Reforma Tributaria: a la medida de los súper superricos
Reforma Tributaria: a la medida de los súper superricos
Colombia se caracteriza por ser una de las economías con mayor concentración de la riqueza y desigualdad en el mundo. Situación que no se ha modificado, porque quienes han gobernado al país nunca se han interesado en revertir esa inequidad. Los investigadores Luis Jorge Garay y Jorge Espitia realizaron un exhaustivo estudio con datos individuales de declaraciones de renta de la DIAN, análisis que presentaron en su libro publicado este año: “Dinámica de las desigualdades en Colombia”, de Ediciones Desde Abajo.
Los países con economías desarrolladas, como los europeos, tienen un sistema tributario que les permite, hasta cierto punto, redistribuir la riqueza para mejorar el nivel de ingresos de las clases trabajadoras y reducir la desigualdad, la cual sería mucho más alta sin la intervención del Estado. En Colombia, por el contrario, después de cobrar impuestos y hacer las transferencias “prácticamente no se altera la concentración en la distribución del ingreso”, como lo afirman y demuestran Garay y Espitia.
Lo más sobresaliente de la investigación de los autores es la capacidad de desagregar la información tributaria, a nivel individual, para así poder diferenciar por nivel de ingresos y de ganancias a las personas y a las empresas. De ahí surge la categoría de las empresas súper superricas que son el 0,1% de las más grandes de Colombia que reportaron a la DIAN (aproximadamente 480 en el año 2017).
Al revisar los impuestos que pagan este pequeño grupo de empresas, se corrobora que la tarifa efectiva de renta (respecto a los ingresos brutos menos sus costos), es diferente a la tarifa nominal, esa que se encuentra consignada en la ley. Las exenciones, descuentos y deducciones que existen en el Estatuto Tributario permiten que, en la práctica, estas empresas súper superricas paguen impuestos mucho menores.
A diferencia de Álvaro Uribe y Germán Vargas Lleras, que afirman que la tributación de renta y costos de contratación de trabajadores de las empresas en el país supera el 71% de sus ganancias, los datos de Garay y Espitia demuestran que la tarifa efectiva de renta es del apenas 3,86%. Si se suma el costo en seguridad social al impuesto efectivo de renta, es posible calcular que el nivel de impuesto para las empresas súper superricas no supera el 10,5% de sus ganancias, muy inferior al que vociferan los promotores de la nueva reforma tributaria.
El Gobierno de Iván Duque pretende realizar más descuentos de impuestos a las empresas, de más de $9 billones de pesos, reduciendo la tarifa nominal de renta del 33% al 30% en los próximos 3 años y devolviendo el IVA a la importación de bienes de capital. Esto, sumado a las exenciones y beneficios tributarios que tienen las empresas más grandes, profundizará la desigualdad que hoy existe entre las micro, pequeñas y medianas empresas, con las grandes multinacionales y súper superricas.
A partir de la investigación de los autores, es posible desmentir algunos de los mitos que existen sobre los impuestos en Colombia:
1. Son las grandes empresas las que pagan los impuestos en Colombia.
No es cierto. El 50% de los impuestos recaudados en 2018 provienen de impuestos indirectos que pagamos todos los colombianos (como el IVA, la sobretasa a la gasolina y el impuesto al consumo). Estos impuestos son altamente regresivos porque afectan en mayor proporción a los pobres y las clases medias.
2. Un rico en Colombia es quien gana más de $4 millones de pesos, quien tiene un apartamento o un carro.
En un país con tanta miseria, se suele señalar a sectores de clase media como ricos de Colombia. Este truco permite disimular que existen algunas personas que sí hacen parte de ese grupo de súper ricos y no pagan prácticamente nada de impuestos. Por ejemplo, los autores afirman que el 10% de las personas con mayores ingresos en Colombia que declaran renta concentran el 47% del patrimonio de todas las personas declarantes en Colombia. Aun cuando poseen tanta riqueza, estas personas apenas pagan el 3,53% de impuestos efectivos sobre sus ingresos.
3. Que rebajarles más impuestos y concederles exenciones a las grandes empresas es la solución al problema del desempleo.
Hay pruebas de sobra que demuestran que disminuir impuestos a las grandes empresas no aumentan los empleos. Y se explica porque una empresa solo aumentará la cantidad de personas empleadas si requiere producir más, lo cual solo sucede si la sociedad en general demanda más bienes y servicios. El problema de desempleo se traslada entonces al mercado interno, que en Colombia es muy reducido por las políticas de apertura económica y TLC, que han favorecido la importación, la destrucción de las industrias y la quiebra en el campo colombiano. La reforma tributaria que se tramitará en el Congreso esta semana, en un acuerdo entre el Gobierno de Iván Duque y Cambio Radical, no solucionará ningún problema sobre desempleo o falta de producción nacional, pero sí profundizará la desigualdad y la regresividad del sistema tributario colombiano.
El Chapín
NODAL, 18 diciembre, 2019
Reforma Tributaria: a la medida de los súper superricos
Colombia se caracteriza por ser una de las economías con mayor concentración de la riqueza y desigualdad en el mundo. Situación que no se ha modificado, porque quienes han gobernado al país nunca se han interesado en revertir esa inequidad. Los investigadores Luis Jorge Garay y Jorge Espitia realizaron un exhaustivo estudio con datos individuales de declaraciones de renta de la DIAN, análisis que presentaron en su libro publicado este año: “Dinámica de las desigualdades en Colombia”, de Ediciones Desde Abajo.
Los países con economías desarrolladas, como los europeos, tienen un sistema tributario que les permite, hasta cierto punto, redistribuir la riqueza para mejorar el nivel de ingresos de las clases trabajadoras y reducir la desigualdad, la cual sería mucho más alta sin la intervención del Estado. En Colombia, por el contrario, después de cobrar impuestos y hacer las transferencias “prácticamente no se altera la concentración en la distribución del ingreso”, como lo afirman y demuestran Garay y Espitia.
Lo más sobresaliente de la investigación de los autores es la capacidad de desagregar la información tributaria, a nivel individual, para así poder diferenciar por nivel de ingresos y de ganancias a las personas y a las empresas. De ahí surge la categoría de las empresas súper superricas que son el 0,1% de las más grandes de Colombia que reportaron a la DIAN (aproximadamente 480 en el año 2017).
Al revisar los impuestos que pagan este pequeño grupo de empresas, se corrobora que la tarifa efectiva de renta (respecto a los ingresos brutos menos sus costos), es diferente a la tarifa nominal, esa que se encuentra consignada en la ley. Las exenciones, descuentos y deducciones que existen en el Estatuto Tributario permiten que, en la práctica, estas empresas súper superricas paguen impuestos mucho menores.
A diferencia de Álvaro Uribe y Germán Vargas Lleras, que afirman que la tributación de renta y costos de contratación de trabajadores de las empresas en el país supera el 71% de sus ganancias, los datos de Garay y Espitia demuestran que la tarifa efectiva de renta es del apenas 3,86%. Si se suma el costo en seguridad social al impuesto efectivo de renta, es posible calcular que el nivel de impuesto para las empresas súper superricas no supera el 10,5% de sus ganancias, muy inferior al que vociferan los promotores de la nueva reforma tributaria.
El Gobierno de Iván Duque pretende realizar más descuentos de impuestos a las empresas, de más de $9 billones de pesos, reduciendo la tarifa nominal de renta del 33% al 30% en los próximos 3 años y devolviendo el IVA a la importación de bienes de capital. Esto, sumado a las exenciones y beneficios tributarios que tienen las empresas más grandes, profundizará la desigualdad que hoy existe entre las micro, pequeñas y medianas empresas, con las grandes multinacionales y súper superricas.
A partir de la investigación de los autores, es posible desmentir algunos de los mitos que existen sobre los impuestos en Colombia:
1. Son las grandes empresas las que pagan los impuestos en Colombia.
No es cierto. El 50% de los impuestos recaudados en 2018 provienen de impuestos indirectos que pagamos todos los colombianos (como el IVA, la sobretasa a la gasolina y el impuesto al consumo). Estos impuestos son altamente regresivos porque afectan en mayor proporción a los pobres y las clases medias.
2. Un rico en Colombia es quien gana más de $4 millones de pesos, quien tiene un apartamento o un carro.
En un país con tanta miseria, se suele señalar a sectores de clase media como ricos de Colombia. Este truco permite disimular que existen algunas personas que sí hacen parte de ese grupo de súper ricos y no pagan prácticamente nada de impuestos. Por ejemplo, los autores afirman que el 10% de las personas con mayores ingresos en Colombia que declaran renta concentran el 47% del patrimonio de todas las personas declarantes en Colombia. Aun cuando poseen tanta riqueza, estas personas apenas pagan el 3,53% de impuestos efectivos sobre sus ingresos.
3. Que rebajarles más impuestos y concederles exenciones a las grandes empresas es la solución al problema del desempleo.
Hay pruebas de sobra que demuestran que disminuir impuestos a las grandes empresas no aumentan los empleos. Y se explica porque una empresa solo aumentará la cantidad de personas empleadas si requiere producir más, lo cual solo sucede si la sociedad en general demanda más bienes y servicios. El problema de desempleo se traslada entonces al mercado interno, que en Colombia es muy reducido por las políticas de apertura económica y TLC, que han favorecido la importación, la destrucción de las industrias y la quiebra en el campo colombiano. La reforma tributaria que se tramitará en el Congreso esta semana, en un acuerdo entre el Gobierno de Iván Duque y Cambio Radical, no solucionará ningún problema sobre desempleo o falta de producción nacional, pero sí profundizará la desigualdad y la regresividad del sistema tributario colombiano.
El Chapín