5 nov 2024

DE LO MALO A LO PEOR

El mundo espera con nerviosismo el resultado electoral en EEUU

Mirko C. Trudeau
On Nov 4, 2024







El mundo no está preparado para el escenario poselectoral de Estados Unidos cuando ya nada será igual. La victoria de Donald Trump o su descontado rechazo al resultado en caso de que Kamala Harris gane la mayor parte de los colegios electorales generará meses de caos e inestabilidad, no solo en territorio estadounidense sino también en el resto del planeta.

Esa es la opinión de Luke McGee, periodista galardonado con el Emmy Award por su cobertura de asuntos de la diplomacia europea en Foreign Policy, quien sostiene que los comicios presidenciales de 2024 son los más trascendentales de la historia de EEUU, que la contestación reaccionaria del expresidente, su «gran mentira», como la denomina, puede ser aún mayor que la de 2020 con el asalto al Capitolio, que sorprendió al mundo anestesiado por la covid-19.

Europa y el mundo son conscientes de que otra Administración Trump, su versión 2.0, será todavía más agitada y que el líder del Grand Old Party (GOP) no tendrá reparos en trasladar la crispación a todas las latitudes que considere oportunas para poner en liza su Make America Great Again (MAGA). Las deportaciones de migrantes, el aborto y la sanidad marcaron la campaña de las elecciones en EEUU

Los anuncios más grandes en los mítines políticos para la candidata demócrata y vicepresidenta, Kamala Harris, y su contrincante, el ex presidente Donald Trump, ofrecen una orden de cuatro letras: Vota.

Las encuestas están divididas y no otorgan una victoria clara, por lo que la tensión es palpable en un país donde los resultados influirán no solo en la política interna, sino también en temas de alcance global. En EEUU no gana el que obtenga más votos: el sistema electoral, basado en colegios electorales, implica que el número de votos en ciertos estados (Arizona, Georgia, Míchigan, Nevada, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin) sea crucial.



Al cierre del período preelectoral, ambas campañas están enfocadas en asegurar la participación de sus bases y simpatizantes y que éstos, a su vez, impulsen el voto de todos en sus entornos en una contienda que ambos candidatos han declarado “la elección más importante de nuestras vidas.

En los sondeos finales hay algunas indicaciones de que Harris podría estar en mejores condiciones de lo esperado en algunos estados, como Georgia y Iowa, y que podría estar gozando de mayor apoyo de última hora, lo cual podar llevarla a un triunfo con mayores márgenes en esta contienda. Un triunfo en Iowa sería notable, ya que ese estado es considerado seguro para los republicanos.

Trump se manifiesta seguro de un triunfo y advierte que ya hay maniobras para cometer fraude en su contra para robarle, otra vez, la elección.

En los últimos días de campaña, ambos partidos inundaron a los siete estados claves con “voluntarios”, muchos de ellos pagos, tocando puertas para intentar convencerlos a acudir a las urnas, asegurar que todos sus simpatizantes estén enterados de dónde están las casillas y que tienen un plan de cuándo y cómo llegarán.

Las encuestas están divididas y no otorgan una victoria clara, por lo que la tensión es palpable en un país donde los resultados del 5 de noviembre influirán no solo en la política interna, sino también en temas de alcance global.


El sistema electoral estadounidense, basado en colegios electorales, implica que el número de votos en ciertos estados sea crucial. Arizona, Georgia, Míchigan, Nevada, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin se perfilan como estados decisivos. Pensilvania destaca especialmente por su número de votos electorales y podría inclinar la balanza hacia uno de los candidatos.

Las encuestas muestran cambios constantes; si bien Harris tenía una ventaja de 58% hace tres semanas, Trump ha ganado terreno y ahora se estima que tiene un 52% de probabilidades de ganar… y centró su estrategia en sembrar dudas sobre el sistema de votación en algunos estados claves,

La media de encuestas recopiladas por el portal FiveThirty Eight muestran empates técnicos, y dentro del margen de error entre Trump y Harris. Esto significa que la victoria podría quedar determinada por márgenes muy estrechos o requerir recuentos.

El exmandatario contaba este domingo, según el portal electoral, con una ventaja dentro de los márgenes de error en Carolina del Norte (1%) y Georgia (1%). A su vez, Harris tiene una ligera ventaja en Míchigan (1%) y Wisconsin (1%). En Pensilvania y Nevada, mantienen un empate. En Arizona, la ventaja de Trump era, a fecha de este domingo, del 2,5%.

Contrastes en los programas electorales

La campaña de Harris se centra en la ampliación de derechos sociales y la mejora de los servicios de salud. Propone una transición hacia un sistema sanitario respaldado por el gobierno en una década, sin eliminar por completo los seguros privados y financiando la iniciativa mediante impuestos a las grandes fortunas.

En cambio, Trump sostiene que »los costes de la sanidad y de los medicamentos recetados están fuera de control». Propone reforzar la atención primaria con «nuevas opciones asequibles» de asistencia, aunque no detalla cómo lo haría.





La cuestión migratoria marca otra diferencia. Harris defiende hasta cierto punto la inclusión y los derechos de los migrantes, mientras que Trump ha prometido políticas más restrictivas, como reactivar el programa Quédate en México y aumentar la vigilancia fronteriza. Su enfoque autoritario genera inquietud entre activistas y sectores migrantes, especialmente por su intención de realizar redadas y deportaciones masivas.

En el ámbito económico, Harris aboga por reducir impuestos a la clase media, apoyar al comercio local y elevar salarios. Trump, por su parte, busca convertir a Estados Unidos en una superpotencia industrial, promoviendo el empleo y la producción interna.

Votar o no votar

La gente no quiere a Harris, ni quiere a Trump y muchos podrían decidir no votar. El domingo, Harris estaba claramente feliz (lo subió a sus redes sociales) con la coberlura en los medios de su visita sorpresa al legendario programa cómico de televisión Saturday night live, donde apareció en la apertura con la comediante Maya Rudolph, quien la ha imitado en el programa y donde ambas se vistieron de manera idéntica.

Harris dedicó su domingo a otro estado clave, Michigan, donde las encuestas muestran que podría perder por una combinación de preocupaciones por el estado de la economía como también por la ira de la comunidad árabe-estadounidense y musulmana en ese estado por la complicidad del gobierno de Joe Biden y ella con Israel en Gaza y su guerra en Líbano.


Después de incesantes protestas e interrupciones por activistas de sus discursos por todo el país a lo largo de su campaña exigiendo el fin del envío de armas a Israel, Harris inició uno de sus discursos este domingo en la Universidad Estatal de Michigan comprometiéndose a poner fin a la guerra en Gaza, algo que había evitado incluir en discursos anteriores y que sólo decía si era obligada a abordar el tema. El lunes, último día de su campaña, Harris dedicó el día completo a Pensilvania.

Lady Gaga se sumó a la larga lista de estrellas que han estado apareciendo con la vicepresidenta en sus eventos. Harrison Ford y Julia Roberts también figuraron en nuevos mensajes de apoyo a Harris en redes sociales, ambos señalando el peligro que representa Trump.

Mientras tanto, dos ex presidentes demócratas, Bill Clinton y Barack Obama, aparecieron en mítines, el primero en Georgia y el otro en Wisconsin (ambos estados claves), a favor de Harris y tratar de convencer a latinos, afroestadounidenses, árabe-estadounidenses y jóvenes que voten para frenar a Trump.

Por otro lado, Trump estuvo en Pensilvania, Carolina del Norte y Georgia este domingo, estados claves, y regresó este lunes a Pensilvania y Michigan este lunes. En Pensilvania repitió la falsedad de que él ganó en 2020 y concluyó afirmando que no debería de haberme salido de la Casa Blanca, y se refirió a los dos intentos de asesinato en su contra este año y señaló que ahora está protegido en estos actos detrás de barreras de vidrio antibalas.

“Para llegar a mí alguien tendría que disparar a través de los de noticias falsas, y eso no me molestaría tanto, porque no me preocuparía”, dijo Trump. Algunos demócratas acusaron de peligrosas estas palabras por insinuar que le gustaría el asesinato de periodistas.

Una victoria demócrata mantendría el ‘statu quo’ con Kamala Harris. Pero un triunfo republicano reeditaría viejos conflictos y alteraría substancialmente el tablero en el que opera la geopolítica europea e internacional. Una vuelta al poder de Trump agitaría el orden global, aunque nadie se siente seguro, tampoco, con un triunfo de Harris, quien cogobernó con el anciano Joe Biden durante cuatro años.

* Economista, politólogo y analista estadounidense, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).