Rowena Mason
10/12/2019
El primer ministro británico, Boris Johnson, junto al líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn. EFE
Boris Johnson ha desarrollado una campaña de perfil bajo que ha consistido en machacar un eslogan sencillo y un programa sin polémicas. Solo un momento ha amenazado con descarrilar la campaña conservadora: cuando Johnson reaccionó mal ante la foto de un niño durmiendo en el suelo de un hospital. "A veces lo que hace falta es aburrir", sostiene un ayudante del primer ministro