27 dic 2019

MULTAS, SOBORNOS Y MÁS


¿Cuentas de colores? Negocios de empresas españolas en Latinoamerica bajo la lupa
MADRID (Uypress) –
26.12.2019




Metro de Madrid

Las empresas Metro –rede de ferrocarril metropolitano de la Comunidad de Madrid- y Canal de Isabel II, encargada de la gestión del agua, están inmersas en una crisis signada por escándalos en varios países de América Latina.


De acuerdo a un informe de Soraya Constante aparecido en El País de Madrid, la adquisición por parte de Canal de la sociedad brasilera Emissao por un total de 30 millones de dólares está marcado por sobrecostos de entre siete y casi 11 millones de dólares y un presunto reparto de sobornos de seis millones de los verdes.

Está, también, la venta de vagones con amianto al metro de Buenos Aires. O la sanción de Ecuador a Metro por discrepancias en la facturación de los costes indirectos.

A lo largo del último decenio, el Canal ha hecho negocios en Brasil, Colombia, República Dominicana, Argentina, Panamá, México, Perú, Ecuador, Uruguay y Venezuela. Metro, por su parte, ha firmado contratos en Argentina y Ecuador. Son las piezas de una polémica aventura americana, con muchas más sombras que luces, asegura el informe del diario madileño.

La presencia del Canal de Isabel II en Colombia se centró en la costa del Caribe. Sin embargo, las relaciones entre su filial en el país andino, Inassa (Sociedad Interamericana de Aguas y Servicios), y la Triple A, la sociedad de acueducto, alcantarillado y aseo de la ciudad de Barranquilla, derivaron en un intenso periplo judicial que tiene como trasfondo una trama corrupta, conocida como caso Lezo. La Fiscalía General colombiana embargó hace un año acciones de Inassa, que suponen el 82% del capital de la Triple A, por un valor de casi 70 millones de euros. El ente acusador investiga si hubo sobreprecio en la compra de la filial colombiana por parte del Canal y analiza supuestos pagos millonarios que se realizaron, según la instrucción del caso, entre 2000 y 2017.

En 2011 indica el informe, Subterráneos de Buenos Aires (Sbase), la empresa estatal que gestiona el metro de la capital argentina, compró 36 vagones al Metro de Madrid. Hacía más de una década que los Gobiernos de España y de Argentina habían prohibido el uso, producción y comercialización de fibras de amianto o de elementos que las contuvieran, pero los trenes vendidos a Buenos Aires contenían este material cancerígeno.

"Era considerada una compra sumamente conveniente por ser vagones más económicos, con tecnología moderna, que no exigían esperar el tiempo de fabricación. Había necesidad de mejorar urgentemente la frecuencia de la línea", explican desde Sbase.

El escándalo estalló en febrero de 2018. Sbase conoció por la prensa la presencia de amianto en los vagones y los retiró preventivamente de circulación. En la documentación técnica de los CAF 5000 constaba la presencia de ese elemento, pero la compañía admitió que posiblemente se le pasó por alto.

"Sbase realizó la compra de buena fe. Se supone que Metro de Madrid siendo una empresa pública debería respetar las leyes internacionales. Así, Metro de Madrid tendría que haber retirado esas piezas con asbesto para poder vender los trenes e informar fehacientemente al comprador", señalan en Sbase, que ha denunciado al Metro de Madrid y exige casi 16,5 millones de dólares más intereses por daños y perjuicios.

Hasta el momento hay 13 trabajadores con dolencias asociadas a la exposición a este material tóxico, todos ellos operarios de un taller de la línea en la que circularon los trenes comprados a Madrid.

Ecuador no es ajeno a la aventura de Metro de Madrid. El inicio fue un convenio de cooperación firmado por el alcalde de Quito, Augusto Barrera, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, en 2009, para solicitar asistencia técnica para la construcción del metro de la capital del país andino. Casi una década después Ecuador ha multado a Metro por pasar más de un millón de dólares en gastos que considera injustificados, lo que niega la compañía madrileña.