De frases, justicia, populismo y opiniones
El "error" de Carlos Rosenkrantz
Por Osvaldo Nemirovsci
2 de junio de 2022
Dijo Carlos Rosenkrantz, juez de la Corte Suprema argentina: “Una afirmación muy insistente en mi país, que yo veo como un síntoma innegable de fe populista, según la cual, detrás cada necesidad, siempre debe haber un derecho. No puede haber un derecho detrás de cada necesidad, sencillamente, porque no hay suficientes recursos para satisfacer todas las necesidades"
Me gustaría, sin violencias lingüísticas ni acusaciones tremendistas, dar cierta mirada crítica a esta frase dicha por el miembro de la Corte.
Aclarando en un primer punto que no es correcto llamar "fe populista" a la ya famosa frase de Evita "donde hay una necesidad nace un derecho", que se vincula a una legendaria locución que en 1918 contenía el Manifiesto Liminar de la Reforma universitaria y que algunos asignan a la pluma de Deodoro Roca y era “los dolores que nos quedan, son las libertades que nos faltan”.(locución usada regularmente por la UCR).
Parecidas en su sentido, fuertes en su concepción y vitales como consignas políticas.
Y tienen ambas frases un fuerte sentido de justicia anhelada, que un abogado, y más si es juez supremo, no puede ignorar como fuente del derecho.
La justicia tiene una necesariedad de equidad. Esa es su base para sustentar el concepto de justicia. Y esa equidad bien puede reflejarse en una indisoluble relación entre “necesidades y derechos” y entre “dolores y libertades”. Y tomando a Aristóteles, en su acreditada Ética a Nicómaco afirma que “la virtud de la justicia consiste en practicar lo que es justo y a querer lo justo” y por las dudas, que miles de año después aparezca un Rosenkrantz, agrega “se llama justo a lo que preserva la felicidad”.
Pero para no ir tan lejos, el más afamado pensador en términos de justicia, John Rawls a quien ningún cortesano supremo deja de conocer, de mencionar y de sentirse seguidor dice que “los principios de justicia pueden contar con una validez universal el incondicional”.
Parecidas en su sentido, fuertes en su concepción y vitales como consignas políticas.
Y tienen ambas frases un fuerte sentido de justicia anhelada, que un abogado, y más si es juez supremo, no puede ignorar como fuente del derecho.
La justicia tiene una necesariedad de equidad. Esa es su base para sustentar el concepto de justicia. Y esa equidad bien puede reflejarse en una indisoluble relación entre “necesidades y derechos” y entre “dolores y libertades”. Y tomando a Aristóteles, en su acreditada Ética a Nicómaco afirma que “la virtud de la justicia consiste en practicar lo que es justo y a querer lo justo” y por las dudas, que miles de año después aparezca un Rosenkrantz, agrega “se llama justo a lo que preserva la felicidad”.
Pero para no ir tan lejos, el más afamado pensador en términos de justicia, John Rawls a quien ningún cortesano supremo deja de conocer, de mencionar y de sentirse seguidor dice que “los principios de justicia pueden contar con una validez universal el incondicional”.
Y tomando la frase de Evita vemos que hay una clara concepción de justicia al pretender que las necesidades se resuelvan mediante un derecho que ampare esa injusticia y el término “incondicional” de cuño rawlsiano, pone en ridículo el cálculo mercantil de Rosenkrantz y su mirada contable cuando dice que no hay “suficientes recursos para satisfacer todas las necesidades”.
Pero Rawls, sostenedor en su teoría de la Justicia como Equidad, va más allá y utiliza un argumento heurístico en favor de reunir los principios de igualdad y libertad a través precisamente de esa idea de justicia como equidad.
Es decir, la frase de Evita contiene todos los factores filosóficos, reales, históricos y jurídicos que le dan categoría de correcta solicitud plena en juridicidad y sentido de justicia. No sé a qué se refiere el juez con “fe populista” y, es más, ni siquiera lo considero algo insultante en sí mismo, sí desde donde él lo dice, pero el enunciado peronista es más un compendio de derecho positivo que una simple consigna política.
Y Rosenkrantz es un jurista, o debiera serlo.
A sus palabras le corresponde tener la altura de la jerarquía que ocupa en uno de los tres poderes del Estado. No es un ministro de economía haciendo números y repitiendo que “lo que entra se debita y lo que sale se acredita” (¡) es alguien que administra el servicio judicial y de su racionalidad e inteligencia derivan libertades, penas, soluciones y castigos.
Su calma intelectual debe tener un permanente equilibrio. Él debe tener un firme equilibrio.
Y suponiendo que todo lo que cuento respecto al valor de la frase de Evita desde las ciencias sociales y los sentidos más arraigados de Justicia en el pensamiento científico, fueran poco convincentes, no me digan que “donde hay una necesidad nace un derecho” no es un lujoso compendio de sentido social, una frase adornada con la brillantez de lo simple y profundo y casi un programa de gobierno.
Ese es el sentido que hay que darle.
Rosenkrantz con su postura muestra que se equivoca. Y nos abre un terrible interrogante sobre si también, al cometer errores en algo tan fácil de interpretar con una simple apelación a la comprensión de textos, no podrá equivocarse en algo mucho más complicado, como los fallos que lo tienen como decisor.
El autor de la nota es Diputado Nacional mc – PJ Río Negro
Pero Rawls, sostenedor en su teoría de la Justicia como Equidad, va más allá y utiliza un argumento heurístico en favor de reunir los principios de igualdad y libertad a través precisamente de esa idea de justicia como equidad.
Es decir, la frase de Evita contiene todos los factores filosóficos, reales, históricos y jurídicos que le dan categoría de correcta solicitud plena en juridicidad y sentido de justicia. No sé a qué se refiere el juez con “fe populista” y, es más, ni siquiera lo considero algo insultante en sí mismo, sí desde donde él lo dice, pero el enunciado peronista es más un compendio de derecho positivo que una simple consigna política.
Y Rosenkrantz es un jurista, o debiera serlo.
A sus palabras le corresponde tener la altura de la jerarquía que ocupa en uno de los tres poderes del Estado. No es un ministro de economía haciendo números y repitiendo que “lo que entra se debita y lo que sale se acredita” (¡) es alguien que administra el servicio judicial y de su racionalidad e inteligencia derivan libertades, penas, soluciones y castigos.
Su calma intelectual debe tener un permanente equilibrio. Él debe tener un firme equilibrio.
Y suponiendo que todo lo que cuento respecto al valor de la frase de Evita desde las ciencias sociales y los sentidos más arraigados de Justicia en el pensamiento científico, fueran poco convincentes, no me digan que “donde hay una necesidad nace un derecho” no es un lujoso compendio de sentido social, una frase adornada con la brillantez de lo simple y profundo y casi un programa de gobierno.
Ese es el sentido que hay que darle.
Rosenkrantz con su postura muestra que se equivoca. Y nos abre un terrible interrogante sobre si también, al cometer errores en algo tan fácil de interpretar con una simple apelación a la comprensión de textos, no podrá equivocarse en algo mucho más complicado, como los fallos que lo tienen como decisor.
El autor de la nota es Diputado Nacional mc – PJ Río Negro