Sanciones económicas de EE.UU. a Venezuela. El decreto del gobierno de Donald Trump castigó al sector financiero y Caracas acusó a Washington de “bloqueo económico”
26 de agosto de 2017
Manifestación de cubanos y venezolanos residentes en Cuba, a favor de Maduro en La Habana. Imagen: AFP
Un decreto del presidente Donald Trump, el primero que afecta al país en su conjunto, prohíbe transar nueva deuda y algunos bonos de la petrolera estatal, así como el pago de dividendos al gobierno venezolano de Nicolás Maduro.
Estados Unidos impuso ayer las primeras sanciones financieras a Venezuela, que afectarán la emisión de deuda y que siguen a las ya decretadas contra el presidente Nicolás Maduro y varios de sus colaboradores. Sin embargo, descartó una acción militar en el corto plazo.
Un decreto del presidente Donald Trump, el primero que afecta al país en su conjunto, prohíbe transar nueva deuda emitida por el gobierno de Venezuela y su empresa petrolera estatal. “También prohíbe las transacciones en ciertos bonos existentes propiedad del sector público venezolano, así como los pagos de dividendos al gobierno de Venezuela”, informó la Casa Blanca. Hasta ahora, las sanciones de Washington hacia Venezuela se habían circunscrito a represalias financieras y jurídicas contra Maduro y una veintena de funcionarios y ex funcionarios de su gobierno, a los que acusa de quebrantar la democracia, propiciar la corrupción o violar los derechos humanos.
La Casa Blanca dijo que en esta ocasión para mitigar el daño al pueblo estadounidense y al venezolano, el Departamento del Tesoro emitirá licencias con un período de liquidación de 30 días para permitir transacciones que de otro modo quedarían prohibidas, entre ellas las vinculadas con exportación e importación de petróleo. Estas licencias incluirán disposiciones con un periodo de transición de 30 días, la financiación de la mayoría del comercio, incluyendo las exportaciones e importaciones de petróleo, transacciones que solo involucran a Citgo (una refinadora petrolera), las negociaciones de cierta deuda venezolana existente y la financiación de bienes humanitarios.
“Estas medidas están cuidadosamente calibradas para negar a la dictadura de Maduro una fuente crucial de financiamiento para mantener su mandato ilegítimo”, apuntó en un comunicado. Washington y Caracas retiraron a sus respectivos embajadores desde 2010. Pero hasta ahora mantienen estrechos vínculos económicos y comerciales, sobre todo en la industria petrolera. Estados Unidos compra 800 mil barriles diarios de petróleo, de los 1,9 millón que produce Venezuela. Poco antes del anuncio, el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, dijo que su gobierno no se quedará de brazos cruzados mientras Venezuela se desmorona. “Como @POTUS (el presidente, Donald Trump) dijo, no nos quedaremos de brazos cruzados mientras Venezuela se desmorona. El derecho natural del pueblo de Venezuela ha sido y será siempre la libertad”, tuiteó ayer Pence, que escribió libertad en español.
El mensaje de Pence llega apenas una semana después de su primera gira por varios países de América latina, centrada en la crisis de Venezuela, y dos días después de que prometiera ante venezolanos residentes en Miami que el gobierno de Trump accionará hasta que se restaure la democracia en la nación. El pasado 9 de agosto, Estados Unidos anunció la última lista de sanciones a funcionarios venezolanos, entre ellos, Adán Chávez, hermano del fallecido presidente Hugo Chávez, en una nueva muestra de presión sobre Caracas tras la instauración de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), integradas completamente por oficialistas. Justamente desde que empezó a funcionar la Asamblea, Washington denomina “dictadura” al gobierno de Maduro.
Caracas respondió casi de inmediato con réplicas de dos de las más visibles espadas del chavismo: el ministro de Relaciones Exteriores, Jorge Arreaza, y la titular de la ANC, la ex canciller Delcy Rodríguez. Arreaza señaló, desde la sede de la ONU, que las medidas financieras anunciadas por Estados Unidos constituyen la peor agresión a Venezuela en los últimos 200 años, y advirtió que Washington busca promover una crisis humanitaria. “¿Qué quieren? ¿Quieren matar a los venezolanos de hambre?”, se preguntó Arreaza, para quien la ONU no puede mantenerse de brazos cruzados ante las acciones estadounidenses.
Delcy Rodríguez, por su parte, culpó por las medidas a los líderes de la oposición que pidieron la intervención del país, pidieron sanciones, y su amo imperial les está dando ese regalo que es perjudicar al pueblo de Venezuela. En un acto de reconocimiento a agentes de la fuerza pública en Caracas, la jefa de la Asamblea lamentó que los opositores Julio Borges, Freddy Guevara y Henry Ramos Allup, presidente, vicepresidente y ex titular del Parlamento venezolano, respectivamente, lo único que piden es la intervención de Venezuela para perjudicar al pueblo. “Ellos lo pidieron por escrito, iban de forma genuflexa a Washington, fueron al Pentágono a pedir la intervención militar de Venezuela y pidieron también el bloqueo financiero” aseguró, y lamentó que la oposición esté tan comprometida con los intereses antinacionales de Venezuela, con la amenaza de intervención.
La agencia de calificación financiera SP Global Ratings advirtió en julio sobre el riesgo de impagos debido al deterioro de las condiciones económicas y el aumento de las tensiones políticas en Venezuela. Entre octubre y noviembre, Venezuela y Pdvsa deberán pagar unos 3800 millones de dólares en vencimientos de bonos. El analista económico venezolano Rafael Quiroz advirtió sobre el impacto negativo que pueden causar las sanciones. “Eso nos afecta seria y directamente, porque hay varios bonos de la República, como bonos de Pdvsa, que están en posesión de personas naturales y jurídicas en Estados Unidos. Venezuela tiene compromisos que debe honrar”, dijo. “Vamos a disponer de menos divisas para importar alimentos y medicinas, que ya estamos necesitando”, agregó.
En paralelo, y bajo el argumento de prepararse para enfrentar la amenaza imperial, Venezuela avanza con los ejercicios militares de este fin de semana, en el que pondrá a más de 900 mil combatientes de la milicia y el pueblo, entre ellos 200 mil militares. El gobierno de Estados Unidos, no obstante, anunció que no planea acciones militares contra Venezuela en el futuro cercano, según afirmó ayer el principal asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, el teniente general H.R. McMaster. “No se anticipan acciones militares en el futuro cercano”, dijo McMaster.
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