MONTEVIDEO (Uypress)-
21.04.2019
@Nicolás Celaya / adhocFOTOS
El mercado global para los agro negocios sufrió un fuerte cimbronazo a partir de la grave irrupción de fiebre porcina en China, país que es el principal importador global (por lejos) de carnes y soja, y el aumento en su demanda ha sido el dato clave del mercado mundial en los últimos años; lo mismo para Uruguay, según escribe el Ing. Ag. Nicolás Lussich, para El País.
@Nicolás Celaya / adhocFOTOS
El mercado global para los agro negocios sufrió un fuerte cimbronazo a partir de la grave irrupción de fiebre porcina en China, país que es el principal importador global (por lejos) de carnes y soja, y el aumento en su demanda ha sido el dato clave del mercado mundial en los últimos años; lo mismo para Uruguay, según escribe el Ing. Ag. Nicolás Lussich, para El País.
China consume la mitad de la carne porcina que se produce en el mundo, parte propia, parte importada. Es la base de la dieta cárnica y también es una producción clave desde el punto de vista social: decenas de miles de pequeños productores chinos en todo su territorio dependen de la cría y venta de cerdos. Ahora esa producción está en crisis, lo que tiene implicaciones económicas pero también sociales y hasta políticas.
La producción de carne porcina en China podría caer 30% este año, según una reciente estimación del Rabobank (banco holandés especializado en agro negocios). Eso equivale a la producción anual de toda Europa. El consumo estimado de carne de cerdo en China (previo a la epidemia) era 56 millones de toneladas anuales, unos 40 kg/persona/año. En forma preliminar se estima que China debería importar 2 millones de toneladas de carne adicionales para compensar la caída de su producción, pero dado el serio impacto social de la situación, hay dudas sobre las informaciones oficiales, que podrían estar subestimando la real gravedad de la epidemia. Así, el aumento de las importaciones por la crisis sanitaria podría ser aún mayor.
Según el gobierno chino se está dando un descenso de más de 20% en el stock de cerdas de cría en el último año, y la caída puede agudizarse porque aún no se ha logrado controlar el virus. La cría dispersa en múltiples unidades pequeñas, difíciles de aislar y expuestas a recaer en la infección, hacen más difícil el control de una enfermedad para la que no hay vacuna. Además, la fiebre se ha expandido también a granjas más modernas y de mayor escala, agudizando la crisis. La caída en la oferta se haría más notoria a partir de mediados de este año. Se estima que la recomposición del stock puede demorar por lo menos 3 años.
El efecto de la fiebre porcina en China se trasladará a todo el mercado cárnico, incluyendo la carne vacuna, clave para Uruguay. El consumo chino de carne vacuna es 8,6 millones de toneladas anuales unos 6 kg/persona/año. Ya hay operadores en el mercado chino auscultando la forma de captar al menos parte del mercado que deja la carne de cerdo para la carne vacuna. Esta tiene un perfil de valor superior, pero ciertos cortes pueden competir directamente con el cerdo. A su vez, los precios de la carne de cerdo ya han subido 20% en EEUU por esta situación y se espera que eso incida en el resto de las carnes.
Previamente a la epidemia de fiebre porcina, el USDA (Departamento de Agricultura de EEUU) estimaba un aumento anual de las importaciones chinas de carne vacuna de 10%. Sud América es el principal proveedor (80% del total), aunque China rehabilitó recientemente a Francia y el Reino Unido, que habían sido suspendidos por la crisis de la vaca loca. Con la nueva situación, ese porcentaje podría ser bastante mayor.
Momento de definiciones. La fiebre porcina en China llega cuando se están definiendo asuntos relevantes inherentes al mercado cárnico internacional. Por un lado, las permanentes expectativas sobre un posible acuerdo comercial entre China y EE.UU., luego de la "guerra" iniciada por Donald Trump. Al respecto, creo que este asunto no ha hecho más que comenzar: la iniciativa de Trump es de largo plazo e implica desafiar el avance económico chino a varios niveles (geopolítico, tecnológico, comercial). No es un "problema entre amigos" que se resuelva rápido. Aun así, la crisis sanitaria en el rodeo porcino puede llevar a China a revisar algunas decisiones respecto a los productos estadounidenses, pues está precisando más carne en forma urgente.
Asimismo, en otro asunto clave para la ganadería uruguaya, se está a la expectativa de los cambios en la denominada "cuota 481" de la Unión Europea, una cuota clave para la ganadería uruguaya en los últimos años, que permitió colocar hasta 16 mil toneladas anuales en Europa, sin aranceles a muy buenos precios. Establecida para carne producida a corral, implicó -además de un excelente mercado- una forma de acelerar los procesos de producción, viabilizando un aumento en la eficiencia de producción en la cadena cárnica. La cuota surgió de una obligación impuesta a la UE por un fallo de la OMC favorable a EE.UU., en compensación por la negativa europea a importar carne con hormonas de EE.UU. La cuota quedó "abierta" a otros países y Uruguay aprovechó la oportunidad. Pero los EE.UU. -con el giro comercial más agresivo de la presidencia Trump- han reclamado una parte mayor, lo que achicaría sensiblemente el espacio para Uruguay y el resto de los proveedores, aunque todo está aún en proceso de definiciones y no hay mayores detalles oficiales.
En su momento la cuota 481 fue una bendición no buscada pero bien aprovechada. Con la fiebre porcina en China podría suceder lo mismo. A partir de una desgracia terrible para muchos productores chinos, Uruguay puede reafirmar su perfil como proveedor de carne y aumentar aún más las exportaciones al gigante asiático.
Ya se están dando algunos síntomas: los pedidos desde China no han mermado en estos meses, como suele ocurrir estacionalmente; la colocación sigue firme con aumento en los volúmenes y precios sostenidos, con cierta tendencia al alza. China es el principal mercado hoy para la carne vacuna y junto al Nafta son los únicos que están aumentando su demanda (ver cuadro y gráficas).
La crisis de la fiebre porcina reafirmará esta tendencia y aumentará la relevancia de China como mercado de destino para la carne uruguaya; y seguramente motivará un aumento de precios en general en las carnes, en todos los mercados. El aumento de la dependencia de China no es lo ideal, pero es inevitable si se quiere seguir aumentando las colocaciones. Hace no muchos años, China nos compraba principalmente harinas de carne y menudencias. Hoy es destino de todos los tipos de cortes y subproductos, desde menudencias hasta los cortes más valiosos. Y tiene un potencial enorme para crecer.
Contrariamente a lo que sucede con la carne, la fiebre porcina en China está afectando negativamente el precio de la soja, pues se espera que las importaciones del grano oleaginoso se reduzcan, dado que su principal destino es la alimentación animal. La noticia es poco oportuna pues llega justo en momentos en que la región está levantando la cosecha, Uruguay incluido.
La producción de carne porcina en China podría caer 30% este año, según una reciente estimación del Rabobank (banco holandés especializado en agro negocios). Eso equivale a la producción anual de toda Europa. El consumo estimado de carne de cerdo en China (previo a la epidemia) era 56 millones de toneladas anuales, unos 40 kg/persona/año. En forma preliminar se estima que China debería importar 2 millones de toneladas de carne adicionales para compensar la caída de su producción, pero dado el serio impacto social de la situación, hay dudas sobre las informaciones oficiales, que podrían estar subestimando la real gravedad de la epidemia. Así, el aumento de las importaciones por la crisis sanitaria podría ser aún mayor.
Según el gobierno chino se está dando un descenso de más de 20% en el stock de cerdas de cría en el último año, y la caída puede agudizarse porque aún no se ha logrado controlar el virus. La cría dispersa en múltiples unidades pequeñas, difíciles de aislar y expuestas a recaer en la infección, hacen más difícil el control de una enfermedad para la que no hay vacuna. Además, la fiebre se ha expandido también a granjas más modernas y de mayor escala, agudizando la crisis. La caída en la oferta se haría más notoria a partir de mediados de este año. Se estima que la recomposición del stock puede demorar por lo menos 3 años.
El efecto de la fiebre porcina en China se trasladará a todo el mercado cárnico, incluyendo la carne vacuna, clave para Uruguay. El consumo chino de carne vacuna es 8,6 millones de toneladas anuales unos 6 kg/persona/año. Ya hay operadores en el mercado chino auscultando la forma de captar al menos parte del mercado que deja la carne de cerdo para la carne vacuna. Esta tiene un perfil de valor superior, pero ciertos cortes pueden competir directamente con el cerdo. A su vez, los precios de la carne de cerdo ya han subido 20% en EEUU por esta situación y se espera que eso incida en el resto de las carnes.
Previamente a la epidemia de fiebre porcina, el USDA (Departamento de Agricultura de EEUU) estimaba un aumento anual de las importaciones chinas de carne vacuna de 10%. Sud América es el principal proveedor (80% del total), aunque China rehabilitó recientemente a Francia y el Reino Unido, que habían sido suspendidos por la crisis de la vaca loca. Con la nueva situación, ese porcentaje podría ser bastante mayor.
Momento de definiciones. La fiebre porcina en China llega cuando se están definiendo asuntos relevantes inherentes al mercado cárnico internacional. Por un lado, las permanentes expectativas sobre un posible acuerdo comercial entre China y EE.UU., luego de la "guerra" iniciada por Donald Trump. Al respecto, creo que este asunto no ha hecho más que comenzar: la iniciativa de Trump es de largo plazo e implica desafiar el avance económico chino a varios niveles (geopolítico, tecnológico, comercial). No es un "problema entre amigos" que se resuelva rápido. Aun así, la crisis sanitaria en el rodeo porcino puede llevar a China a revisar algunas decisiones respecto a los productos estadounidenses, pues está precisando más carne en forma urgente.
Asimismo, en otro asunto clave para la ganadería uruguaya, se está a la expectativa de los cambios en la denominada "cuota 481" de la Unión Europea, una cuota clave para la ganadería uruguaya en los últimos años, que permitió colocar hasta 16 mil toneladas anuales en Europa, sin aranceles a muy buenos precios. Establecida para carne producida a corral, implicó -además de un excelente mercado- una forma de acelerar los procesos de producción, viabilizando un aumento en la eficiencia de producción en la cadena cárnica. La cuota surgió de una obligación impuesta a la UE por un fallo de la OMC favorable a EE.UU., en compensación por la negativa europea a importar carne con hormonas de EE.UU. La cuota quedó "abierta" a otros países y Uruguay aprovechó la oportunidad. Pero los EE.UU. -con el giro comercial más agresivo de la presidencia Trump- han reclamado una parte mayor, lo que achicaría sensiblemente el espacio para Uruguay y el resto de los proveedores, aunque todo está aún en proceso de definiciones y no hay mayores detalles oficiales.
En su momento la cuota 481 fue una bendición no buscada pero bien aprovechada. Con la fiebre porcina en China podría suceder lo mismo. A partir de una desgracia terrible para muchos productores chinos, Uruguay puede reafirmar su perfil como proveedor de carne y aumentar aún más las exportaciones al gigante asiático.
Ya se están dando algunos síntomas: los pedidos desde China no han mermado en estos meses, como suele ocurrir estacionalmente; la colocación sigue firme con aumento en los volúmenes y precios sostenidos, con cierta tendencia al alza. China es el principal mercado hoy para la carne vacuna y junto al Nafta son los únicos que están aumentando su demanda (ver cuadro y gráficas).
La crisis de la fiebre porcina reafirmará esta tendencia y aumentará la relevancia de China como mercado de destino para la carne uruguaya; y seguramente motivará un aumento de precios en general en las carnes, en todos los mercados. El aumento de la dependencia de China no es lo ideal, pero es inevitable si se quiere seguir aumentando las colocaciones. Hace no muchos años, China nos compraba principalmente harinas de carne y menudencias. Hoy es destino de todos los tipos de cortes y subproductos, desde menudencias hasta los cortes más valiosos. Y tiene un potencial enorme para crecer.
Contrariamente a lo que sucede con la carne, la fiebre porcina en China está afectando negativamente el precio de la soja, pues se espera que las importaciones del grano oleaginoso se reduzcan, dado que su principal destino es la alimentación animal. La noticia es poco oportuna pues llega justo en momentos en que la región está levantando la cosecha, Uruguay incluido.