Por Atilio A. Boron
Mar 24, 2020
(Por Atilio A. Boron) Hace exactamente 44 años la Argentina caía al abismo. Una sangrienta dictadura cívico-militar se adueñaba del país y ponía en marcha, desde el Estado, un plan sistemático de exterminio de quienes soñaban con construir un mundo mejor. No dejaron crímenes por perpetrar y vidas por cegar. Espiaron, persiguieron, secuestraron, aplicaron inimaginables e infinitamente crueles métodos de tortura, asesinaron, desaparecieron a sus víctimas, robaron todo lo que estuviera al alcance de sus manos ensangrentadas y prostituyeron palabras como “patria”, “derechos humanos”, “democracia” y “justicia.” Actuaron con absoluta impunidad en complicidad con otras dictaduras de la región y sus acciones fueron impulsadas y coordinadas desde Estados Unidos en el marco del proyecto continental de reorganización y reafirmación del dominio neocolonial concebido por Henry Kissinger durante la Administración Nixon. El proyecto era de amplio espectro y cubría asuntos económicos, estratégicos, militares y políticos, entre los cuales se incluía la “Operación Cóndor” destinada a conseguir la eliminación física de líderes y militantes populares a escala regional.