Por Dario Pignotti
24 de junio de 2022
No mentirás: en un aparente rapto de sinceridad Jair Bolsonaro afirmó ante pastores y fieles evangélicos haber mantenido un encuentro reservado con la expresidenta de facto boliviana Jeanine Añez, recientemente condenada a diez años de prisión por el golpe que depuso al mandatario Evo Morales.
En rigor, el presidente brasileño no hizo otra cosa que ratificar la reunión negada por su correligionaria de ultraderecha de Bolivia. Uno de los dos falta a la verdad.
Esta confesión suma otro elemento a las sospechas sobre la complicidad brasileña con la asonada de noviembre de 2019.
Si la complicidad del expresidente Mauricio Macri con los golpistas fue demostrada a través de las pruebas presentadas ante la justicia, es poco lo que se avanzó hasta el momento en el esclarecimiento sobre la participación de Brasil. La cual queda prácticamente confirmada en esta declaración de Bolsonaro realizada el sábado pasado: " ¿alquien oyó hablar de Jeanine Áñez?, ¿quién es esa mujer?. Ella tiene aproximadamente 50 años, rubia, estuve una vez con ella en la vida, tuve una buena impresión de ella, una persona simpática, en un primer contacto tuvo nota casi diez".
Lo afirmó en el templo del Ministerio Internacional de la Restauración, en Manaus, la ciudad más importante de la floresta amazónica brasileña que se prolonga hasta el norte boliviano.
Por cierto esta fue la segunda vez que habló de su contacto cara a cara con la ocupante, por la fuerza, del Palacio del Quemado. La primera revelación ocurrió hace casi un año y de ella informó en exclusiva este diario. De inmediato, desde La Paz los abogados de Áñez negaron la realización de ese cónclave.
"La expresidenta ha solicitado que la defensa exprese enfáticamente que jamás sostuvo una reunión con el señor Jair Bolsonaro", dijo la doctora Norka Cuéllar, citada por la agencia EFE.
Hoces
La primera mención sobre la cita ocurrió en julio del año pasado y pareció ser fruto de la incontinencia verbal del presidente, cuyos aliados eliminaron prontamente la frase de las redes sociales, acaso para resguardarlo de un escándalo.
Pero este fin de semana volvió a hablar de ese encuentro, y lo hizo de forma más explícita al comenzar un discurso varias veces interrumpido por los aplausos de sus simpatizantes entre quienes había algunos que lo llamaron "mito".
En rigor, Bolsonaro no hizo otra cosa ratificar la reunión negada por su correligionaria de ultraderecha Áñez. Uno de los dos falta a la verdad.
En tono pastoral, acompañado por el apóstol René Terra Nova, el gobernante sermoneó en el templo amazónico, "no es nuestra regla mentir yo en mi campaña electoral hablé mucho de Juan 832 (versículo bíblico), la mentira no es aceptable". Además, aseguró que la ex conductora de tv, senadora y presidenta es víctima de la persecución por parte de un gobierno autoritario. Y pronosticó que él y los defensores de la "libertad" podrán enfrentar la misma suerte que la "inocente" Áñez si Brasil vuelve a ser gobernado si Luiz Inácio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores (PT).
Un par de días después de aquel sermón el diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del mandatario, divulgó este lunes un mapa de América del Sur donde Bolivia apareció marcada con una hoz y un martillo. Símbolo repetido sobre los mapas de Argentina, Chile, Perú, Venezuela y la Colombia del recientemente electo Gustavo Petro.
Probable
El diputado Arlindo Chinaglia del PT, una fuente diplomática boliviana y el muy bien informado periodista de investigación brasileño, Marco Aurelio de Carvalho coincidieron en considerar bastante probable que Bolsonaro y Áñez hayan conversado en persona.
"No tengo pruebas de lo que pasó pero el propio Bolsonaro declaró que se encontró con Áñez.¿Qué es lo que se comenta ?. Que se habrían reunido sin dejar registro en el Palacio del Planalto (Brasilia), esto podría haber ocurrido pero no lo estoy afirmando", dijo Chinaglia.
Sus sospechas son compartidas por otros legisladores del PT, como el senador Humberto Costa que requirió al gabinete personal de Bolsonaro que informe si hubo reuniones con Áñez y con el líder cruceño Luis Fernando Camaño entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2019.
Esa requisitoria partiría del supuesto de que la ahora condenada exgobernante pudo haber viajado a Brasilia antes y después del golpe.
Sobre Camacho, el hombre fuerte del movimiento sedicioso, está confirmada su presencia en Brasilia a principios de mayo de 2019, cuando estuvo y se fotografió junto al canciller de entonces, Ernesto Araújo. Según trascendidos, en ese mismo viaje el "Bolsonaro de Bolivia" -así lo apodan- habría sido recibido por el original de Brasil.
Por su parte la fuente boliviana, que es miembro del cuadro diplomático de su país, sostiene que Áñez pudo haberse trasladado a Brasil en alguno de los más de 20 vuelos realizados por el avión presidencial FAB001 a partir del 11 de noviembre de 2019, un día después de la caída de Morales.
"No sabemos con seguridad si fue, pero tiene sentido que haya ido para recibir el apoyo del gobierno de un país fundamental en la región como es Brasil, que además fue el primer gobierno que reconoció a Áñez y el gobierno que dijo que que todo se hizo con respeto a las instituciones", señaló la diplomática.
Para ella el dato "fuerte" es que todos esos vuelos fueron registrados por la empresa norteamericana FlightAware, en plantillas publicadas en este diario por Felipe Yapur.
Pistas
La fuente diplomática señala que esos viajes del FAB001 se realizaron sin registro oficial, violando la ley boliviana, ya sea porque trasladaron a Áñez o porque fueron a buscar "algo que uno no sabe".
En ese punto aparece el investigador brasileño, Carvalho, para quien es razonable suponer que en algunos de esos vuelos hubo transporte de "armas". Carvalho agrega que si bien no tiene pruebas, "hay indicios sobre el envolvimiento de la familia Bolsonaro en el comercio de armas".
"Yo digo claramente hay que investigar a fondo la participación del gobierno brasileño" en el golpe, como se hizo en Argentina con Macri, concluye Carvalho.