El Frente Amplio busca candidatos y no hay margen para heladeras
Por Miguel Arregui
Julio 14, 2018
PERRIER. Mujica agitó el floreo de precandidatos, cuando el predominio de la izquierda ya no es absoluto
El baile de aspiraciones y ofertas se reinició, con enorme entusiasmo, apenas la selección uruguaya quedó fuera de la Copa del Mundo. José Mujica, el caudillo más popular del país y hombre de edad provecta, anunció de nuevo que no competirá. Esta vez le han creído un poco más. Entonces su sector, el MPP, el más votado de la izquierda desde hace casi 15 años, busca alternativas para no padecer un derrumbe.
Mujica, quien revive y se luce en este campo de las maniobras chicas, hizo otro anuncio importante: el MPP no respaldará las aspiraciones presidenciales de Danilo Astori.
El ministro de Economía y Finanzas, de 78 años, ha sido el líder y custodio de la línea económica de la izquierda en el gobierno. Muchos creen que, sin él y su equipo, el Frente Amplio se hubiera desbarrancado por la demagogia, el voluntarismo y la experimentación, como ocurrió con casi todos los ciclos "progresistas" de América Latina.
Astori representa una vida al servicio del Estado, en los más diversos puestos. Es también un antiguo aspirante al trono, aunque con poca fortuna: primero fue desplazado por Tabaré Vázquez, quien lo derrotó en las internas de 1999; y luego por José Mujica, quien lo venció en 2009. Su suerte no será mejor ahora, según parece, cuando no cuenta siquiera con el respaldo completo de sus propios aliados políticos. Astori tiene prestigio entre la opinión moderada pero es demasiado liberal o "socialdemócrata" para los apparatchik: una guardia pretoriana militante que decide candidaturas a través de los partidos y de los enrevesados órganos de la izquierda. Puede parecer ingrato, pero él es la cara del ajuste y el guardián de la bolsa en estos tiempos de vacas flacas.
.Mujica por sí solo es más que el MPP, y una nueva prueba de la importancia de los caudillos en la historia política uruguaya.
Parece que la lucha real finalmente se librará entre el intendente de Montevideo, Daniel Martínez, un socialista moderado favorito en las encuestas, y el candidato que eventualmente proponga el eje MPP-Partido Comunista, que ya impuso a Mujica en 2009. Los comunistas tienen pocos votos pero algunos miles de militantes disciplinados, que al fin pueden ser el fiel de la balanza en negociaciones bajo cuerda y decisiones por "consenso".
No será nada fácil para el MPP suplir a Mujica, quien le garantizó un creciente caudal de votos a partir de la década de 1990 y la mayoría relativa dentro del partido de gobierno. Los intentos de crear liderazgos y candidatos alternativos terminaron en fracasos: el de Ernesto Agazzi en las elecciones internas del Frente Amplio de 2012, el de Alejandro "Pacha" Sánchez en las internas de 2016, o el de Lucía Topolansky en las municipales de Montevideo en 2015.
Mujica por sí solo es más que el MPP, y una nueva prueba de la importancia de los caudillos en la historia política uruguaya.
Mujica alienta la candidatura del ministro de Trabajo, Ernesto Murro, un antiguo maestro afín a los tupamaros, luego dirigente sindical comunista que ahora actúa como independiente, aunque en general muy cercano a los puntos de vista de sus antiguos camaradas.
Figuras de la izquierda con menos arrastre personal reivindican la designación de candidatos por los órganos de la coalición, no por los líderes, aunque luego los designados deban dirimir el pleito en las internas de 2019. Pero muchos ya no creen que ahora se gane detrás de la candidatura de una heladera o un ropero, según la célebre afirmación de Raúl Sendic (h) en julio de 2007. Predomina la convicción de que el Frente Amplio volverá a triunfar, aunque por poco margen y sin mayoría parlamentaria propia, por lo que el candidato importa.
La candidatura a la Vicepresidencia de la República será casi igual de reñida. Es probable que el puesto sea para una mujer, según los vientos ideológicos predominantes. Las más mencionadas son la ministra de Industria, Carolina Cosse, y las senadoras Mónica Xavier y Constanza Moreira.
El panorama en los principales partidos de la oposición es relativamente más claro aunque no muy novedoso. Los blancos siguen encolumnados detrás de Luis Lacalle Pou y Jorge Larrañaga, en tanto un grupo de intendentes coquetea con una tercera opción que no sabe cuál es, ni qué significa en términos ideológicos. (Alguno incluso desempolvó a lord John Maynard Keynes como fuente de inspiración).
Pero muchos ya no creen que ahora se gane detrás de la candidatura de una heladera o un ropero, según la célebre afirmación de Raúl Sendic (h) en julio de 2007
El Partido Colorado, que sufrió un desastre completo a partir de 2004, busca fatigosamente un líder que lo devuelva a la vida. Si no fue Pedro Bordaberry, tal vez pueda serlo el economista Ernesto Talvi, flanqueado por antiguos gladiadores como el ex presidente Julio Sanguinetti o José Amorín Batlle.
Parece una aventura improbable para el viejo partido de gobierno, que ha sido desplazado por el Frente Amplio de sus trincheras en el Estado.