8 ene 2015

Palestina logra entrar a la Corte Penal Internacional

Palestina logró que Naciones Unidas aceptara su membresía plena de la Corte Penal Internacional, la cual se hará efectiva el próximo primero  de abril, según anunció el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en un comunicado.


enero 2015 
banderas palestinas

La integración de Palestina a la CPI permitirá al pueblo palestino denunciar a Israel por crímenes de guerra.
El presidente de Palestina, Mahmud Abbás, firmó los documentos correspondientes la semana pasada, algo que provocó duras críticas por parte de Israel.
En diciembre pasado, Palestina fue aceptada como Estado observador, que previamente participaba en las reuniones de la Corte como entidad observadora.
El 30 de diciembre el Consejo de Seguridad de la ONU rechazó el proyecto de resolución que fijaba un plazo de tres años para la creación del Estado palestino en el territorio ocupado por Israel.
El documento no recibió el apoyo necesario de nueve de los 15 miembros del Consejo. Entre los que votaron en contra está Estados Unidos, que además goza del derecho de veto en el organismo.
(Con información de Russia Today)

El CNAS, versión demócrata del imperialismo de conquista

Mientras Washington, hoy sin política exterior, se empeña simultáneamente en varias políticas contradictorias entre sí, los «halcones liberales» se han reagrupado alrededor del ex director de la CIA, general David Petraeus, y del Center for a New American Security

 | DAMASCO (SIRIA)  

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El general David Petraeus en el CNAS.
La crisis siria, a la que ya se había encontrado una solución en la primera de conferencia de paz de Ginebra –en junio de 2012– sigue prolongándose a pesar de todos los acuerdos negociados con Estados Unidos. Ya es evidente que la administración Obama no obedece al presidente sino que está gravemente dividida en dos líneas políticas: la línea de los imperialistas favorables a la repartición del mundo con China y eventualmente con Rusia (la posición del presidente Obama) y la de los imperialistas expansionistas (reunidos alrededor de Hillary Clinton y del general David Petraeus).
Para sorpresa general, la expulsión de la que fueron objeto el director de la CIA Petraeus y la secretaria de Estado Clinton luego de la reelección de Barack Obama no puso fin a la división en el seno de la administración sino que, por el contrario, la agravó.
Son nuevamente los imperialistas expansionistas quienes acaban de reactivar la guerra contra la República Popular Democrática de Corea utilizando como pretexto un ciberataque contra Sony Pictures atribuido, contra toda lógica, a Pyongyang. El presidente Obama acabó suscribiendo ese discurso y ha firmado un decreto para la adopción de «sanciones».
Parece que los partidarios de la expansión imperial se agruparon inicialmente para crear el Center for a New American Security, que ha desempeñado en el seno del Partido Demócrata un papel equivalente al del Project for a New American Century (y al que hoy juega la Foreign Policy Initiative) en el seno del Partido Republicano. Así desempeñaron un importante papel durante el primer mandato de Barack Obama y, según algunos explican, han conformado un Estado profundo desde donde siguen manejando los hilos.

Los halcones liberales

El Center for a New American Security (CNAS) fue creado en 2007 por Kurt Campbell y Michèle A. Flournoy.
Estos dos intelectuales habían trabajado juntos anteriormente en el Center for Strategic and International Studies (CSIS). Dirigieron la publicación, 2 meses después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, de To Prevail: An American Strategy for the Campaign Against Terrorism (En español, “Para triunfar: una estrategia estadounidense para la campaña contra el terrorismo”) [1]. Aquel libro disertaba sobre la decisión del presidente Bush de atacar no sólo grupos terroristas sino también a los Estados que los respaldaban, como los Estados fallidos que no lograban combatirlos en sus propios territorios. Basándose en los trabajos de la Task Force del CSIS sobre el terrorismo, preconizaba un importante desarrollo de las agencias de inteligencia para vigilar el mundo entero. En pocas palabras, Campbell y Flournoy aceptaban la narración oficial sobre los atentados del 11 de septiembre y justificaban la «guerra contra el terrorismo» que enlutaría el mundo durante más de 10 años.
En 2003, Campbell y Flournoy firmaban, con 13 intelectuales demócratas, un documento tituladoProgressive Internationalism: A Democratic National Security Strategy (En español, “Internacionalismo progresista: una estrategia demócrata de seguridad nacional) [2]. Aquel manifiesto criticaba la debilidad diplomática del presidente Bush, pero apoyaba las guerras posteriores al 11 de septiembre de 2001. Con vista a la designación del candidato demócrata a la elección presidencial de 2004, los firmantes pretendían promover el proyecto imperial estadounidense –que defendía George W. Bush– mientras criticaban su manera de ejercer el liderazgo, fundamentalmente las dudas que había sembrado entre los aliados de Estados Unidos. Los firmantes de aquel documento fueron entonces designados como «halcones liberales».
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Kurt Campbell y Michèle Flournoy durante la ceremonia de apertura del CNAS, en 2007.

El CNAS

En el momento de su creación, en 2007, el CNAS decía querer renovar el pensamiento estratégico estadounidense después del trabajo realizado por la Comisión Baker-Hamilton y la dimisión del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. En la inauguración estuvieron presentes numerosas personalidades, como Madeleine Albright, Hillary Clinton y Chuck Hagel. Washington buscaba por entonces la manera de hallar una salida honorable a su empantanamiento en Irak. Campbell y Flournoy pretendían preconizar una solución militar que permitiese a las tropas estadounidenses mantener la ocupación militar en Irak sin tener que agotar sus propias fuerzas. Para continuar su expansión mundial, el imperialismo estadounidense tenía que elaborar primero una estrategia de contraterrorismo que le permitiera dar a sus tropas en Irak un formato más reducido.
Lógicamente, Campbell y Flournoy trabajan por lo tanto con el general David Petraeus, quien acababa de ser nombrado comandante de la coalición militar en Irak por ser el autor del manual de contrainsurgencia de las fuerzas terrestres de Estados Unidos. Contratan a un experto australiano, David Kilcullen, que se convertirá en el gurú del general Petraeus y concebirá la Surge (En español, la “oleada”). Según Kilcullen, es posible utilizar a los insurgentes mediante la combinación de dos factores (el garrote y la zanahoria): pagando un salario a los que se cambien de bando y ayuden a mantener el orden allí donde se encuentren y, al mismo tiempo, presionándolos mediante el aumento temporal de la presencia militar estadounidense. Esa estrategia entrará en aplicación… con los resultados que ya conocemos: Irak atraviesa primeramente una fase de intensa guerra civil y luego vuelve lentamente a la calma, después de una enorme devastación. En realidad, si una parte de los hombres que participaban en la resistencia iraquí son finalmente “recuperados” por los ocupantes estadounidenses, ello se debe únicamente al hecho que esa resistencia era de carácter fundamentalmente tribal.
De hecho, durante ese periodo, el CNAS y el general Petraeus son indisociables. Kilcullen se convierte en consejero de Petraeus y, posteriormente, de la secretaria de Estado Condoleezza Rice. La fusión es tan intensa que un consejero de Petraeus, el coronel John Nagl, se convierte en presidente del CNAS cuando Campbell y Flournoy pasan a formar parte de la administración Obama.
La particularidad del CNAS es que se trata de un “tanque pensante” [3] (think tank) de los demócratas que cuenta con la colaboración y la presencia de los halcones republicanos. El CNAS incluso multiplica los encuentros y debates con miembros del Project for a New American Century. Lo financian industriales del sector del armamento o empresas de servicios vinculadas al Departamento de Defensa, como Accenture Federal Services, BAE Systems, Boeing, DRS Technologies, Northrop Grumman; firmas del sector de las finanzas, Bernard L. Schwartz Investments, Prudential Financial; fundaciones como Carnegie Corporation of New York, The William and Flora Hewlett Foundation, Ploughshares Fund, Smith Richardson Foundation, Zak Family Charitable Trust, y gobiernos extranjeros como los de Israel, Japón y Taiwán.
Durante la campaña electoral, Campbell y Flournoy publican sus recomendaciones al próximo presidente de Estados Unidos en The Inheritance and the Way Forward(En español, “La herencia y el camino a seguir) [4]. Al referirse a la era Bush, cuestionan la «guerra preventiva» y el uso de la tortura. Aconsejan además reorientar la «guerra contra el terrorismo» para evitar el «choque de civilizaciones» que privaría a Washington de sus aliados musulmanes.
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Tres generaciones de mujeres en el CNAS: Madeleine Albright, Hillary Clinton y Michèle Flournoy.

La administración Obama

Al ser electo presidente de Estados Unidos, Barack Obama designa a Michèle Flournoy para supervisar la transición en el Departamento de Defensa. Lógicamente, Flournoy es nombrada subsecretaria de Defensa a cargo de la política, o sea se encargará de elaborar la nueva estrategia de defensa. Es la número 2 del Departamento de Defensa y dispone de un presupuesto de 200 millones de dólares.
Mientras tanto, Kurt Campbell entra al Departamento de Estado para dirigir el buró Extremo Oriente y Pacífico.
Campbell y Flournoy serán entonces los promotores de la estrategia del «reposicionamiento». Según ellos, Estados Unidos debe prepararse para un futuro enfrentamiento con China. Bajo esa perspectiva hay que reposicionar paulatinamente las fuerzas armadas estadounidenses trasladándolas desde Europa y el Medio Oriente ampliado hacia el Extremo Oriente.
El CNAS está tan de moda que muchos de sus colaboradores entrarán en la administración Obama:
- Rand Beers, como secretario del Departamento de Seguridad de la Patria (Homeland Security o DHS);
- Ashton Carter, como subsecretario de Defensa a cargo de las compras y posteriormente como secretario de Defensa;
- Susan Rice, como embajadora ante la ONU y posteriormente como consejera de Seguridad Nacional;
- Robert Work, como adjunto del secretario de Defensa;
y también:
- Shawn Brimley, como consejero del secretario de Defensa a cargo de la estrategia y posteriormente como director de Planificación en el Consejo de Seguridad Nacional;
- Price Floyd, como asistente adjunto del secretario de Defensa a cargo de las relaciones públicas;
- Alice Hunt, como asistente especial en el Departamento de Defensa;
- Colin Kahl, como asistente adjunto del secretario de Defensa para el Medio Oriente y posteriormente como consejero de Seguridad Nacional del vicepresidente;
- James Miller, como subsecretario de Defensa a cargo de la política;
- Eric Pierce, como adjunto del jefe del Departamento de Defensa a cargo de las relaciones con el Congreso;
- Sarah Sewall se convertirá, en 2014, en subsecretaria de Estado para la Democracia y los Derechos Humanos;
- Wendy Sherman se convertirá, en 2011, en subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos;
- Vikram Singh en consejero especial del secretario de Defensa para Afganistán y Pakistán;
- Gayle Smith en directora de Desarrollo y Democracia en el Consejo de Seguridad Nacional;
- James Steinberg, adjunto de la secretaria de Estado;
- Jim Thomas, asistente adjunto del secretario de Defensa a cargo de los Recursos;
- Edward (Ted) Warner III, consejero del secretario de Defensa para el control de armamentos.
El CNAS ya está preparando el programa del próximo presidente de Estados Unidos.

La influencia del CNAS

Michèle Flournoy, quien ambicionaba convertirse en secretaria de Defensa, fue descartada en 2012 por ser considerada demasiado cercana a Israel. A pesar de ello, sigue siendo actualmente un personaje omnipresente en las instancias de reflexión del Departamento de Defensa, es miembro del Defense Science Board (consejo científico del Departamento de Defensa), del Defense Policy Board (consejo político del Departamento de Defensa) y del President’s Intelligence Advisory Board (consejo presidencial de consulta sobre temas de inteligencia).
Y es evidente que sus consejos políticos encuentran eco y que se aplican, tanto en lo tocante al «Medio Oriente ampliado» como en lo concerniente al Extremo Oriente.
El CNAS apoyó los esfuerzos de Wendy Sherman por negociar la reanudación de las conversaciones diplomáticas con Teherán. Este centro subrayó, de manera bastante transparente, que el problema con Irán no era tanto la cuestión nuclear como la exportación de su revolución. Por ello aconseja una serie de acciones extremadamente duras para cortar las redes iraníes en África, en Latinoamérica y en el Medio Oriente [5].
En cuanto a Siria, el CNAS considera que será imposible derrocar la República Árabe Siria a corto plazo y aconseja por lo tanto la «estrategia del torniquete»: utilizar el consenso creado contra el Emirato Islámico para que todos los Estados implicados ejerzan presiones sobre Damasco y los grupos de la oposición para lograr una desescalada militar –pero sin colaborar por ello con el presidente sirio al-Assad en la lucha contra el Emirato Islámico. Así que el esfuerzo será por obligar la República a incorporar a su gobierno algunos miembros de la oposición pro-atlantista y por favorecer la ayuda humanitaria y logística a las zonas bajo control rebelde para hacerlas atractivas. Y cuando logren introducir atlantistas en el gobierno sirio, estos tendrán como misión identificar los engranajes del aparato secreto de Estado de Siria para poder destruirlo posteriormente. La originalidad del plan consiste en reivindicar la posesión del desierto sirio para los rebeldes que se nieguen a entrar en el gobierno. Ese desierto constituye el 70% del territorio de Siria y alberga las principales reservas de gas del país [6].
El CNAS presta especial atención a internet. Se trata de limitar las censuras gubernamentales para que la vigilancia de la NSA [7] pueda continuar su trabajo con la misma facilidad [8]. Simultáneamente, el centro se inquieta ante la manera como la China Popular se protege del espionaje de la NSA [9].
En el Pacífico, el CNAS aconseja un acercamiento a la India, Malasia e Indonesia y ha concebido un plan de modernización del dispositivo contra Corea del Norte.

Los responsables actuales

El CNAS –que comenzó siendo una iniciativa de los demócratas en colaboración con varios neoconservadores republicanos– se ha convertido poco a poco en el principal centro de estudios promotor del imperialismo conquistador.
Además de Kurt Campbell y de Michèle Flournoy, entre sus administradores se cuentan:
- el general John Allen, comandante de la coalición conformada por Estados Unidos contra el Emirato Islámico;
- Richard Armitage, ex adjunto del secretario de Estado;
- Richard Dantzig, vicepresidente de la Rand Corporation;
- Joseph Liberman, el ex vocero israelí en el Senado;
- el general James Mattis, ex comandante del CentCom.
El CNAS está llamado a seguir desarrollándose ya que se ha convertido en el principal tanque pensante capaz de oponerse a la reducción del presupuesto de defensa de Estados Unidos y de reactivar la industria de guerra.
[1To Prevail: An American Strategy for the Campaign Against Terrorism, Csis Significant Issues Series, CSIS, noviembre de 2001.
[2Progressive Internationalism: A Democratic National Security Strategy, Progressive Policy Institute, 30 de octubre de 2003.
[3Think-tank que puede ser traducido como “laboratorio de ideas”, es el nombre que recibe en inglés lo que podría calificarse como siendo un centro, instituto o institución —conformada por un grupo de expertos— que se dedican a difundir en la sociedad civil —de manera disimulada— una propaganda ideológica de "naturaleza investigadora" (generalmente con un objetivo político) bajo forma de divulgación de ideas o pensamientos constructivos, necesarios e innovadores, útiles para el ciudadano común y corriente, para los estudiantes, los líderes del país, los intelectuales y otras instancias dirigentes o gobernantes de una nación. Pretenden así intervenir, dirigir o influenciar sobre las políticas públicas de un gobierno, sean estas culturales, sociales, de economía nacional e internacional en un país dado. Los think-tanks operan frecuentemente bajo cobertura de ser centros o fundaciones de investigación independientes, pero en su mayoría están ligados a grupos de poder o lobbys que incluso son ramificaciones de super-estructuras conectadas a multinacionales, agencias de espionaje o países con objetivos imperialistas de dominación, quiénes finalmente son los que financian y comandan estos think-tanks. La misión de los think-tanks es pues la de inculcar e imponer en una población dada, una forma de pensar, hacer aceptar los valores e ideas que los grupos dominantes quieren imponer de acuerdo a sus intereses (económicos-políticos), haciéndolo de manera discreta, sin que sea apercibido quien está detrás de todo esto. Por esa razón los think-tanks tienen los medios financieros para reclutar personalidades, artistas, prestigiosos intelectuales (muchas veces vendidos) para que trabajen para ellos y propaguen las ideas o creencias que losthink-tanks quieren imponer, poniendo en su mira de conquista especialmente a las personas que tienen el poder de decisión en una sociedad, en un gobierno. La palabra think-tank viene del inglés, think significa pensar, tank quiere decir tanque; están constituidas bajo la ley de derecho privado y en ese sentido son independientes ante el estado, en principio sin fines de lucro. Son los Estados Unidos de América los que cuentan con más think-tanks en el mundo.
[4The Inheritance and the Way Forward, Kurt Campbell, Michele Flournoy, CNAS, 2007.
[5Pushback Countering the Iran Action Network, Scott Modell y David Asher, Center for a New American Security, septiembre de 2013.
[6] Ver The Tourniquet. A Strategy for Defeating the Islamic State and Saving Syria and Iraq, Marc Lynch, Center for a New American Security, octubre de 2014, y How This Ends. A Blueprint for De-Escalation in Syria, Dafna H. Rand and Nicholas A. Heras, Center for a New American Security, noviembre de 2014, así como «El increíble plan de “paz” estadounidense para Siria», por Thierry Meyssan, Al-Watan (Siria), Red Voltaire, 30 de diciembre de 2014.
[7] Siglas en inglés de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos cuyo trabajo de escucha y espionaje de las comunicaciones internacionales a nivel mundial fue puesto al descubierto por el ex contratista Edward Snowden. Nota de laRed Voltaire.
[8Bringing Liberty Online. Reenergizing the Internet Freedom Agenda in a Post-Snowden Era, Richard Fontaine, Center for a New American Security, septiembre de 2014.
[9Warring State: China’s Cybersecurity Strategy, Amy Chang, Center for a New American Security, diciembre de 2014.

Thierry MeyssanIntelectual francés, presidente-fundador de la Red Voltaire y de la conferencia Axis for Peace. Sus análisis sobre política exterior se publican en la prensa árabe, latinoamericana y rusa. Última obra publicada en español: La gran impostura II. Manipulación y desinformación en los medios de comunicación (Monte Ávila Editores, 2008).

Atentado en París contra el semanario satírico Charlie Hebdo

Al menos 3 individuos armados irrumpieron, el 7 de enero de 2015, en los locales de semanario satírico francés Charlie Hebdo, donde abrieron fuego contra miembros del equipo de la publicación al grito de «¡Allah Akbar!».

  

Por el momento se reportan 12 muertos y una decena de heridos, 4 de ellos en estado grave.
Este atentado pudiera provocar una grave fractura entre musulmanes y no musulmanes en el seno de la sociedad francesa ya que, en el pasado, los musulmanes de Francia se sintieron insultados en varias ocasiones por este semanario satírico y ahora se reporta que los ejecutores del atentado se identificaron como defensores del islam.
La prensa francesa ya está denunciando este acto de violencia como un atentado islámico, basándose únicamente en los gritos de los asesinos, que hasta ahora no han sido correctamente identificados.
Los miembros del comando hablaban en francés y reconocieron rápidamente a los miembros de la redacción de la publicación satírica.
Oficialmente, el semanario francés Charlie Hebdo fue creado en 1992 por el periodista Philippe Val, los dibujantes Gébé y Cabu y el cantante Renaud. Lo que nunca se dice es que fue financiado en secreto por el entonces presidente de Francia Francois Mitterrand con sumas provenientes de los fondos secretos de la presidencia de la República.
Charlie Hebdo fue administrador de la Red Voltaire, de la que se retiró en 1997 por estar en desacuerdo con la asociación. El semanario satírico militaba entonces por la ilegalización del partido de extrema derecha Frente Nacional (FN) mientras que la Red Voltaire defendía el derecho de asociación del FN pero reclamaba la prohibición de su rama armada, conocida bajo las siglas DPS [1]. Las relaciones empeoraron posteriormente cuando Charlie Hebdo atribuyó los atentados del 11 de septiembre de 2001 a al-Qaeda mientras que la Red Voltaire demostraba la inconsistencia de la versión oficial sobre esos hechos y acusaba a una facción del grupo de presión militar-industrial de Estados Unidos. Finalmente, en 2007, el director de Charlie Hebdo se acercaba al entonces presidente de Francia Nicolas Sarkozy mientras este último ordenaba la eliminación del presidente de la Red Voltaire, quien se vio obligado a exilarse.

Guatemala: El tutelaje de Estados Unidos y el juicio por genocidio

Artículo escrito por Gusta Illescas y Rodrigo Véliz sobre el derrotero judicial del juicio al genocida Ríos Montt y el papel jugado por EEUU tanto en al actualidad como durante la dictadura guatemalteca


El resultado del juicio por genocidio puede desembocar en una paradoja para el futuro del país. Para miles de personas (especialmente víctimas y sobrevivientes) una sentencia condenatoria significaría demostrar nuevamente ante los tribunales la verdad histórica sobre uno de los episodios más sangrientos de la historia reciente del continente. Pero llama la atención que con una Corte Suprema de Justicia, Salas de Apelación, Corte de Constitucionalidad, y Ministerio Público copados por fuerzas paralelas, el juicio pretenda ser entorpecido por la defensa de Ríos Montt. Preocupa también el apoyo de Estados Unidos, no sólo por el rol que jugaron, sino por el actual proceso de militarización regional que impulsa. Un levantamiento del embargo de armas, dado por el visto bueno del Senado norteamericano ante una condena a Efraín Ríos Montt, y una legitimidad a la militarización, tienen consecuencias previsibles en un momento de alta inestabilidad política y social. Este es el nudo de la paradoja del juicio por genocidio.
¿Cómo es posible un juicio por genocidio en Guatemala?
Cuando el juicio comenzó en marzo de 2013, hubo una pregunta guía para interpretarlo: ¿Cómo era posible que se juzgara a pasadas figuras del Alto Mando Militar por un cargo como genocidio, estando un ex-militar (vinculado a los hechos) al frente del Ejecutivo?
La respuesta no es sencilla. Algo que no ha cambiado desde que el caso comenzó a inicios de la década pasada es la persistencia de organizaciones de víctimas y de derechos humanos para exigir justicia. Una y otra vez se toparon con un bloqueo por el Ministerio Público (MP) y la Corte de Constitucionalidad (CC) a cualquier tipo de avance. En la forma que opera el sistema de justicia, la voluntad de las organizaciones y el agotamiento de procedimientos legales no fueron suficientes.
Fue hasta que la correlación de fuerzas cambió inesperadamente que las demandas tuvieron eco.
Ayudó el deterioro de las redes políticas que el general Ríos Montt fue construyendo desde fines de los ochenta. Con su partido en el poder (FRG) del 2000 al 2004 el caso no tuvo otra salida que plantearse en España . Su fuerza era muy grande: logró en 1999 62 diputaciones y 153 alcaldías. Lo que siguió fue un deterioro al punto que para 2011 sólo consiguieron 14 diputaciones y 2 alcaldías. Ahora el partido ya no existe como tal. Otras partes de esta red, como la que tenía dentro de la CC, también cayeron.
Esto debilitó la posición del patriarca eferregista, y cuando finalmente dejó de tener inmunidad al salir del Congreso, pasó a entregarse inevitablemente a los tribunales en enero de 2012.
Un tercer elemento importante fueron las pugnas que se dieron entre líneas castrenses durante los años de Colom, que terminaron en la desclasificación de más de 11 mil archivos militares. Las pugnas eran entre los militares que apoyaban a Colom y la intención premeditada de éste por desbaratar a Otto Pérez Molina, el principal adversario de la UNE en las elecciones de 2011. Eso permitió que el documento Plan de Operaciones Sofía (POS) fuera desclasificado y entregado a una activista estadounidense, luego de las duras tensiones que esclareció Wikileaks.
El documento es vital porque con él es posible vincular la parte operativa de las masacres con los planes y órdenes que se emitían desde la cúpula militar. Sin este elemento el caso no caminaba. (Esto demostró su importancia en abril del 2013, cuando el mismo General (r) José Luis Quilo Ayuso (ahora presidente de la asociación de militares retirados, Avemilgua) aceptó en el juicio que había línea de comunicación.
Un cuarto elemento para que el juicio comenzara fueron las presiones internacionales con la presencia de la Comisión de la ONU (CICIG). Fue bajo ese tutelaje que se crearon espacios de independencia judicial en el sistema de justicia del país. De ahí viene la Cámara Penal dirigida por César Crisóstomo Barrientos Pellecer (+), que recibió el apoyo de la CICIG para la creación de los Juzgados y Tribunales de Mayor Riesgo.
También la destitución de Conrado Reyes como jefe del MP, luego que el entonces Comisionado Carlos Castresana renunciara en protesta, y la llegada de Claudia Paz y Paz, con un perfil penalista, formada en derechos humanos y sin vínculos con el crimen organizado.
Y por último, un elemento crucial ha sido la presión de Estados Unidos (EEUU). La razón principal es el levantamiento del embargo de armas que pesa sobre el señalado ejército de Guatemala desde 1976, durante el gobierno del demócrata Jimmy Carter. En la misma línea, otra razón de peso para EEUU es que buscan depurar al segmento militar de la línea dura que se involucró en negocios de contrabando desde la transición.
Esta alineación de fuerzas y encuadre de circunstancias permitió que el juicio se abriera. Lo que lo terminó cerrando fue una reconfiguración alrededor de Ríos Montt de las fuerzas con legado contrainsurgente: los empresarios que se vincularon a las fuerzas aéreas y financiaron la Tesis de Estabilidad Nacional, que serían objeto de investigación según se interpreta en la sentencia por genocidio del Tribunal A de Mayor Riesgo; y las presiones de Otto Pérez Molina (OPM) desde el Ejecutivo, luego que un testigo protegido lo incriminara como operativo en Nebaj.
Estas fuerzas pasaron de la defensiva a una ofensiva coordinada que derribó el tercer elemento que señalamos: la independencia judicial y de investigación. Luego de la anulación de la sentencia por la CC, fueron tomados el MP y las cortes del Organismo Judicial.
Eso cerró la posibilidad por meses.
Pero ahora, con esas nuevas condiciones, el caso parece avanzar de nuevo. ¿A qué se puede deber esto? Creemos que tanto la favorable posición de las fuerzas contrainsurgentes como la presión por el embargo resultan fundamentales para entender las tensiones que se avecinan.
La política exterior norteamericana hacia Guatemala
En 2009 se dieron las discusiones más serias sobre el embargo de armas. Según dijo en su momento el ex presidente Álvaro Colom, fueron seis los requisitos que presentó el Departamento de Estado para comenzar un cabildeo en el Senado estadounidense que diera fin al embargo. Entre ellos se mencionó el avance en la justicia transicional, donde el juicio por genocidio es el caso estrella.
Sino fuera por esto, el apoyo de EEUU al caso por genocidio resultaría sorprendente: es fácil ubicar al país del norte como el principal soporte de las dictaduras militares. Ese apoyo no sólo fue político y moral: la dotación de armas (directas o trianguladas por Israel), de equipamiento y de capacitación fue continua, lo que ha quedado claro en sus documentos desclasificados y los del Archivo Histórico de la Policía Nacional (AHPN).
Que apoyen un proceso en el que estuvieron involucrados ha molestado a las fuerzas nacionales (empresarios, funcionarios y militares) que mancharon sus manos de sangre, y no lograron mantenerlo en secreto. Lo obvio sería pensar que EEUU lo hace para quitarse responsabilidad.
Esto es importante, pero ya que ninguna corte nacional o internacional tiene entre sus posibilidades el juzgar a algún funcionario estadounidense, esta opción debe verse como secundaria. Más importante es la política regional que ese país tiene, y cómo eso interactúa con lo que en Guatemala va aconteciendo.
Lo importante es aceptar que el Estado de Guatemala está tutelado por el país del norte. Y que esta tutela se da por ciertas condiciones. Guatemala es parte de un proceso más amplio de integración regional: en el aumento acelerado de la Inversión Extranjera Directa (IED) que tanto resalta la prensa, el 70% viene de los tres países del norte y de Colombia. La IED es liderada por EEUU y complementada por la dependencia financiera y comercial que tiene Guatemala.
Los proyectos de infraestructura que se construyen en el marco delProyecto Mesoamérica tienen que ver con estos flujos de capital (en donde también cabe ubicar el capital y comercio narco, que cubre los mismos países) y sus alianzas con grupos nacionales.
Guatemala juega un papel económico subordinado en este proceso, y EEUU intenta continuamente moldear a la fuerza a la economía guatemalteca según esos intereses (con todo y las fricciones que esto genera con las élites nacionales).
Estados Unidos busca desde hace varios años que el carácter oligárquico de la economía tome una forma más liberal, de mercado, que permita no sólo mejorar el papel de sus inversiones en el país, sino hacer que la economía guatemalteca crezca con distribución de riqueza, evitando más migraciones (de personas hacia allá y de empresas para acá).
En esa línea deben verse las presiones de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para que Guatemala deje de proteger a los grandes oligopolios, la demanda laboral en el marco del Tratado de Libre Comercio (DR-CAFTA), que señala a grandes empresarios de explotar ilegalmente para poder acumular riqueza, y las presiones por planes económicos que cierren el grifo de las migraciones.
Este tutelaje se complementa con la militarización y cooperación que se impulsa desde Washington. Pese al embargo militar, se han utilizado otros mecanismos para que las fuerzas de seguridad guatemalteca estén coordinadas con EEUU. Sólo en el año 2011, US$16 millones fueron donados con fines de seguridad y combate contra el narcotráfico al gobierno de Colom. De 1999 al 2013 se entrenaron alrededor de 5 mil agentes miembros del Ejército y de la Policía Nacional Civil (PNC). En los mismos años, la venta de artículos militares, sin mediación de parte del gobierno de Estados Unidos, fue de más de US$73 millones (Q584 millones aprox).
Este aumento en la ayuda militar se ha visto acompañado por la Iniciativa para la Seguridad Regional de Centroamérica (CARSI, por siglas en inglés), que sólo en el año 2008 donó una cantidad de US$496 millones a la región. En su Presupuesto para el año fiscal 2014, la ayuda para el CARSI recibió un total de US$162 millones, 26 más que los recibidos en el año fiscal 2012.
Para el 2015 se espera otro aumento, aunque los señalamientos y los condicionamientos han crecido. Para octubre, antes de las elecciones legislativas de medio término, el Senado y el Congreso recalcaron su apoyo al CARSI para solucionar la violencia y la corrupción, pero se mostraron preocupados por la corrupción (sic) y los abusos de las fuerzas militares, la impunidad y la falta de voluntad política.
Según el reconocido Wilson Center, el CARSI no se ha formado como un programa con una estrategia cohesiva, sino que termina funcionando como una serie de proyectos sin articulación. Esto no justifica los más de US$1.2 miles de millones desembolsados a la región desde el 2008.
Pero pese a las críticas, el CARSI, según un nuevo Senado republicano, no tendrá restricciones ni condicionamientos, como sí lo tendrán los préstamos que otorguen las principales instituciones bancarias presentes en la región (BCIE, BM, FMI), según se dijo en la última semana.
El CARSI muestra un leve desvío de la política regional de EEUU: por primera vez se invierte en programas de prevención, siendo el caso de Villa Nueva el principal beneficiado. Pero esto no se aleja aun de una política histórica de militarización, en aumento desde que muchos de los países en Sur América se alejaron de la hegemonía político-militar estadounidense.
Guatemala no es el caso y siempre se ha mantenido cerca, pese a los roces. Por eso ha aceptado la presencia del Comando Sur con su Operación Martillo, y no se pronunció en contra del avance de la IV Flota y de las nuevas bases militares en Honduras y Colombia. Eso es parte del plan.
El alegato de Pérez Molina por despenalizar el consumo, producción y comercio de drogas era solo eso, un alegato vacío, como se evidenció en suúnico resultado concreto. Mientras lo hacía, OPM ha buscado desde un inicio (Julio Ligorría Carbadillo está para eso y más) que el embargo fuera levantado. Algo que comparte todo el gremio militar, sin importar sus tendencias o afiliaciones. El problema para OPM es que hizo poco de lo que el Senado exigía: las violaciones a derechos humanos aumentaron, los avances en justicia se han visto cerrados y su papel en estos procesos ha sido muchas veces señalado.
En este escenario, un levantamiento del embargo de armas que permita unificar esfuerzos regionales de persecución bajo la égida norteamericana, sin que eso implique una mayor conflictividad social (la cual teme EEUU), no es posible. Otras cosas tienen que cambiar, como el juicio por genocidio.
Posibles escenarios
El juicio por genocidio sigue siendo toral en la coyuntura actual. Su resultado puede implicar varios escenarios de trascendencia para el país dentro de la dinámica regional que nos envuelve. Los escenarios son varios, comenzando por los más desalentadores.
La enfermedad de Ríos Montt hace pensar que está cercano a su muerte. En caso que su defensa logre persuadir al Tribunal para que no asista al debate y este quede en suspenso, podría llegar a su lecho de muerte procesado, bajo arresto domiciliar y pese al fallo de la CC, condenado.
Mediáticamente se está fraguando un discurso que victimiza a Ríos Montt por su salud y le resta importancia a las miles de víctimas que sufrieron durante su gobierno. Esto forma parte de la estrategia que prepara la línea dura para desviar el tema de fondo y desvirtuar al Tribunal en caso el debate continúe.
Uno de los mayores riesgos que la Cámara Penal esté a cargo de Blanca Stalling, colmada de relaciones de parentesco militares y señalada de vínculos con el oficialismo, es que puede llegar a hacer que los Juzgados y Tribunales de Mayor Riesgo pierdan efectividad. Parte se ha logrado al integrar a la Sala de Apelaciones de Mayor Riesgo que conocerá estos casos con gente próxima al oficialismo, como Anabella Cardona.
Se rumora que una posibilidad, la más remota, es que los tribunales de Mayor Riesgo se destruyan. Otra opción es que se cambie a los jueces y se ponga a gente afín. Y una última es que se cree un tercer Juzgado y Tribunal con jueces moldeables. En los tres casos se lograría el mismo objetivo: minar la independencia judicial.
En este sentido, el Tribunal B de Mayor Riesgo, a cargo de Jeannette Valdéz, está ante una primera prueba, que incluye resolver en lo inmediato la recusación planteada por la defensa de Ríos Montt por los comentarios vertidos en su tesis de maestría en derecho penal.
Es probable que el Tribunal mantenga su independencia y ratifique lo actuado por el anterior y que bajo esas condiciones cualesquiera de las instancias apelables y amparables detenga o suspenda nuevamente el proceso. No obstante el desgaste que implica podría perjudicar a los partidos conservadores o candidatas como Zury Ríos Sosa en pleno año electoral.
La amnistía tampoco parece desenvolver los nudos de la coyuntura, aunque al momento que la Sala I de la Corte de Apelaciones del ramo Penal favorezca a Ríos Montt, otros personajes vinculados al terror estatal alegarían el “principio de igualdad” para correr la misma suerte. No es casualidad que hace unos días OPM, en su discurso del 18 aniversario de la paz, se haya pronunciado a favor de una amnistía.
El costo político de declarar amnistía es elevado, sobre todo por la presiones de EEUU y porque en septiembre de 2014 la Corte Interamericana de Derechos Humanos ya declaró en desacato al Estado guatemalteco por entorpecer el avance de 11 casos de alto impacto, la mayoría de justicia transicional.
El nudo se desatará cuando la amnistía sea resuelta a favor o en contra de Ríos Montt. En la justicia guatemalteca es costumbre utilizar recursos legales como armas políticas y mediáticas, como quedó claro con los múltiples amparos propuestos por la defensa de los militares. El objetivo es que en cortes afines se resuelva lo que dentro del juicio no se pueda: por eso es vital saber cuándo se resuelve, ya que usualmente se hace en momentos de peligro. La CC, por ejemplo, anuló la sentencia con un amparo que llevaba dos meses empolvado.
Otra posibilidad es que el Congreso derogue o reforme la Ley de Reconciliación Nacional y en particular el artículo 8 que reza:
La extinción de la responsabilidad penal a que se refiere esta ley, no será aplicable a los delitos de genocidio, tortura y desaparición forzada, así como aquellos delitos que sean imprescriptibles o que no admitan la extinción de 12 responsabilidad penal, de conformidad con el derecho interno o los tratados internacionales ratificados por Guatemala.
La aprobación del punto resolutivo el 13 de mayo de 2014 cuando 87 diputados niegan que hubo genocidio en Guatemala representaría una medición de fuerzas para esta salida. Cabe resaltar que la actual Junta Directiva del Congreso está conformada en su mayoría por ex miembros del FRG que conservan su afinidad riosmonttista.
La aplicación de la amnistía vía juzgado de segunda instancia o vía el Congreso sería coherente con la ofensiva conservadora impulsada veladamente por la línea dura militar desde su desplazamiento en las negociaciones de Paz, y apoyada en los dos últimos años por una amplia gama de fuerzas.
La amnistía sería vista como bochornosa para EEUU y para la Unión Europea que tanto invirtió para el proceso de negociaciones de paz. El juicio también puede seguir su marcha. Una sentencia que absuelva a Ríos Montt y a Rodríguez Sánchez daría legitimidad a la tesis conservadora de que en Guatemala no existió genocidio ni terror estatal.
En ese escenario continuarían las riñas a nivel internacional porque se estaría demostrando que no hay certeza jurídica en el país y lo que sucede en este caso puede suceder cuando se vulneren los derechos de una empresa transnacional que opera en Guatemala. Varias fuerzas políticas desaprovecharían la opción de llegar a buenos términos de cara a las elecciones, donde todos buscarán consensos de mediano plazo.
Una sentencia condenatoria por genocidio es políticamente inviable, como lo demostró la CC en mayo del 2013.
Finalmente una sentencia condenatoria pero no por genocidio, sino por crímenes contra los deberes de la humanidad, sería la mejor opción para los grandes poderes. Por un lado silenciaría a buena parte de la izquierda y los progresistas, ya que legitimaría parcialmente su objetivo: los militares fueron juzgados y se les condenó por terror estatal (pero no por genocidio). Se reconocería parcialmente la verdad de las organizaciones de víctimas y sobrevivientes que representan a las miles de voces que guardan silencio por el miedo infringido durante décadas. Una sentencia condenatoria podría generar mayor confianza en los segmentos de la población más marginados por la justicia guatemalteca.
La legitimidad también sería bien vista por Estados Unidos, que no presiona por una sentencia por genocidio, sino por una sentencia al Alto Mando; por una sentencia que sea lo suficiente como para cabildear con el Senado el siguiente año un levantamiento del embargo. Estados Unidos lo que pide es un requisito, y una sentencia así lo lograría.
La sentencia condenatoria lograría un consenso amplio entre los grandes poderes nacionales e imperiales, y daría legitimidad a un sistema de justicia a punto de colapsar.
Y según hemos tratado de proponer en este documento, eso podría traer pésimas consecuencias en un momento de conflictividad social y un generalizado descontento por el rumbo caótico del país. Por eso la paradoja del juicio por genocidio continúa siendo vigente.