ARGENTINA (Infobae/Julieta Schulkin)
03.11.2021
FOTO DE ARCHIVO. Imagen de ilustración de siluetas de usuarios de redes sociales junto al logo de Instagram. 28 de marzo de 2018. REUTERS/Dado Ruvic
Infobae logró conocer detalles de este negocio no aprobado por Instagram. Actualmente, la aplicación propiedad de META (ex Facebook), es la quinta red social más usada en el mundo según el informe Digital 2021 elaborado por We Are Social y Hootsuite.
En 2018, Instagram activó la solicitud de verificación de cuentas a través de un anuncio en su blog oficial. La insignia verificada es una marca azul (como la de Twitter) que aparece del lado derecho del nombre de una cuenta.
“La insignia verificada representa la presencia auténtica de un personaje público, famoso, marca internacional o entidad destacados”, explicaban desde la red social hace 3 años. No es fácil obtenerla, hay que completar un formulario de solicitud, y hacerlo no significa que se obtendrá la verificación.
Para tener una cuenta verificada, no es necesario tener una determinada cantidad de seguidores. Puede existir una persona con 3.000 seguidores con una cuenta verificada, y otra con 100.000 seguidores, sin verificación.
Artistas, periodistas, figuras públicas, políticos o empresas entran dentro del grupo que puede aspirar a una verificación (con determinados requisitos). Para solicitarla, se debe acceder a la configuración de la app, luego seleccionar “Cuenta” y la opción “Solicitar verificación”.
Parece sencillo, porque el proceso lo es, pero no es fácil contar con la aprobación de la verificación de una cuenta. Así, esta insignia se ha convertido en un objeto deseado en Instagram.
El símbolo es un aspiracional para miles y miles de cuentas, lo cual ha generado un nuevo negocio que no es aprobado por Instagram: la compra y venta de cuentas verificadas.
Un negocio turbio
Durante la pandemia, miles de usuarios con cuentas verificadas han recibido un DM (o mensaje directo) por parte de personas (o bots en otros casos) que les proponen comprar sus cuentas verificadas en dólares, por cifras tentadoras. Pero esta actividad no es aprobada por la red social.
“En Instagram no se permite a las personas adquirir, intentar adquirir, o vender insignias de verificación. Una vez identificadas, las cuentas que mantengan este tipo de comportamiento serán removidas de la plataforma. Alentamos a las personas a que reporten este tipo de comportamiento para que podamos investigar y tomar las acciones pertinentes”, ha señalado un portavoz de la plataforma.
Juan Marenco, CEO de la agencia Be Influencers, señaló a infobae que esto se ha convertido en una (mala) práctica habitual: “Está sucediendo tanto en Instagram como en Twitter, en ambas redes. Hay gente relativamente conocida que ha vendido su cuenta, en Twitter sobre todo. En Instagram, tal vez gente no tan conocida, pero que tiene una verificación, también ha vendido”.
Pero, ¿por qué alguien querría comprar una cuenta verificada? “La búsqueda tiene que ver con, en principio, probablemente, cuestiones del ego, en donde personas públicas quieren tener cuentas verificadas y buscan cómo hacerlo, comprando cuentas. Lo que está detrás de todo esto es un poco turbio. Hay algunos personajes de las propias redes sociales que se dedican a trabajar en eso, a comprar y vender cuentas. A veces las personas que quieren comprar cuentas son públicas o son empresas que quieren vender servicios financieros, o páginas que quieren vender contenidos para adultos. No es una buena práctica y no recomiendo hacer negocios con estas personas que compran cuentas verificadas, o que las venden”, señala.
Empresas que dicen ser de marketing digital están detrás de los ofrecimientos de compra de cuentas. Generalmente, quienes envían los DM son personas jóvenes que trabajan ofreciendo USD 1000, 2000 o 3000 por una cuenta verificada.
Suelen decir que pueden hacer crecer las cuentas (de políticos, cuentas de pornografía o de personas que aspiran a ser influencers). Detrás de las agencias (como por ejemplo The Wifi Company) hay un equipo de jóvenes compradores que quieren convencer a la persona con cuenta verificada que es un gran negocio venderla.
“En tres ocasiones quisieron comprar mi cuenta verificada. En todos los casos la oferta era similar: un montón en dólares y la posibilidad de tener otra cuenta con más seguidores. La última vez fue la semana pasada y llegó de la mano de alguien que quería la cuenta para un negocio con criptomonedas”, señala a Infobae Tomás Balmaceda, periodista, filósofo e influencer bajo la cuenta @capitanintriga.
“En el comercio de cuentas se unen una confusión con una realidad. La confusión es que es común creer que una cuenta verificada tiene más valor que una que no tiene el tilde azul. La verificación es, simplemente, una manera de certificar la identidad. Sin embargo, la escasez de las credenciales las vuelven codiciadas. Hay estudios que muestran que algunas personas relacionan la verificación con la verdad de lo que dicen esas cuentas. La realidad, por su parte, es que las cuentas de personas como yo tienen seguidores reales, una pequeña comunidad que no tiene bots ni fakes, sino personas de carne y hueso. Esto facilita la visibilidad orgánica de los contenidos”, reflexiona.
“Estamos buscando impulsar a los chicos que están en las redes sociales a que puedan generar dinero desde las mismas pero bueno, estamos buscando cuentas verificadas para desde acá, vender nuestros cursos. Con respecto al pago sería en efectivo”, señaló en un DM, un representante de la cuenta @wifi.team_ que en su perfil indica que es una agencia de marketing bajo el nombre WIFI Team (como el canal de YouTube) o The WIFI Company.
Entre otras actividades, se dedican a comprar cuentas verificadas en Instagram. Ofrecen USD 1.900 por una cuenta verificada con 10.000 seguidores, por ejemplo. Para acceder a ese monto de dinero hay que confiar y hacer un encuentro presencial: “Nos tendríamos que reunir en un restaurante, en un lugar donde podamos conversar y hacer todo este trato”, señalan al mostrar interés en la propuesta.
A cambio ofrecen, no solo el dinero en dólares, sino una cuenta (sin verificar) con 15.000 seguidores de Argentina, reales (no bots). ¿Y qué pasa si la persona se niega a esa propuesta? Pueden ofrecer más dinero. En este caso citado, llegaron a ofrecer USD 3.000, y se mostraron abiertos al diálogo.
Es posible reportar este tipo de cuentas en Instagram. Lo cierto es que, cuando les cierran las cuentas, las vuelven a abrir con otros nombres y mágicamente, suman grandes cúmulos de seguidores. Por ahora, inmanejable.
Finalmente, es relevante advertir que los usuarios que tengan esas propuestas pueden advertir a Instagram para empezar a mitigar dichas conductas que no son legales dentro de la aplicación y que con el tiempo acarrean penalidades para los usuarios.
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