Venezuela: bases militares de EEUU constituyen una amenaza para la regiónPor: Mélida Briceño
Feb 16, 2018
La existencia de bases militares estadounidenses ubicadas cerca de la frontera colombo-venezolana y en la salida al Mar Caribe, el empeño del gobierno norteamericano de inmiscuirse en asuntos nacionales y los delitos fronterizos que afectan severamente la economía de la nación representan una creciente preocupación para el gobierno de Venezuela.“Las bases militares estadounidenses en Colombia tienen una propuesta de crear nueve bases más, ampliación que quedó congelada desde que inició el período presidencial de Juan Manuel Santos; serían en total 19 bases que pudieran activarse. De las diez bases que ya están instaladas, cuatro permanecen en el Caribe colombiano con asentamientos de barcos y tropas del Comando Sur (militares estadounidenses), cuatro bases aéreas distribuidas a lo largo de la frontera con Venezuela y dos bases con asentamiento de tropas terrestres”, asegura el historiador y experto en geopolítica venezolano, Juan Romero, al diario LA REPÚBLICA.
En 2009, el entonces presidente Hugo Chávez alertó que estas bases representaban una amenaza para la nación y toda Latinoamérica. “Estas bases podrían ser el inicio de una guerra en Sudamérica. Se trata de los yanquis, la nación más agresora de la historia de la humanidad”, declaró Chávez en esa oportunidad.
Expresó que “hay un acuerdo militar entre ambos países; ya no se trata de una ocupación forzada, sino acordada, porque Estados Unidos necesita controlar las reservas petroleras de Venezuela, y Colombia es su aliado incondicional en la región”.
Los escenarios de una invasión estadounidense no son ideas descabelladas. También el presidente Nicolás Maduro tiene muy claro estos posibles escenarios, pues el control de Venezuela le permitiría a Estados Unidos dominar los recursos del continente, renovar su poderío militar y recuperar el sistema financiero a través de una economía de guerra. La escasez, en cuanto a las fuentes de energía, está empujando al imperio norteamericano a arremeter con planes desestabilizadores.
El consenso
Pável Rondón, ex embajador de Venezuela en Colombia, explica que, según el derecho internacional, “cada país tiene que cuidar que sus problemas y delitos no alteren la vida de las demás naciones y Colombia ha exportado a los demás países el fenómeno del paramilitarismo. Entonces, exigimos que atienda su frontera y evite que esto siga ocurriendo”.
Alega también que debe haber un control acordado por ambos países para que los “bachaqueros” no saquen la mercancía del país y a la vez Colombia no permita que ingrese. “Tiene que haber otro tipo de control. La mercancía de contrabando que los colombianos retienen allá debe retornar al país. Es un asunto a negociar, este tema de la devolución aún no está establecido”.
Es imposible aislar el tema del narcoparamilitarismo de toda esta serie de planes desestabilizadores en Venezuela, analiza el experto, “se trata de grupos que han venido ocupando espacios territoriales para implantar la extorsión, el secuestro, el sicariato, el dominio territorial, intentando desplazar al Estado en su funcionalidad como garante de la seguridad y nutriéndose de la economía subterránea que se deriva del contrabando y del narcotráfico, allí hay una simbiosis, el contrabando es una actividad que nutre a las bandas paramilitares y al narcotráfico, de tal manera que esto debe estar en la agenda de ambos países para avanzar en una lucha que hoy en día cobra más relevancia”.
“No puede haber paz mientras estos grupos sigan irrumpiendo. Allí hay toda una estructura que se combina con la oposición fascista venezolana, hay sectores violentos y vinculados a Álvaro Uribe con planes de derrocar al Gobierno revolucionario. Detrás de todo esto está el imperio estadounidense con su mano negra, tras los bastidores, para plantear en Venezuela una situación de caos como la que vivió Siria en la etapa previa a la guerra.
El plan macabro de Estados Unidos es hacer un nuevo Medio Oriente para lograr posesionarse de las riquezas petroleras y Venezuela es un objetivo estratégico e indudablemente el punto vulnerable está allí en Colombia”, expresa Paravisini.
Es muy importante que se mantengan las relaciones colombo-venezolanas a nivel de Estado, pues así como Venezuela ha contribuido a la paz de Colombia, a partir de un acuerdo que ha sido hasta hoy una línea del Gobierno nacional, de apoyo al proceso de paz, asimismo el gobierno colombiano tendría que retribuir a Venezuela porque también le conviene lograr la paz.
La parte humanitaria
El periodista colombiano, Erbin Hoyos, conductor del programa radial Las voces del Secuestro, agrega que esta situación debe resolverse con una serie de acuerdos binacionales que deben plantearse urgentemente en la mesa de negociación.
“No podemos dejar de pensar en la parte humanitaria, en estas zonas fronterizas viven miles de personas que quizás son las más desfavorecidas de ambos países. Es evidente que existen grupos partícipes de una serie de abusos, cruzan de un lado a otro buscando beneficios económicos a través del contrabando, de armamento, de alimentos, de combustible, aunado eso a que allí convergen grupos irregulares incentivando estas operaciones que crean terror en ambas naciones”, expresa el periodista.
Sostiene Hoyos que “dentro de los acuerdos binacionales debe prevalecer el desarrollo de una frontera productiva, deben generarse actividades laborales de acuerdo a las necesidades de los que allí habitan, las fronteras deben ser espacios abiertos donde la gente desarrolle un ritmo de vida normal, debe vigilarse la penetración de colectivos armados en estas zonas”.
Delitos fronterizos o legalización del contrabando
El experto en Sistema Político venezolano explica que las redes de contrabando que operan en la frontera colombo-venezolana buscan desmantelar al país como parte del mismo plan desestabilizador de grupos oligarcas, pero el tema va más allá de un simple grupo de “pimpineros contrabandistas”, pues las magnitudes que se manejan sugieren que se trata de organizaciones que tienen capacidad de almacenamiento de combustible y la infraestructura para despachar a los sistemas de distribución oficiales de Colombia e incluso para exportar a precios en dólares.
¿Y cómo es posible que la petrolera estatal del vecino país (Ecopetrol) venda la gasolina venezolana como si fuese suya? Al respecto, David Paravisini, ingeniero y experto petrolero venezolano, explica, a través del Semanario venezolano El Campesino, que “en Colombia se promulgaron unas leyes según las cuales la gasolina que entra por la frontera no tiene banderas y se reconoce como producto colombiano. En otras palabras, nacionalizan el contrabando”.
“Ecopetrol no le suministra combustible a los departamentos fronterizos de Colombia, no solamente a los del Norte de Santander, también está la Guajira, y de esa manera crea una escasez en esas zonas, es decir, una demanda que estimula el contrabando.
En la medida que ellos no suministran el combustible los habitantes lo van adquirir a través del contrabando y a precios más baratos”, sostiene Paravisini.
Todo comenzó en el año 2004, explica Paravisini, ante la declinación en la producción de crudo (por debajo de 400 mil BDP), Ecopetrol determinó que Colombia dejaría de autoabastecerse de combustibles a partir de ese año. Bajo esta presión, el entonces presidente Álvaro Uribe, desconoció los acuerdos firmados con el comandante Hugo Chávez y emitió los decretos 2337, 2338, 2339 y 2340, claves para legalizar el ilícito fiscal y apropiarse, sin pagar, de cuantiosos volúmenes de gasolina y diesel venezolanos. Con esa medida se “colombianizaban” los combustibles contrabandeados desde Venezuela, sin requisitos de importación.
También se crearon los denominados centros de acopio de combustibles a lo largo de la frontera con Venezuela, autorizando a “empresarios fronterizos” a manejarlos con capacidad para suministrar gasolina y diesel al mercado interno y exportarlo a través de Ecopetrol, explica el experto en temas energéticos.
La existencia de bases militares estadounidenses ubicadas cerca de la frontera colombo-venezolana y en la salida al Mar Caribe, el empeño del gobierno norteamericano de inmiscuirse en asuntos nacionales y los delitos fronterizos que afectan severamente la economía de la nación representan una creciente preocupación para el gobierno de Venezuela.“Las bases militares estadounidenses en Colombia tienen una propuesta de crear nueve bases más, ampliación que quedó congelada desde que inició el período presidencial de Juan Manuel Santos; serían en total 19 bases que pudieran activarse. De las diez bases que ya están instaladas, cuatro permanecen en el Caribe colombiano con asentamientos de barcos y tropas del Comando Sur (militares estadounidenses), cuatro bases aéreas distribuidas a lo largo de la frontera con Venezuela y dos bases con asentamiento de tropas terrestres”, asegura el historiador y experto en geopolítica venezolano, Juan Romero, al diario LA REPÚBLICA.
En 2009, el entonces presidente Hugo Chávez alertó que estas bases representaban una amenaza para la nación y toda Latinoamérica. “Estas bases podrían ser el inicio de una guerra en Sudamérica. Se trata de los yanquis, la nación más agresora de la historia de la humanidad”, declaró Chávez en esa oportunidad.
Expresó que “hay un acuerdo militar entre ambos países; ya no se trata de una ocupación forzada, sino acordada, porque Estados Unidos necesita controlar las reservas petroleras de Venezuela, y Colombia es su aliado incondicional en la región”.
Los escenarios de una invasión estadounidense no son ideas descabelladas. También el presidente Nicolás Maduro tiene muy claro estos posibles escenarios, pues el control de Venezuela le permitiría a Estados Unidos dominar los recursos del continente, renovar su poderío militar y recuperar el sistema financiero a través de una economía de guerra. La escasez, en cuanto a las fuentes de energía, está empujando al imperio norteamericano a arremeter con planes desestabilizadores.
El consenso
Pável Rondón, ex embajador de Venezuela en Colombia, explica que, según el derecho internacional, “cada país tiene que cuidar que sus problemas y delitos no alteren la vida de las demás naciones y Colombia ha exportado a los demás países el fenómeno del paramilitarismo. Entonces, exigimos que atienda su frontera y evite que esto siga ocurriendo”.
Alega también que debe haber un control acordado por ambos países para que los “bachaqueros” no saquen la mercancía del país y a la vez Colombia no permita que ingrese. “Tiene que haber otro tipo de control. La mercancía de contrabando que los colombianos retienen allá debe retornar al país. Es un asunto a negociar, este tema de la devolución aún no está establecido”.
Es imposible aislar el tema del narcoparamilitarismo de toda esta serie de planes desestabilizadores en Venezuela, analiza el experto, “se trata de grupos que han venido ocupando espacios territoriales para implantar la extorsión, el secuestro, el sicariato, el dominio territorial, intentando desplazar al Estado en su funcionalidad como garante de la seguridad y nutriéndose de la economía subterránea que se deriva del contrabando y del narcotráfico, allí hay una simbiosis, el contrabando es una actividad que nutre a las bandas paramilitares y al narcotráfico, de tal manera que esto debe estar en la agenda de ambos países para avanzar en una lucha que hoy en día cobra más relevancia”.
“No puede haber paz mientras estos grupos sigan irrumpiendo. Allí hay toda una estructura que se combina con la oposición fascista venezolana, hay sectores violentos y vinculados a Álvaro Uribe con planes de derrocar al Gobierno revolucionario. Detrás de todo esto está el imperio estadounidense con su mano negra, tras los bastidores, para plantear en Venezuela una situación de caos como la que vivió Siria en la etapa previa a la guerra.
El plan macabro de Estados Unidos es hacer un nuevo Medio Oriente para lograr posesionarse de las riquezas petroleras y Venezuela es un objetivo estratégico e indudablemente el punto vulnerable está allí en Colombia”, expresa Paravisini.
Es muy importante que se mantengan las relaciones colombo-venezolanas a nivel de Estado, pues así como Venezuela ha contribuido a la paz de Colombia, a partir de un acuerdo que ha sido hasta hoy una línea del Gobierno nacional, de apoyo al proceso de paz, asimismo el gobierno colombiano tendría que retribuir a Venezuela porque también le conviene lograr la paz.
La parte humanitaria
El periodista colombiano, Erbin Hoyos, conductor del programa radial Las voces del Secuestro, agrega que esta situación debe resolverse con una serie de acuerdos binacionales que deben plantearse urgentemente en la mesa de negociación.
“No podemos dejar de pensar en la parte humanitaria, en estas zonas fronterizas viven miles de personas que quizás son las más desfavorecidas de ambos países. Es evidente que existen grupos partícipes de una serie de abusos, cruzan de un lado a otro buscando beneficios económicos a través del contrabando, de armamento, de alimentos, de combustible, aunado eso a que allí convergen grupos irregulares incentivando estas operaciones que crean terror en ambas naciones”, expresa el periodista.
Sostiene Hoyos que “dentro de los acuerdos binacionales debe prevalecer el desarrollo de una frontera productiva, deben generarse actividades laborales de acuerdo a las necesidades de los que allí habitan, las fronteras deben ser espacios abiertos donde la gente desarrolle un ritmo de vida normal, debe vigilarse la penetración de colectivos armados en estas zonas”.
Delitos fronterizos o legalización del contrabando
El experto en Sistema Político venezolano explica que las redes de contrabando que operan en la frontera colombo-venezolana buscan desmantelar al país como parte del mismo plan desestabilizador de grupos oligarcas, pero el tema va más allá de un simple grupo de “pimpineros contrabandistas”, pues las magnitudes que se manejan sugieren que se trata de organizaciones que tienen capacidad de almacenamiento de combustible y la infraestructura para despachar a los sistemas de distribución oficiales de Colombia e incluso para exportar a precios en dólares.
¿Y cómo es posible que la petrolera estatal del vecino país (Ecopetrol) venda la gasolina venezolana como si fuese suya? Al respecto, David Paravisini, ingeniero y experto petrolero venezolano, explica, a través del Semanario venezolano El Campesino, que “en Colombia se promulgaron unas leyes según las cuales la gasolina que entra por la frontera no tiene banderas y se reconoce como producto colombiano. En otras palabras, nacionalizan el contrabando”.
“Ecopetrol no le suministra combustible a los departamentos fronterizos de Colombia, no solamente a los del Norte de Santander, también está la Guajira, y de esa manera crea una escasez en esas zonas, es decir, una demanda que estimula el contrabando.
En la medida que ellos no suministran el combustible los habitantes lo van adquirir a través del contrabando y a precios más baratos”, sostiene Paravisini.
Todo comenzó en el año 2004, explica Paravisini, ante la declinación en la producción de crudo (por debajo de 400 mil BDP), Ecopetrol determinó que Colombia dejaría de autoabastecerse de combustibles a partir de ese año. Bajo esta presión, el entonces presidente Álvaro Uribe, desconoció los acuerdos firmados con el comandante Hugo Chávez y emitió los decretos 2337, 2338, 2339 y 2340, claves para legalizar el ilícito fiscal y apropiarse, sin pagar, de cuantiosos volúmenes de gasolina y diesel venezolanos. Con esa medida se “colombianizaban” los combustibles contrabandeados desde Venezuela, sin requisitos de importación.
También se crearon los denominados centros de acopio de combustibles a lo largo de la frontera con Venezuela, autorizando a “empresarios fronterizos” a manejarlos con capacidad para suministrar gasolina y diesel al mercado interno y exportarlo a través de Ecopetrol, explica el experto en temas energéticos.