Por Garabed Arakelian
NODAL, 1 junio, 2019
“En un bosque de la China, una china se perdió, y como yo andaba perdido nos encontramos los dos…” El anunciado y casual encuentro con la jovencita de ojos rasgados, como narra la letra original de esa vieja canción, tiene su versión moderna y no se desarrolla en un bosque sino que, menos romántica y nada casual, su escenario es la enormidad marítima de la zona austral del Océano Atlántico.