9 mar 2014

Las consecuencias económicas del conflicto entre Ucrania y Rusia

Las consecuencias económicas del conflicto entre Ucrania y Rusia
Marcelo Justo

BBC Mundo

La economía puede ser clave en la resolución del conflicto en Ucrania.

El gas, el trigo, el maíz y la solidez o vulnerabilidad de los principales protagonistas de la crisis -Rusia, Ucrania y la Unión Europea- forman el trasfondo de esta partida de póquer geopolítico que tiene en vilo al mundo.

Ucrania es el tercer exportador de trigo y maíz del mundo y Rusia suministra una cuarta parte de las necesidades europeas de gas, en gran parte a través de gasoductos que atraviesan Ucrania.

El temor a una guerra entre Rusia y Ucrania ha dejado su marca en los precios internacionales. Esta semana el trigo alcanzó su valor máximo en 17 meses mientras que el maíz trepó a su mejor cotización desde septiembre. El lunes el gas llegó a aumentar un 10%.

Según David Dalton, editor de Europa del Este de la unidad de inteligencia del semanario británico The Economist, los intereses económicos en juego pueden inclinar la balanza.

"Rusia y Occidente están muy interconectados. Rusia depende de sus ingresos de hidrocarburos. Por su parte Alemania y el Reino Unido han exhibido una posición más negociadora debido a la dependencia germana del gas ruso y los intereses financieros rusos que maneja la City de Londres. A todo esto se suma el maíz y el trigo", indicó Dalton a BBC Mundo.

Un juego de póquer

Estados Unidos y la Unión Europea tienen buenas razones para temer que la crisis ponga en peligro la levísima recuperación económica de las naciones desarrolladas.

"La Unión Europea está en una situación muy frágil y lo que menos necesita es que haya presiones inflacionarias asociadas a los precios de los alimentos como sucedió antes del estallido financiero de 2008. Una perturbación de los suministros de gas a Europa sería igualmente preocupante. Y ni siquiera tiene que suceder algo. Basta con que exista la amenaza. Si la crisis se profundiza el impacto sería global", indicó Dalton a BBC Mundo.

El peligro de desabastecimiento de gas tiene antecedentes fuertes en los últimos años.

El 1º de enero de 2005 Rusia cortó todo el suministro de gas a Europa vía Ucrania por una disputa sobre precios. En 2009 se produjeron serias caídas en el abastecimiento europeo debido a las deudas acumuladas de Ucrania con Rusia.

Las dos crisis sirvieron para que los países de la Unión Europea mejoraran sus inventarios de gas y, sumado a un invierno bastante suave y una mejor infraestructura con rutas alternativas a Ucrania, estén más a cubierto de emergencias.

El máximo consumidor de gas ruso en la UE, Alemania, tiene una capacidad almacenada de gas para cubrir dos meses de demanda y rutas alternativas por el mar báltico. Los países de Europa Central, también muy dependientes de Rusia, tienen un almacenamiento de 3 meses.

No es la situación del trigo y el maíz.

"Hoy son dos de los commodities con mejores precios debido al peligro de perturbaciones en el suministro mundial a lo que se suma el frío invierno estadounidense, todo lo cual impacta la oferta a futuro", indicó a BBC Mundo Ole Hansen, director del departamento de Materias Primas del Saxo Bank.

Entre la necesidad y la astucia

A raíz de la crisis, Rusia suspendió la ayuda de $US15.000 millones a Ucrania.
La partida de póquer entre Rusia y Ucrania tiene su propia dinámica.

La aprobación de la Cámara Alta rusa del envío de tropas a Crimea el sábado tuvo un claro impacto en la economía rusa.

El rublo experimentó una fuerte caída respecto al dólar y en la bolsa de Moscú los valores bursátiles cayeron más del 10%. El Banco Central ruso se vio obligado a alzar las tasas de interés para sostener el rublo.

"Es una situación con impacto recesivo, pero por otro lado el alza del gas y petróleo derivado de la crisis le conviene a Rusia cuya economía se basa en estos dos productos", señala Dalton.

Por su parte, Ucrania es un país en virtual bancarrota. El país tiene vencimientos de deuda de unos US$13.000 millones este año y US$16.000 millones el año próximo.

A raíz de la crisis, Rusia suspendió la ayuda de US$15.000 millones para evitar un cese de pagos.

Y este miércoles, la Unión Europea anunció un paquete de ayuda para Ucrania por ese mismo valor durante los próximos dos años y en forma de préstamos.

Una misión del Fondo Monetario Internacional que comenzó esta semana y concluirá el 14 de marzo intentará evaluar qué "reformas necesita hacer" Ucrania para que el FMI desembolse un préstamo.

En su conferencia de prensa este martes el presidente Vladimir Putin agregó a este contexto un mensaje enigmático.

"Estaríamos dispuestos a adquirir bonos de Ucrania, pero nuestros socios de Occidente nos pidieron que no lo hiciéramos y que trabajáramos conjuntamente con el FMI para estimular al país", indicó el presidente ruso.


El secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, visitó este martes el centro de Kiev.
"La conferencia de prensa de Putin fue un intento de bajar la tensión. Nada está del todo descartado, pero Putin buscó mostrar que está abierto a una solución pacífica", indicó a BBC Mundo el especialista en temas rusos de la Universidad de Cambridge Alex Pravda.

Mientras se aclaran todas estas variables, la frágil economía mundial observa y espera