José Antonio Luna
15/02/2018
A partir de este jueves, el navegador de la multinacional estadounidense incorporará un bloqueador que eliminará anuncios que considere agresivos. El encargado de poner el filtro es Better Ads Experience, un organismo integrado por diferentes empresas y en el que Google también está presente
Chrome domina el mercado de los navegadores web. Mientras que Internet Explorer sigue en caída libre y Firefox crece levemente, el de Google es utilizado por un 60% de usuarios, más de la mitad de todos los que acceden a la Red. A partir de este jueves, la multinacional estadounidense cambiará la forma de ver el contenido: añade un nuevo bloqueador instalado por defecto que filtrará toda publicidad que considere intrusiva.
La tarea de decir qué es adecuado recae en Coalition for Better Ads, integrada por empresas como Facebook, Microsoft y la propia Google, que forma parte del consejo directivo. Esta última compañía, según The Wall Street Journal, parece tener las voces más influyentes dentro de sus comités. Varios miembros de la coalición mencionan al periódico estadounidense que Google fue quien la creó y elaboró gran parte de las sus reglas.
"Realmente la han montado ellos", aclara a eldiario.es Enrique Dans, profesor de innovación en la IE Business School. Continúa diciendo que esta medida convierte a Google en juez y parte de la publicidad, algo que ya hicieron cuando "declararon la guerra a los pop-ups [ventanas emergentes]".
Anuncios bloqueados según la Coalition for Better Ads
Entre los estándares para "garantizar una buena experiencia", Coalition for Better Ads prohíbe aquellos anuncios que reproducen vídeo automáticamente, los que tienen una cuenta regresiva hasta que desaparecen o los que ocupan gran parte de la pantalla, entre otros. Dans considera que Google lo hace porque "el volumen de uso de bloqueadores de anuncios es brutal" y necesitan hacer algo para frenar la "caída libre" de la publicidad.
El gigante tecnológico explica en su blog que el objetivo "no es filtrar anuncios, sino mejorar la experiencia para todos los usuarios de la web". Aquellos sitios que no cumplen los estándares, dice la empresa, "resolvieron sus problemas y ahora están aprobados". No obstante, The Wall Street Journal considera que este podría ser un movimiento de Google para evitar que los usuarios recurran a bloqueadores de otras compañías, como Adblock, y así tener más control sobre qué anuncios circulan en Internet.
Google contra Adblock: la guerra por el control
"Siempre le han acusado de ser un actor irregular que casi extorsiona a los sitios", aprecia Dans sobre la relación de Google con Adblock. Aunque la función de este plugin es bloquear la publicidad señalada por ellos como inadecuada, también cuenta con una lista blanca donde entran aquellas empresas que pagan una cuota. "Google siempre ha dicho que no está de acuerdo con eso, y nunca ha apoyado las iniciativas de Adblock para secundar este fenómeno", matiza el docente.
Chrome no es el primer navegador en incorporar un bloqueador por defecto. Firefox, Safari, Opera... todos cuentan ya con una herramienta por defecto para impedir ciertos anuncios. De hecho, este último incluso ofreceprotección contra la minería de criptodivisas. Aun así, el caso de Google porque, precisamente, es esta quien también domina ese mercado publicitario. "Aproximadamente 3 de cada 10 dólares gastados en anuncios digitales van a Google", indica el WSJ.
Como apuntan en The Guardian, Google y Facebook dominan el 20% del mercado global publicitario, una cifra que probablemente aumente en los próximos años. Es, de esta manera, árbitro de una partida en la que también actúa como jugador. Tendría el navegador más utilizado y, al mismo tiempo, el control sobre qué contenido publicitario acepta.
Encontrar alternativas a Chrome no es difícil, y tampoco al modelo de Better Ads Experience para ofrecer una buena experiencia de navegación. Un ejemplo de ello es Brave, un navegador creado por Brendan Eich, exconsejero delegado de Mozilla. Esta aplicación cuenta con una cartera virtual donde los usuarios añaden dinero y disminuye a medida que navega por diferentes sitios webs sin ver publicidad, siendo esta una manera de contentar a usuarios y editores de contenidos.
Google intentó algo similar con Contributor, presentado en 2015. Era tan sencillo como añadir las páginas visitadas, pagar la suscripción correspondiente, y automáticamente se eliminarán los anuncios. A pesar de ello, el servicio no tuvo demasiado éxito y la empresa estadounidense ahora parece decantarse por otros métodos. Más efectivos, pero con menos alternativas