3 jun 2014

Los BRICS podrían adoptar el Glonass ruso y renunciar al GPS

Rusia instalará estaciones de sus sistemas de posicionamiento global Glonass en el territorio de los Estados miembros del bloque BRICS. Esto aumentará la capacidad competitiva del sistema", adelanta el diplomático ruso Vadim Lúkov.
"Realizar este proyecto junto con los países del BRICS fortalecerá el carácter global de nuestro sistema y mejorará su competitividad al por menor. El mercado del BRICS supone 3.000 millones de consumidores. Muchos de ellos son consumidores de servicios de sistemas de navegación", comentó Lúkov. 
  
Detalló que Roscosmos, la agencia espacial de Rusia, ya presentó ante el Gobierno ruso un plan para desplegar la infraestructura necesaria para el sistema global de navegación por satélite de alta precisión en los grandes territorios de los países que componen el bloque: Brasil, la India, China y Sudáfrica. Según acentúa Lúkov, esto permitirá aumentar considerablemente la precisión del sistema: "La tecnología de navegación por satélite se basa en el uso de un gran número de estaciones situadas con la máxima frecuencia posible en la superficie del globo terrestre. De este modo garantiza una alta precisión a la hora de posicionar los objetos. BRICS nos brinda una posibilidad única para realizarlo". 
  
El sistema ruso de posicionamiento y navegación GLONASS se desarrolla desde el año 2001 y está a cargo de la agencia espacial Roscosmos. Lo integra una constelación de satélites que cubren toda la superficie de la Tierra y es utilizado tanto para fines militares como civiles. Permite determinar el posicionamiento de objetos con una precisión de hasta un metro. Su señal es accesible y gratuita en todo el mundo. Puede usarse para la observación de desastres naturales y en operaciones de rescate, controlar la seguridad en carreteras y la construcción de puentes. Su principal diferencia con el sistema estadounidense GPS es que no tiene, durante su movimiento orbital, resonancia con la rotación de la Tierra, lo que le proporciona una estabilidad mucho mayor. 
  
Cabe recordar que a mediados de este mes de mayo Moscú comunicó que suspenderá el funcionamiento de las estaciones de GPS —el sistema de navegación desarrollado y explotado por el Pentágono— en el territorio ruso a partir del 1 de junio si no se llega a un acuerdo sobre la ubicación de las estaciones Glonass en EE.UU. Aseguró que si antes de septiembre no se consigue un compromiso, las estaciones serán destruidas. Por otra parte, adelantó que está planeando crear una red de estaciones terrestres de Glonass que incluirá 36 países. Las negociaciones acerca de los acuerdos con MéxicoNicaragua, Vietnam y Cuba ya se encuentran en fase activa.


Texto completo en: http://actualidad.rt.com/ciencias/view/129351-rusia-sistemas-glonass-brics

Argentina: La deuda con el Club de París

Argentina: La deuda con el Club de París

Alejandro Olmos Gaona (especial para ARGENPRESS.info)

Hace muchos meses el Ministro de Economía Axel Kiccillof y el Embajador en la Unión Europea, Hernán Lorenzino, quien es a su vez titular de la Unidad de Reestructuración de la Deuda, viajaron a Europa a los efectos de iniciar conversaciones con los miembros del Club de París (1), para arreglar el pago de la deuda, que mantiene nuestro país con sus miembros, no habiendo trascendido, los términos del ofrecimiento efectuado por los funcionarios, ya que como ocurre habitualmente los detalles son secretos, y aunque han trascendieron algunos datos, siempre prefiero manejarme en mis investigaciones con cifras oficiales, para no caer en errores que puedan inducir a confusión.

La deuda con el Club de París, se arrastra desde el default del año 2001, y el 2 de septiembre de 2008, la Presidenta de la Nación, decidió pagarla en su totalidad con las reservas del Banco Central, para lo cual emitió el Decreto 1394, que también fue firmado por el Jefe de Gabinete de Ministros, Sergio Massa, norma que fue tácitamente suspendida, sin que se diera a conocer los motivos de la decisión, pero que sigue teniendo vigencia.

Debe recordarse que en mayo del año 2011, trascendió que el entonces Ministro de Economía, Amado Boudou habría arreglado finalmente el monto a negociar con el Club de Paris, habiéndose fijado en la suma de 8.470 millones de dólares la deuda a pagar. Se enfatizó el “éxito” de haber conseguido una rebaja importante al no reconocerse deudas consideradas ilegítimas. Según fuentes de la cartera económica en ese momento las “deudas que se incluyeron tienen como fundamento contratos acordados luego de diciembre de 1983. Esto llevó a rechazar varios reclamos de acreedores, que sumaban más de cien millones de dólares, que pretendían incluir presuntas deudas basadas en contratos efectuados durante la dictadura militar, no convalidadas por un gobierno democrático” (Diario Página 12, 15/5/2011)

Aunque todas las negociaciones que se efectuaron siempre fueron secretas, los pasivos incluidos también lo son, no se conoce el detalle de los créditos reclamados y el nombre de las empresas privadas involucradas, cuyas deudas asumiera el Estado Nacional, la noticia difundida por los medios oficialistas es un claro ejemplo de cómo se manipula la información y se articula un mensaje que pretende mostrar una actitud independiente y soberana en el manejo de las negociaciones, además del hecho inédito de plantear la ilegitimidad de una parte del endeudamiento que se originara durante la dictadura militar.

Pero como siempre la realidad viene a contradecir el discurso los hechos resultan sustancialmente distintos y las deudas que reclaman los países que integran el Club de Paris, como provenientes de la dictadura cívico-militar no se reducen a esos exiguos 100 millones de dólares que supuestamente se habrían descontado y voy a mostrar cual es la realidad que el gobierno pretende ocultar con su acostumbrado palabrerío mediático pero insustancial.

Dejando de lado deudas canceladas de la década del sesenta, las obligaciones que hoy se van a negociar tienen en parte su origen durante la gestión del dictador Videla, y fueron acrecentadas posteriormente con nuevas deudas contraídas durante la década del 90, después de realizada la V Ronda de negociaciones que culminara en el año 1992, durante la gestión de Domingo Cavallo.

Para poder tener una idea exacta del significado de lo que se va a pagar, es necesario retroceder unas décadas, y llegar hasta el año 1985, cuando comenzaron las primeras negociaciones. En ese entonces el monto de la deuda a renegociar era de 5.500 millones de dólares y se estableció como fecha de corte el 10 de diciembre de 1983. En esa fecha (Ronda I) se llegó a un acuerdo por la suma de 2.250 millones de dólares, incluidos capital e intereses, siendo importante puntualizar, que todavía las estimaciones no eran definitivas, por lo cual el gobierno de Raúl Alfonsín siguió recibiendo reclamos de acreedores para la posterior conciliación.

En la segunda Ronda, se sumaron montos no refinanciados en la primera y la deuda se estimó en 4.250 millones de dólares hasta 1986. Luego en el acuerdo firmado en 1987 se fijó en 5.303 millones. Estos montos se fueron modificando con la inclusión de otras deudas, como las de Cogasco, que entraron en las rondas llevadas a cabo durante la década del 90.

Al poco tiempo de asumir Carlos Menem y firmado el acuerdo con el FMI en noviembre de 1989, comenzó una nueva ronda de negociaciones donde se incluyeron 1.200 millones de dólares de atrasos en los que había incurrido el gobierno radical. Se acordó capitalizar los intereses atrasados y postergar los vencimientos para los años siguientes, efectuando pagos poco relevantes.

El 19 de septiembre de 1991, se firmó el acta multilateral que puso término a la Ronda IV, consolidándose la deuda, incluidos los atrasos en 7.592 millones de dólares.

El último acuerdo con el Club de Paris (Ronda V) se firmó en el marco de toda la reestructuración de la deuda externa efectuada en 1992 a través del Plan Brady, que contó con la participación del FMI, el Banco Mundial y el BID. La deuda a esa fecha quedó en 8.900 millones de dólares, a través de distintas reprogramaciones que se hicieron, estableciéndose un nuevo cronograma de pagos, para llegar a cancelar la misma.

En el Boletín Fiscal de la Nación, se indica que al 30 de diciembre de 1996 la deuda era de 6.725 millones de dólares, haciéndose constar además la existencia de deudas con otros bilaterales, por la suma de 3.436 millones de dólares. La cifra disminuye en 1997 a 5.144 millones, más 2.959 por deudas bilaterales. En 1998 la deuda es de 4.512 millones de dólares, más 2.943 (bilaterales), en 1999 es de 3.235, más 2.682 (bilaterales) y cuando se produce el default del 2001 la deuda era de 1.879 millones de dólares, más 2.579 millones en concepto de otros bilaterales. Estas deudas bilaterales son préstamos que se negocian en el marco del Club de Paris, e integran las sumas que este reclama.

Producido el default y la interrupción de los pagos, comenzó nuevamente el crecimiento de la deuda, capitalizándose los intereses, estimándose que hasta diciembre del año 2010 la deuda por capital con el Club de parís era de 6.298 millones de dólares, según los informes del Ministerio de Economía, por lo que sumando los intereses convencionales más los punitorios, la deuda treparía a más de 9.500 millones de esa moneda a la fecha.

Hasta aquí el detalle riguroso de las negociaciones y la evolución de la deuda hasta hoy, donde por razones de síntesis no incluyo los detalles de la reprogramación de intereses, amortizaciones y punitorios por mora. Lo fundamental que surge de las cifras y de las fechas consignadas, es determinar que importe corresponde a la deuda de la dictadura, y cual el que corresponde a los gobiernos a partir de diciembre del año 1983.

Como lo indicara anteriormente, la deuda dejada por la dictadura era de 5.500 millones de dólares al 10 de diciembre de 1983, no estando incluida la deuda de Cogasco que era de 918 millones de dólares, la que fue agregada en los acuerdos de 1987. Es decir que sumadas ambas obligaciones nos da un stock de deuda proveniente de la dictadura de 6.418 millones de dólares.

A pesar de los pagos que se efectuaron, la deuda siguió creciendo porque se sumaron las obligaciones contraídas con Alemania para la construcción de la Central Atómica Atucha II, por un monto cercano a los 1.000 millones de dólares, que si bien fue licitada durante la dictadura, los primeros reembolsos fueron posteriores a diciembre del 1983. Es decir que este crédito recibido durante la gestión de Alfonsín sería el único no cuestionable, por haber sido empleado para los fines por los cuales fue solicitado y el carácter democrático del gobierno que intervino en su efectivización. Para no citar varios documentos que así lo determinan, solo haremos referencia a la nota enviada por el Ex ministro de Economía, Dr. Domingo Cavallo, al Presidente del Club de París, Jean Claude Trichet, con fecha 5 de junio de 1992, donde le expresaba la aceptación de la propuesta de la “reprogramación de los vencimientos de las obligaciones financieras contraídas antes del 10 de diciembre de 1983 por el sector público y aquellas del sector privado cubiertas por un contrato de seguro de cambio o con garantía pública, y cuyos vencimientos ocurrirán con posterioridad al 30 de junio”

Debemos hacer un paréntesis para referirnos a la deuda de la empresa Cogasco, actualmente reclamada por Holanda, que es una evidencia más de los manejos especulativos de los inversores privados con la anuencia de los funcionarios de la dictadura, la que fue investigada por un cuerpo de auditores del Banco Central en 1984.

La empresa, fue estructurada con el objeto de construir el gasoducto centro-oeste que unía a las provincias de Neuquén y Santa Fe, cruzando por La Pampa, Mendoza, San Luis y Córdoba estando controlada la sociedad por la firma Nacap BV, de Holanda. Como en casos similares se recurrió al crédito externo, y fue así que se obtuvo un préstamo por 918 millones de dólares del Amro Bank, de los cuales entraron al país 292, siendo depositado el resto en el exterior, el que fue utilizado por la empresa para diversas operaciones de pases, obteniendo importantes diferencias de cambios. Además de ello se cancelaron importaciones temporarias, que no generaban movimiento de divisas, con el dinero de la empresa existente en el exterior. Los auditores encontraron una serie de irregularidades e ilícitos, que hacían pasible a la empresa de la aplicación del régimen penal cambiario, lo que significaba multas que iban de 1 a 10 veces el valor de las infracciones cometidas. Debido a que el grupo controlante de Nacap quebró, las acciones pasaron a ser manejadas por el Amro Bank de Holanda, que como integrante conspicuo del Club de París, impuso sus condiciones a los negociadores argentinos, para transformar deudas inexistentes en obligaciones de la República. Los auditores estimaron que las multas podían llegar hasta la suma de 2.000 millones de dólares

En la investigación llevada a cabo, se individualizaron con claridad las maniobras llevadas a cabo por esta empresa, sus incumplimientos contractuales, las infracciones a la ley penal cambiaria, lo que llevó a los inspectores a determinar que debían darse de baja del registro de la deuda la suma de U$S 918,3 millones, debido a "fondos no ingresados al país no-reconocimiento de cláusulas contractuales sobre tipo de pases" Sin embargo y a pesar de las evidencias incontrovertibles que surgían de toda la documentación analizada, el Jefe del Departamento de Deuda Externa del Banco Central, Dr. Carlos Melconian, elevó con fecha 24 de agosto de 1987 un informe a la Gerencia de Estudios y Estadísticas del Sector Externo, donde decía textualmente: "No obstante la baja comentada, debe señalarse que sobre la base de los lineamientos para un acuerdo final sobre el contrato del Gasoducto Centro Oeste (informe 480/160 (Expte. 105.322/86) serán refinanciados dentro del marco del Club de París los atrasos que Gas del Estado mantenía con Cogasco S.A. al 31 de diciembre de 1985 (...) Todo ello implica registrar como deuda de la República Argentina y de Gas del Estado las correspondientes obligaciones, por un monto estimado de U$S 955 millones". El documento fue elevado por la Gerencia a la Comisión N° 2 del Directorio quien la aprobó con la firma de los Dres. Daniel Marx y Roberto Eilbaum, siendo ratificada luego por el Dr. Marcelo Kiguel, Vicepresidente a cargo de la Presidencia del Banco Central con fecha 21 de septiembre del referido año.
A la deuda de la dictadura refinanciada en el año 1992, se sumaron otras obligaciones contraídas por el gobierno de Menem, lo que explicaría el incremento de la deuda, hasta la cifra que actualmente se conoce. En lo que hace a la que provenía de la dictadura, como lo consignara anteriormente habría quedado en 1.879 millones de dólares en el año 2001, por lo cual si se suman los intereses hasta la fecha, que pretende cobrar el Club de París, el resultado sería la deuda neta dejada por la dictadura que correspondería impugnar, dejando sujetas a revisión las otras obligaciones de la década del 90.

Quizás lo difícil para desentrañar la exactitud de las cifras, y mostrar las nuevas deudas, que ayer se acordaron con el Club de París, lo constituye la inexistencia de documentación verificable en el Banco Central y en el Ministerio de Economía. Las cifras que he consignado en los párrafos anteriores son solo datos estadísticos tomados de la Subsecretaría de Financiamiento y del Boletín Fiscal de la Nación. Y decimos esto porque en el año 2009, se solicitó al Ministerio datos sobre las deudas, sin que se me pudiera informar nada al respecto. En el año 2011, se pidió al Ministro de Economía información sobre lo que se iba a pagar, sin merecer respuesta alguna. Se volvió a insistir, y el Director de Deuda Pública del Banco Central, contestó que se debía pedir la información al Banco Central de la República Argentina. Enviada la nota correspondiente a la Lic. Marcó del Pont, presidenta del banco, se informó, que ellos no tenían ninguna documentación y que había que pedirla en el Ministerio de Economía.
Como en una verdadera comedia de enredos, cada una de esas instituciones le adjudicaba a la otra la posesión de documentos que aparentemente ninguna tenía. Finalmente a los pocos meses recibí una nota del Contador Amado, Director del Departamento de Deuda Externa del Ministerio, acompañando un listado de acreedores, con montos, indicando que esos datos eran toda la documentación que tenían. Ello significa que el gobierno ha negociado la deuda, sobre unos pocos e insuficientes datos, sin que exista documentación respaldatoria alguna, dejando nuevamente al arbitrio de los acreedores la fijación de los intereses, y los punitorios, como ya ocurriera en otro momento.

La Base Sigade del Ministerio de Economía, da los montos pormenorizados de los acreedores bilaterales, pero como decimos son solo informaciones estadísticas, porque la documentación no se encuentra, según la información oficial en nuestro poder. Ello supone, como en otras épocas negociar sobre la base de la documentación en poder de los acreedores, lo que supone un verdadero despropósito.

Esto de la inexistencia de documentación sobre la deuda, no es algo nuevo, ya que en diversas oportunidades el Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal N° 2, solicitó al Banco Central, datos sobre la deuda externa pública y privada, informándosele, que no tenían documentación alguna, y solo datos estadísticos, sin valor contable

La conclusión final es el acuerdo del Ministro Kiccillof, reconociendo una deuda de 9.700 millones de dólares, pagaderos en julio 650, en el 2015, 500 millones de dólares más y cinco cuotas, con intereses, aunque excepto un escueto comunicado, no se conocen los detalles del cálculo sobre la deuda, y los intereses, más los punitorios reconocidos.

El habitual exitismo del gobierno, muestra este acuerdo como un gran triunfo y la presidencia, se nos indica que ahora las inversiones van a llover, debido a que hemos legalizado un delito.
Esta es la forma habitual de manejar las cuentas públicas por parte de los funcionarios del Estado, y después como resultado de la violación de sus deberes, se debe pagar una deuda que solo tiene como fundamento la exigencia de los acreedores, y sus propios registros, utilizándose para ello el dinero proveniente del trabajo de todos los argentinos, que el gobierno maneja con total discrecionalidad. Sobre las supuestas inversiones, el tiempo mostrará cual es la realidad de las mismas.

Nota:
1) No está de más recordar, que el Club de Paris, es un grupo informal de países acreedores constituido en 1956 para refinanciar deudas bilaterales de carácter comercial, que fueron convertidas en financieras por la dictadura de Aramburu: es decir que hay un mal precedente en cuanto a cómo comenzó a funcionar ese singular conjunto con el que la Argentina tuvo que negociar 8 veces. Desde ese momento hasta hoy siguió funcionando para refinanciar las deudas de los estados con sus miembros.

 enviado por COLECTIVOAVANZAR.BLOGSPOT.COM

Se profundiza el misterio sobre el vuelo malasio extraviado cuando el área de búsqueda se descarta como destino final

Se profundiza el misterio sobre el vuelo malasio extraviado cuando el área de búsqueda se descarta como destino final

30.05.2014

CANBERRA (Xinhua) - El misterio en torno al extraviado vuelo MH370 se profundiza una vez que el vehículo submarino autónomo Bluefin-21 culminó su misión con las manos vacías y se descarta el área de búsqueda como el destino donde yace el malhadado vuelo.

El Centro de Coordinación de los Esfuerzos de Búsqueda (JACC) del MH370 anunció que el Bluefin-21 completó su misión luego de cubrir un área de 850 kilómetros cuadrados de suelo océanico en un área de unos 1.600 kilómetros frente a las costas del oeste de Australia.
El área fue definida con base en las cuatro señales acústicas detectadas por un localizador de cajas negras desplegado en el Buque de Defensa Australiano Escudo Océanico (Ocean Shield).
Las señales o tintineos como se les llama, se creyó que eran de un artefacto hecho por los seres humanos y tenía todas las características de una transmisión de un faro localizador de emergencia.
En consecuencia, Bluefin-21 comenzó la búsqueda en el lecho marino del área, buscando por señales de la aeronave extraviada fueran restos o de la así llamada "caja negra", la data y el registro de voz de la aeronave.
Tras asumir la detallada búsqueda de más de 40 días, Bluefin-21 completó su misión el miércoles a la tarde. La data colectada en esa misión ha sido analizada y una vez más no hay indicios de que los restos de la aeronave hayan sido encontrados.
Desde que el Bluefin-21 ha estado inmerso en la búsqueda a mediados de abril, ha recalado unos 850 kilómetros cuadrados del lecho marino en busca de señales de la aeronave extraviada, dijo la JACC.
La Oficina de Seguridad de Transporte de Australia (ATSB) recomendó que la búsqueda en las cercanías de las detecciones acústicas pueden ser ahora considerada completas y en su opinión profesional, el área puede ahora ser descartada como el lugar del destino finl del MH370.
El anuncio fue hecho horas después de que el subdirector de la Marina de ingeniería océanica de Estados Unidos, Michael Dean, dijo a CNN que había un amplio consenso de que las señales provinieron de otra fuente de origen humano no relacionada con el jet que desapareció el 8 de marzo con 239 personas.
"Nuestra mejor teoría en este punto es que (los tintineos) fueron probablemente de algún sonido producido por el barco o de los electrónicos del localizador de cajas negras", dijo Dean.
Añadió que se teme que si se coloca en cualquier momento equipo electrónico en el agua y ésta le entra o cae en tierra puede hacer un corto circuito de manera que pudiera generar ruido.
La Marina de Estados Unidos ha desde entonces emitido un comunicado llamando los comentarios de Dean "especulativos y prematuros".
"Estados Unidos ha estado trabajando cooperativamente con nuestros socios de Malasia, Australia e internacionales por más de dos meses en un esfuerzo por localizar el MH370", dijo un vocero.
"Los comentarios de Mike Deans fueron especulativos y prematuros, mientras continuamos el trabajo con nuestros socios para más acuciosamente entender la data tomada del localizador de cajas negras.
"De manera que dejaremos a los australianos, como la guía en el esfuerzo de búsqueda, proporcionar información adicional en el momento adecuado", expuso.
A principios de esta semana, el gobierno de Malasia y la firma satelital británica Inmarsat dieron a conocer data para ayudar a determinar la ruta del MH370.
Horas después de que la JACC emitiera la declaración, el viceprimer ministro australiano, Warren Truss, dijo al Parlamento de Australia que la búsqueda del MH370 proseguirá aunque a un "ritmo diferente". Indicó que aún cree que el sitio donde yace la aeronave es en el sur del Océano Indico y a lo largo del séptimo arco del tintineo.
"Aún estamos muy confiados de que el sitio donde yace el aparato es en el Océano Sur y a lo largo de la séptima línea", dijo en una declaración al parlamento.
"Concentramos la búsqueda en esa área debido a que los tintineos, la información que recibimos fue la mejor disponible al momento y que todo lo que puedes hacer en circunstancias como ésta, se ajusta a las mejores pistas".
La JACC dijo en un comunicado que la futura operación de búsqueda involucrará tres etapas: revisión de toda la información existente y el análisis para definir una zona de búsqueda, llevar a cabo un sondeo batimétrico para mapear el lecho marino en la zona de búsqueda definida y adquirir los servicios de especialistas para llevar a cabo una búsqueda submarina amplia.
El coordinador enjefe de la JACC, Angus Houston, ordenó la semana pasada una revisión "robusta" de toda la data sobre la aeronave extraviada en medio de reclamos de que el MH370 no está en el sur del Océano Indico después de todo.
"El grupo de trabajo experto en satélites continua la revisión y la redfinicion de análisis complejos de radar e información de satélite y de la data de desempeño de la aeronave para determinar el sitio donde el aparato pudo probablemente entrar el agua", dijo la JACC.
El buque de búsqueda chino, Zhu Kezhen, ya ha comenzado a mapear el lecho marino de las áreas indicadas por la ATSB. Se prevé que en junio se sume un buque de sondeo.
Se espera que la encuesta batimétrica lleve unos tres meses. "Conocer el terreno del lecho marino es clave para una subsecuente búsqueda submarina", dijo la JACC.
La búsqueda submarina, con el objetivo de localizar la aeronave y algunos restos de registros del vuelo, se prevé inicie en agosto y consuma unos 12 meses.
La ATSB difundirá en breve un pedido formal para licitar un recurso de capacidad para asumir la búsqueda submarina. Un solo contratista principal será elegido para suministrar experticia, equipos y buques a fin de llevar a cabo la búsqueda, dijo la JACC.
Fuente: Xinhua

En Grecia a los inmigrantes se les puede detener indefinidamente

IPS

En Grecia a los inmigrantes se les puede detener indefinidamente

30.05.2014

ATENAS (IPS/Apostolis Fotiadis) - La evolución de la política inmigratoria y del control de las fronteras en Grecia, así como su dependencia de los fondos de la Unión Europea (UE), ha promovido en este país una agenda que se decidió por encima de las leyes nacionales, se ajustó a los intereses del bloque europeo y no tuvo en cuenta el sufrimiento humano.

En febrero las autoridades griegas anunciaron que los inmigrantes indocumentados serían detenidos indefinidamente hasta su repatriación. La medida, basada en un dictamen del Consejo Jurídico del Estado griego, se aplicará incluso cuando la repatriación no sea factible en algunos casos.
Al terminar mayo, un tribunal griego consideró que el dictamen era contrario a la legislación nacional y europea y pidió su revocación. Las autoridades aún no se pronunciaron al respecto.
Desde agosto de 2012, cuando la policía puso en marcha una política de represión contra los inmigrantes indocumentados conocida como Operación Xenios Zeus, la detención administrativa se aplicó a gran escala, a menudo por el período máximo de 18 meses que estaba vigente entonces.
Ahora la opinión del Consejo Jurídico del Estado considera que la extensión de ese plazo no es una "detención", sino una medida restrictiva en beneficio de los inmigrantes que, de ser liberados, podrían estar expuestos a situaciones de peligro.
La detención fue denunciada como ineficaz e inhumana por diversas organizaciones no gubernamentales, tanto internacionales como griegas. La organización Médicos sin Fronteras calificó la medida de "señal atroz del duro tratamiento que el país da a los migrantes".
En un informe publicado en abril con respecto a las condiciones de vida en los campos de detención griegos, la organización humanitaria advirtió que la "detención sistemática y prolongada provoca consecuencias devastadoras sobre la salud y la dignidad de migrantes y solicitantes de asilo en Grecia".
A pesar de las fuertes críticas, las autoridades griegas no muestran intenciones de flexibilizar sus duras medidas. Por el contrario, la tendencia a la adopción de controles más estrictos parece estar en línea con las directrices y reordenamientos financieros de la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la UE.
En septiembre de 2012, un mes después de que Grecia pusiera en marcha Xenios Zeus, se modificaron las normas de aplicación del Fondo Europeo para el Retorno y entre los cambios adoptados está la posibilidad de financiar proyectos de infraestructura, tales como la renovación, la restauración y la construcción de centros de detención.
Ese Fondo es la estructura comunitaria que financia la mayoría de los proyectos de control de la inmigración en el continente.
Además, en 2013, la Comisión Europea propuso incrementar en 20 por ciento la tasa de cofinanciación de la UE en los proyectos relacionados con los controles inmigratorios cubiertos tanto por ese Fondo como por el Fondo para las Fronteras Exteriores, que ascendían a 50 y 75 por ciento, respectivamente.
La modificación no se traduciría en un aumento de la financiación de la UE, pero permitiría a los estados miembros reducir la cofinanciación nacional obligatoria. En el caso de Grecia, el monto se reduciría del actual 25 por ciento a 5 por ciento. La propuesta legislativa fue aprobada en la primavera boreal de 2013.
La dependencia que tiene la política griega del apoyo de la Comisión Europea es incuestionable, aseguró a IPS la investigadora Danai Angeli, del centro de estudios Eliamep y directora de MIDAS, un proyecto de investigación sobre la rentabilidad de las políticas de control inmigratorio que concluirá a fines de 2014.
"La práctica de la detención sistemática habría sido imposible sin el apoyo de los fondos europeos", precisó. "Sin esos recursos, el foco en Grecia se desplazaría posiblemente a soluciones alternativas que tomarían mucho más en cuenta un enfoque de rentabilidad y la detención nunca hubiera adquirido la condición de prioridad política", detalló.
A pesar del evidente costo en sufrimiento humano, la política de detenciones a gran escala no es solo la opción más destacada en la UE, sino que, parecería coincidir con una agenda de militarización y privatización de los controles fronterizos y de los inmigrantes indocumentados, según Martin Lemberg, profesor del Centro de Estudios Avanzados en Migración de la Universidad de Copenhague.
"A pesar de las declaraciones públicas que condenan la catástrofe humanitaria en las fronteras exteriores de la UE, la unión nunca dejó de apoyar nuevos y más rigurosos controles fronterizos en las fronteras del sudeste de Europa", afirmó Lemberg a IPS.
"Podemos ver esta doble moral como una forma para que la unión se transforme continuamente en un espacio político relevante en una Europa donde los partidos contrarios a los inmigrantes ocupan una parte cada vez mayor de los parlamentos nacionales y del Parlamento Europeo", agregó.
En diciembre de 2013, la Comisión Europea anunció la puesta en marcha de EUROSUR, un proyecto que permitirá la vigilancia constante del mar Mediterráneo.
Aunque la Comisión Europea lo presentó como "un instrumento nuevo para salvar las vidas de los inmigrantes", organizaciones y legisladores europeos, entre ellos la representante alemana del Partido Verde Europeo Ska Keller, lo criticaron por estar "al servicio de la batalla contra la inmigración ilegal".
También en diciembre de 2013 la UE propuso "fijar normas para la vigilancia de las fronteras marítimas exteriores", y 10 días después, la cumbre anual del Consejo Europeo decidió las prioridades para mejorar la eficacia de la política de defensa y la capacidad operativa del bloque.
"EUROSUR es un excelente ejemplo de lo que podemos llamar la captura regulatoria, es decir, los procesos de cabildeo y gobernanza en múltiples niveles donde actores como las empresas de seguridad privada y militares", criticó Lemberg.
"Por supuesto, la propia Comisión Europea, son capaces de transformar las políticas de controles fronterizos de los estados-nación individuales sin tener que lidiar directamente con sus parlamentos nacionales", añadió.
En abril, el Ministerio de Asuntos Marítimos griego presentó una licitación para alquilar los servicios de vigilancia de sus fronteras marítimas en el mar Egeo.
El proyecto prevé una compensación de 73.800 euros por 60 horas de vigilancia en un período de dos meses, o sea un promedio de 1.230 euros por hora, con un 75 por ciento del costo cubierto por los fondos europeos y el 25 por ciento restante por el estado griego.
También establece la privatización de los servicios de seguridad en tres de los mayores centros de detención del país, lo cual atrajo a los principales actores del sector privado, como G4S, la empresa de seguridad privada más grande del mundo, criticada por el trato que da a los detenidos en sus tres centros de asilo en Gran Bretaña.
La mayor parte del costo, calculado en unos 14 millones de euros por año, también lo cubrirán los fondos europeos.

Guerra de espías detrás de un asesinato a sangre fría en Bruselas

Guerra de espías detrás de un asesinato a sangre fría en Bruselas

30.05.2014

BRUSELAS (Uypress) El atentado en el Museo Judío y una trama secreta, digna de una novela de espionaje, podría explicar la muerte a balazos de una pareja en la capital belga, el fin de semana pasado.

Un sábado en la plaza de Sablon, en el centro de Bruselas funciona un mercado y hay diversas actividades lúdicas. La tarde del sábado pasado era soleada los belgas, expatriados europeos y turistas aprovechan para disfrutar de las terrazas y pasearse entre los anticuarios, concentrados en esas pocas calles. En una de las terrazas, el canciller belga, Didier Reynders, disfrutaba del café vespertino con su señora y unos amigos, sin escoltas. Pocos podían sospechar que ese era el campo de batalla donde se libra una misteriosa guerra de espías.
Ese día, mientras Bélgica se preparaba para votar en las elecciones legislativas -y europeas- del día siguiente, una pareja de aproximadamente cincuenta años entró al Museo Judío, situado en una perpendicular de la plaza, la Rue des Minimes, justo al lado de una de los mejores establecimientos de chocolates del mundo.
Una pareja como tantas otras, turistas en una gran ciudad europea. Tras ellos, entró un hombre que cargaba dos bolsos, se cubría la cabeza con una gorra y llevaba abrochada al pecho una pequeña cámara, en apenas 15 segundos, el hombre de los bolsos sacó un fusil de asalto AK (Kalashnikov) y disparó. No fue el tiroteo sin control de un ataque ultraderechista o islamista contra un centro judío, como se creyó en un principio. Y cada día parece menos un atentado terrorista.
Quien disparó era, según la Policía belga, un profesional que apuntó sin fallar a la cabeza y al cuello de dos personas, que murieron en el acto. Hubo dos víctimas más, una aún ingresada en un hospital belga. Según la Policía judicial de Bruselas, se pusieron en el camino del tirador y sus dos objetivos.
¿Pero el objetivo del tirador era un pareja como tantas otras? Un reporte del diario israelí Haaretz, revelando la identidad de los asesinados y su supuesta conexión con el Mossad, el servicio secreto israelí, abre la puerta a un misterio.
¿Quién encargó el asesinato del matrimonio Emmanuel y Mira Riva? La información de Haaretz no apunta a nadie aunque cita a Hezbollah o al servicio secreto iraní, pero para explicar que la pareja no habría tenido nunca relación con esos dosieres.
Su pasado tampoco deja claras indicaciones. Según Haaretz, Emmanuel trabajó durante años en una organización gubernamental llamada "Navit", dedicada a ayudar a emigrar a Israel a los judíos que quisieran hacerlo tras el desplome de la Unión Soviética.
Mira, su esposa, trabajó oficialmente en el gabinete del primer ministro. Pero Haaretz recuerda que, cuando no se dan más detalles, esa mera indicación suele ser una referencia a que trabajaba para los servicios secretos. La pareja habría sido destinada hace poco a la embajada israelí en Berlín.
Bruselas es, literalmente, un nido de espías. Sede de centenares de multinacionales, de la OTAN y de las instituciones de la Unión Europea, se llegó a dar el escándalo de que el edificio que alberga al Consejo Europeo, donde se reúnen en cada cumbre los dirigentes, se construyó ya con sus comunicaciones pinchadas. Y todas las sospechas indicaban a Israel.
Tras una denuncia que apuntaba precisamente a Israel, la Justicia belga metió el dosier en un cajón, donde parece guardar el sueño de los justos. Según Kristof Klerix, autor de "Los servicios extranjeros en Bélgica", la capital belga es, junto a Washington y Ginebra, uno de los focos del espionaje mundial.
La prensa belga recordaba estos días cómo en los años 70 Bruselas ya fue escenario de varios asesinatos que se achacaron a servicios secretos extranjeros, entre ellos el Mossad.
Irán lleva años acusando a Israel del asesinato de varios de sus principales científicos nucleares. Para Israel, sus representaciones diplomáticas en Bruselas son tan importantes como para haber tenido de embajador hace años a Ephraim Halevy, que llegaría a presidir el Mossad. ¿Estamos ante una guerra de espías?

IGNACIO RAMONET / Brasil, fútbol y protestas

Brasil, fútbol y protestas

IGNACIO RAMONET / Le Monde Diplomatique – Es poco probable que los brasileños obedezcan a la procaz consigna que lanzó Michel Platini –otrora gran futbolista y hoy politiquero presidente de la Unión Europea de Asociaciones de Fútbol (UEFA)– el pasado 26 de abril: “Hagan un esfuerzo, déjense de estallidos sociales y cálmense durante un mes” (1).

La Copa Mundial de Fútbol comienza en São Paulo el 12 de junio para concluir el 13 de julio en Río de Janeiro. Y hay efectivamente preocupación. No sólo en las instancias internacionales del deporte sino también en el propio Gobierno de Dilma Rousseff, por las protestas que podrían intensificarse durante el evento deportivo. El rechazo al Mundial por parte de la población ha seguido expresándose desde junio del año pasado, cuando empezó todo con ocasión de la Copa Confederaciones. La mayoría de los brasileños afirman que no volverían a postular a Brasil como sede de un Mundial. Piensan que causará más daños que beneficios (2).
¿Por qué tanto repudio contra la fiesta suprema del balompié en el país considerado como la meca del fútbol? Desde hace un año, sociólogos y politólogos tratan de responder a esta pregunta partiendo de una constatación: en los últimos once años –o sea, desde que gobierna el Partido de los Trabajadores (PT)– el nivel de vida de los brasileños ha progresado significativamente. Los aumentos sucesivos del salario mínimo han conseguido mejorar de forma sustancial los ingresos de los más pobres. Gracias a programas como “Bolsa Familia” o “Brasil sin miseria”, las clases modestas han visto mejorar sus condiciones de vida. Veinte millones de personas han salido de la pobreza. Las clases medias también han progresado y ahora tienen la posibilidad de acceder a planes de salud, tarjetas de crédito, vivienda propia, vehículo privado, vacaciones… Pero aún falta mucho para que Brasil sea un país menos injusto y con condiciones materiales dignas para todos, porque las desigualdades siguen siendo abismales.
Al no disponer de mayoría política –ni en la Cámara de diputados ni en el Senado–, el margen de maniobra del PT siempre ha sido muy limitado. Para lograr los avances en la distribución de los ingresos, los gobernantes del PT –y en primer lugar el propio Lula– no tuvieron más remedio que aliarse con otros partidos conservadores (3). Esto ha creado cierto vacío de representación y una parálisis política en el sentido de que el PT, a cambio, ha tenido que frenar toda contestación social.
De ahí que los ciudadanos descontentos se pongan a cuestionar el funcionamiento de la democracia brasileña. Sobre todo cuando las políticas sociales comienzan a mostrar sus límites. Pues, al mismo tiempo, se produce una “crisis de madurez” de la sociedad. Al salir de la pobreza, muchos brasileños pasaron de la exigencia cuantitativa (más empleos, más escuelas, más hospitales) a una exigencia cualitativa (mejor empleo, mejor escuela, mejor servicio hospitalario).
En las revueltas de 2013, se pudo ver que los protestatarios eran a menudo jóvenes pertenecientes a las clases modestas beneficiarias de los programas sociales implementados por los Gobiernos de Lula y de Dilma. Esos jóvenes –estudiantes nocturnos, aprendices, activistas culturales, técnicos en formación– son millones, están mal pagados, pero tienen ahora acceso a Internet y poseen un nivel bastante alto de conexión que les permite conocer las nuevas formas mundiales de protesta. En este nuevo Brasil, desean “subirse al tren”(4) porque sus expectativas han aumentado más que su condición social. Pero entonces descubren que la sociedad está poco dispuesta a cambiar y a aceptarlos. De ahí su frustración y su descontento.
El catalizador de ese enojo es el Mundial. Obviamente, las protestas no son contra el fútbol, sino contra algunas prácticas administrativas y contra los chanchullos surgidos de la realización del evento. El Mundial ha supuesto una colosal inversión estimada en unos 8200 millones de euros. Y los ciudadanos piensan que, con ese presupuesto, se hubieran podido construir más y mejores escuelas, más y mejores viviendas, más y mejores hospitales para el pueblo.
Como el fútbol es el universo simbólico y metafórico con el cual más se identifican muchos brasileños, es normal que lo hayan utilizado para llamar la atención del Gobierno y del mundo sobre lo que, según ellos, no funciona en el país. En ese sentido, el Mundial ha sido revelador. Para denunciar, por ejemplo, esa forma de hacer negocios turbios con el dinero público. Sólo en la construcción de los estadios, el coste final ha sido un 300% superior al presupuesto inicial. Las obras fueron financiadas con dinero público a través del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), el cual confió la edificación de los estadios y las gigantescas obras de infraestructura a empresas privadas. Estas, con frío cálculo, programaron el retraso en los plazos de entrega, con vistas a realizar una extorsión sistemática. Pues sabían que, ante las presiones de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA), cuanto más se retrasara la construcción, mayores serían los pagos adicionales que recibirían. De tal modo que los costes finales se triplicaron. Las protestas denuncian esos sobrecostes efectuados en detrimento de los precarios servicios públicos ofrecidos en educación, salud, transporte, etc.
Asimismo, las manifestaciones denuncian la expulsión, en algunas de las doce ciudades sedes del Mundial, de miles de familias, desahuciadas de sus barrios para liberar los terrenos donde se han edificado o ampliado aeropuertos, autopistas y estadios. Se estima que unas 250.000 personas fueron víctimas de expulsiones. Otros protestan contra el proceso de mercantilización del fútbol, que la FIFA favorece. Según los valores dominantes actuales –difundidos por la ideología neoliberal–, todo es mercancía y el mercado es más importante que el ser humano. Unos pocos jugadores talentosos son presentados por los grandes medios de comunicación como “modelos” de la juventud, e “ídolos” de la población. Ganan millones de euros. Y su “éxito” crea la falsa ilusión de un posible ascenso social mediante el deporte.
Muchas protestas son dirigidas directamente contra la FIFA, no sólo por las condiciones que impone para proteger los privilegios de las marcas patrocinadoras del Mundial (Coca Cola, McDonald’s, Budweiser, etc.) y que son aceptadas por el Gobierno, sino también por las reglas que impiden, por ejemplo, la venta ambulante en las cercanías de los estadios.
Varios movimientos protestatarios tienen por lema “Copa sem povo, tô na rua de novo” (“Copa sin el pueblo, estoy en la calle de nuevo”), y expresan cinco reivindicaciones (por los cinco Mundiales ganados por Brasil): vivienda, salud pública, transporte público, educación, justicia (fin de la violencia de Estado en las favelas y desmilitarización de la policía militar) y, por último, una sexta: que se permita la presencia de vendedores informales en las inmediaciones de los estadios.
Los movimientos sociales que lideran las manifestaciones se dividen en dos grupos diferentes. Una fracción radical, con el lema “Sin derechos no hay Mundial”, pacta objetivamente con los sectores más violentos, incluso con los “Black Bloc” y su depredación extrema. El otro grupo, organizado en Comités Populares de la Copa, denuncia el “Mundial de la FIFA” pero no participan en movilizaciones violentas.
De todos modos, las protestas actuales no parecen poseer la amplitud de las de junio del año pasado. Los grupos radicales han contribuido a fragmentar la protesta, y no hay una dirección orgánica del movimiento. Resultado: según una reciente encuesta, dos tercios de los brasileños están en contra de las manifestaciones durante el Mundial. Y, sobre todo, desaprueban las formas violentas de las protestas (5).
¿Cual será el coste político de todo esto para el Gobierno de Dilma Rousseff? Las manifestaciones del año pasado supusieron un duro golpe a la presidenta que, en las tres primeras semanas, perdió más del 25% del apoyo popular. Después, la mandataria declaró que escuchaba la “voz de las calles” y propuso una reforma política en el Congreso. Esa enérgica respuesta le permitió recuperar parte de la popularidad perdida. Esta vez, el desafío será en las urnas, porque las elecciones presidenciales son el 5 de octubre próximo.
Dilma aparece como favorita. Pero tendrá que enfrentarse a una oposición agrupada en dos polos: el del centrista Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), cuyo candidato será Aécio Neves; y, mucho más temible, el polo del socialdemócrata Partido Socialista Brasileño (PSB), constituido por la alianza de Eduardo Campos (ex ministro de Ciencia y Tecnología de Lula) y la activista ecologista Marina Silva (ex ministra de Medio Ambiente de Lula). Para este escrutinio, decisivo no sólo para Brasil sino para toda América Latina, lo que ocurra este mes durante el Mundial podría ser determinante.
Notas

(1 ) http://www.dailymotion.com/video/x1rao84_mondial-2014-platini-le-bresil-faites-un-effort-pendant-un-mois-calmez-vous-25-04_sport
(2) Folha de São Paulo, São Paulo, 8 de abril de 2014.
(3) Desde la época de Lula, la base de la coalición que gobierna Brasil está formada fundamentalmente por el PT y el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB, centro-derecha), además de por otras pequeñas fuerzas como el Partido Progresista (PP) y el Partido Republicano de Orden Social (PROS).
(4) Léase Antônio David y Lincoln Secco, “Saberá o PT identificar e aproveitar a janela histórica?”, Viomundo, 26 de junio de 2013. http://www.viomundo.com.br/politica/david-e-secco-sabera-o-pt-identificar-e-aproveitar-a-janela-historica.html 
(5) http://www.rebelion.org/noticia.php?id=183873&titular=entre-goles-negociados-y-especulaciones-electorales-

El nacimiento de un siglo eurasiático

El nacimiento de un siglo eurasiático

pepeescobar
PEPE ESCOBAR
Corresponsal itinerante de Asia Times/Hong Kong, analista de RT, y colaborador regular de TomDispatch. Con un capítulo sobre Irán, es editor colaborador deThe Global Obama: Crossroads of Leadership in the 21st Century
Y no es ninguna sorpresa que Washington esté ansioso. Esa alianza ya es un hecho en una variedad de maneras: mediante el grupo BRICS de potencias emergentes (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica); en la Organización de Cooperación de Shanghái, el contrapeso asiático a la OTAN; dentro del G20 y a través del Movimiento de No Alineados (NAM) de 120 naciones. El comercio y el intercambio de bienes son solo parte del futuro pacto. Las sinergias en el desarrollo de nuevas tecnologías militares también son de interés. Es seguro que Pekín quiere tener una versión del ultrasofisticado sistema de defensa aérea antimisiles ruso al estilo de La guerra de las galaxias después de que se introduzca en 2018. Mientras tanto, Rusia está a punto de vender docenas de cazas jet Sukhoi Su-35 de última generación a los chinos cuando Pekín y Moscú procedan a sellar una cooperación en el terreno de aviación e industria.
Esta semana debería deparar los primeros verdaderos fuegos artificiales en la celebración de un nuevo siglo eurasiático en gestación cuando el presidente ruso Vladimir Putin visite al presidente chino Xi Jinping en Pekín. Recordareis el “Ductistán”: todos esos oleoductos y gasoductos claves que cruzan de un lado a otro Eurasia para formar el verdadero sistema circulatorio de la vida de la región. Ahora parece que también se firmará lo último en acuerdos de Ductistán por valor de 1 billón [millón de millones] de dólares que se ha preparado durante 10 años. En ese acuerdo el gigante energético ruso controlado por el Estado, Gazprom, aceptará suministrar a la gigantesca Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC), controlada por el Estado, 3.750 millones de pies cúbicos de gas natural licuado diarios al menos por 30 años, a partir de 2018. Es el equivalente de un cuarto de las masivas exportaciones de gas de Rusia a toda Europa. La actual demanda diaria de gas de China es de cerca de 16.000 millones de pies cúbicos diarios y las importaciones cubren el 31,6% del consumo total.
Es posible que Gazprom todavía reciba la parte principal de sus beneficios de Europa, pero Asia podría ser su Everest. La compañía utilizará este meganegocio para aumentar las inversiones en Siberia oriental y toda la región será también reconfigurada como centro privilegiado de gas para Japón y Corea del Sur. Si queréis saber por qué ningún país clave de Asia ha estado dispuesto a “aislar” a Rusia en medio de la crisis ucraniana –y desafía al gobierno de Obama– no hay que buscar más allá del Ductistán.
Sale el petrodólar, llega el “gas-o-yuan”
Y luego, hablando de ansiedad en Washington, hay que considerar la suerte del petrodólar, o más bien la posibilidad “termonuclear” de que Moscú y Pekín se pongan de acuerdo en el pago del acuerdo Gazprom-CNPC no en petrodólares sino en yuanes chinos. Apenas se puede imaginar un desplazamiento más tectónico, en el cual el Ductistán se cruza con una creciente cooperación política-económica-energética china-rusa. Junto a ella aparece la futura posibilidad de un impulso, dirigido de nuevo por China y Rusia, hacia una nueva moneda de reserva internacional –en realidad un canasto de monedas– que reemplace el dólar (por lo menos en los sueños optimistas de miembros de los BRICS).
Directamente después de la decisiva cumbre china-rusa vendrá una cumbre de los BRICS en Brasil en julio. Es cuando un banco de desarrollo de los BRICS de 100.000 millones de dólares, anunciado en 2012, nazca oficialmente como potencial alternativa al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial como fuente de financiamiento de proyectos para el mundo en desarrollo.
El “gas-o-yuan” refleja más cooperación de los BRICS a fin de soslayar el dólar, como en el caso de gas natural comprado y pagado en la divisa china. Gazprom incluso considera mercadear bonos en yuan como parte de la planificación financiera de su expansión. Bonos respaldados en yuanes ya se comercializan en Hong Kong, Singapur, Londres y más recientemente en Frankfurt.
Nada podría ser más sensato que el nuevo pacto de Ductistán se pague en yuanes. Pekín pagaría a Gazprom en esa moneda (convertible en rublos); Gazprom acumularía los yuanes y Rusia entonces compraría la miríada de bienes y servicios hechos en China en yuanes convertibles en rublos.
Es de conocimiento común que los bancos de Hong Kong, de Standard Chartered a HSBC –así como otros estrechamente vinculados a China por tratos comerciales– han estado diversificando en yuanes, lo que implica que se convertiría en una de las monedas de reserva de facto incluso antes de que sea totalmente convertible (Pekín trabaja extraoficialmente en un yuan totalmente convertible en 2018).
El trato ruso-chino del gas está inextricablemente vinculado a la relación energética entre la Unión Europea (UE) y Rusia. Después de todo, la parte principal del PIB ruso proviene de ventas de petróleo y gas, así como su influencia en la crisis de Ucrania. Por su parte, Alemania depende de Rusia en un importante 30% de sus suministros de gas natural. Sin embargo, los imperativos geopolíticos de Washington –nutridos con la histeria polaca– han llevado a empujar Bruselas a encontrar maneras de “castigar” a Moscú en la futura esfera energética (pero sin poner en peligro las actuales relaciones en el terreno de la energía).
Hay consistentes rumores en Bruselas estos días sobre la posible cancelación del proyectado gasoducto South Stream, de 16.000 millones de euros, cuya construcción debería comenzar en junio. Una vez terminado bombearía todavía más gas natural ruso a Europa, en este caso bajo el mar Negro (evitando Ucrania) a Bulgaria, Hungría, Eslovenia, Serbia, Croacia, Grecia, Italia y Austria.
Bulgaria, Hungría y la República Checa ya han dejado claro que están firmemente opuestos a cualquier cancelación. Y probablemente no tenga lugar una cancelación. Después de todo, la única alternativa obvia es gas del mar Caspio de Azerbaiyán, y no es probable que esto pase a menos que la UE pueda repentinamente reunir la voluntad y los fondos para un programa urgente a fin de construir el legendario oleoducto Bakú-Tiflis-Ceyhan (BTC), concebido durante los años de Clinton expresamente para soslayar Rusia e Irán.
En todo caso, Azerbaiyán no tiene capacidad para proveer los niveles de gas natural necesarios y otros actores como Kazajistán, plagados de problemas de infraestructura, o el poco fiable Turkmenistán, que prefiere vender su gas a China, ya están fuera del cuadro. Y no hay que olvidar que South Stream, combinado con proyectos energéticos subsidiarios, creará numerosos puestos de trabajo e inversiones en muchas de las naciones de la UE más devastadas económicamente.
A pesar de todo, semejantes amenazas de la UE, por poco realistas que sean, solo sirven para acelerar la creciente simbiosis de Rusia con los mercados asiáticos. Para Pekín especialmente, es una situación en la que ambas partes solo pueden ganar. Después de todo, no hay comparación entre energía suministrada a través de mares vigilados y controlados por la armada de EE.UU. y permanentes y estables rutas terrestres desde Siberia.
Escoge tu propia Ruta de la Seda
Por cierto, el dólar estadounidense sigue siendo la máxima moneda de reserva global, involucrando un 33% de los valores en divisas extranjeras globales a finales de 2013, según el FMI. Era, sin embargo, un 55% en el año 2000. Nadie conoce el porcentaje en yuanes (y Pekín no habla), pero el FMI señala que las reservas en “otras monedas” en los mercados emergentes han aumentado un 400% desde 2003.
Se puede decir que la Fed está “monetizando” un 70% de la deuda del Gobierno de EE.UU. en un intento de impedir que las tasas de interés suban al cielo. El consejero del Pentágono Jim Rickards, así como todo banquero basado en Hong Kong, tiende a creer que la Fed está en quiebra (aunque no lo dirán oficialmente). Nadie puede llegar a imaginar la dimensión del posible futuro diluvio que el dólar de EE.UU. podría sufrir en medio de un monte Ararat de 1,4 trillones de derivados financieros. No hay que pensar, sin embargo, que se trataría del final del capitalismo occidental, es solo la decadencia de la fe económica reinante, el neoliberalismo, que todavía es la ideología oficial de EE.UU., de la abrumadora mayoría de la Unión Europea y de partes de Asia y de Suramérica.
En cuanto a lo que se podría llamar el “neoliberalismo autoritario” del Imperio del Medio, ¿qué es lo que puede no gustar por el momento? China ha demostrado que es una alternativa orientada a los resultados del modelo capitalista “democrático” occidental para naciones que quieren tener éxito. Es construir no una, sino una miríada de nuevas Rutas de la Seda, masivas conexiones de ferrocarriles de alta velocidad, conductos, puertos, y redes de fibras ópticas por inmensas partes de Eurasia. Estas incluyen una carretera del Sudeste Asiático, una carretera de Asia Central, una “carretera marítima” del océano Índico e incluso un ferrocarril a través de Irán y Turquía que llega hasta Alemania.
En abril, cuando el presidente Xi Jinping visitó la ciudad de Duisburg sobre el río Rin, con el mayor puerto tierra adentro del mundo y directamente en el corazón de la industria del acero del Ruhr en Alemania, hizo una audaz propuesta: debería construirse una nueva “Ruta de la Seda económica” entre China y Europa, sobre la base del ferrocarril Chongqing-Xinjiang-Europa que ya va de China a Kazajistán, luego a través de Rusia, Bielorrusia, Polonia, y finalmente Alemania. Son 15 días en tren, 20 días menos que barcos de carga navegando desde el litoral oriental de China. Eso representaría el decisivo terremoto geopolítico en términos de integrar el crecimiento económico a través de Eurasia.
Hay que recordar que, si no hay cambios radicales, China está a punto de convertirse, y mantenerse, en la potencia económica global número uno, una posición que mantuvo durante 18 de los últimos 20 siglos. Pero no lo contéis a los hagiógrafos de Londres, todavía creen que la hegemonía de EE.UU. durará, bueno, eternamente.
Camino a la Guerra Fría 2.0
A pesar de serios problemas financieros recientes, los BRICS han estado trabajando conscientemente para convertirse en una antítesis del original G8 y –después de expulsar a Rusia en marzo– de nuevo un Grupo de 7 o G7. Están ansiosos de crear una nueva arquitectura global para reemplazar la que fue impuesta después de la Segunda Guerra Mundial y se consideran un potencial desafío al mundo excepcionalista y unipolar que Washington imagina para nuestro futuro (con su país como robocop global y la OTAN como su fuerza de robo-policía). El historiador y animador imperialista Ian Morris en su libro War! What is it Good For?, definió a EE.UU. como el decisivo “globocop” y “la última esperanza de la Tierra”. Si ese globocop “se cansa de su rol”, escribe, “no existe un plan B”.
Bueno, existe un plan BRICS, o por lo menos es lo que quieren creer los BRICS. Y cuando los BRICS actúan en este espíritu en la escena global, conjuran rápidamente una curiosa mezcla de temor, histeria y pugnacidad en el establishment de Washington. Tomemos a Christopher Hill como ejemplo. El exsecretario de Estado adjunto para el este de Asia y embajador de EE.UU. en Irak es ahora asesor del Albright Stonebridge Group, una firma consultora muy bien conectada con la Casa Blanca y el Departamento de Estado. Cuando Rusia estaba “derrotada”, Hill solía soñar con un “nuevo orden mundial” hegemónico estadounidense. Ahora, cuando los mal agradecidos rusos han despreciado lo que “Occidente ha estado ofreciendo” –es decir “un estatus especial con la OTAN, una relación privilegiada con la Unión Europea y cooperación internacional en esfuerzos diplomáticos– están, a su juicio, tratando activamente de resucitar el imperio soviético. Traducción: si no sois nuestros vasallos, estáis contra nosotros. Bienvenidos a la Guerra Fría 2.0.
El Pentágono tiene su propia versión de esto dirigida no tanto contra Rusia como contra China que, afirma su think-tank sobre futuras guerras, ya está en guerra con Washington de numerosas formas. Por lo tanto si no es el Apocalipsis ahora, será el Armagedón mañana. Y sobra decir que cualquier cosa que vaya mal, mientras el gobierno de Obama “gira” descaradamente hacia Asia y los medios estadounidenses se llenan la boca sobre un renacimiento de la “política de contención” de la era de la Guerra Fría en el Pacífico, todo es culpa de China.
Empotrados en el demencial arranque hacia la Guerra Fría 2.0 están algunos risibles hechos en el terreno: el gobierno de EE.UU., con 17,5 billones de dólares de deuda nacional, y suma y sigue, considera un enfrentamiento financiero con Rusia, el mayor productor global de energía e importante potencia nuclear, tal como también promueve un cerco militar económicamente insostenible alrededor de su mayor acreedor: China.
Rusia tiene actualmente un considerable superávit comercial. Los gigantescos bancos chinos no tendrán problema alguno para ayudar a los bancos rusos si los fondos occidentales se agotan. En términos de cooperación inter-BRICS, pocos proyectos superan un oleoducto de 30.000 millones de dólares que se está planificando y que se extenderá de Rusia a India a través del noroeste de China. Las compañías chinas ya discuten ávidamente la posibilidad de participar en la creación de un corredor de transporte de Rusia hacia Crimea, así como un aeropuerto, astillero, y terminal de gas natural líquido en el lugar. Y se prepara otro gambito “termonuclear”: el nacimiento de un equivalente del gas natural a la Organización de Países Exportadores de Petróleo que incluiría a Rusia, Irán, y según se informa al descontento aliado de EE.UU. Catar.
El (no definido) plan a largo plazo de los BRICS involucra la creación de un sistema económico alternativo que incluye un canasto de monedas respaldadas en oro que dejaría de lado el actual sistema financiero global centrado en EE.UU. (No sorprende que Rusia y China estén acumulando todo el oro posible.) El euro –una moneda sana respaldada por grandes mercados líquidos de bonos e inmensas reservas de oro– también sería bienvenido.
No es ningún secreto en Hong Kong que el Bank of China ha estado utilizando una red SWIFT paralela para realizar todo tipo de comercio con Teherán, que sufre un duro régimen de sanciones estadounidenses. Como Washington esgrime Visa y Mastercard como armas en una creciente campaña al estilo de la Guerra Fría contra ella, Rusia se propone implementar un sistema alternativo de tarjetas de pago y crédito que no esté controlado por la industria financiera occidental. Un camino incluso más fácil sería adoptar un sistema de Unión de Pagos chino cuyas operaciones ya han superado a American Express en volumen global.
Solo giro sobre mí mismo
Es probable que ninguna cantidad de “giros” del gobierno de Obama hacia Asia para contener China (y amenazarla con el control de las vías energéticas marinas de ese país por la Armada de EE.UU.) logre que Pekín se aleje de su estrategia autodenominada de “desarrollo pacífico”, inspirada en Deng Xiaoping, con el propósito de convertirse en una potencia comercial global. El despliegue avanzado de tropas de EE.UU. o de la OTAN en Europa Oriental y otros actos al estilo de la Guerra Fría tampoco disuadirán a Moscú de un cuidadoso juego de malabarismo: asegurar que la esfera de influencia rusa en Ucrania se mantenga fuerte sin comprometer el comercio y el intercambio de bienes, así como los vínculos políticos con la Unión Europea, sobre todo, con el socio estratégico Alemania. Es el Santo Grial de Moscú: una zona de libre comercio de Lisboa a Vladivostok que (no por casualidad) se refleja en el sueño chino de una nueva Ruta de la Seda a Alemania.
Por su parte Berlín, cada vez más alerta respecto a Washington, detesta la noción de que Europa se vea atrapada en las garras de una Guerra Fría 2.0. Los dirigentes alemanes tienen problemas más importantes, incluyendo el intento de estabilizar una bamboleante UE mientras evita un colapso económico en la Europa meridional y central y el avance de los partidos de derecha cada vez más extremistas.
Al otro lado del Atlántico, el presidente Obama y sus altos funcionarios dan toda la impresión de hallarse atrapados en sus propios giros, hacia Irán, hacia China, hacia las zonas fronterizas orientales de Rusia, y (pasando desapercibidos) hacia África. La ironía de todas esas maniobras –militares para comenzar– es que en realidad ayudan a que Moscú, Teherán y Pekín refuercen su propia profundidad estratégica en Eurasia y otros sitios, como se refleja en Siria o, crucialmente, cada vez en más pactos energéticos. También ayudan a reforzar la creciente cooperación estratégica entre China e Irán. La incesante narrativa del “ministerio de la verdad” de Washington sobre todos estos eventos ignora ahora cuidadosamente el hecho de que sin Moscú “Occidente” nunca se habría sentado a discutir un acuerdo nuclear definitivo con Irán o habría conseguido un acuerdo de desarme químico de Damasco.
Cuando las disputas entre China y sus vecinos del Mar del Sur de China y entre ese país y Japón por la islas Senkaku/Diaoyou se sumen a la crisis de Ucrania, la inevitable conclusión será que tanto Rusia como China consideran que sus zonas fronterizas y vías marítimas son de propiedad privada y no van a aceptar tranquilamente los desafíos –sean mediante expansión de la OTAN, cerco militar de EE.UU., o escudos de misiles-. Ni Pekín ni Moscú tienden a la forma usual de expansión imperialista, a pesar de la versión de los eventos que se suministra actualmente a los públicos occidentales. Sus “líneas rojas” siguen siendo de naturaleza esencialmente defensiva, no importa las bravatas que a veces se urlizan en su protección.
Sea lo que sea lo que Washington quiera, tema o intente impedir, los hechos en el terreno sugieren que en los próximos años Pekín, Moscú, y Teherán se acercarán, lenta pero seguramente, creando un nuevo eje geopolítico en Eurasia. Mientras tanto, EE.UU. perplejo parece cómplice en la deconstrucción de su propio orden mundial unipolar mientras ofrece a los BRICS una auténtica oportunidad para tratar de cambiar las reglas del juego.
Rusia y China en modo de giro
En el mundo de los think-tanks de Washington se ha reforzado la convicción de que el Gobierno de Obama debería concentrarse en una reedición de la Guerra Fría mediante una nueva versión de la política de contención para “limitar el desarrollo de Rusia como potencia hegemónica”. La receta: armar a los vecinos de los Estados del Báltico para “contener” a Rusia. La Guerra Fría 2.0 existe porque desde el punto de vista de las elites de Washington la primera nunca ha terminado realmente.
Sin embargo, por mucho que EE.UU. pueda luchar contra la emergencia de un mundo multipolar, con múltiples potencias, los hechos económicos en el terreno apuntan regularmente a semejantes tendencias. Sigue existiendo la pregunta: ¿Será lenta y razonablemente digna la decadencia del “hegemón” o arrastrará consigo a todo el mundo en lo que ha sido llamada “la opción Sansón”?
Mientras contemplamos el desarrollo del espectáculo, sin que haya a la vista una jugada final, hay que recordar que una nueva fuerza crece en Eurasia y que la alianza estratégica china-rusa amenaza con dominar su región vital junto con grandes trechos de su parte interior. Ahora eso es una pesadilla de proporciones “mackinderescas” desde el punto de vista de Washington. Hay que pensar, por ejemplo, en cómo lo vería Zbigniew Brzezinski, el exconsejero nacional de seguridad que se convirtió en mentor en política global del presidente Obama.
En su libro de 1997 El gran tablero de ajedrez, Brzezinski argumentó que “la lucha por la primacía global seguirá jugándose” en el “tablero de ajedrez” eurasiático del cual “Ucrania era un eje geopolítico”. “Si Moscú recupera el control de Ucrania”, escribió entonces, Rusia “recuperará automáticamente los medios para convertirse en un poderoso Estado imperial, abarcando Europa y Asia”.
Esta sigue siendo la mayor parte de la justificación tras la política imperial de contención estadounidense del “exterior cercano” europeo, de Rusia al Mar del Sur de China. Sin embargo, sin una jugada final en el horizonte, no hay que perder de vista un giro de Rusia hacia Asia, China girando por el mundo y los BRICS trabajando intensamente en el intento de realizar un nuevo Siglo Eurasiático.
Pepe Escobar es corresponsal itinerante de Asia Times/Hong Kong, analista de RT, y colaborador regular de TomDispatch. Con un capítulo sobre Irán, es editor colaborador deThe Global Obama: Crossroads of Leadership in the 21st Century .
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PEPE ESCOBAR
Corresponsal itinerante de Asia Times/Hong Kong, analista de RT, y colaborador regular de TomDispatch. Con un capítulo sobre Irán, es editor colaborador deThe Global Obama: Crossroads of Leadership in the 21st Century