Por Carlos Noriega
18 de abril de 2019
Alan García durante la campaña presidencial del 2006. Ayer se quitó la vida cuando las autoridades llegaron a su casa a detenerlo. Imagen: AFP
García se suicidó disparándose un tiro en la cabeza cuando las autoridades ingresaron a su casa con una orden de captura por el caso Odebrecht, en el que fue procesado por cobro de coimas.
No soportó ser detenido por cargos de corrupción. El ex presidente Alan García se suicidó de un disparo en la cabeza cuando las autoridades ingresaron a su casa para apresarlo. La orden de detención se dispuso en el marco de las investigaciones judiciales ligadas a la trama de corrupción vinculada a la constructora brasileña Odebrecht. Se trataba de una detención preliminar por diez días, luego de la cual la fiscalía podía haber solicitado su arresto preventivo hasta por tres años mientras se desarrollara el proceso judicial en su contra.
Ayer, poco después de la seis de la mañana, hora local, la policía ingresó a la vivienda del ex jefe de Estado con una orden judicial para detenerlo. García dijo que iba a llamar a su abogado y fue a su cuarto, donde se disparó en la sien izquierda. La bala salió por el lado derecho de la cabeza. Inmediatamente lo llevaron a un centro médico, donde falleció minutos después de las diez de la mañana.
La detención preliminar contra García se ordenó por el supuesto cobro de sobornos a Odebrecht durante su segundo gobierno, entre 2006 y 2011. Se investiga los sobornos pagados durante la gestión de García por la construcción de una línea del Metro de Lima, por la cual funcionarios de Odebrecht han confesado haber pagado 24 millones de dólares en sobornos, y por la construcción de una ruta que une Brasil con la costa peruana, licitación obtenida luego del pago de una coima de 20 millones de dólares al ex presidente Alejandro Toledo (2001-2006) y que fue ejecutada durante la administración de García, período en el cual el precio de la construcción se duplicó.
En los últimos días se conoció, por documentos entregados por Odebrecht en el marco de un acuerdo de colaboración con la Justicia, que el secretario de García cuando éste era presidente, Luis Nava, quien también fue su ministro, habría recibido 4,5 millones de dólares de Odebrecht. Nava recibió ese dinero cuando era secretario del entonces presidente, cargo desde el cual no tenía ninguna función ni poder directo sobre las obras concedidas a Odebrecht, por las cuales la empresa pagó sobornos para ganar las licitaciones y sobrevalorar dichas obras.
Su único poder era su cercanía al presidente. La fiscalía tenía la hipótesis que Nava era en realidad un testaferro e investigaba a García como el posible receptor final de esos sobornos. No era la única investigación judicial contra el fallecido ex presidente.
Documentos de Odebrecht han permitido encontrar un pago oculto de la empresa a García por 100 mil dólares y justificados como retribución a una conferencia del ex presidente. También se investiga el supuesto financiamiento ilegal con 200 mil dólares de la constructora a su campaña electoral.
Junto con la orden de detención a García, se ordenó el arresto de otras ocho personas, entre ellas el secretario Nava y un ministro del gobierno de García.
Cuando en noviembre pasado se dispuso su prohibición de salida del país, García intentó eludir las investigaciones judiciales pidiendo asilo en la embajada de Uruguay, el cual le fue negado. Esta vez, tal vez sintiéndose ya sin salida, optó por el suicidio.
En un mes Alan García iba a cumplir 70 años. En 1985, a los 36 años, se convirtió en el presidente más joven en la historia del país luego de ganar ampliamente las elecciones como candidato del socialdemócrata Partido Aprista.
Su primer gobierno estuvo marcado por la hiperinflación, escándalos de corrupción, el crecimiento de la violencia política interna y violaciones a los derechos humanos en el marco del combate a la subversión armada. Acusado de corrupción al terminar su gestión, se fugó del país. Regresó en 2001 luego que los cargos en su contra prescribieron y en 2006 se convirtió en presidente por segunda vez.
En su segundo gobierno dio un radical giro a la derecha. Esta segunda gestión también estuvo marcada por denuncias de corrupción. En eso no hubo cambios con su primer gobierno. Con muy buenos contactos en el sistema de justicia, tenía fama de intocable. Pero su suerte había comenzado a cambiar con el estallido del escándalo Odebrecht que lo tocó directamente.