5/03/2025

El gobierno de Yamandú Orsi echó para atrás el reconocimiento uruguayo a Edmundo González Urrutia como presidente de Venezuela. Cambió la postura que mantuvo la administración anterior, aunque insistió en que el régimen chavista es una "dictadura" y que el proceso electoral no fue transparente.
El canciller Mario Lubetkin confirmó que, con el cambio de gobierno que se dio el sábado y con la asunción de Yamandú Orsi como presidente, Uruguay ya no reconoce a Edmundo González Urrutia como el presidente de Venezuela; pero que tampoco lo hace con Nicolás Maduro: "Las relaciones entre Uruguay y Venezuela están a cero", afirmó.
La relación con Venezuela era una de las grandes incógnitas que acompañaban al flamante gobierno en la previa de la asunción, y una de las cuestiones que la gestión anterior le criticaba al Frente Amplio (FA): tanto cuando González Urrutia visitó Montevideo y Orsi no se reunió con él, como cuando se envió la invitación al gobierno venezolano para la asunción del frenteamplista —que, finalmente, el entonces presidente Luis Lacalle Pou vetó, junto con las cartas a Cuba y Nicaragua.Informate más
Por ello, las primeras definiciones al respecto por parte del canciller Lubetkin, a horas de que asuma oficialmente sus tareas al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores (MRREE) ya generaron revuelo: el jerarca confirmó al diario El Mundo de España que Uruguay cambió su posición sobre Venezuela y que ya no reconoce ni a Maduro ni a González Urrutia como presidentes electos de ese país.
"Las relaciones entre Uruguay y Venezuela están en cero"
"No reconocemos ni a Maduro ni al presidente que afirmó haber triunfado según las actas que mostró en internet", afirmó Lubetkin en la entrevista, y explicó que el gobierno de Orsi tomó esa decisión "en función de cómo se dio el proceso electoral". "Eso no cambia", aseguró, en relación a las dudas que todavía rodean las elecciones presidenciales que se llevaron a cabo el 28 de julio pasado en Venezuela, las cuales, según el oficialismo de ese país, dieron como ganador al régimen chavista; mientras que, según la oposición, el legítimo ganador fue González Urrutia.
"Tenemos, sí, un problema: las relaciones entre Uruguay y Venezuela están a cero, las embajadas están casi cerradas. ¿Qué hacemos con los miles de uruguayos que están en Venezuela? ¿Quién los protege? Alguien me preguntó si esto significa el restablecimiento de relaciones diplomáticas y mi respuesta es no", añadió el canciller, comenzando a trazar el mapa de tan compleja situación.
Si bien admitió que se trata de "una situación ambigua", afirmó que Uruguay no es "el único país que tiene esa posición".
De todos modos, y más allá de no reconocer a González Urrutia como el presidente venezolano —a diferencia de la postura de la administración anterior—, Lubetkin insistió en que, tal y como ya lo ha expresado Orsi previamente, el régimen de Maduro es una dictadura. "Eso ya lo definió el presidente; él planteó efectivamente el concepto de dictadura y que no podemos reconocer una realidad democrática cuando el proceso electoral no estuvo a la altura de las garantías que nos puede dar un Estado democrático", indicó.
Aunque rechazó la idea de que Venezuela no tenga presidente: "Hay un control preciso del manejo del Estado, de la economía. Eso no significa el reconocimiento".
El rechazo de la oposición
Como era de esperarse, a medida que se fueron difundiendo las declaraciones de Lubetkin respecto a Venezuela, los comentarios desde la oposición no tardaron en llegar. El primero de los que se refirió al cambio de postura de Uruguay fue el senador Javier García, que aspira también a convertirse en el presidente del directorio del Partido Nacional (PN).
En campaña costó, pero el presidente Orsi definió a Maduro como dictador. A 48 hs de asumido, su gobierno toma decisión que legitima al dictador. El peor comienzo internacional. El discurso por un lado, las decisiones por otro. Retroceso democrático.
https://t.co/uPkrhiZhRy— Javier García (@JavierGarcia_Uy) March 4, 2025
"En campaña costó, pero el presidente Orsi definió a Maduro como dictador. A 48 horas de asumido, su gobierno toma decisión que legitima al dictador", escribió en su cuenta de X. "El peor comienzo internacional. El discurso por un lado, las decisiones por otro. Retroceso democrático", añadió, de forma determinante.
En tanto, su par Álvaro Delgado consideró que "dejar de reconocer a Edmundo González como presidente de Venezuela implica un retroceso grave para la democracia, para la imagen y el posicionamiento internacional de Uruguay", para luego manifestar "profundo rechazo a la decisión del nuevo gobierno".
Por su parte, el legislador del Partido Colorado, Andrés Ojeda, aseguró que el actual es "el peor de los mundos para nuestra política exterior". "No defiende ni a uno ni a otro. Se queda en una versión tibia que solo termina siendo servil al régimen de Maduro. Es un paso hacia atrás que mucho le va costar a nuestra política internacional", sentenció.
Manual contra la desinformación y las fake news
Venezuela está siendo nuevamente el epicentro de la ofensiva de la llamada Internacional Fascista en América Latina y el Caribe. La estrategia no es nueva: el plan de ataque contra el gobierno de Hugo Chávez y Nicolás Maduro viene construyendo hace años una matriz de opinión pública basada principalmente en denuncias de supuesto “fraude electoral” y “violación a los derechos humanos” para intentar justificar un nuevo intento de golpe de Estado.
La estrategia del entramado económico-político-mediático-judicial-paramilitar de la ultraderecha es acompañada en el plano internacional por influyentes actores como la OEA, el Departamento de Estado de EEUU, la Unión Europea, la Fundación Libertad, la Red Atlas, Jeff Bezos, Elon Musk y su legión digital, entre otros, quienes en el malgastado nombre de la Democracia, defienden en realidad intereses económicos.
La irrupción en la escena política de movimientos neo reaccionarios y fascistas, decididos a barrer con cualquier vestigio de aquellos proyectos populares que pusieron a disposición del pueblo los bienes comunes, resulta un factor clave para comprender lo que está en juego cuando se habla de controlar el territorio venezolano.
Estos movimientos se encuentran acompañados de nuevos mecanismos para la producción y la realización del poder. La guerra cognitiva, la ciberguerra y la utilización de los nuevos medios de elaboración de sentido común que son las redes sociales, se han puesto al servicio de los llamados “golpes blandos” o institucionales. El capitalismo digital pone en cuestión la caracterización de la lucha política y las disputas de poder tal como las conocíamos antaño. La manipulación de las mentes como blanco de guerra, ha pasado a ser un elemento decisivo que se complementa con golpes tradicionales en los que participan las fuerzas armadas o fuerzas irregulares, sumando la manipulación de mecanismos judiciales, constitucionales y electorales.
La identificación de Elon Musk, Jeff Bezos y Mark Zuckerberg como “archienemigos” de la revolución bolivariana, da cuenta de la emergencia de una nueva personificación social dentro de la disputa imperialista, que pugna por el control social, político y territorial en pos de la apropiación de las riquezas socialmente producida, y el empobrecimiento de la región para garantizar el avance hacia una nueva fase capitalista.
Venezuela no solo controla la mayor reserva de petróleo convencional del mundo, sino que también se encuentra en un punto crucial para las rutas marítimas y aéreas que conectan América del Norte, América del Sur, Europa y el Caribe.
Además de su posición geográfica y su reserva hidrocarburífera, Venezuela posee una enorme reserva de coltán, el denominado “oro azul”, demandado por las industrias tecnológicas para la fabricación de chips, baterías, teléfonos inteligentes, computadoras y demás dispositivos electrónicos. Por otro lado, es la sexta reserva de gas natural mundial, la décima en diamantes, la mayor reserva de oro en todo el continente americano, además de tener grandes reservas de biodiversidad, así como de hierro y otros cuarenta recursos minerales.
Por fuera de los vastos recursos que posee el territorio bolivariano, es importante mencionar el proyecto democrático, basado en el poder popular que allí se abre paso y que ha resistido por años el ataque económico, militar y político del proyecto neo colonial dominante.
Es en este contexto geopolítico que durante el último semestre del año una poderosa maquinaria mediática, digital, política y militar se puso en marcha para deslegitimar los resultados del proceso electoral venezolano, sin éxito.
En el marco de la asunción de Nicolás Maduro como presidente, es previsible un aumento de las campañas de desinformación dirigidas a desacreditar su gobierno y generar confusión entre la población.
Mucho hemos aprendido de la actuación del pueblo bolivariano durante el Golpe de Estado orquestado a través de la mentira y la manipulación mediática, en la gesta de aquel 13 de abril de 2002.
De esos aprendizajes y del diagnóstico del armamento que trae consigo una nueva fase digitalizada del capitalismo, surge este manual, diseñado para proporcionar herramientas específicas que permitan comprender, identificar, combatir y contrarrestar estas campañas, con enfoque en la organización de una milicia digital.
El presente manual fue realizado por los equipos de NODAL, bajo la dirección de Paula Giménez. Director de investigación: Lucas Aguilera. Coordinadores del “Manual contra la desinformación y las fake news”: Emilia Trabucco y Matías Caciabue.
La irrupción en la escena política de movimientos neo reaccionarios y fascistas, decididos a barrer con cualquier vestigio de aquellos proyectos populares que pusieron a disposición del pueblo los bienes comunes, resulta un factor clave para comprender lo que está en juego cuando se habla de controlar el territorio venezolano.
Estos movimientos se encuentran acompañados de nuevos mecanismos para la producción y la realización del poder. La guerra cognitiva, la ciberguerra y la utilización de los nuevos medios de elaboración de sentido común que son las redes sociales, se han puesto al servicio de los llamados “golpes blandos” o institucionales. El capitalismo digital pone en cuestión la caracterización de la lucha política y las disputas de poder tal como las conocíamos antaño. La manipulación de las mentes como blanco de guerra, ha pasado a ser un elemento decisivo que se complementa con golpes tradicionales en los que participan las fuerzas armadas o fuerzas irregulares, sumando la manipulación de mecanismos judiciales, constitucionales y electorales.
La identificación de Elon Musk, Jeff Bezos y Mark Zuckerberg como “archienemigos” de la revolución bolivariana, da cuenta de la emergencia de una nueva personificación social dentro de la disputa imperialista, que pugna por el control social, político y territorial en pos de la apropiación de las riquezas socialmente producida, y el empobrecimiento de la región para garantizar el avance hacia una nueva fase capitalista.
Venezuela no solo controla la mayor reserva de petróleo convencional del mundo, sino que también se encuentra en un punto crucial para las rutas marítimas y aéreas que conectan América del Norte, América del Sur, Europa y el Caribe.
Además de su posición geográfica y su reserva hidrocarburífera, Venezuela posee una enorme reserva de coltán, el denominado “oro azul”, demandado por las industrias tecnológicas para la fabricación de chips, baterías, teléfonos inteligentes, computadoras y demás dispositivos electrónicos. Por otro lado, es la sexta reserva de gas natural mundial, la décima en diamantes, la mayor reserva de oro en todo el continente americano, además de tener grandes reservas de biodiversidad, así como de hierro y otros cuarenta recursos minerales.
Por fuera de los vastos recursos que posee el territorio bolivariano, es importante mencionar el proyecto democrático, basado en el poder popular que allí se abre paso y que ha resistido por años el ataque económico, militar y político del proyecto neo colonial dominante.
Es en este contexto geopolítico que durante el último semestre del año una poderosa maquinaria mediática, digital, política y militar se puso en marcha para deslegitimar los resultados del proceso electoral venezolano, sin éxito.
En el marco de la asunción de Nicolás Maduro como presidente, es previsible un aumento de las campañas de desinformación dirigidas a desacreditar su gobierno y generar confusión entre la población.
Mucho hemos aprendido de la actuación del pueblo bolivariano durante el Golpe de Estado orquestado a través de la mentira y la manipulación mediática, en la gesta de aquel 13 de abril de 2002.
De esos aprendizajes y del diagnóstico del armamento que trae consigo una nueva fase digitalizada del capitalismo, surge este manual, diseñado para proporcionar herramientas específicas que permitan comprender, identificar, combatir y contrarrestar estas campañas, con enfoque en la organización de una milicia digital.
El presente manual fue realizado por los equipos de NODAL, bajo la dirección de Paula Giménez. Director de investigación: Lucas Aguilera. Coordinadores del “Manual contra la desinformación y las fake news”: Emilia Trabucco y Matías Caciabue.