12 may 2015

CARRIO Y LAS CONSPIRACIONES

 LAS MOTIVACIONES MAS PROFUNDAS

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Las últimas denuncias de Elisa Carrió sobre la muerte del fiscal Natalio Alberto Nisman y el ex jefe de gabinete Juan Manuel Abal Medida evocan un fantástico episodio olvidado de la crisis de 2001.
 Por Horacio Verbitsky

Un domingo de julio de 2001, Elisa Carrió me llamó por teléfono y me dijo que debía verme con urgencia. Integraba la comisión parlamentaria sobre lavado de dinero y me había hecho algunas consultas sobre la información que recibía. Llegó a mi casa cerca de las once de la noche, en compañía de Leandro Despouy. Estaba muy excitada porque había descubierto varias cuentas en guaridas fiscales compartidas por Carlos Menem, Ramón Hernández, David Mulford y Domingo Cavallo. Los documentos probatorios que me mostró llevaban el sello de un organismo denominado MIGA y me dijo que se los había entregado el coronel de las Naciones Unidas Daniel Díaz Droulhon, con acceso a las bases de datos de inteligencia financiera de la organización mundial, que contienen información confidencial sobre cuentas secretas y sociedades de cobertura. Para acceder a las bases, este hombre viajaba a Montevideo, con pasajes y estadía pagados por Carrió. Les dije que desde la fuente hasta la documentación y la mera existencia de las cuentas compartidas con el nombre de sus titulares me parecían inverosímiles. Despouy permaneció en prudente silencio. Prometí profundizar el análisis y en agosto le entregué mis conclusiones a Carrió.
1. Encontré en mi archivo la minuta sobre una visita que Díaz Droulhon realizó en 1997 a mi oficina, donde lo atendió mi colaboradora Lilia Ferreyra, la viuda de Rodolfo Walsh. DD se atribuyó una cantidad descomunal de títulos y actividades, con gobiernos, fuerzas de seguridad y organismos internacionales y dijo que trabajaba para una “fuerza de protección de Naciones Unidas que integran los servicios de Estados Unidos, ingleses, alemanes, franceses, rusos, de Arabia Saudita y el Mossad (sic), para realizar una tarea de inteligencia informática”. Narró una “guerra internacional entre el Opus Dei y el sionismo, con componentes de narcotráfico” (sic), que se proponían “la desestabilización económica del país para que en algún momento apareciera el salvador de la patria. Manejaban bonos de la islas Caimán”. Le encomendaron la Operación Libanian Horse, para la que viajó a Paraguay, donde “logró entrar a la base de datos de los fedayines. Tenían tres códigos en clave. Descubrió la clave: Alfil 7equs3”. Por Cavallo, agregó, insinuante. Mi evaluación fue: Delirios y Basura.
2. Verifiqué que MIGA es la sigla en inglés del Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones, que facilita garantías a empresas que desean invertir en países de economías de alto riesgo o afectadas por un conflicto.
3. Consulté con Jack Blum, el mayor experto mundial en lavado de dinero, asesor del Poder Ejecutivo y del Senado de su país, a quien había conocido en Washington durante un encuentro del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación. Me contestó en forma categórica que son los países y no las Naciones Unidas los que tienen unidades de reunión de inteligencia financiera. La del Tesoro de los Estados Unidos es el FINCEN (la sigla en inglés de la Red de Control de Delitos Financieros). De paso me regaló este pronóstico: “La Argentina está al borde del default. Y aunque no defaulteara, la comunidad internacional pedirá que los argentinos soporten un precio demasiado alto por un rescate. En mi opinión, quienes deberían pagar son los que saquearon el país y se llevaron la plata offshore y quienes manejaron el mercado de la deuda externa argentina”.
4. También consulté a Tex Harris, por entonces secretario general de la Asociación del Personal Diplomático de su país. Nunca había oído nombrar al World Diplomat Council, que DD invocaba, y dijo que le sonaba a pantalla de otra cosa.
5. Una vez que le comuniqué a Carrió esas primeras averiguaciones, los informes de DD dejaron de originarse en el MIGA y empezaron a llegar con sello del FINCEN. Le advertí que ese sello estaba tomado de Internet, lo cual se verifica porque en uno de los documentos decía “Inside Fincen”, que es donde hay que cliquear para entrar en la página de ese organismo.
6. Luego accedí a uno de los expedientes judiciales, en los cuales DD fue procesado por estafa. Consistía en presentar grandes proyectos con aval de Menem o de Naciones Unidas y pedir dinero para empezar, hasta que llegaran las partidas del Sistema de Naciones Unidas. Uno de los testigos declara que DD “no pertenecía a Naciones Unidas y que anteriormente había dejado un tendal de gente estafada”. Los proyectos recorrían un amplio espectro, desde informática hasta televisión satelital y reciclaje de residuos alimenticios. El expediente de la causa 21.272/95 del juzgado de instrucción 31, secretaría 119, consigna que en el momento de su detención, por pagar cuentas propias con cheques ajenos que le había hecho firmar en blanco a un socio, tenía un carnet de las Naciones Unidas. Según el comisario Aldo Silva, jefe de Defraudaciones y Estafas, la credencial era apócrifa, hecha en una computadora normal, en papel común, plastificada en el boliche de la esquina y sin bandas de seguridad. También le encontraron tarjetas personales de Seven Stars Group, “ente consultor de las Naciones Unidas”. En su declaración indagatoria dijo que usaba la credencial para hacerle creer a su concubina que debía partir en misión de Naciones Unidas y así “tener una excusa para ausentarme de mi hogar y estar con mi hija” y su exposa. Confesó que la ropa para la foto de coronel la adquirió en la tienda “Rezago”, de Morón. Funcionarios de Naciones Unidas dictaminaron que las credenciales eran “a simple vista apócrifas” y que el uniforme y la gorra “no corresponden a los de las fuerzas de paz, cuyos oficiales jefes no usan gorra sino boina”. Entre los elementos secuestrados se encontraron el papel y el software de computación con el que confeccionó las credenciales y un sello de goma de las Naciones Unidas. Al dictarle la falta de mérito, el juez Francisco Trovato dijo que las credenciales falsas servían para “teatralizar con eficacia la mise en scène característica de las defraudaciones”, eran “un puro artificio, originado en la capacidad creativa del imputado”, pero que “al no corresponderse en lo más mínimo con las legítimamente expedidas por la ONU, aparecen como grosero remedo de las mismas, inhábiles per se para engañar a cualquier persona avisada”. El juez arriesga una hipótesis: además de estafar, las usaba por “motivaciones más profundas”, visibles en sus “afirmaciones mito y megalomaníacas”.
Carrió me agradeció que hubiera desenmascarado al fabulador y me olvidé del tema, hasta que leí en los diarios que se había presentado con esos documentos ante el fiscal Carlos Stornelli, quien inició una causa con ellos. Cuando le pregunté por qué lo había hecho si ya sabía que eran falsos, me respondió que como funcionaria tenía la obligación de denunciar y que las precisiones sobre los hechos correspondían a la justicia. No hablé con ella desde aquel día. La primera vez que recordé el episodio fue en febrero de 2010, cuando DD fue detenido por actuar como falso perito en el triple crimen de la planta transmisora de la Policía Bonaerense en Arana. Cuando lo capturaron estaba prófugo en otras seis causas. Volví a evocarlo en estos días, cuando Carrió le explicó a la fiscal Viviana Fein la conspiración entre los ayatolas iraníes, el gobierno de Venezuela, la SIDE y el general Milani para asesinar al fiscal Nisman, y al leer el desopilante reportaje de Hugo Alconada Mon, quien se limitó a hacerle preguntas y dejar que la autodenominada tribuna de la plebe se explayara en las respuestas sin interrumpirla. ¡Qué aburrida sería la política argentina sin este extraordinario personaje!
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Colombia desacata una posición esgrimida por Washington

Presidente Santos ordena suspender las fumigaciones con glifosato

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El presidente Juan Manuel Santos anunció que le pedirá al Consejo Nacional de Estupefacientes que en su próxima reunión ordene la suspensión del uso de glifosato para las aspersiones de cultivos ilícitos.
Santos advirtió al respecto que la suspensión de las aspersiones “en ninguna forma es una señal de que el Gobierno Nacional esté disminuyendo la intensidad de su lucha en contra del narcotráfico”.
Durante la entrega de nuevos equipos a la Dirección Nacional de Bomberos en la capital del país, el mandatario explicó que la decisión de suspender las aspersiones con glifosato acoge el “mandato de la Corte Constitucional para proteger la salud de los colombianos y para buscar formas más eficaces, pero menos dañinas en la lucha contra los cultivos ilícitos”.
Agregó Santos que lo que le ha dicho tanto al ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, como al director de la Policía, general Rodolfo Palomino, y en general, a todas las autoridades, es que se deben aumentar “nuestros esfuerzos en el resto de las cadenas y mejorar ese eslabón que tiene que ver con el cultivo de la hoja de coca y también de la marihuana”.
Además, el presidente puso de presente la existencia de estudios que desvirtúan la eficacia del glifosato para la erradicación de los cultivos ilícitos: “la eficacia del uso del glifosato está también en tela de juicio. Hay muchos estudios que señalan que no es tan eficaz como mucha gente dice”.
Y concluyó que los propios narcotraficantes se han encargado de buscar formas para protegerse de las aspersiones del químico.
Fórmulas alternativas en la política antidrogas. “(Los países) se están dando cuenta que tenemos que repensar esta lucha contra las drogas”, dijo el presidente Santos, abriendo la puerta a “estudiar fórmulas alternativas” en la política antidrogas como la legalización de la marihuana, una opción que según el mandatario es cada vez “mejor aceptada” por los países de la región.
Por su parte el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, respaldó la decisión del presidente y aseguró que desde el Gobierno “se tiene el compromiso de combatir el narcotráfico pero bajo la premisa de la protección del medio ambiente y la salud de las personas”.
Reacciones
“Es el golpe de gracia para la muerte definitiva de la política contra los cultivos ilícitos, como dice el adagio popular, de culipronto porque esto es un compromiso que tiene el Gobierno con las Farc en la mesa de La Habana” – Alejandro Ordóñez, Procurador.
“Gobierno anuncia lo anticipado, sin remplazo para el glifosato suspenden fumigación y avanzan los cultivos ilícitos” – Álvaro Uribe, senador Centro Democrático.
“Estas decisiones le corresponden únicamente al Gobierno de Colombia, seguiremos apoyando la lucha antidrogas”- Kevin Whitaker embajador de EE.UU.
“A los que les gusta el glifosato, no les importa que mueran campesinos; igual a los que les gusta la guerra” – Armando Benedetti senador de La U.
“No usar glifosfato y suspender las fumigaciones es un salto en la defensa de los derechos ambientales a la salud y a la vida”- Jorge Ospina, senador Alianza Verde

Glifosato, ¿y ahora qué viene?

Tras semanas de incertidumbre, el presidente Juan Manuel Santos anunció que le pedirá al Consejo Nacional de Estupefacientes que en su próxima reunión, que se celebrará el próximo jueves, tome la decisión de suspender el uso del glifosato en las aspersiones contra los cultivos ilícitos. La afirmación del  primer mandatario se da  luego de que el Ministerio de Salud elevara esa solicitud, acatando un concepto de la Organización Mundial de la Salud que alerta sobre los riesgos cancerígenos de ese herbicida. Ahora, se abren nuevos debates sobre el papel del Consejo, los cambios de estrategia que deberá implementar el Estado en su lucha antidrogas y el futuro de la ayuda financiera estadounidense.
Aunque hay quienes insisten en que el presidente está facultado para suspender las aspersiones, Santos decidió pasar la discusión por el Consejo de Estupefacientes. Allí, además del Ejecutivo, participan representantes de la Fiscalía y la Procuraduría. Quienes conocen el Consejo dan por hecho  que los representantes del Gobierno y el fiscal apoyarán la suspensión de  las fumigaciones, mientras el Ministerio Público expresará su rotundo rechazo a la iniciativa. Es decir, habrá mayorías, pero no consenso.
Más allá de que haya o no consenso, otro de los problemas que implica pasar por el Consejo es que su legitimidad para tomar estas decisiones ha sido cuestionada. Por ejemplo, tras intervenciones que ha hecho para restringir la comercialización de precursores químicos útiles en la producción de drogas, sus conceptos han sido demandados, pues, consideran algunos abogados, sus competencias, atribuidas antes de la Constitución de 1991, riñen con disposiciones de la propia Carta. Pleitos que están por dirimirse.
De otro lado, está el debate sobre el futuro de la lucha antidrogas. Aunque Santos anunció “un período de transición (para la eliminación de las fumigaciones) que no puede ir más allá del 1° de octubre”, fuentes del alto gobierno dicen  que ya se están tomando medidas para repotenciar  instrumentos como la erradicación manual. Una muestra de ello es el manual que expidió la Unidad de Consolidación Territorial para “profesionalizar” los equipos móviles de erradicación y tecnificar medidas de seguridad para sus operaciones en campo.
Sin embargo, en el mismo Ejecutivo ya hay debates sobre este manual que fue revelado el pasado miércoles por este diario. En sectores cercanos al Ministerio de Defensa se habla de que podría resultar inefectivo, pues, si bien habla de disposiciones tácticas para las Fuerzas Militares y de Policía, éstas no se integran con la estrategia de las tropas en el marco del conflicto. Es decir, no hay herramientas para que la erradicación manual no se cruce o termine siendo ineficaz por no estar integradas con la conducción de la guerra.
Aseguran las mismas fuentes que, de darse la eliminación de las fumigaciones, el principal reto está en zonas donde el acceso para erradicadores es imposible. En ese sentido, proponen en el Mindefensa que, además de sumar recursos, personal y decisión política a la erradicación manual, se diseñen mecanismos para intervenir eficazmente el comercio de químicos utilizados en la producción, especialmente, de cocaína y fortalecer medidas judiciales contra los eslabones medios de la cadena del narcotráfico.
El otro debate tiene que ver con Estados Unidos. Aseguran analistas que, de eliminar las fumigaciones, sería la primera vez que, en el marco de la guerra contra las drogas, Colombia desacata una posición esgrimida por Washington. William Brownfield, subsecretario de Estado para Antinarcóticos y Seguridad, y exembajador en Colombia, ha defendido el uso del glifosato, “más aún”, cuando se ha evidenciado un incremento en el número de hectáreas cultivadas con coca.
No obstante, existe una suerte de doble discurso en los portavoces de EE.UU. El embajador en Bogotá, Kevin Whitaker, ha dicho que su gobierno respeta la autonomía de Colombia y que la cooperación en la lucha antidrogas no está en discusión. Incluso, ha trascendido que esta última posición será la que se impondrá. La esperanza de darle fin al conflicto armado, y los acuerdos con las Farc para hacer de las fumigaciones “la última herramienta” contra los cultivos, al parecer, son variables tenidas en cuenta, tanto como la defensa que ha hecho ese gobierno del glifosato para un país que, hoy, es el único que asperja para combatir las drogas.

Voto cantado

Periódico La Diaria, Uruguay

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El Frente Amplio (FA)perdió el gobierno de Maldonado y Artigas, pero ganó las intendencias de Salto, Paysandú y Río Negro. Los blancos recuperaron los dos departamentos perdidos por el FA, pero se debilitaron en el litoral del país (no renovaron en Paysandú y Río Negro). Mientras, el Partido Colorado (PC) se debilitó aún más y no logro retener la Intendencia de Salto. Desde el final de la jornada electoral de ayer ya estaban a la vista algunos resultados de gran relevancia, útiles para comprender el período iniciado en octubre de 2004, cuando el Frente Amplio (FA) ganó por primera vez la presidencia de la República.
En escala nacional el predominio del FA se ha expresado en estos 11 años mediante tres victorias sucesivas con mayoría parlamentaria propia, mientras que el Partido Nacional (PN) ha permanecido en el segundo lugar, lejos del primero, y el Partido Colorado (PC) en el tercer puesto, a gran distancia de los blancos y en sus niveles históricamente más bajos. Este panorama también se ha mantenido estable si sumamos los votos para cada partido en las elecciones departamentales, pero éstas presentan características propias y distintas de las nacionales, y esto se ha hecho más visible desde la separación de ambas en el tiempo, que se definió en la reforma constitucional de 1996 y se llevó a la práctica por primera vez en 1999 y 2000.
Sin embargo, es preciso ser muy cauteloso ante la tentación de generalizar sobre las reglas de juego en las departamentales, que no son una elección dividida en 19 partes sino 19 elecciones distintas, cada una con sus particularidades. Parece claro, sí, que la diferencia de escala montevideana determina un comportamiento de la ciudadanía más vinculado con opciones ideológicas y adhesiones partidarias que en el resto de los departamentos. En circunstancias muy particulares como las de la elección de 2010, un considerable porcentaje de los votantes de Montevideo se expresaron como frenteamplistas descontentos, pero sin que el descontento les quitara el frenteamplismo: no votaron a la candidata del FA, pero tampoco se inclinaron por los de otros partidos (y, a primera vista, parece sensato pensar que ayer la mayor parte de esos descontentos volvió a votar a alguno de los candidatos frenteamplistas).
Balotajes y aportes
Otro rasgo general claro es que, fuera de Montevideo, el FA suele lograr un respaldo a sus candidaturas departamentales menor que el de sus candidatos a la presidencia. En octubre de 2009 los frenteamplistas triunfaron en 11 departamentos (sólo perdieron con el Partido Nacional en Tacuarembó, Treinta y Tres, Durazno, Lavalleja y Flores), y en mayo de 2010, en cinco; en octubre del año pasado ganaron en 14 departamentos, y ayer seguramente en bastantes menos.
No sería sensato explicar a partir de un sola razón -y sin profundizar en particularidades- por qué se producen esas diferencias, pero sí es posible detallar situaciones que tienden a repetirse en diferentes lugares.
• Muchas elecciones departamentales se han convertido, en los hechos, en una especie de balotaje, con la consecuencia de que muchos votantes definen su opción pensando, más que en la calidad de la propuesta de un candidato, en sus posibilidades de ganar (o de “evitar el triunfo” del adversario frenteamplista). Esto tiene algún antecedente en mayo de 2010, en los acuerdos entre blancos y colorados en Salto y Paysandú, que resultaron clave para los triunfos de Germán Coutinho y Bertil Bentos. La generalización de este fenómeno tiene una primera consecuencia: el desplome del PC en casi todo el país, con la excepción de Rivera y Salto. Ahora el corrimiento de votos colorados hacia candidatos blancos “con chances” le complicó la campaña al FA en muchos departamentos, incluso en aquellos en los que había resultado ganador en octubre de 2014.
El FA tiene problemas para construir liderazgos regionales fuertes. Hay excepciones, como Marcos Carámbula en Canelones, Óscar de los Santos en Maldonado o Artigas Barrios (y ahora Aníbal Pereyra) en Rocha, pero en el resto del país no es tan sencillo identificar figuras de peso que tengan votos propios. En el litoral, en este ciclo electoral surgen señales de que eso está cambiando(con las victorias de Óscar Terzaghi en Río Negro o de Andrés Lima en Salto), pero en el resto del país el panorama es incierto y eso incide para que el FA tenga problemas para mantener a nivel local los buenos resultados de las nacionales.
• El aporte de los diputados no parece ser muy significativo para las instancias departamentales. Salvo excepciones, da la impresión de que un número importante de los legisladores frenteamplistas del interior obtienen sus bancas más por el arrastre de los votos de las figuras nacionales (basta pensar en el fenómeno de José Mujica) que por su propio peso político.
Esto podría decirse tanto de aquellos que fueron electos en octubre como de los diputados salientes. Entre los primeros, puede resultar válida la excusa de ser “recién llegados”, que en los hechos implicó, en algunos departamentos, que el desgaste mayor de la campaña recayera en los candidatos a alcaldes y aspirantes a ediles. Pero tampoco se notaron grandes contribuciones de quienes ya habían completado un ciclo parlamentario, quizá porque éste no necesariamente los convirtió en referentes políticos de sus departamentos. Para decirlo más claro: en Uruguay es posible ser diputado cinco años y pasar bastante inadvertido. Sin embargo, en esto también hay excepciones y nuevas señales. Hasta ahora, y desde el triunfo de Tabaré Vázquez en 1989, ninguno de los 12 intendentes que tuvo el FA había sido antes legislador; pero esa tendencia cambia con el triunfo confirmado del ex senador Daniel Martínez en Montevideo, al que podrían sumarse los ex diputados Pereyra en Rocha y Lima en Salto.
• Las metidas de pata también juegan un papel importante. Es evidente que las pujas entre sectores frenteamplistas pueden incidir negativamente en los resultados electorales. Se habló mucho de los errores que cometió el FA para definir su candidatura de 2010 en Montevideo, pero eso dejó en un segundo plano cuánto incidieron las luchas intestinas y los perfilismos en las derrotas de ese año en Florida, Paysandú, Salto y Treinta y Tres. Y ahora volvió a equivocarse en otros lugares. En San José, por ejemplo, fueron visibles las dificultades para proclamar la candidatura única de Walter Oliveira, y resulta difícil separar ese proceso de la caída desde octubre (cuando el FA había ganado con 44,8% frente a 36,2% del PN).
• El PN sabe jugar en estas canchas, se siente cómodo y demostró que puede dar vuelta más de una contienda. Tiene aparatos partidarios departamentales y mecanismos muy aceitados, que se ponen en funcionamiento sobre todo en dos instancias: las internas de junio -cuando se deciden los lugares en las listas- y las departamentales de mayo. En algunos casos -Colonia quizá sea el ejemplo más claro- capitalizó positivamente sus disputas internas, aplicando una fórmula que le está dando resultado al FA a nivel nacional (aquello de ser oposición y gobierno al mismo tiempo).
Grandes relatos
Volviendo a las características generales del período 2004-2015, es claro que la novedad más relevante de las departamentales que acaban de realizarse (y quizá también la más relevante en estos 11 años) fue que la mayoría de los dirigentes blancos y colorados, alentados por experiencias ya mencionadas de 2010, decidieron formalizar una coalición en Montevideo, el Partido de la Concertación (PdlC). La esperanza explícita era que el descontento acumulado en cinco períodos de gobierno frenteamplista les permitiera potenciar el desempeño opositor, disputar la intendencia y abrir paso a la expansión de esa experiencia inédita, en otros departamentos y eventualmente a escala nacional. Pero el resultado estuvo muy lejos de las expectativas.
Aunque Edgardo Novick haya afirmado anoche que “casi la mitad de los montevideanos” respaldó a esa coalición, los números dicen otra cosa: 35% es bastante menos que 50%, y constituye, además, una proporción del total menor que la suma de blancos y colorados en las elecciones anteriores,que fue casi 38%. Se puede plantear que los resultados no son del todo comparables porque en esta ocasión el FA, en vez de mantener su tradición histórica de candidatura única, decidió acogerse a los beneficios de la “ley de lemas” con tres postulaciones, pero de todos modos es obvio que el experimento salió mal, y que además les trajo a los coaligados un problema nuevo e importante.
Novick fue, por lejos, el candidato más votado del PdlC, con casi el doble de votos que el blanco Álvaro Garcé y casi diez veces más que el colorado Ricardo Racchetti. En las previsiones previas, la postulación de un tercer candidato “independiente” en el marco de la Concertación iba a servir para ampliar y potenciar la convocatoria del nuevo partido. En la realidad, el hecho de que el PdlC no haya logrado mejorar la votación en 2010 de sus partes parece darle la razón a Pedro Bordaberry en su apreciación de que Novick no traía “votos de afuera”. Pero es probable que Bordaberry se haya quedado corto al señalar que ese apoyo “de adentro” era básicamente colorado: si bien es evidente el agrupamiento tras Novick de varias fracciones procedentes del pachequismo, que se ubicaron muy bien en las candidaturas a la Junta Departamental montevideana, los números disponibles sugieren que también pudo haber logrado apoyo de unos cuantos votantes afines al PN.
Hay un par de complicaciones adicionales para colorados y blancos: por un lado, en el terreno ideológico, el perfil mostrado por Novick en su campaña no se aleja demasiado de lo que esos partidos llaman “populismo” cuando se refieren a los frenteamplistas; por otro, en el terreno estrictamente político-electoral, el estilo “palo y palo” contra el FA de Novick (incluso anoche, al aceptar la derrota), parece haber sido redituable entre quienes ya tenían definida su posición, pero no ayuda en lo más mínimo a conquistar el tipo de votantes (llamémosles “moderados”, “centristas” o “con mentalidad de clase media”) que necesitan blancos y colorados para acercarse a ser una opción de gobierno en Montevideo.
Del lado del FA, por el contrario, da la impresión de que la candidatura de Martínez no sólo fue atractiva entre ese tipo de votantes, sino que además queda en tela de juicio cierto relato de la historia política reciente, según el cual el centro de gravedad del electorado frenteamplista se había desplazado hacia sectores populares pobres, con creciente autoconciencia política y representados por el MPP. Los resultados parecen sugerir que el centro de gravedad sigue correspondiendo ideológicamente a una configuración más cercana a “la clase media progresista”, que prefiere a Martínez si la alternativa es Lucía Topolansky. De todos modos, es posible que la candidatura de Topolansky haya retenido dentro del FA a votantes que, si el único candidato hubiera sido Martínez, podrían haber sido atraídos por Novick. Pero también parece que el FA ha cambiado menos de lo que se preveía.

Uruguay busca nuevos horizontes

Por Agustín Lewit

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Además de la campaña por las elecciones departamentales, el escenario político uruguayo se vio afectado en las últimas semanas por el comienzo del tratamiento formal de la posible adhesión del país al Acuerdo sobre Comercio de Servicios (TISA, por sus siglas en inglés), lo que despertó el alerta en algunos sectores sociales y amenaza con ser una fuente de discordia al interior del propio Frente Amplio.
En resumidas cuentas, el TISA es un tratado multilateral que promueve la apertura y liberalización del comercio de servicios, asegurando, entre otras cosas, que las empresas extranjeras obtengan el mismo trato que las nacionales e imponiendo, además, fuertes límites a la capacidad regulatoria de los Estados. El acuerdo fue impulsado en 2012 por algunos miembros de la Organización Mundial del Comercio –con EE.UU. y la Unión Europea a la cabeza (ambos, principales exportadores de servicios)– y cuenta ya con la adhesión de más de 24 Estados, entre los cuales también están Japón, Israel y –más cerca– los cuatros miembros de la Alianza del Pacífico: Chile, Perú, Colombia y México.
Como es de suponer, detrás de los países promotores está la presión de poderosas corporaciones internacionales del sector financiero, energético y de telecomunicaciones, entre otras, que ven en el TISA una jugosa herramienta para acceder con excelentes condiciones a lugares donde hoy no pueden o se les complica operar. Los servicios sobre los cuales aplicará el convenio componen un amplio arco que incluye desde el transporte hasta el sector financiero, pasando por la industria energética, el ocio, la salud y la educación.
De acuerdo a lo poco que ha trascendido, una vez adentro cada país podrá decidir qué servicios liberar, argumento con el que muchos gobiernos intentan conjurar las voces críticas que vaticinan una extranjerización masiva de las economías. Los funcionarios uruguayos no han sido la excepción y han aclarado que el país no renunciará al monopolio que detenta tanto en la telefonía como en la refinación de combustible. Sin embargo, se sabe: en este tipo de convenios, los gobiernos –sobre todo los de los países más pequeños– cuentan con un muy escaso margen de negociación. Más grave aún, hay un consenso –fijado por los socios mayores, claro– para que el porcentaje de liberalización ronde el 90 por ciento.
Los sindicatos uruguayos ya hicieron público su rechazo a la posible incorporación de Uruguay al acuerdo, argumentando que pondrá en peligro miles de fuentes de trabajo. Algo parecido expresaron las tendencias más izquierdistas del FA. Por el lado de los defensores, las voces más altisonantes fueron la del actual ministro de Economía, Danilo Astori, y la del canciller Nin Novoa –ambos de fuerte extracción liberal–, quienes, echando mano a argumentos ya escuchados en décadas pasadas, defendieron el aperturismo aduciendo los peligros que supondría quedar afuera del convenio.
Aunque aún no se sepa cuánto, el tema traerá repercusiones en el interior del Mercosur, espacio –por lo demás– en el que Uruguay ya no se cuida de expresar su incomodidad. En efecto, en los dos meses que lleva el mandato de Tabaré Vázquez abundaron los gestos críticos de su gobierno hacia el bloque mercosuriano –pidiendo insistentemente, por ejemplo, flexibilización de las normas para permitir buscar nuevos horizontes–, dejando en evidencia que el Mercosur es hoy más un obstáculo que una contención.
Es cierto que en las persistentes quejas de los socios menores del bloque –Uruguay y Paraguay– hay algo de justicia. Pero también es verdad que vuelve a asomar una inclinación de Tabaré por asociarse con las potencias –recordemos el fallido intento de un TLC con EE.UU. en su primer mandato– como si allí no hubiera desigualdades que temer.
En términos geopolíticos, la entrada de Uruguay al TISA debe leerse como un paso atrás en la búsqueda de soberanía e independencia frente a las potencias que ha caracterizado –con altibajos, es cierto– la coyuntura regional de los últimos años. Al mismo tiempo, el espíritu librecambista del TISA –con el antecedente de la crisis económica mundial de 2008 provocada por la hiperdesregulación del sistema financiero– marca un notorio contraste con el pulso estatizante que surcó la última década larga en la región y que permitió, a partir de la recuperación estatal de áreas claves –como el sector energético y la seguridad social, por ejemplo– generar mejores condiciones de distribución de la riqueza.
En cualquier caso, lo de Uruguay y el TISA es otro llamado de atención a un proceso de integración regional que –como mínimo– parece haberse amesetado. Cuáles son las debilidades y los desafíos pendientes de dicho proceso es una pregunta ineludible. Como sea, una cosa queda clara: o la región avanza en la integración económica –el Banco del Sur resulta imprescindible– o los países del sur volverán a sucumbir sin reparos a la voracidad del capital internacional.
*Investigador del Centro Cultural de la Cooperación. Periodista de Nodal.

“¡Pobre Don Salvador, se debe estar revolcando en su tumba con el Partido Socialista chileno de hoy”

Atilio Borón, politólogo argentino


El politólogo argentino es categórico: el Partido Socialista no es de izquierda hace mucho tiempo. Critica a Isabel Allende por reunirse con la esposa de Leopoldo López y afirma, respecto a la región, que las conquistas sociales de los gobiernos progresistas difícilmente serán revertidas.
Por haber vivido aquí y por tener un hijo chileno, Atilio Borón es un actualizado conocedor de la realidad política local. Y a propósito de los hechos de corrupción que hoy golpean al país, en su libro “Aristóteles en Macondo” plantea la necesidad de salir de un marasmo en que estamos metidos en América Latina, lo que supone no seguir hablando de democracia respecto a regímenes que no lo son. Para él, o las democracias son gobiernos del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, o son nada. En esta entrevista analiza esa disyuntiva, el futuro del ciclo de gobiernos progresistas en la región y de los movimientos sociales en Chile.
Tenemos Argentina con una coyuntura presidencial incierta y con una situación económica recesiva; Venezuela con crisis económica; Brasil con un intento de arrinconar políticamente a la presidenta ¿Cuán grave es la crisis de lo que se ha llamado el ciclo de gobiernos progresistas?
Habría que diferenciar. El caso de Argentina es un proceso electoral que se nos viene ahora, en donde cualquier candidato que pueda ganar va a estar situado a la derecha de Cristina Fernández, de eso no cabe ninguna duda.
¿Incluido el ungido al Kirchnerismo?
Incluido, incluido. Yo creo que va a ser Scioli, que está situado a la derecha de Cristina, sin que de ella podamos decir que es una presidenta de izquierda, sino más bien de una centro izquierda que ha avanzado en algunas políticas reformistas. En el caso de Brasil, hay una ofensiva brutal en contra de la presidenta Dilma Rousseff, que obedece probablemente a la necesidad que hay en Estados Unidos y en los círculos dominantes del imperio de asegurarse el control del país más importante de América Latina, no porque los gobiernos del PT hayan sido díscolos de los mandatos imperiales -porque la verdad es que han sido bastante colaboracionistas- sino porque Estados Unidos necesita un alineamiento total de la región y gobiernos mucho más incondicionales.
Y en el caso de Venezuela, se va claramente por la destitución ¿no? Quieren acabar con el gobierno bolivariano, que tiene muchos problemas de carácter endógeno, propios de ellos, y que se ven agravados por la presión estadounidense, que es absolutamente desorbitada y que tiene como nombre el petróleo. No hay ninguna otra explicación, están jugando todas las fichas para voltear a Maduro y de esa manera, producir un efecto dominó para que los demás gobiernos de la región estén más contenidos.
De todas maneras, uno no tiene que perder nunca de vista el carácter cíclico de la historia de estos movimientos sociales que en un momento determinado impulsan una política de izquierda, de avanzada o progresista. Son gobiernos muy diferentes, pero tienen un común denominador que han tratado de hacer algunos cambios. Algunos con más fuerza  -los bolivarianos: Bolivia, Ecuador, Venezuela- en materia de redistribución de ingresos, de combate a la pobreza y al analfabetismo. No es un dato menor, por ejemplo, que en un país como Venezuela se haya erradicado por completo el analfabetismo que venía de la herencia de la tan elogiada Cuarta República.
¿Qué tan fundantes han sido estos 16 años? En el caso de eventuales retrocesos, ¿a qué punto se vuelve?
Fueron años muy importantes y, no quisiera pecar de optimista, pero me parece que es ilusorio pensar que pueda haber un retroceso, que acá se borra lo que se escribió con la mano y que Venezuela retorne a la situación previa a 1999. O que Bolivia, Ecuador, Brasil y Argentina vuelvan a lo de antes. Ha habido conquistas que se han hecho carne en el imaginario colectivo en nuestras sociedades y que muy difícilmente irán para atrás. Algunas, por supuesto, podrán ser revertidas, pero hay una cierta meseta de la cual va a ser muy difícil bajar. Si se intenta va haber una resistencia muy, muy fuerte, una lucha de los pueblos de la región que no van a aceptar fácilmente. Y esto lo ves tú, por ejemplo, en lo que pasó en la cumbre de Panamá, en donde parecía que Estados Unidos iba a imponer lo que quería. La secretaria de Estado para asuntos de América Latina, Roberta Jacobson, había dicho que de Venezuela no se iba a hablar en la cumbre, pero se habló de lo que quisieron los mandatarios que estaban ahí y Obama fue abrumado, apabullado. De manera que aún gobiernos de derecha, conservadores, no están dispuestos a volver al tiempo en que Estados Unidos pegaba un grito y mandaba.
En una cumbre anterior, José Mujica dijo que nunca en la historia de América Latina la integración entre los países había llegado tan lejos. Pero además, por la historia de nuestro continente, eso está directamente vinculado con el nivel de dependencia o independencia de Estados Unidos ¿Cómo ve usted esa situación?
Yo soy un poco más pesimista que Mujica. Con todo, hay un grado de verdad en lo que él dice y es que efectivamente se avanzó mucho en la integración, pero no al punto que él está viendo. Por ejemplo, la UNASUR ha hecho progresos notables, pero tropieza con un mosaico sociopolítico en Sudamérica muy complicado, porque tiene gobiernos bolivarianos como Venezuela, Bolivia y Ecuador; gobiernos progresistas de una centro izquierda moderada, como Argentina, Brasil y Uruguay; gobiernos como el de Chile, que oscila entre el centro y la centro derecha; y otros francamente de derecha, como el de Perú de Ollanta Humala, o el de Santos. Entonces está un poco trabada, por eso Estados Unidos juega la carta de la Alianza de Pacifico, un arreglo digitado desde Washington para neutralizar la influencia de China en América Latina, pero no tiene un sustento económico material, hay poco comercio entre quienes la integran.
En este contexto quería preguntarte por el sujeto político Internacional Socialista. Tenemos a Leopoldo López en Venezuela -a Felipe González también en Venezuela- a la Unión Cívica Radical argentina haciendo pacto electoral con la derecha de Macri, a Aécio Neves como el candidato del empresariado en la segunda vuelta brasileña ¿Cómo ves el presente de este eje?
Tiene una historia muy larga, pero es un sujeto que ha entrado en una descomposición final e irreversible. Tomando el caso de mi país, en la Argentina, la Unión Cívica Radical ha perdido toda su identidad. De ser un partido contestatario cuando surge en 1890, con una trayectoria parecida al Partido Radical chileno, en contra de la dominación oligárquica, termina aliado a la expresión de la derecha más reaccionaria y cavernícola de Argentina, de manera tal que ya eso como sujeto social y en mi país se le mira con cierto menosprecio. En el caso de los venezolanos, Acción Democrática también entró en un curso descendente muy marcado, con gente como López y Ledezma, que me sorprende y me desagrada que tengan tanta repercusión aquí. En cualquier otro país del mundo –Estados Unidos por ejemplo- gente como ellos estarían con sentencia firme por el delito de sedición, con por lo menos 25 años de cárcel. De manera tal que es un escándalo que se los convierta en héroes de la democracia, que acá se los reciba en el Senado de Chile, que alguna vez presidió alguien llamado Salvador Allende ¿Cómo se les va a recibir, si son sediciosos?
La hija, la senadora Isabel Allende, también los recibió…
La hija, pues, creo que está muy desmemoriada. Ellos representan al mismo grupo social de gente que conspiró contra el gobierno de Salvador Allende y que terminó finalmente con su muerte. Eso es López, eso es Ledezma, no tienen nada que ver con la socialdemocracia, son simplemente peones de una estrategia imperial y que son utilizadas para ello, como en su momento hicieron en Polonia con Lech Walesa.
A mí me duele mucho, he vivido muchos años en Chile, tengo un hijo que es chileno. Eso que pasa acá me llega muy de cerca y no puedo creer eso, o que se le dé ahora atención a Yoani Sánchez, que es un personaje bandidezco ¿cómo puedes explicar que una persona que está en Cuba aparentemente tan acosada, entra y sale, hace lo que quiere y tiene su diario digital traducido a 18 idiomas? Ni siquiera Naciones Unidas o el Banco Mundial traducen sus documentos más allá de 4 o 5 idiomas ¿Quién le paga, a quién sirve? Y acá se le recibe hasta en la tapa de El Mercurio ¡por favor! Volviendo a Venezuela, creo que puede haber un recambio si el gobierno bolivariano no hace bien las cosas, tiene que ponerse las pilas y atacar el problema económico serio que hay en Venezuela, tal como el de la corrupción. Y hacerlo de una manera ejemplar, con castigos que no dejen ninguna duda que el Gobierno no va seguir tolerando esas prácticas. Pero de ahí a que intervenga Felipe González, un hombre que se convirtió simplemente en un lobista de las trasnacionales españolas…
¿Ése es su móvil en Venezuela?
¡Nada más! Lo que quiere es estar ahí para el momento en que caigan los bolivarianos, pegar un zarpazo y en nombre de Repsol apoderarse del petróleo venezolano y privatizar PDVSA. Esto es lo que esa gente está buscando, no les interesa en lo más mínimo el bienestar del pueblo venezolano o remediar lo que ha hecho mal supuestamente el chavismo.
La corrupción y la izquierda en Chile
Existe un cierto consenso de que el gobierno chileno está en un momento de desorientación…
(Interrumpe y sonríe) para decirlo con palabras muy suaves…
Sí, puede ser que sean suaves, porque tenemos en la superficie un problema de corrupción pero las raíces parecen muy profundas y de otra naturaleza ¿Cómo caracterizarías el problema político chileno actual?
A mí me sorprende y me causa gracia cuando se habla de fenómenos de la corrupción como una cosa novedosa en el sistema político chileno. Yo viví acá casi seis años, llegué a fines del ‘66 y había un escándalo impresionante por las obras del Túnel Lo Prado, en donde estaban involucrados grandes jerarcas de la Democracia Cristiana, algunos de los cuales, para mi sorpresa, siguen estando y ocupando altos sitiales en el Senado y otras partes. Entonces pensar que éste es un fenómeno que vino ahora, por lo del hijo de la Presidenta o por el otro empresario, es no comprender que las democracias capitalistas tienen un componente de corrupción que les es inherente. Lo que pasa es que en Chile las cosas se hacen con guante blanco, no a la mala como en otras partes de América Latina, que son mucho más salvajes e indisciplinados, empezando por mi país. O Brasil o Colombia.
Con más sofisticación…
Con mucho disimulo y contando con un blindaje mediático muy importante. Porque resulta que los que deberían haber hecho toda una campaña de educación pública sobre los problemas en la corrupción y el papel creciente de los negocios en la política chilena, en la aprobación de leyes que son absurdas, como la Ley de Pesca que es un escándalo para Chile e internacionalmente también, son periódicos y medios que de ninguna manera asumieron la tarea de informar al pueblo.
La Nueva Mayoría cree o dice creer que el problema es de corrupción y, por lo tanto, el problema que ellos ven y por el que se sienten obligados a dar explicación es si el financiamiento fue ilegal o no, si el estudio que les contrataron se hizo o no. Lo que yo veo, y era lo que quería someter a tu opinión, es que hay una situación incluso más grave que lo legal o ilegal, y que son las consecuencias ideológicas que este financiamiento ha tenido en el rumbo de la coalición…
Por supuesto. La corrupción ha existido, pero a mí me consta, al menos, una historia de casi 50 años en donde está registrada la influencia de los grandes negocios en la formulación de las políticas públicas en Chile. Después del 11 de septiembre del 73, es abrumadora la evidencia en este sentido. Y las consecuencias las estamos viendo aquí en la proporción de gente que no participó en la última elección presidencial. Ésa es la gente que no cree en la democracia. Este libro “Aristóteles en Macondo” hace un análisis del proceso democrático en América Latina, y ahí se comprueba cómo el mundo de los negocios, de las grandes empresas y capitales, ha tenido una importancia excepcional en la determinación del rumbo de las políticas y en generar un circulo que explica por qué, en democracia, estos países se han convertido todos en más desiguales. Argentina, Chile y Brasil eran más igualitarios en la época de las dictaduras que ahora ¿Qué clase de democracia es ésta? Llamemos las cosas por su nombre: no son democracias, son regímenes post-dictatoriales. Que por supuesto son un avance en relación a la época de Pinochet, pero que no acreditan las condiciones mínimas para ser llamados “democracia”. Es tan grave en el caso chileno que se le niega al pueblo el derecho de convocar una asamblea constituyente para ver qué constitución va a regir en su país.
Acá se ve la asamblea constituyente como una excentricidad…
En toda la historia de Chile no hubo una sola constitución aprobada a partir de un proceso de participación popular. Fueron todas impuestas por gobiernos de facto. Cuando yo escucho a don Ricardo Lagos hablar, dar lecciones y comparar a Venezuela con la tiranía pinochetista, digo ¡Oiga compadre, mírese la viga que tiene en su propio ojo y después hable! ¡Seamos honestos!
Que el empresariado financie a la derecha, es normal. Podríamos decir que es el orden natural de las cosas…
Así es, je je je…
Pero en Chile, hoy la situación es que la empresa del yerno de Augusto Pinochet financia a una parte todavía no determinada del partido de Salvador Allende ¿cómo se explica eso desde afuera?
Eso que tú dices es algo dolorosísimo ¡Pobre Don Salvador, se debe estar revolcando en su tumba con el PS! Incluso con su hija recibiendo a los golpistas venezolanos. Vamos a llamar las cosas por su nombre, porque si no, no ganamos nada. Ni tú, ni yo, ni el público que lee El Desconcierto. Éste no es un partido de izquierda, por favor. Partido de izquierda es uno – doy la definición de Norberto Bobbio- que tiene como prioridad establecer el reino de la igualdad, mientras la derecha tiene como bandera fundamental el imperio de la libertad. Entonces, el Partido Socialista dejó de ser de izquierda hace mucho tiempo. Yo creo que la caída del gobierno de Salvador Allende lo descolocó y nunca más encontró el rumbo. Un partido de izquierda no puede renunciar a un alegato firme a favor de crear un nuevo orden constitucional en Chile, que es una de las sociedades más desiguales en el continente más desigual del mundo. Por mí pueden llamarse como quieran, incluso cambiarse el nombre a Partido Ultra Revolucionario, pero no les voy a creer y la gente tampoco les cree. Me parece además una inmoralidad mayúscula ¿Cómo puedes estar recibiendo dinero de aquellos que, lo sabes, son el gran obstáculo para la construcción de un Chile mejor?
Chile, La Haya y su futuro político
A propósito de la controversia entre Chile y Bolivia en La Haya ¿cuán aislado se ve a Chile respecto de la región?
Se lo ve muy aislado. Chile ha cometido un error, porque yo hablé personalmente con el ex presidente boliviano Mesa. Le pregunté ¿para qué quieren usted y Evo Morales esto? ¿Quiere volver a la situación previa a la Guerra del Pacífico? No, me dice, de ninguna manera. Nosotros sabemos que eso es cosa juzgada por la historia, eso de que se perdió una guerra. Lo que sí queremos es una cosa muy simple: que nos den un pequeño espacio en el litoral para poder trabajar y tener una parte milésima de lo que en un pasado tuvo Bolivia. Y eso inclusive, bajo una soberanía de un fideicomiso internacional, que puede ser de Naciones Unidas con los gobiernos de Chile y Bolivia. Hay que darle un corte final a este asunto y es muy poco lo que cuesta, sin renunciar a la soberanía.
Además de lo de La Haya, a Chile no lo permea la discusión constituyente que se ha dado en varios países de Sudamérica. No lo hace la discusión sobre las políticas de recursos naturales, tampoco sobre las leyes de medios. No tiene políticas binacionales energéticas, como en otros países de Sudamérica. Es como si fuera un país de otra parte ¿tú tienes una hipótesis de por qué ocurre eso?
Tiene que ver con algo que ha pasado es que Chile desde hace mucho tiempo, desde la Revolución Cubana para acá. Tú me dirás ¿qué tiene que ver? Mucho. Porque el ascenso de la Democracia Cristiana en este país fue impulsado de una manera vigorosa y sin reservas por los gobiernos de Estados Unidos y algunos europeos. Chile fue la contraparte, la revolución en libertad frente a la revolución bajo dictadura que supuestamente estaba haciendo Fidel. Y ese fue un gobierno protegido, muy protegido, y al fin y al cabo muy manipulado desde afuera
Cuando viene la dictadura de Pinochet, Chile continúa con ese blindaje. Kissinger como secretario de Estado le dio una cobertura total, cosa que no se le dio a otro gobierno en América Latina. Y, luego, cuando viene la transición se la celebra como la… ¿cómo es la canción nacional chilena, una copia feliz de edén?
La copia feliz de Edén…
Bueno, esa era la copia feliz del pacto de La Moncloa en España, que en esa época era visto como una obra de ingeniería política extraordinaria. Y después se demostró que ese fue un pacto maldito que produjo desgracias en España, instituyó la impunidad ante los crímenes del franquismo, como en buena medida se ha instituido la impunidad ante los crímenes del pinochetismo acá en Chile, y que además dio lugar a una pseudo democracia que se derrumbó por sus propias contradicciones.
Es como si los chilenos no tuvieran razones para luchar…
También, de alguna manera, ése el curso que está siguiendo la política chilena. Con todo este escándalo que recién empieza a salir a la luz pública, de la corrupción, podría llegar a tener un efecto similar acá. Pero fíjate vos que, pese a todo eso, Chile sigue apareciendo como el país modélico. La prensa internacional, la muy buena prensa del imperio, siempre ha tratado de limitar la visualización de los aspectos oscuros del milagro chileno, como decía Tomás Moulian. Por ejemplo, la cuestión mapuche no aparece en ningún medio internacional, pareciera que en Chile no hay ningún problema con los mapuches ni con los pueblos originarios. Pero en Ecuador, pobre Correa, lo revientan con sus conflictos con los indígenas. En el fondo, esta capacidad de que no le entren balas al modelo chileno tiene que ver con que está asentado sobre una apatía ciudadana muy grande, que no cree nada de lo que le digan los políticos y que se expresa en este ausentismo electoral, que es un síntoma de una patología democrática muy fuerte.
Pero viven en una lucha diaria muy desesperada. Yo tengo muchísimos amigos chilenos y de todas las condiciones sociales -no de todas como quisiera, pero llego bastante abajo con mis contactos- y la lucha por la vida cotidiana es intensa, durísima en este país, mucho más dura que en otros de América Latina.
¿Qué rol juega el crédito, el endeudamiento, en estas condiciones políticas?
Te hace ser sumamente cauteloso en lo que tú puedes pensar o en lo que puedes hacer en términos políticos. En México hay una expresión muy linda para esto, más que endeudado: “endrogado”, le dicen. Es una drogodependencia que produce una inhabilitación de pensar cosas muy diferentes a las que te ofrece el sistema. Además, mucha gente tiene deudas que no van a poder pagar, y entonces entran en un registro… ¿Dicom le llaman?
Sí…
En donde eres prácticamente un muerto en vida. Ni puedes abrir una cuenta corriente. Son incongruencias muy grandes, porque tú le puedes prestar a 20 años plazo a una persona mientras le reconozcas ciertos derechos fundamentales, como el derecho al trabajo. Pero en la medida que eso no está reconocido aquí, en la Argentina ni en ningún otro país, tú dependes de que la suerte te favorezca. Y si no, ahí ves lo que está pasando en España, te quitan a puntapiés de la casa que creías que era tuya ¡y la tienes que seguir pagando aunque ya no sea tuya! Es una estafa en doble dimensión. Entonces yo pienso que acá el crédito ha sido muy importante para tapar y disimular ciertas falencias, pero tarde o temprano tienes que pagarlo.
A mí me sorprende mucho esto, y también cómo ha habido una especie de resignación en un pueblo que fue muy luchador. Como que de repente todo eso se olvidó y yo creo que fue por un tiempo, pero hoy hay gente que ya es el indicio. Y cuando quieran hacer algo, va a ser muy diferente, no van a entrar en los partidos tradicionales, ni en toda esta rosca que no ha conducido a nada. Va a haber un renacer de una política nueva de izquierda en este país, porque es necesario, no porque se le ocurra a un teórico.

Presidenta chilena anuncia su nuevo gabinete: cinco ministros dejan sus cargos y habrá tres “enroques”

A las 9:20 en punto la Presidenta Michelle Bachelet finalmente dio a conocer su renovado gabinete ministerial después del anuncio que realizó el miércoles pasado en entrevista con Don Francisco. Como ya se preveía,Rodrigo Peñailillo fue el gran damnificado mientras que Jorge Burgos pasó a ocupar su lugar en el Ministerio del Interior.

Presidenta chilena anuncia su nuevo gabinete: cinco ministros dejan sus cargos y habrá tres "enroques"




En Hacienda salió Alberto Arenas por Rodrigo Valdés, hasta ahora director de Banco Estado. Además, Marcelo Díaz asumió como vocero de Gobierno en reemplazo del saliente Álvaro Elizalde; Marcos Barraza llega al Ministerio de Desarrollo Social por María Fernanda Villegas; Jorge Insunza entra por Ximena Rincón en la Segpres y Ernesto Ottone Ramírez arriba a Cultura por Claudia Barattini.
La Presidenta Bachelet también decidió hacer un enroque en su gabinete dejando a José Antonio Gómez en Defensa, Javiera Blanco en Justicia y Ximena Rincón en el Ministerio del Trabajo.
“Mi más profundo y sincero agradecimiento”, dijo Bachelet a los salientes ministros, mientras que dio una cálida bienvenida a los nuevos rostros.

Adiós Peñailillo: ministro del Interior se convirtió en el primero en dejar gobierno de Michelle Bachelet

En una breve ceremonia, la presidenta Michelle Bachelet, aceptó la renuncia de varias autoridades, en una jornada clave para marcar el inicio del “segundo tiempo” de su mandato.
El ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, se convirtió en el primer jefe de cartera en dejar el gobierno. Luego de meses de varias críticas en su contra, por la emisión de boletas a la empresa de Giorgio Martelli, AyP Sap, la presidenta Michelle Bachelet decidió aceptar su renuncia.
El miércoles, en entrevista con Don Francisco, la mandataria anunció que había pedido la renuncia a todos sus ministros, para realizar un cambio de gabinete “profundo”.
En el cargo de Peñailillo asumirá Jorge Burgos, quien hasta ahora se desempeñaba como ministro de Defensa.
En la ceremonia también salieron de sus cargos, Alberto Arenas de Hacienda, Álvaro Elizalde de la Segegob y Claudia Barattini de Cultura.