Por Jorge Herrera
17 Enero 2019
Recep Erdogan y Mauricio Macri.
Por Jorge Herrera
Recep Erdogan y Mauricio Macri.
Por Jorge Herrera
CASI UN AÑO ATRÁS EL INFLUYENTE IIF ADVERTÍA QUE AMBOS PAÍSES ERAN LOS MÁS VULNERABLES ENTRE LOS MERCADOS EMERGENTES - Los expertos en mercados emergentes confían, con reparos, en el éxito de los ajustes externos en ambos países. Proyectan para este año que las importaciones seguirán cayendo. Ven un menor "rollover" de la deuda.
Poco más de un año atrás se advertía que los analistas internacionales más avezados sobre mercados emergentes ponían en alerta a dos países: Argentina y Turquía. Se los consideraba los más vulnerables frente a un contexto internacional de suba de tasas de interés. Argentina venía de hacer semanas antes una “bruta” colocación de deuda en los mercados internacionales, por u$s9.000 millones. Fue la última no solo del “Toto” Caputo sino del Gobierno. Se la consideró exagerada dada las necesidades de financiamiento del primer trimestre de 2018 pero después se la calificó de “jugada magistral” por anticipar lo que venía. Luego los mercados se cerraron. Lo que pasó después ya es conocido: ambos países, con fuertes déficits de cuenta corriente (Turquía encima se atrevió a desafiar a Trump) sufrieron una fuerte crisis cambiaria y financiera, cuya resolución aún hoy siembra dudas.
Poco más de un año atrás se advertía que los analistas internacionales más avezados sobre mercados emergentes ponían en alerta a dos países: Argentina y Turquía. Se los consideraba los más vulnerables frente a un contexto internacional de suba de tasas de interés. Argentina venía de hacer semanas antes una “bruta” colocación de deuda en los mercados internacionales, por u$s9.000 millones. Fue la última no solo del “Toto” Caputo sino del Gobierno. Se la consideró exagerada dada las necesidades de financiamiento del primer trimestre de 2018 pero después se la calificó de “jugada magistral” por anticipar lo que venía. Luego los mercados se cerraron. Lo que pasó después ya es conocido: ambos países, con fuertes déficits de cuenta corriente (Turquía encima se atrevió a desafiar a Trump) sufrieron una fuerte crisis cambiaria y financiera, cuya resolución aún hoy siembra dudas.
Dado lo acontecido en 2018 este año el prestigioso Institute of International Finance (IIF) se adelantó unas semanas y presentó ayer una evaluación de la situación de ambos países. No sin antes recordar que a comienzos del año pasado había alertado sobre las “severas sobrevaluaciones en el tipo de cambio y alta vulnerabilidad externa en Turquía y Argentina”. Luego sobrevendrían las fuertes depreciaciones reales que eliminaron las sobrevaluaciones en ambos países, lo que dio lugar a grandes ajustes externos. “En los últimos meses del año, los déficits en cuenta corriente se redujeron rápidamente en ambos casos. Por eso ahora evaluamos las implicancias de estos agudos ajustes para la perspectiva de 2019 a través de nuestro modelo BoP Nowcasts, que brinda un seguimiento “en vivo” de la balanza de pagos completa para los mercados emergentes”, explicó la entidad.
Según las proyecciones del IIF “las cuentas corrientes de Turquía y Argentina mejorarán drásticamente en 2019 debido a la compresión de las importaciones, dando lugar a cuentas superavitarias. Se prevé que las tasas de reinversión de la deuda se mantendrán bajas en la primera mitad del 2019 y luego se recuperarán gradualmente”. Si bien sostiene que “los desequilibrios externos no serán un problema en ninguno de los países”, no duda en resaltar que “el desafío en Argentina es el ambicioso ajuste fiscal en un año electoral; mientras que en Turquía, la atención se centrará en la crisis crediticia, la profundidad de la recesión y su impacto en los balances”.
Importaciones
Por ello, el tema definitorio en las cuentas externas de Turquía y Argentina es la compresión de las importaciones después de las paradas repentinas en los flujos netos de capital. “Se estima que las cuentas corrientes de ambos países han mejorado considerablemente en la segunda mitad de 2018, una tendencia que creemos se mantendrá en el primer semestre del 2019”. Explica que, la rápida compresión de la demanda interna y de las importaciones que estamos viendo en Turquía y Argentina refleja el patrón de otros mercados emergentes que experimentaron fuertes depreciaciones reales. “En casos anteriores, los ajustes en las importaciones y en la cuenta corriente se completaron en solo dos trimestres, un patrón que creemos que también surgirá en los casos de Turquía y Argentina”. Claro que, la otra cara del ajuste de la cuenta corriente es la continuación de las salidas netas de capitales de no residentes. El IIF considera que en el caso argentino, “el paquete ampliado del FMI debería ser suficiente para financiar las continuas salidas de fondos vinculados al pago de la deuda pública y una fuga de capitales doméstica más pequeña pero persistente”. Mientras que en el caso de Turquía, opina que la actual crisis crediticia interna se traducirá en el pago de pasivos externos por parte de los bancos.
Con respecto al futuro mediato anticipa que “los flujos de capital serán de un orden de magnitud menor que en años anteriores, ya que se proyecta que la cuenta corriente presente un modesto superávit. Las tasas de “rollover” de la deuda clave, pública en el caso de Argentina y bancaria en Turquía, cayeron muy por debajo del 100% a mediados del año pasado y se mantendrán bajas a lo largo de 2019.
A modo de conclusión, los analistas del IIF, Sergi Lanau (Economista jefe), Ugras Ulku (jefe de Research de Turquía) y Greg Basile (economista asociado) recuerdan que los desequilibrios externos en Turquía y Argentina aumentaron considerablemente en 2017, preparando el escenario para los bruscos ajustes del año pasado. “Nuestros modelos indican que la compresión de las importaciones persistirá a lo largo de 2019 en ambos países, lo que se traduce en tasas bajas de rollover de la deuda”. “Los desequilibrios de cuenta corriente y la sobrevaluación son agua debajo del puente. El enfoque ahora se desplazará hacia el costo de producción de un ajuste externo agudo y, en el caso de Argentina, la factibilidad del ajuste fiscal requerido para evitar que vuelvan a surgir desequilibrios”, sentencian.
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