y en junio quedó en libertad.1 La resolución del Tribunal de Apelaciones (Tap) que lo liberó, y que contó con la discordancia de uno de los tres miembros, despertó inmediatamente una gran polémica y la movilización de distintas organizaciones sociales que expresaron su repudio. El eco mediático y los argumentos del tribunal alimentaron la resonancia del caso. Básicamente, los fundamentos del Tap fueron que Moya no sabía que la adolescente era menor de edad, que cuando él le preguntó, porque estaba en duda, ella le mintió diciendo que tenía 18 años y una hija, y lo indujo a error. Para el tribunal, la pregunta acerca de la edad “comprueba la preocupación del titular (…) respecto a no involucrarse sexualmente con una menor a quien le pagaría sus servicios”. Y argumenta: “lo que sucedió es que él (Moya) en su conocimiento interno, la mantuvo (la relación sexual) con alguien que no era menor, lo que aún no es delito en nuestro país”. Luego del fallo del Tap, y tal como adelantara Brecha en su momento, la fiscal Adriana Umpiérrez presentó el recurso de casación ante la Suprema Corte de Justicia. Siguiendo el proceso habitual, ésta dio traslado al recurso hacia la Fiscalía de Corte, representada por el doctor Jorge Díaz, que lo recibe y tras analizarlo emite una opinión. En este caso, el fiscal considera que corresponde hacer lugar al recurso de casación, es decir anular la sentencia. En un dictamen fechado el lunes 15 de setiembre, y publicado el pasado miércoles 17, afirma que la valoración de si hubo o no error de hecho “no se realizó conforme a las reglas de la sana crítica, faltó ese ‘mínimo de razonabilidad suficiente’ (…) en la consiguiente aplicación del derecho al caso concreto”. Y destaca: “cabe considerar asimismo que M es una persona mayor, de 75 años de edad, con la experiencia que le brinda tanto su edad, como su formación académica (profesor de antropología) y su actividad empresarial, que interrogó a la joven sobre su edad, ya que le pareció muy joven, y por otra parte presenta una complexión física acorde a su edad. Asimismo, corresponde tener presente el hecho muy llamativo y para nada menor, de que M realizaba giros de dinero para la joven, pero el destinatario de los mismos era otra persona”. Por esto, explica que no es “lógico ni razonable” pensar que Moya tuviera la certeza de que se estaba relacionando con una joven mayor de edad. Además a juicio de la Fiscalía “el tribunal realizó una interpretación errónea de la norma al afirmar que era necesario probar fehacientemente la relación sexual”. Esta no es una opinión vinculante, por lo que no obliga a la Suprema Corte de Justicia. Pero es una opinión muy importante, que marca tendencia, y complica el panorama de Javier Moya.
1. Véase Brecha, 16-VI-14.

Se conmemora el Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata


trata
La trata de personas es un delito que despoja a los seres humanos de sus derechos, echa por tierra sus sueños y les priva de su dignidad. Es un delito que debe avergonzarnos a todos y a todas. La trata de personas es un problema mundial, al que ningún país es inmune; millones de víctimas, especialmente mujeres y niñas, se encuentran atrapadas y son explotadas en esta forma moderna de esclavitud.
El 23 de septiembre fue instituido el “Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres, Niñas y Niños”, instaurado por la Conferencia Mundial de la Coalición contra el Tráfico de Personas en coordinación con la Conferencia de Mujeres que tuvo lugar en Dahka (Bangladesh) en enero de 1999. En 1993, Naciones Unidas define por primera vez la violencia contra las mujeres como violencia de género, e incluye la trata de mujeres y la prostitución como una manifestación más de ejercer esta violencia.
Desde la Secretaría de Políticas Sociales queremos hacer hincapié y contribuir a hacer visible un hecho alarmante, como es la alta incidencia en nuestra sociedad de la violencia de género en todas sus manifestaciones. La violencia contra las mujeres es la expresión de un orden social basado en la desigualdad, como consecuencia de la asignación de roles diferentes en función de su sexo, y un reconocimiento distinto y superior para lo masculino que para lo femenino. Por toda la complejidad y dificultad en la visibilización y toma de conciencia social; para luchar contra esta lacra consideramos que es necesario desarrollar medidas de intervención encaminadas a:
1. Prevención de los actos violentos; a través de la sensibilización de la sociedad y de una educación basada en la igualdad de oportunidades y no discriminación por razón de sexo.
2. Sanción de las conductas violentas; a través de una adecuada legislación, persecución del delito, y sanción final como medidas de prevención por su fuerza persuasiva.
3. Tratamiento de los efectos o consecuencias de los actos violentos producidos en las víctimas (intervención bio-psico-social), y la compensación y resarcimiento del daño causado.
4. Sensibilización de los poderes públicos, y de los profesionales que intervienen desde los distintos ámbitos implicados (judicial, policial, sanitario, social, educativo…) a los que, con frecuencia, se les achaca una falta de formación para llevar a cabo una adecuada intervención.
Desde nuestro ámbito de actuación, la educación, consideramos que la escuela es el primer nivel para introducir valores igualitarios, libres de prejuicios y de estereotipos sexistas, donde poder proporcionar modelos de relación desde y para la igualdad; camino necesario para luchar y prevenir la violencia de género en cualquiera de sus manifestaciones.
Uno de los problemas que es preciso afrontar hoy es que cada vez con más frecuencia se presenta la sexualidad asociada con la violencia. Esta visión de las relaciones afectivas y sexuales, que en ocasiones se difunde a través de los medios de comunicación, destruye las relaciones basadas en el amor, la confianza y el respeto, manteniendo los modelos de subordinación de las mujeres. Una de las manifestaciones de esta forma de entender la sexualidad asociada con la violencia es la trata de seres humanos con fines de explotación sexual y/o la prostitución, que lamentablemente persisten y crecen en nuestra sociedad.
Por todo ello, es imprescindible introducir en el currículo escolar contenidos que hagan referencia a los derechos de las mujeres, las situaciones de discriminación, la corresponsabilidad, la igualdad y la violencia de género. En este sentido, y en nuestra labor de facilitar el análisis sobre los problemas sociales y más importante, facilitar herramientas al profesorado, volvemos a presentaros el documento El VIAJE DE LAIA. Se trata de una Guía que publica el Instituto de la Mujer que incluye la historia de Laia intercalando propuestas de actividades para el alumnado e información para el profesorado. Está recomendada para los cursos de bachillerato y 4ª de secundaria.

La trata de personas: situación y perspectivas en América Latina – Por Nuria Sevilla Bayón

El ACNUR define como trata la utilización, en beneficio propio y de modo abusivo, las cualidades de una persona, en contra de su voluntad. La explotación de la persona se dará en términos de prostitución u otros modos de explotación sexual, trabajos o servicios forzados, esclavitud o la extracción de órganos; si bien la más común es la explotación sexual, en especial de mujeres y menores. Para llevar a cabo la captación de personas, los medios son la amenaza o el uso de la fuerza y otras formas de coacción, el rapto, el fraude, el engaño y el abuso de poder o de una situación de debilidad.
Se estima que existen 2,4 millones de personas que se ven obligadas a realizar trabajos forzosos según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). En la mayoría de los casos, el 80% son mujeres o niñas, que, como ya se ha mencionado antes, se ven forzadas a algún tipo de explotación sexual. El porcentaje de niñas, además, ha aumentado en los en el período 2007-2010, y se sitúa ahora entre el 15 y el 20%, de acuerdo con el Informe Mundial sobre la Trata de Personas 2012 de UNODC.
La trata de personas se sitúa como el tercer negocio más lucrativo a nivel mundial, tras el narcotráfico y la venta de armas. De acuerdo con los datos de la OIT, las ganancias ilícitas totales del trabajo forzoso se estiman en aproximadamente 32 billones de dólares al año, de los cuales el 76% proviene de la explotación sexual. Sin embargo, los procesos judiciales y las condenas en este ámbito representan cifras insignificantes, sin llegar apenas a 3.500 condenas en 2008.
¿Qué perfil suelen tener las víctimas? Como resulta obvio, las víctimas de la trata de personas son aquéllas que se encuentran en situación más vulnerable: sobre todo, mujeres y menores de edad; además, a estos factores se les unen otros como pobreza, inseguridad, nivel social bajo y de estudios escasos. La forma de captación va desde el secuestro forzoso al engaño, prometiendo por ejemplo otro tipo de trabajo (cuidado de ancianos o niños) o mediante otro tipo de promesas personales. Existe diferencia entre trata de seres humanos y tráfico de migrantes, que conviene aclarar ya que suele crear confusión y, en el fondo, ambos términos se interrelacionan: la trata no tiene por qué incluir desplazamiento de la persona, aunque sea algo que ocurre con frecuencia; mientras que el tráfico de migrantes implica desplazamiento a otra frontera de manera ilegal.
Una vez captadas, asimismo, estas personas son manipuladas emocionalmente por los captores, quienes amenazan con atacar o herir a sus familiares si intentan escapar, chantajean a las víctimas con el pretexto de que éstas deben pagar deudas ingentes a sus captores (por el dinero “invertido” en el viaje, por ejemplo), e incluso, en algunos casos, se aprovechan de creencias espirituales como el vudú para mantenerlas bajo su poder y opresión. Cuando ha habido tráfico, además, suelen confiscarles los pasaportes, dificultando aún más una posible huida de la víctima.
Con todas las características que hemos visto hasta ahora, podemos afirmar con rotundidad que las acciones inherentes a la propia trata son flagrantes violaciones de los derechos humanos. Concretamente, ACNUR señala el “rapto, encarcelamiento, violación sexual, esclavitud sexual y prostitución forzada, privación de alimentos o de asistencia sanitaria…”, como claras violaciones. Además, las víctimas se enfrentan a consecuencias devastadoras; a modo de ejemplo, podemos mencionar algunos factores citados por la Comisión Interamericana de Mujeres, tales como violencia psicológica, física y sexual, depresión, pensamientos de suicidio, alto riesgo de enfermedades de transmisión sexual incluido VIH-SIDA, alto porcentaje de consumo de drogas y alcohol, así como temor a acudir a servicios médicos por miedo a ser detenidas.
A nivel internacional, existen tratados que marcan directrices para las legislaciones y las actuaciones de gobiernos y estados en lo referente a la trata. Así, como el más importante tenemos al Protocolo de la ONU para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, especialmente de Mujeres y Niños. El principal reto derivado de dicho protocolo son los escasos mecanismos de protección con los que cuentan las víctimas de trata. Entre otras dificultades, se enfrentan a cómo probar que han sido víctimas; se trata de un largo proceso, que debe incluir investigaciones, en el que también muchas veces se presupone que si han sido empleadas en la industria del sexo ha sido de manera voluntaria; por otro lado, no existe un Protocolo claro que establezca los cauces de actuación por parte de los estados; a todo ello hay que sumar el estado psicológico de las víctimas tras una situación traumática, lo que lleva a comportamientos complejos de entender.
Desde hace años venimos comprobando que, en casos de conflicto, la violencia indiscriminada contra la población civil forma parte de un plan establecido y sistematizado, dirigido, ordenado y planificado desde las cúpulas de poder. Conviene, por tanto, señalar la alta vulnerabilidad de mujeres en estas situaciones de crisis humanitarias, donde se ven frecuentemente expuestas a situaciones de explotación sexual y todo tipo de violencia, y en algunos casos pueden acabar resultando víctimas de trata. Es por ello que debemos prestar especial atención ante este tipo de circunstancias. Como señala UNODC, la explotación es una “dinámica que se ve exacerbada durante crisis humanitarias caracterizadas por una violencia generalizada, desplazamientos en masa y desintegración de estructuras familiares”. Luego una vez que tenemos la información, podemos disponer de los medios para evitar estas acciones. ACNUR, por su parte, reconoce la necesidad imperiosa de luchar contra la explotación sexual y la trata en caso de refugiados y exhorta a los Estados y a sus colaboradores a que lleven a cabo operaciones que velen por la existencia de sistemas seguros que eviten estos casos, con hincapié especial en mujeres y niños.
Para lograr la eliminación de dichos riesgos en situaciones de crisis humanitarias, la UN-Inter Agency Committee (IASC) ha identificado la cuestión de género como una de las más importantes, para lo que ha creado el Sub-Working Group on Gender and Humanitarian Action, así como otros sub comités centrados en género a los que se les da peso y relevancia para que éstos sean verdaderamente capaces de afrontar estas situaciones.
Otro grupo de alta vulnerabilidad en esta situación son los niños y niñas. Encontramos aquí factores comunes que propician dicha vulnerabilidad: la pobreza, que lleva a las familias a abandonar a los menores en manos de traficantes en la creencia de que lograrán un futuro mejor; en crisis humanitarias, donde lo verdugos aprovechan las situaciones de caos para raptar a sus víctimas (un caso muy sonado dentro de este bloque fue el de Haití); en conflictos armados, donde los niños suelen ser empleados como soldados por lo fácil que resulta manipularlos; incluso existen casos de menores procedentes de países en vías de desarrollo que son objeto de trata para luego ser adoptados en países desarrollados. De acuerdo con datos ofrecidos por UNICEF, cada día 4.000 niños y niñas son víctimas de trata. En general, el fin de la trata de menores es que éstos sean explotados sexualmente (importante en este punto mencionar el auge de la pornografía infantil, así como a chicas adolescentes obligadas a prostituirse), forzados a matrimonios pre-pactados, o para trabajos forzosos en fábricas o como personal de servicio doméstico (dentro de este grupo, la mayoría de menores son procedentes de África).
La Trata en América Latina: situación y perspectivas
Respecto a los flujos de trata que se observan en el panorama internacional, en África y Oriente Medio, así como Asia Pacífico, se da un número más elevado de trabajos forzosos; mientras que en América Latina, Europa y Asia Central, predominan casos de explotación sexual. Concretamente, la situación en América Latina destaca por ser una zona en la que la trata de personas, principalmente mujeres y niñas o adolescentes, se centra en la explotación sexual. En el caso de esta zona, América del Sur no es solo corredor para la trata, sino que además son países de origen, de tránsito y de destino, con trata de personas tanto interna como a nivel internacional. Además, en las últimas décadas se ha experimentado un auge en la industria del turismo sexual, sobre todo con “clientes” de América del Norte, por motivos de cercanía geográfica. El país más “famoso” y solicitado para este tipo de turismo es Costa Rica.
Hay que tener en cuenta, asimismo, que establecer un número verdaderamente real es difícil, ya que en muchas ocasiones los datos que se manejan son confidenciales por temas de investigación policial; y porque, por otro lado, como ya se ha mencionado, gran parte de las víctimas de trata no pueden o no se atreven a denunciarlo, bien por desconocimiento, bien por miedo a las represalias sobre ellas o sobre sus familiares.
En cuanto a las rutas, dentro de América Latina han quedado establecidas tanto a nivel regional como internacional. Nicaragua es uno de los más destacados proveedores de la trata, sobre todo de menores. Por su parte, Honduras, Guatemala y México son punto de encuentro de personas, que suelen ser posteriormente enviadas a un tercer país, con frecuencia EEUU o Canadá (de nuevo, por motivos de cercanía y reducción de costes).
De modo general, todos los países latinoamericanos cuentan con legislaciones que cubren las exigencias del Protocolo de la ONU adoptado en 2010 para la lucha contra el tráfico y la trata, si bien es cierto que algunos países como Uruguay solo cubren el tráfico y la trata a nivel internacional pero no nacional. Destacan los casos de los países mencionados a continuación:
En Brasil se están llevando a cabo esfuerzos para luchar contra la trata y el tráfico. Así, para el período 2008-2010 se creó un Plan De Acción Nacional centrado en aumentar el apoyo a las víctimas, mayor investigación e incremento de las condenas. El segundo Plan, elaborado para el período 2012-2015, es mucho más ambicioso; se trata de un extenso análisis que profundiza en la visión, amenazas y expectativas de la trata. Como objetivo central, está la prevención de este fenómeno, así como la persecución de sus causantes y la protección de las víctimas.
En la zona del Caribe, cabe destacar la situación de Haití. Las Naciones Unidas establecieron una misión de estabilización en el país (MINUSTAH), que desde 2007 colabora con las autoridades nacionales tras descubrir éstas que se estaban dando numerosos casos de menores que habían sido víctimas de trata; en algunos casos se trataba de trata dentro del propio país y en otros casos había tráfico hacia República Dominicana. Otros países de la zona como Jamaica o Trinidad y Tobago ya han emprendida planes de lucha contra el tráfico.
Colombia ha aprobado recientemente una Estrategia Nacional elaborada de manera conjunta por los Ministerios de Interior y de Justicia. Consta de cuatro enfoques centrales: legal, de género, de protección y regional.
Ecuador desarrolló uno ya en 2006, bastante ambicioso: entre sus objetivos se encuentra cambiar el entorno sociocultural y generar capacidades que prevengan factores que puedan llevar a la trata y al tráfico.
La legislación mexicana cubre todas las formas de explotación, si bien sorprende que solo dos personas fueran condenadas en 2010, dado el alto número de población y el hecho de que sea lugar de captación o paso de víctimas hacia Estados Unidos o Canadá. En este caso, el fenómeno de la trata no parece estar siendo dirigido de manera suficientemente efectiva.
Uno de los mayores retos es el que presenta la organización de las mafias y la corrupción que se genera alrededor de éstas, sin duda un obstáculo a la hora de perseguir a los verdugos. Se han dado casos en los que varias instituciones estatales, de gobiernos locales a miembros de la policía, aparecían involucrados en redes de prostitución con trata de mujeres y niñas.
En término generales en América Latina, los progresos logrados son notables: la mayoría de regulaciones de los países de la región, o bien sus reformas para lograr leyes más estrictas contra la trata, son de años recientes (normalmente 2011 o 2012), y se ha luchado en los últimos tiempos por dar mayor publicidad a este fenómeno, acto de vital importancia puesto que se desconoce o se quiere desconocer acerca de éste. Para ello, han tenido lugar dos Cumbres Iberoamericanas contra la Trata de Seres Humanos y se han establecido nuevas normas jurídicas, que siguen las directrices del Protocolo de la ONU de 2010 contra la trata. Queda por ver si éstas consiguen ciertamente ser efectivas y contribuyen a una erradicación, aunque sea de manera paulatina, de este fenómeno.
Parece obvio que, en los casos de trata, los factores que se van acumulando y que la posibilitan, de alguna manera, son de diversa índole y están completamente interrelacionados entre sí. Es por ello que en especial algunas de las legislaciones de países señaladas anteriormente, proyectos ambiciosos que no quieren limitarse a (intentar) castigar a los causantes, sino que se centran en aspectos sociales también, tienen más probabilidades de resultar exitosos. Diversos países latinoamericanos han comprendido que es esencial no solo realizar investigaciones para encontrar a los culpables, sino que tener en cuenta a su vez el factor social y realizar políticas en el que se encuentre abarcado es, sin duda, un acierto. Dentro de estos objetivos se encuentra el de otorgar protección y asistencia médica y psicológica a las víctimas, posibilitar de manera real su reinserción en la sociedad, y, de vital importancia, prestar una gran atención a situaciones de vulnerabilidad para lograr erradicar los factores que convierten a algunas personas en víctimas potenciales: pobreza, escaso nivel de estudios, situaciones de conflicto, etc. Si bien es cierto que este último punto puede sonar demasiado ambicioso, un problema de alto calado como es el de la trata debe solucionarse con pequeños pasos hacia adelante, y afianzando los logros que se vayan obteniendo.

La explotación sexual infantil en América Latina

Según las Naciones Unidas, unos dos millones de niñas, de entre cinco y quince años, son introducidas anualmente en el comercio sexual en todo el mundo 1. Aunque el fenómeno de la Explotación Sexual Infantil (ESI) tiene mucha mayor envergadura en Asia, en los últimos años está experimentando un notable incremento en América Latina. Razones de esta progresión y medios necesarios para combatir el flagelo.
El aumento de la pobreza y la desigualdad, las migraciones del campo a la ciudad en busca de mejores condiciones de vida y la proliferación de niños y niñas de la calle en situación de precariedad extrema, pueden esgrimirse como elementos explicativos de la explotación sexual infantil (ESI). No obstante, la tremenda complejidad del fenómeno y su “invisibilidad” exigen explicarlo a través de un conjunto de factores de vulnerabilidad, no sólo socioeconómicos, sino también familiares, culturales y políticos.
Ciertamente, la disfunción de la familia (violencia doméstica, maltrato infantil, abuso sexual, etc.) y la ruptura temprana del vínculo familiar, especialmente cuando ésta es conflictiva, suelen citarse como elementos desencadenantes de la ESI. Entre los factores culturales coadyuvantes cabe mencionar, además del consumismo y del irrespeto de los derechos de la niñez, la consideración de la mujer como un objeto y de los hijos como una propiedad. En el ámbito político, la corrupción policial y de los funcionarios públicos encargados de reprimir esta lacra, junto con la inexistencia de leyes específicas o su débil aplicación, son los factores del fenómeno más comúnmente citados, aunque quizá el más nefasto de ellos sea, simplemente, la negación de su existencia por las autoridades.
Del lado de la demanda, son otros factores, de tipo externo, los que ayudan a explicar el aumento de la ESI en América Latina. Se puede citar una represión más severa de la prostitución infantil en el Sureste Asiático y el efecto disuasorio del endurecimiento de las penas por abuso y explotación de menores en esos países, lo que conduce a los llamados “turistas sexuales” a buscar otros destinos; el abaratamiento del turismo; el espectacular aumento de pornografía infantil en Internet y la pandemia del SIDA, que impulsa a los “clientes” a solicitar los servicios sexuales de mujeres cada vez más jóvenes.
En el Cono Sur, la progresiva destrucción del tejido social y el proceso de “centroamericanización” (precariedad laboral, extensión de la pobreza y la desigualdad, aumento de la corrupción, desaparición de la clase media, etc.) también contribuyen a explicar el fenómeno. La espectacular proliferación de “villas miseria” en Buenos Aires, “cantegriles” en Montevideo, “bañados” en Asunción o “favelas” en Río o San Pablo, refleja este deterioro socioeconómico, con su correlato de auge de la criminalidad, la delincuencia y la violencia social; el evidente aumento de la mendicidad y, por supuesto, de la prostitución y la explotación sexual infantil. Cada año, más de 200 niñas paraguayas son engañadas con falsas promesas de empleo por redes internacionales de traficantes sin escrúpulos –en connivencia con autoridades, policías y funcionarios de fronteras– e introducidas en el mercado del sexo bonaerense, en municipios como San Miguel2.
Un último elemento que, especialmente en América Latina, ha tenido una influencia nefasta en la proliferación de esta lacra, ha sido la falta de reconocimiento del problema. Durante años, la ESI –considerada vergonzante por casi todos los gobiernos– no existía oficialmente en muchos países, por lo que, lógicamente, no era necesario erradicarla. Esta “invisibilidad” del fenómeno ha sido el mejor aliado de traficantes, proxenetas y abusadores de menores.
A pesar de lo alarmante de las cifras, la verdadera magnitud del problema es mucho mayor, ya que resulta prácticamente imposible cuantificar el número real de niños, niñas y adolescentes explotados sexualmente en América Latina.
La ESI es una forma particular de abuso sexual, que se distingue por su móvil eminentemente comercial y por la intervención de una tercera persona, además del niño o la niña y del abusador: el explotador. El “derecho” a utilizar sexualmente al menor se adquiere mediante el pago de una determinada cantidad. La ESI suele también presentar unas características que ayudan a distinguirla del abuso sexual. En primer lugar, suele producirse fuera del lugar de origen del niño, a diferencia del abuso sexual, que es más frecuente en el entorno familiar. En segundo lugar, afecta más a los adolescentes (12 a 17) que a los niños y niñas de menor edad, mientras que el abuso sexual es más frecuente en la infancia. En tercer lugar, está mucho más extendida entre las niñas que entre los niños, en una desproporción mucho mayor que entre las víctimas de abuso sexual. Por último, mientras que en el caso del abuso sexual tradicional el abusador suele ser una misma persona durante un largo período de tiempo, en el caso de la explotación sexual infantil el abuso lo suele cometer cada vez una persona distinta, lo cual aumenta notablemente el riesgo de contagio de enfermedades de transmisión sexual. En cualquier caso, nunca puede hablarse de “consentimiento” del niño, incluso cuando éste así lo afirme (normalmente, para intentar exculpar al explotador o al abusador), pues siempre median coerciones y amenazas, o en el mejor de los casos, seducciones y engaños, para obligar al menor a someterse a tales prácticas3.
Lamentablemente no existe una definición universalmente aceptada de la ESI, aunque sí se ha llegado recientemente a un acuerdo sobre sus tres manifestaciones típicas: la venta de niños o niñas (con fines sexuales), la prostitución infantil y la pornografía infantil. Todas ellas están recogidas en el “Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos de la Niñez (CDN) relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la pornografía infantil”4, que entrará en vigor este mes de enero (ver recuadro “Artículo 2”).
Por otra parte, el llamado turismo sexual infantil no es otra manifestación de la ESI, sino que debe considerarse como una variante de la prostitución infantil, consistente en ofrecer los servicios sexuales de un menor a turistas, generalmente extranjeros. No obstante, numerosos estudios han demostrado que los clientes abusadores de menores son principalmente autóctonos, y que incluso en países receptores de gran número de turistas extranjeros, como es el caso de Costa Rica y la República Dominicana, éstos no suelen sobrepasar el 20% del total de clientes abusadores5.
Reconceptualización jurídica
El instrumento jurídico internacional básico y más importante de defensa de los niños y las niñas es la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), aprobada en 1989 y ratificada por 187 Estados. En ella se señala explícitamente (artículos 34 y 35) que los Estados deberán adoptar las medidas necesarias que impidan la explotación sexual infantil y protejan a los niños y las niñas frente a semejantes violaciones de sus derechos. Esta Convención cuenta desde el pasado año con un Protocolo Facultativo relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la pornografía infantil.
Otro instrumento jurídico clave es el Convenio 182 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre las peores formas de trabajo infantil6, que considera la ESI como “una de las peores formas de explotación laboral”7. No obstante, aproximaciones más recientes8 han puesto de manifiesto las importantes limitaciones jurídicas que una interpretación de ese tipo presenta a la hora de exigir acciones efectivas por parte de los Estados, pues al tratarse de la violación de un derecho de los denominados “económicos y sociales”, la obligación de los Estados se refiere sólo a la toma de medidas progresivas, con lo que las violaciones no pueden ser sujeto de denuncias individuales y la fuerza vinculante para los Estados es muy débil. Por este motivo, la ESI debe ser “reconceptualizada” como lo que es: un trato “inhumano y degradante” y, por lo tanto, una violación de los derechos humanos fundamentales. De este modo, la protección jurídica es más eficaz, pues los Estados tienen la obligación de proteger estos derechos (llamados absolutos) de modo inmediato; se pueden presentar denuncias individuales; son delitos perseguibles internacionalmente e incluso sujetos a la extraterritorialidad, como en el caso del genocidio o la tortura.
El Primer Congreso Mundial contra la Explotación Sexual Comercial de los Niños, realizado en Estocolmo en agosto de 1996, supuso una llamada de atención internacional sobre la existencia de la ESI y un punto de inflexión en el tratamiento de esta problemática. Auspiciado por el gobierno de Suecia, en colaboración con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la organización internacional End Child Prostitution, Pornography and Trafficking for Sexual Purposes (ECPAT) y el Grupo de ONG para la Convención sobre los Derechos del Niño, reunió por primera vez a 122 gobiernos (22 de América Latina) para comprometerlos en una Declaración Final y una Agenda para la Acción, con cinco áreas de trabajo: coordinación y cooperación (a nivel local, nacional, regional e internacional); prevención; protección; recuperación y reintegración y participación de los niños y las niñas.
Desde entonces se han conseguido algunos logros importantes, como la despenalización de las víctimas y la culpabilización de los explotadores, el tratamiento integral de la problemática, las incipientes reformas legislativas, la mejora de la cooperación policial –especialmente a través de INTERPOL9–, la elaboración e implicación del sector privado (operadores turísticos, líneas aéreas), las reuniones de coordinación entre ONG y la inclusión del fenómeno en el plan de trabajo de las agencias internacionales, por citar algunos ejemplos. Sin embargo, queda mucho por hacer, pues de los 122 países asistentes sólo 34 han adoptado ya Planes Nacionales de Acción. Entre éstos, sólo siete son latinoamericanos: México, República Dominicana, Brasil, Chile, El Salvador, Argentina y Costa Rica.
Cinco años después de Estocolmo, el gobierno de Japón, UNICEF, ECPAT y el Grupo de ONG para la Convención sobre los Derechos del Niño, organizaron el Segundo Congreso Mundial contra la Explotación Sexual Comercial de los Niños, que tuvo lugar en Yokohama (Japón), del 17 al 20 de diciembre pasado. Representantes gubernamentales, ONG, agencias de Naciones Unidas, medios de comunicación, niños y representantes del sector privado, volvieron a reunirse para evaluar los progresos realizados desde Estocolmo y proponer acciones futuras.
Hubo antes numerosas consultas preparatorias regionales, con el objetivo de aprobar planteamientos consensuados. Dos se deben destacar en América Latina10: la celebrada del 20 al 23 de febrero de 2001 en San José (Costa Rica) que reunió a ONG gubernamentales e internacionales de 20 países de América Latina, y el Congreso gubernamental regional celebrado del 7 al 9 de noviembre de 2001 en Montevideo (Uruguay), entre representantes gubernamentales, ONG, agencias de Naciones Unidas y numerosos expertos sobre el tema, organizada por el Instituto Interamericano del Niño11 y UNICEF.
El mayor éxito de Yokohama resultó la participación: más de 3.000 personas (se esperaban 2.000) y 134 gobiernos (122 en Estocolmo) se hicieron presentes. Se verificaron progresos innegables, pero no obstante en las conclusiones del Congreso se hace un llamamiento a los Estados para que ratifiquen con celeridad el Protocolo Facultativo y para que, aquellos que no lo hayan hecho aún, pongan en marcha planes nacionales de acción contra la explotación sexual infantil, tal y como se comprometieron en Estocolmo. El Congreso llamó la atención sobre la necesidad de luchar contra otras formas de violencia sexual que afectan a la niñez (mutilación genital femenina, matrimonio temprano, abuso sexual en la familia, embarazo precoz, etc.); de combatir no sólo la oferta, sino también la demanda, y de poner énfasis en la importancia de la educación sexual en la prevención del problema.
Lamentablemente, la negación de la ESI en América Latina ha ido también acompañada de falta de iniciativas respecto tanto al tratamiento de las víctimas como a la rehabilitación de éstas y de los explotadores. A los niños y niñas explotados se les sigue considerando a menudo como delincuentes: los procesos legales a los que deben enfrentarse así lo prueban. Los medios de comunicación siguen acudiendo al sensacionalismo, y así rostros y nombres sirven para identificar a las víctimas, mientras que los culpables se ocultan tras unas siglas anónimas. La sociedad da la espalda al problema y se muestra indiferente ante un mundo consumista cada vez más deshumanizado. Los compromisos políticos asumidos en foros internacionales, nunca llegan a la práctica por falta de voluntad política y una nula asignación de recursos técnicos y materiales.
Las consecuencias de la ESI, tanto físicas como psicológicas, son devastadoras. Además de repercusiones evidentes, como embarazos precoces, enfermedades de transmisión sexual, maltrato, etc., existen una serie de secuelas psicológicas muy difíciles de tratar, como la falta de autoestima, los trastornos de ansiedad, el estrés postraumático o las fobias. La mayoría de las respuestas institucionales que se están dando en América Latina no parecen las más adecuadas, teniendo en cuenta que lo que suele ofrecerse son centros similares a los reformatorios represivos, desprovistos de atención profesional y de actividades que fomenten de manera efectiva la reintegración de estos niños en la sociedad. La labor de las ONG es, en este ámbito, ciertamente loable y alentadora, pues intenta suplir el vacío dejado por las instituciones, aunque resulte claramente insuficiente.
Para erradicar el ESI, es necesario que todos los actores (gubernamentales y de la sociedad civil) aúnen esfuerzos teniendo como guía el interés superior del niño y de la niña; ofrecerles una protección auténticamente integral; combatir tanto la oferta como la demanda (como en cualquier otro comercio ilegal); desterrar la idea de que un niño es una propiedad; prestar atención específica a la problemática de las niñas (principales víctimas de la ESI), y tener en cuenta su opinión en todo aquello que les afecte. La lucha no ha hecho más que empezar.

Gobierno promulgó ley que denomina Maestro Julio Castro al Liceo y UTU de Toledo


La escuela técnica y el liceo de Toledo fueron designados "Maestro Julio Castro", como homenaje al educador y periodista de reconocida trayectoria que fue secuestrado por la dictadura cívico-militar el 1 de agosto de 1977 y que permaneció en carácter de detenido desaparecido hasta el 21 de octubre de 2011, cuando sus restos fueron encontrados en una finca de esa ciudad del departamento de Canelones.

Julio Castro Pérez nació en Paraje La Cruz, Florida, el 13 de noviembre de 1908.

Fue un educador y periodista uruguayo de amplia y destacada trayectoria, secuestrado por un comando de la dictadura (1973-1985) el 1 de agosto de 1977 y desde entonces y por 34 años fue considerado detenido desaparecido.

Sus restos fueron encontrados finalmente el 21 de octubre de 2011 en un enterramiento clandestino realizado por efectivos castrenses en una finca militar en Toledo.

Castro, según consta en el informe de la Comisión para la Paz de 2003, "fue detenido en la calle Francisco Llambí, casi avenida Rivera, alrededor de la hora 10:30 del día 1º de agosto de 1977".

Su desaparición y búsqueda fueron emblemáticas, ya que fue la primera desaparición forzada enmarcada en la represión de las dictaduras en América Latina investigada en particular por las organizaciones de defensa de derechos humanos.

En 1928 es miembro fundador, junto a Carlos Quijano, de la Agrupación Nacionalista Demócrata Social, dentro del Partido Nacional Independiente.

En 1930 funda junto a Quijano y Arturo Ardao el diario El Nacional, que deben cerrar al año siguiente por dificultades económicas. En marzo de 1932, este mismo grupo y otros colaboradores crean el semanario Acción, que en 1933 enfrenta a la dictadura de Gabriel Terra.

En 1935 Castro participa en los levantamientos armados dirigidos por el caudillo blanco Basilio Muñoz, fue detenido y mantenido prisionero en Rivera.

En junio de 1939, nuevamente Castro, Quijano y Ardao fundan el semanario Marcha, uno de los medios de prensa más emblemáticos del siglo XX en América Latina, del cual será redactor jefe y director en el momento de su clausura definitiva por la dictadura, el 22 de noviembre de 1974.
Las leyes 19.273 y 19.274 promulgadas por el Poder Ejecutivo conllevan la firma del Presidente de la República, José Mujica, y el ministro de Educación y Cultura, Ricardo Ehrlich. 

Montevideo, Uruguay
UNoticias
Fuente Presidencia
VA

EEUU ataca por primera vez al Estado Islámico en Siria

OCHO CIVILES MUERTOS


23.09.2014

DAMASCO (Uypress) — Las fuerzas armadas estadounidenses atacaron este lunes, por mar y aire, al Estado Islámico en Siria. Tienen en la mira una veintena de objetivos y ya se registran al menos ocho civiles muertos.

Con misiles crucero y bombas guiadas de precisión desde mar y aire, las fuerzas estadounidenses atacaron Raqqa, capital 'de facto' del Estado Islámico en Siria, además de la frontera con Irak, sitios donde en las últimas horas miles de personas de origen kurdo intentan cruzar, en busca de refugio en Turquía.
El Pentágono confirmó los ataques, a través de un comunicado, en el que se detallan los ataques y el vuelo de Aviones de combate y 'drones' Predator y Reaper junto a las aeronaves de guerra de varios aliados árabes, golpeado una amplia gama de objetivos en el territorio controlado por los 'yihadistas'.
Asimismo, la Marina de Estados Unidos ha lanzado misiles de crucero 'Tomahawk' desde varios buques de guerra.
Fuentes militares confirmaron al diario The New York Times que se han establecido una veintena de objetivos, "entre los que destacan centros de almacenaje de combustible y de formación; campamentos de los combatientes 'yihadistas'; y puestos de mando y control en este país".
Primeras víctimas
En las primeras horas de este martes, medios internacionales informaron que los bombardeos en Siria han producido al menos ocho muertes de civiles. Entre las víctimas habría tres menores de edad y una mujer, además de un grupo de mercenarios pertenecientes al frente Al-Nusra, integrante de Al Qaeda, detalló el portal Telesur.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos señaló este martes que los bombardeos perpetrados por el gobierno de Estados Unidos y la coalición internacional contra el Estado Islámico dejaron un saldo de ocho civiles fallecidos.
De igual forma los bombardeos notificados por el gobierno de Estados Unidos a Siria dejaron al menos 30 milicianos del frente Al-Nusra, filial de Al Qaeda en ese país.
Por su parte el gobierno de Siria ha reiterado en varias oportunidades que considerará como una agresión y a un ataque a su soberanía cualquier ataque militar perpetrados por EE.UU. y la coalición internacional contra el Estado Islámico sin aprobación del Ejecutivo o al menos del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
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Paraguay: operaciones militares en siete asentamientos campesinos


Destacamentos militares y policiales paraguayos iniciaron hoy operaciones en siete asentamientos campesinos del distrito de Horqueta, departamento de Concepción, en busca de supuestos miembros de un grupo armado.
Publicado el 9/23/14 •




Voceros de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) dijeron que el objetivo de esa movilización en zonas de poblados de labriegos es desarrollar toda una estrategia para localizar allí a supuestos miembros de la llamada Agrupación Campesina Armada (ACA) supuestamente ocultos en esos lugares.

Se trata, agregaron, de siete núcleos del área cercana a la localidad de Arroyito considerados como principales zonas de influencia del grupo que, de acuerdo a versiones oficiales, perdió a cuatro de sus integrantes desde el pasado viernes en enfrentamientos con los elementos de la FTC.

Siempre de acuerdo con las declaraciones de oficiales castrenses, los jefes de la ACA y otros de sus miembros, algunos de ellos heridos, están refugiados en esos asentamientos y se refirieron, especialmente a los hermanos Albino y Alfredo Jara señalados como cabezas del grupo.

Para el gobierno paraguayo, la ACA es un desprendimiento del llamado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) considerado como principal foco de los supuestos irregulares con actividades en el norte del país desde hace años.

Las operaciones incluyen allanamientos de viviendas donde residen familias consideradas como eventuales colaboradores de la Agrupación o del EPP y los voceros mencionaron las casas de Andrés Romero y Elvio Benegas, sin encontrar indicios de los considerados fugitivos.

También ocurrió lo mismo con las estancias Santa Adelia y Guaraní a la vez que se efectuaron registros en zonas del cerro Guaraní, pero con resultado negativo.

El diario Ultima Hora dijo hoy que la FTC entiende que el grupo armado tiene ramificaciones en casi todos los puntos del departamento de Concepción, uno de los tres militarizados por decisión del Poder Ejecutivo en el norte del país.

Por su parte, el diario ABC afirmó que tras los combates del fin de semana pasado los restos de la ACA decidieron regresar al seno del EPP, de acuerdo con datos suministrados por el servicio de inteligencia de la Fuerza de Tarea Conjunta.

PL

Buitres recargados:

 Madelein Albright entra en escena

ATILIO BORON 

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Con su respuesta dejó estupefacta a su entrevistadora. Le había preguntado si el medio millón de niños que habían muerto a causa del bloqueo decidido por los Estados Unidos contra Irak desde 1990 (y convalidado, a su pedido, por el Consejo de Seguridad de la ONU) había sido un precio justo a pagar, si este terrible genocidio infantil había “valido la pena.”
La pregunta que en 1996 le hiciera Leslie Stahl, conductora del Programa “60 Minutos” a la por entonces embajadora de Estados Unidos ante la ONU durante el primer turno de la Administración Clinton, decía textualmente: “Hemos oído que medio millón de niños han muerto. Quiero decir: esto es más que los niños que murieron en Hiroshima. … ¿Valía la pena pagar este precio?” Sí, dijo Madelein Albright sin hesitar, pues de ella se trataba: “nosotros creemos que valió la pena”. El “nosotros” aludía a su jefe, Bill Clinton, su gabinete, los congresistas que apoyaron la agresión y, por supuesto, ella misma. Lo dijo sin inmutarse, sin que ese perverso holocausto dibujara siquiera fugazmente una huella de compasión o arrepentimiento en las duras facciones de su rostro. Un atroz crimen de guerra había “valido la pena” para este siniestro personaje. Y muchos más crímenes se perpetrarían en los siete años siguientes, durante el segundo mandato de Bill Clinton –y con ella como Secretaria de Estado- y por George W. Bush hasta la invasión y destrucción producida en 2003 del país que muchos historiadores, arqueólogos y antropólogos no vacilan en caracterizar como una de las fuentes de nuestra civilización.
Albright es una arquetípica representante del imperialismo norteamericano, de su desprecio por la legalidad internacional y del racismo genocida que informa su vida política tanto al interior de Estados Unidos (recordar lo ocurrido en Ferguson hace unas pocas semanas) como en el exterior. Si ahora nos ocupamos de ella es porque días atrás la firma consultora que preside anunció que había sido contratada por los fondos buitre para buscar “una solución satisfactoria” al litigio desatado por el fallo del juez Thomas Griesa. Obviamente, Paul Singer y sus compinches buscaron a alguien con enorme experiencia política y fluidos contactos con los grupos dominantes del imperio (amén de su espeluznante orfandad de criterios morales) para colaborar con la gavilla de tahúres financieros empeñados en poner de rodillas a la Argentina y concretar así un fabuloso negocio. Una persona cuya inescrupulosidad fue templada durante los ocho años de la Administración Clinton, cuando siendo Secretaria de Estado defendió los bombardeos indiscriminados sobre Afganistán y Sudán en 1998 y, al año siguiente, justificó la intervención de Estados Unidos para destruir a la antigua Yugoslavia propiciando el bombardeo que durante dos meses devastó a ese país. Esta decisión, instrumentada por la OTAN bajo el liderazgo de Washington fue llevada a cabo en flagrante violación de la Carta de las Naciones Unidas y sin contar con la imprescindible aprobación del Consejo de Seguridad de esa organización, cuestiones estas que fueron desdeñosamente ignoradas por la Sra. Albright. La intrusión de los Estados Unidos junto a sus lacayos europeos en los Balcanes desencadenó –tal como luego ocurriría en Libia y ahora en Siria- una de las guerras civiles más sangrientas que se tenga memoria, en ocasión de la cual se produjo “por error” el bombardeo de la embajada de la República Popular China en Belgrado. Súmesele a todo lo anterior el protagonismo de Albright en el mantenimiento del bloqueo y los periódicos bombardeos sobre Irak; el velado apoyo del gobierno norteamericano a la operación “Hermanos al Rescate”, una provocación montada por la mafia anticastrista de Miami y que culminó con el endurecimiento del bloqueo contra Cuba y la sanción de la infame Ley Helms-Burton; y, por último, el golpe de estado en Haití y la imposición de un gobierno, el de Jean-Bertrand Aristide, con la condición de que ejecutara el programa económico dictado por la Casa Blanca para aventar cualquier esperanza de que algo bueno para la Argentina podría provenir de la mediación de un personaje que fue artífice o apologista de todas estas tropelías.
Dos consideraciones finales en torno a esta noticia. Primero, para destacar la inmoralidad de una persona que finaliza su carrera política y administrativa y que pese a gozar por el resto de su vida de una espléndida jubilación vuelca sus energías para acrecentar su fortuna traficando influencias para favorecer a ricos y poderosos, porque esto es lo que hacen consultoras como las de Albright o la más famosa de Henry Kissinger. Podría utilizar su tiempo libre y su generosa pensión para el logro de fines más elevados, pero este razonamiento no encuentra eco en esta clase de personajes. Segundo, es un dato bien significativo (y que los retrata de cuerpo entero) que los fondos buitre hayan solicitado los servicios de alguien con la catadura moral de la ex Secretaria de Estado para que “solucione” el diferendo que enfrenta a la Argentina con la fracción más predatoria y repugnante del capital financiero internacional. Fiel a sus profundas convicciones es de esperar que Albright proponga una “solución” en línea con su defensa del genocidio infantil practicado en Irak: un ajuste salvaje en la Argentina donde mueran los que deban morir, se enfermen los que deban enfermarse, se excluya y oprima a los que deben ser excluidos y oprimidos, y caigan en la miseria y la pobreza más abyecta quienes deban necesariamente caer para cumplir con el insanablemente injusto, ilegal e inmoral fallo de Griesa y que los buitres se apropien de la carroña que los alimenta en todo el mundo. Si llegara a consumarse esa tragedia, cosa que no creo, seguramente que en una futura entrevista Albright también diría que todo este sufrimiento que gracias a sus buenos oficios le infligió al pueblo argentino “valió la pena.”

Ébola, el Pentágono se instala en África

 La desgracia que enluta África no es para él más que un buen pretexto para desplegar tropas estadounidenses en ese continente.

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VOLTAIRENET.ORG – Dando prueba de un gran sentido de las relaciones públicas –o de gran hipocresía– el presidente Obama ha anunciado su plan de lucha contra la epidemia de ébola. 
Ante la «epidemia sin precedente de ébola que se extiende de manera exponencial en África Occidental», el presidente Obama anunció que «a pedido del gobierno liberiano» Estados Unidos establecerá «un puesto de mando militar en Liberia».
Se trata de un «cuartel general de mando para la fuerza conjunta», precisa el AfriCom ([el mando militar estadounidense en África] cuya «área de responsabilidad» cubre todo el continente, con excepción de Egipto). Bajo las órdenes del general Darryl Williams –quien ya se halla en Liberia–, ese cuartel general contará con al menos 3 000 militares estadounidenses, un puente aéreo y un centro de selección en Senegal y ejercerá el «mando y control» de la operación internacional contra el ébola, que incluye el envío de personal médico y hospitales de campaña.
Según Obama, esto es «un ejemplo de lo que sucede cuando Estados Unidos toma el mando para enfrentar los más importantes desafíos mundiales». En su reciente discurso, Obama detalló al mundo la lista de esos desafíos, afirmando que sólo Estados Unidos tiene «la capacidad y la voluntad de movilizar el mundo contra los terroristas del ISIS [Emirato Islámico (ex EIIL)]», de «unir el mundo contra la agresión rusa» y de «contener y erradicar el ébola».
Aunque es extremadamente remota la posibilidad de que el ébola llegue a extenderse hasta Estados Unidos, Obama subrayó en el discurso que pronunció en el Centro de Control y Prevención de Enfermedades –con sede en Atlanta, Georgia– que en África Occidental esa enfermedad ha provocado la muerte de «más de 2 400 hombres, mujeres y niños». Acontecimiento ciertamente trágico aunque bastante limitado si lo relacionamos con el hecho que la población del África Occidental se eleva a alrededor de 350 millones de personas, que toda la región subsahariana cuenta casi 950 millones de habitantes, que cada año el sida mata en la región más de un millón de adultos y niños, y que en el África subsahariana y en el sur de Asia simples diarreas acaban cada año con las vidas de 600 000 niños de menos de 5 años (más de 1 600 muertes al día).
Esas enfermedades, al igual que todas las demás llamadas «enfermedades de la pobreza», que cada año provocan en el África subsahariana varios millones de muertes prematuras y casos de invalidez, son consecuencia de la malnutrición, de la escasez de agua potable y de las malas condiciones higiénico-sanitarias en las que vive la población pobre. Esa población, según los datos del Banco Mundial) es el 70% de los habitantes de la región y el 49% vive en condiciones de pobreza extrema. Así que la campaña de Obama tiene todas las características de un pretexto.
El África Occidental, donde el Pentágono ahora instala su propio cuartel general invocando oficialmente la lucha contra el ébola, es muy rica en materias primas: petróleo en Nigeria y Benin; diamantes en Sierra Leona y Costa de Marfil; fosfatos en Togo y Senegal; caucho, oro y diamantes en Liberia; oro y diamantes en Guinea y Ghana; y bauxita en Guinea. Las tierras más fértiles se reservan para el cultivo de cacao, piña, maní y algodón. Pero la población local prácticamente no se beneficia con la explotación de esos recursos ya que las transnacionales y las élites locales se reparten los ingresos, además de enriquecerse con la exportación de maderas preciosas, sin importales las graves consecuencias de la deforestación para el medio ambiente.
Pero los intereses de las grandes compañías estadounidenses y europeas están en peligro debido a las rebeliones populares (como la del delta del Níger, resultado de las consecuencias medioambientales y sociales de la explotación del petróleo) y a la competencia de China, cuyas inversiones resultan mucho más útiles y ventajosas para los países africanos.
Para tratar de mantener su influencia en África, Estados Unidos creó en 2007 el AfriCom. Utilizando como cobertura las supuestas operaciones humanitarias, esa estructura militar estadounidense recluta y forma en los países africanos oficiales y miembros de las fuerzas especiales locales a través de cientos de actividades militares. Una base fundamental para la realización de esas operaciones es la base de Sigonella –en Sicilia–, donde está desplegada la Task Force de los marines  estadounidenses. Desde esa base parte la rotación de los escuadrones estadounidenses en África, fundamentalmente en África Occidental.
Desde allí comienza la campaña de Obama «contra el virus del ébola».
Manlio Dinucci / Il Manifesto (Italia)

22 sept 2014

"Atacad a los soldados, patrones y tropas de los tawaghi"


Estado Islámico reclama a sus milicianos que maten a estadounidenses y europeos "del modo que sea"



Foto: STRINGER . / REUTERS

MADRID, 22 Sep. (EUROPA PRESS) -


Estado Islámico ha hecho un llamamiento a sus milicianos y seguidores para que maten "del modo que sea" a ciudadanos estadounidenses, europeos y de los países que apoyan la coalición militar en su contra en Irak y Siria, al tiempo que ha advertido a estas naciones de que pagarán un "alto precio" por atacarle.

"Atacad a los soldados, patrones y tropas de los tawaghit (los que superan los límites marcados por Alá). Atacad sus policías, agentes de seguridad y de Inteligencia, así como a sus traidores agentes. Destruid sus camas. Amargadles las vidas y ocupaos de ellos", ha indicado Abú Muhamad al Adnani, el portavoz de Estado Islámico, en un comunicado publicado en Internet y difundido por el diario digital 'The Long War Journal'.

"Si podéis matar a un infiel americano o europeo, especialmente a los vengativos y sucios franceses, o a un australiano, un canadiense o cualquier infiel de los que promueven la guerra infiel, incluidos los ciudadanos que han entrado en la coalición contra el Estado Islámico, confiad en una vez más en Alá y matadles de cualquier modo o manera pero hacedlo", ha subrayado. "Conquistaremos su Roma, romperemos sus cruces, esclavizaremos a sus mujeres con el permiso de Alá, el elevado", ha asegurado.