19 dic 2021
Imagen ilustrativa / Un bombardero B-52 Stratofortress de la Fuerza Aérea de EE.UU.Foto: Julio Cortez / AP
El Pentágono habría ocultado el número real de víctimas civiles, entre ellos muchos niños, que perdieron la vida durante los ataques aéreos realizados por EE.UU. en Medio Oriente, que fueron señalados por "inteligencia profundamente defectuosa", según una investigación del periódico The New York Times, publicada este sábado, basada en documentos confidenciales que incluyen más de 1.300 informes del organismo.
"Ni un solo registro proporcionado incluye un hallazgo de irregularidades o acción disciplinaria", comunicó el periódico.
El Pentágono habría ocultado el número real de víctimas civiles, entre ellos muchos niños, que perdieron la vida durante los ataques aéreos realizados por EE.UU. en Medio Oriente, que fueron señalados por "inteligencia profundamente defectuosa", según una investigación del periódico The New York Times, publicada este sábado, basada en documentos confidenciales que incluyen más de 1.300 informes del organismo.
"Ni un solo registro proporcionado incluye un hallazgo de irregularidades o acción disciplinaria", comunicó el periódico.
"Ni un solo registro proporcionado incluye un hallazgo de irregularidades o acción disciplinaria", comunicó el medio al describir los ataques librados con bombas de precisión y enfatizando que el número de civiles asesinados fue "profundamente subestimado" y "cientos" de muertes no se habrían reportado por las fuerzas militares estadounidenses. El diario señaló que a día de hoy, es imposible establecer su número exacto.
Los ataques
NYT: El Pentágono ocultó dos ataques aéreos en Siria que causaron decenas de muertos civiles en 2019
En la investigación se menciona el bombardeo del 19 de julio de 2016 que fue realizado por parte de las fuerzas especiales de EE.UU. para neutralizar un grupo del Estado Islámico concentrado en el norte de Siria. De acuerdo a los informes iniciales, los ataques resultaron en la muerte de 85 combatientes, sin embargo, también dejaron sin vida a 120 agricultores y aldeanos.
Asimismo, se habla del ataque que se llevó a cabo en noviembre de 2015 en la ciudad iraquí de Ramadi después de que se reportara la presencia de un hombre que arrastraba "un objeto pesado desconocido" hacia una posición del Estado Islámico. Sin embargo, "el objeto" resultó ser el cadáver de un niño. Uno de los incidentes más recientes fue el ataque con drones perpetrado en agosto de este año por los militares estadounidenses contra un vehículo que supuestamente amenazaba el aeropuerto de Kabul (Afganistán), que mató a 10 civiles, incluidos niños.
El informe de The New York Times señala que a menudo las fallas mortales en los objetivos se atribuyen a imágenes de vigilancia deficientes o inadecuadas. De ese modo, una grabación realizada desde el aire no permite ver a personas dentro de edificios o bajo diferentes cubiertas, asimismo pueden llevar a malinterpretaciones al no poder distingir entre militantes y población civil.
Por su parte, el capitán Bill Urban, el portavoz del Comando Central de EE.UU., señaló que "incluso con la mejor tecnología del mundo, ocurren errores, ya sea por información incompleta o por mala interpretación de la información disponible". "Y tratamos de aprender de esos errores", dijo.
El Pentágono resuelve no imponer castigos a los militares responsables de un ataque con dron que mató en Afganistán a 10 civiles, incluyendo niños
El militar enfatizó que los planificadores de la guerra aérea tratan de realizar su trabajo de la mejor manera posible en condiciones extremadamente difíciles, no obstante, "en muchas situaciones de combate, donde los atacantes enfrentan corrientes de amenazas creíbles y no tienen el lujo del tiempo, la niebla de la guerra puede llevar a decisiones que trágicamente resulten en daños civiles".
Mientras tanto, muchos sobrevivientes de los bombardeos aéreos acaban con discapacitades que requieren un tratamiento costoso que, sin embargo, en pocos casos reciben una ayuda económica.
El Ejército de EE.UU. reconoce haber matado a cientos de civiles durante sus operativos contra supuestos grupos terroristas en Afganistán, Irak, Siria y Somalia en las últimas décadas. Aunque el Pentágono ha aceptado la responsabilidad por algún ataque aéreo o incursión terrestre errados que costaron vidas inocentes, rara vez ha dictado cargos o sanciones contra el personal involucrado.
Una de las excepciones más destacadas en esta tendencia fue la decisión del Departamento de Defensa de EE.UU. de sancionar al menos a una docena de militares por su papel en un ataque aéreo, en octubre de 2015, contra un hospital en Afganistán, que costó la vida a 42 personas. Cabe destacar que a pesar de esa decisión, ninguno de los militares involucrados enfrentó cargos criminales.
En la investigación se menciona el bombardeo del 19 de julio de 2016 que fue realizado por parte de las fuerzas especiales de EE.UU. para neutralizar un grupo del Estado Islámico concentrado en el norte de Siria. De acuerdo a los informes iniciales, los ataques resultaron en la muerte de 85 combatientes, sin embargo, también dejaron sin vida a 120 agricultores y aldeanos.
Asimismo, se habla del ataque que se llevó a cabo en noviembre de 2015 en la ciudad iraquí de Ramadi después de que se reportara la presencia de un hombre que arrastraba "un objeto pesado desconocido" hacia una posición del Estado Islámico. Sin embargo, "el objeto" resultó ser el cadáver de un niño. Uno de los incidentes más recientes fue el ataque con drones perpetrado en agosto de este año por los militares estadounidenses contra un vehículo que supuestamente amenazaba el aeropuerto de Kabul (Afganistán), que mató a 10 civiles, incluidos niños.
El informe de The New York Times señala que a menudo las fallas mortales en los objetivos se atribuyen a imágenes de vigilancia deficientes o inadecuadas. De ese modo, una grabación realizada desde el aire no permite ver a personas dentro de edificios o bajo diferentes cubiertas, asimismo pueden llevar a malinterpretaciones al no poder distingir entre militantes y población civil.
Por su parte, el capitán Bill Urban, el portavoz del Comando Central de EE.UU., señaló que "incluso con la mejor tecnología del mundo, ocurren errores, ya sea por información incompleta o por mala interpretación de la información disponible". "Y tratamos de aprender de esos errores", dijo.
El Pentágono resuelve no imponer castigos a los militares responsables de un ataque con dron que mató en Afganistán a 10 civiles, incluyendo niños
El militar enfatizó que los planificadores de la guerra aérea tratan de realizar su trabajo de la mejor manera posible en condiciones extremadamente difíciles, no obstante, "en muchas situaciones de combate, donde los atacantes enfrentan corrientes de amenazas creíbles y no tienen el lujo del tiempo, la niebla de la guerra puede llevar a decisiones que trágicamente resulten en daños civiles".
Mientras tanto, muchos sobrevivientes de los bombardeos aéreos acaban con discapacitades que requieren un tratamiento costoso que, sin embargo, en pocos casos reciben una ayuda económica.
El Ejército de EE.UU. reconoce haber matado a cientos de civiles durante sus operativos contra supuestos grupos terroristas en Afganistán, Irak, Siria y Somalia en las últimas décadas. Aunque el Pentágono ha aceptado la responsabilidad por algún ataque aéreo o incursión terrestre errados que costaron vidas inocentes, rara vez ha dictado cargos o sanciones contra el personal involucrado.
Una de las excepciones más destacadas en esta tendencia fue la decisión del Departamento de Defensa de EE.UU. de sancionar al menos a una docena de militares por su papel en un ataque aéreo, en octubre de 2015, contra un hospital en Afganistán, que costó la vida a 42 personas. Cabe destacar que a pesar de esa decisión, ninguno de los militares involucrados enfrentó cargos criminales.