27 ago 2024

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Bangladesh: tan pequeño y tan estratégico

OTHER NEWS (Por Lía Rodríguez de la Vega – Tektónikos)
26.08.2024



El golpe de agosto revela tanto pujas internas como la mano de las grandes potencias.


Bangladesh, país de Asia del Sur y excolonia británica, al este de la India, con poco más de 172 millones de habitantes y de mayoría islámica, obtuvo su independencia de Paquistán en 1971, apoyado por la India. En ese importante episodio de su historia ya tuvo un rol Estados Unidos, en la medida en que los denunciados abusos cometidos por las fuerzas paquistaníes en el futuro Bangladesh se desarrollaron, entre otros, con el suministro de armas del país norteamericano, entonces gobernado por Richard Nixon, quien consideraba como un aliado a Paquistán.

Tales circunstancias derivaron en la huida de millones de personas que buscaron refugio en la India. Es relevante recordar que ese mismo año India firmó el "Tratado de Paz, Amistad y Cooperación" con la Unión Soviética, lo cual agregó otro factor complejo a la escena. Bangladesh ha luchado por superar esa sangrienta dinámica histórica, que compromete también, en lo personal, a la ahora derrocada primera ministra Hasina, en tanto su padre, Bangabandhu Sheikh Mujibur Rehman (presidente provisional del país, luego primer ministro, considerado Padre de la Patria), fue asesinado en 1975 junto a otros miembros de su familia, en el marco de un golpe de estado perpetrado por oficiales militares.

La entonces joven Sheik Hasina y su hermana sobrevivieron por encontrarse de viaje en el exterior. Dos líderes de la época como el Mariscal Tito desde Yugoslavia y la primera ministra Gandhi desde la India las ayudaron. Con los años, Hasina tomaría el liderazgo de la Liga Awami, y ella misma sufriría posteriores intentos de asesinato.

En las últimas tres décadas, especialmente bajo la administración de la Liga Awami, el país logró sacar a millones de personas de la pobreza a través de diversos programas sociales y llevó a cabo diversas mejoras en torno de la paridad de género, al tiempo que se formó en uno de los mayores centros manufactureros y textiles del mundo. Ha construido el puente Padma (el más largo que cruza el río Ganges y conecta el sudeste del país con Dhaka) y el primer sistema subterráneo del país, en el marco de un progreso económico sostenido. Sumado a ello, desde 1991, salvo breves períodos de perturbaciones por golpes militares y gobiernos interinos, estuvo gobernado únicamente por mujeres como jefas de Estado (se alternaron Hasina y Begum Khaleda Zia, del Partido Nacionalista de Bangladesh/PNB -en prisión o arresto domiciliario desde 2018), aunque eso convive con escasa representación femenina en otros espacios y actitudes sociales conservadores que obstaculizan una participación femenina mayor.

Sin embargo, la economía se fue estancando y hoy la inflación ronda el 10% anual, las reservas en dólares cayeron y se frenó la creación de empleo privado, por lo cual las posibilidades de acceder a trabajos públicos resultan muy atractivas. Según la Organización Internacional del Trabajo, alrededor de 67% de la población tiene entre 15 y 64 años, y más de una cuarta parte, entre 15 y 29. Pese a los avances de estos años aún existen desigualdad y pobreza significativas. Y en 2023, alrededor de 40% de los ciudadanos de 15 a 24 años no trabajaba ni estudiaba.

Paralelo a lo mencionado, Bangladesh se convirtió en un lugar de refugio mundial, tras la aceptación de casi un millón de rohingya que huyeron del violento accionar de la Junta de Myanmar en 2017. Posee el mayor campo de refugiados del mundo, ubicado en una zona muy pobre, y enfrentó el traslado de muchos de ellos del continente a la isla de Bhasan Char, en la Bahía de Bengala, lo cual generó críticas. Aunque Bangladesh buscó una mayor implicación regional, con la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y la Asociación Sudasiática para la Cooperación Regional (SAARC), y confluyó con la posición de Japón, se pudieron ver, tras siete años, que las políticas locales hacia los rohingya devinieron menos hospitalarias. A ello se suma la preocupación oficial sobre el accionar de grupos extremistas violentos, aunque ninguno de estos temas apareció como central en las elecciones de este año.

Este 2024 resulta un año electoral particularmente activo en el sur de Asia: Bután, India, Maldivas, Paquistán y Sri Lanka acudieron o acudirán a las urnas. Bangladesh fue el primero de los países de la región en hacerlo. Fue el 7 de enero y emergió triunfante (como se esperaba) la oficialista Liga Awami, con lo cual la entonces primera ministra Sheik Hasina accedió a su cuarto mandato. Su partido logró además casi 75 % de los escaños parlamentarios, incluyendo aliados. La participación ciudadana fue baja por supuestas irregularidades durante el proceso electoral, la abstinencia electoral de la oposición y la consecuente desconfianza entre la ciudadanía en razón de la ausencia de una competencia genuina. 

Las complejidades del sistema Upazila (unidad administrativa del país, equiparable a una subunidad de un distrito) y una suerte de desencanto del electorado fueron erosionando la credibilidad ciudadana en el proceso político en general. A ello se suman los conflictos internos en la Liga Awami. Así, mientras las elecciones generales se desarrollaron al inicio de año, las sextas elecciones Upazila Parishad lo fueron en distintas fases entre mayo y junio. Todo esto más otras críticas (internas e internacionales) apuntaban a que más que una democracia, Bangladesh se había tornado una autocracia electoral.

Cabe mencionar el cambio de la disposición constitucional para un gobierno provisional en 2013, la prosecución de arrestos de los principales líderes de la oposición (a veces con cargos dudosos), represión contra la libertad de prensa, la aprobación de leyes draconianas como la Ley de Seguridad Cibernética de 2023 que derivó en la detención de aquellos que utilizaban las redes sociales para criticar al gobierno, etc. En una atmósfera con poco lugar para el disenso, diversas figuras locales, Estados Unidos y la Unión Europea manifestaron preocupación por el estado de la democracia en Bangladesh.

Protestas y golpe

Este año se agregaron las protestas estudiantiles, que luego sumaron a otros ciudadanos, a raíz de un controvertido sistema de cupos laborales del gobierno y terminaron transformándose en disturbios a nivel nacional, tras una dura represión por parte de las autoridades, con casi 300 muertes en cuestión de semanas, además de detenciones masivas, cierre de universidades y corte de suministro de internet. El 21 de julio, la Corte Suprema redujo la cuota, que establecía la reserva de un tercio de los puestos gubernamentales para los descendientes de los veteranos de la Guerra de Liberación de Bangladesh de 1971 (y también otros porcentajes que estaban reservados para distritos retrasados, mujeres, minorías, personas con desafíos físicos, etc.). Se ordenó que 93% de los empleos quedaran abiertos a ser cubiertos por mérito (con 5% reservado para los descendientes de los luchadores en la Guerra de Independencia y 2% dedicado a otras minorías). A pesar de ello, tanto la retórica opuesta a las protestas por parte de Hasina y la represión policial, así como los ataques a los manifestantes por parte de afiliados de la Liga Awami, terminaron galvanizando el movimiento masivo contra el gobierno.

Hasina, que en sus primeras respuestas públicas había desvinculado a los estudiantes de la violencia en las protestas, señalando al partido islámico Jamaat-e-Islami y al principal partido de la oposición, el Partido Nacionalista de Bangladesh, por los diversos enfrentamientos e incendio provocados, declaró luego que quienes desarrollaban actos de violencia no eran estudiantes sino terroristas dispuestos a desestabilizar el país. Por lo demás, cuando Hasina convocó a los estudiantes al diálogo, estos declinaron asistir y el 29 de julio hubo ya un llamado para que dimitiera.

El corolario de la situación se dio el 5 de agosto, día en que se había convocado otra marcha masiva, y en que Hasina renunció y salió del país hacia la India. La ira en contra de su gobierno fue incluso canalizada en el derribo y destrucción de estatuas de su padre y el asalto a la residencia oficial. El 6 de agosto, el presidente, Mohammed Shahabuddin, anunció la disolución del Parlamento y el llamado a elecciones lo más pronto posible (sobre lo cual, el hijo de Hasina, Sajeeb Wazed Joy, señaló que su madre regresará al país cuando se declaren las mismas), dando paso a la formación de una administración interina. Para tal fin, atendió la propuesta del grupo "Estudiantes contra la Discriminación" de que fuera el banquero Muhammad Yunus quien lo encabezara. De igual manera, anunció la liberación de Khaleda Zia de su arresto domiciliario.

Así, el 8 de agosto el economista Yunus (de 84 años) se convirtió en el líder del gobierno interino del país. Conocido mundialmente por su trabajo con el Banco Grameen, este pionero en la concesión de microcréditos, que comenzó a conceder a familias vulnerables en 1976 y que les permitió salir de la situación de pobreza, ganó por su tarea el Premio Nobel de la Paz, en 2006. Bajo la gestión de Hasina, en 2023, Yunus fue condenado por violar leyes laborales (sentencia ahora revocada por el Tribunal de Apelaciones) y acusado en un caso de corrupción en curso, que muchos consideran falso.

La situación que debe abordar encabezando el gobierno interino es compleja y de hecho, el presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Inversores Extranjeros, describió la situación económica post protesta diciendo que el país había sufrido en estas últimas circunstancias pérdidas de 10.000 millones de dólares.

Cómo juegan India, EE.UU., Rusia y China


Mientras el Alto Comisionado de India en Bangladesh continúa operativo y abierto a ayudar a los connacionales residentes allí, la situación resulta especialmente sensible porque existen reportes de tensiones crecientes con la minoría hindú de Bangladesh, que equivale a casi 8% de la población y es la minoría religiosa más numerosa en el país.

Diversos hindúes parecen haber participado en las protestas iniciadas por estudiantes contra el sistema de cuotas, pero tras el éxito de las protestas, según algunos informes, distintos templos hindúes han sido vandalizados y se han reportado amenazas a hindúes, que huyeron de sus hogares y sufrieron el saqueo de sus pertenencias. A la tensa situación se agrega la difusión de noticias falsas. Algunos medios de comunicación han denunciado la difusión de noticias que, en línea con la retórica de derecha, apuntan a que los islámicos están atacando a los hindúes en Bangladesh e incluso hablan de "genocidio hindú" en ese país. Algunos hindúes, tradicionalmente identificados con el apoyo a la Liga Awami (en tanto ese partido ha sido siempre cercano a la India), se sienten presionados y agredidos desde ambos lados, la Liga Awami y sus detractores. Otros hindúes señalan reconocer los esfuerzos de bangladesíes, especialmente los estudiantes, que buscan proteger a la comunidad hindú y sus templos. Mientras tanto, el gobierno indio anunció ya la formación de un comité especial para comunicarse con las autoridades de Bangladesh para garantizar la seguridad de los ciudadanos indios y otras comunidades minoritarias que viven en ese país. Algunos señalan que, frente a los ataques verificados a hindúes, es difícil indicar con certeza si se trata de motivaciones religiosas o políticas las que los sustentan (en la medida en que la mayoría de los hindúes parecen ser identificados con seguidores de la Liga Awami y Sheik Hasina).

Otro elemento a considerar es que, según informó un medio, Hasina afirmó que Estados Unidos está detrás de su derrocamiento (algo similar a lo ocurrido con el exprimer ministro de Paquistán, Imran Khan, hace algunos meses), en razón de su negativa a entregar la isla de San Martín al país norteamericano para que construyera una base militar allí, lo que permitiría a esa superpotencia occidental tener influencia sobre la Bahía de Bengala. 

Cabe aclarar que en abril ella había mencionado que EE.UU. puede derrocar al gobierno de cualquier país, particularmente de los países musulmanes, y en noviembre de 2023 sostuvo una disputa pública con el presidente Joe Biden, tras las protestas a gran escala desarrolladas en Bangladesh que sucedieron a la sanción estadounidense sobre una unidad de la policía bangladeshí bajo distintas acusaciones, entre otras tensiones.

Aunque esta publicación fue desmentida por el hijo de Hasina, el tema permanece presente en la consideración política de los hechos. San Martín es una pequeña isla, cerca del extremo sur de Bangladesh, a alrededor de 9 kilómetros al sur de la punta de la península de Cox's Bazar-Teknaf y 8 kilómetros al oeste de la costa noroeste de Myanmar, en la desembocadura del río Naf. La isla se sitúa cerca del estrecho de Malaca, una de las rutas comerciales marítimas más transitadas del mundo, con crítica importancia para, por ejemplo, el paso de buques petroleros. El asiento de una base militar allí le daría a cualquier país una supervisión sin precedentes de la bahía de Bengala.

A la tensa situación con la India (de quien se señala que hizo lobby para que las protestas de Estados Unidos sobre Bangladesh bajaran el tono frente al peligro que representaba la posibilidad de la salida de Hasina del gobierno para India), país con el que Bangladesh requiere tener relaciones estables y pacíficas y sobre el cual había anunciado que quería adjudicar el proyecto multimillonario de restauración del río Teesta a empresas indias, se suman los intereses de China, donde Hasina estuvo hace menos de un mes y firmó diversos acuerdos.

Bangladesh tiene relevancia para China, en tanto está idealmente situado para la Iniciativa de la Franja y la Ruta (además de haber sido el primer país de la región en unirse a esa iniciativa), posee un mercado de interés comercial (con China como principal socio comercial de Bangladesh durante 12 años consecutivos), construyó y construye obras de infraestructura en ese país, suministró el 72% de las armas de Bangladesh entre 2019 y 2023, tuvo un papel clave en la construcción de la base naval «BNS Sheikh Hasina» al sur de Chittagong (2023) y suministró dos submarinos y distintas fragatas y corbetas al país.

Tras la salida de Hasina, China expresó su interés de desarrollar todavía más la asociación estratégica integral con el nuevo gobierno de Bangladesh.

Rusia por su parte, mediante la empresa nuclear estatal Rosatom, construye en colaboración con Bangladesh la primera de dos plantas de energía nuclear, en un proyecto de 12.650 millones de dólares, financiado en un 90% con un préstamo ruso reembolsable a 28 años con un período de gracia de 10. Cabe agregar que desde 2023, la portavoz de la Cancillería rusa, Maria Zakharova, comentó que si Sheikh Hasina llegara al poder en las próximas elecciones, EE.UU. haría uso de todos sus recursos para derrocar su gobierno, siguiendo los pasos de la "Primavera Árabe'".

Por lo demás, en 2023 se mencionó en diversos medios la intención estadounidense de sumar a Bangladesh a su estrategia del Indopacífico, que lleva adelante con sus socios, y en tal sentido se hizo hincapié en las menciones que el primer ministro japonés, Fumio Kishida, hiciera en su visita a Delhi acerca de promover el concepto de cadena de valor industrial de la Bahía de Bengala-Noreste de la India, con India y Bangladesh para el crecimiento de toda la región, mientras que otro funcionario sostuvo que Japón estaba considerando un acuerdo de asociación económica con Bangladesh.

Otro elemento para atender es que ese mismo año, Bangladesh había solicitado formalmente incorporarse a los BRICS, tras un encuentro de Hasina con el presidente sudafricano Ramaphosa en Ginebra, en 2023, aunque no quedó incorporado en la lista de los países a sumarse en la primera expansión del grupo y se comentó que Hasina decidió ir más lentamente en torno a este tema, debido a las elecciones.

Conclusiones

El crecimiento económico de los estados más pequeños de Asia del Sur, combinado con la presencia económica fuerte de China, evidenciada en la construcción de infraestructura necesaria y el protagonismo en el área de defensa, resultan hipotéticamente desestabilizadores para la India, en la medida en que esos otros estados ya no dependen únicamente de ella como socio. Se genera entonces una potencial profundización de la brecha entre la India y China, más allá de los diversos intereses de otros países en profundizarla. Por lo demás, queda por ver el desarrollo de la dinámica política interna en Bangladesh y hacia dónde se inclina el electorado en nuevas elecciones, cuando se realicen.

Cabe hacer un seguimiento de cómo resuelve el Partido Nacionalista de Bangladesh su relación con el islam político (tema especialmente preocupante para India); cómo se desarrolla la vuelta del Jamaat e-Islami local, que sostuvo una manifestación pública significativa en 2023; de qué manera se rearma la Liga Awami y qué sucederá con Yunus. En 2006 había anunciado su intención de crear un espacio político propio, Nagorik Shakti (El poder de los ciudadanos), que luego no se concretó, y no parece mucho el tiempo que tiene para generar un contexto que permita llamar a elecciones, sin resquebrajarse en las evidentes fragilidades del momento y de su propia figura.


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