El ex mandatario peruano quedó detenido, investigado por corrupción
Por Carlos Noriega
11 de abril de 2019
La orden de detención sorprendió a Kuczynski en su casa; pasado el mediodía fue llevado a prisión.
Cae otro expresidente por el escándalo de corrupción ligado a la constructora brasileña Odebrecht. Ayer quedó detenido el exmandatario Pedro Pablo Kuczynski. Contra él se ordenó detención preliminar por un plazo de diez días. Luego de este tiempo, se podría ordenar su detención preventiva hasta por 36 meses para ser investigado y procesado por los cargos de corrupción en su contra.
PPK está acusado de haber utilizado sus cargos de ministro de Economía y primer ministro para favorecer a la constructora brasileña a cambio millonarios contratos.
PPK, como se le conoce al expresidente caído en desgracia, está acusado de recibir pagos a cambio de favorecer a Odebrecht cuando era ministro antes de llegar a la presidencia. La orden de detención sorprendió a Kuczynski en su casa, temprano por la mañana. Desde hace un año, cuando renunció a la presidencia, estaba con impedimento de salida del país.
“Aquí hay una persecución política”, se quejó PPK, en breves declaraciones a una radio colombiana dadas desde su casa, poco después de conocida la orden de detención. Negó los cargos en su contra, sin dar detalles. Pero los argumentos de defensa que ha dado en otras ocasiones han sido poco convincentes. En su cuenta de Twitter, el expresidente calificó su detención como “una arbitrariedad”. “He colaborado con todas las investigaciones (…) Nunca rehuí a la Justicia”, escribió. “Es un momento muy duro para mí”, señaló en otro mensaje.
Pasado el mediodía, Kuczynski, ya detenido, abandonó su vivienda en una camioneta de lunas oscuras, escoltado por la policía y la prensa. Luego de la revisión médica de rigor, PPK, de 80 años, quedó recluido en las celdas que tiene el Poder Judicial para los investigados con detención preliminar. Si en los próximos días la Justicia ordena variar la detención preliminar por la detención preventiva, Kuczynski sería internado en el mismo cuartel policial donde está recluido el exdictador Alberto Fujimori (1990-2000), condenado a 25 años por crímenes de lesa humanidad y corrupción, a quien PPK indultó pero que luego volvió a prisión al anularse ese irregular perdón. Es una cárcel VIP para ex presidentes.
Kuczynski está acusado de haber utilizado sus cargos de ministro de Economía y primer ministro durante el gobierno de Alejandro Toledo (2001-2006) para favorecer a la constructora brasileña a cambio de millonarios contratos de consultorías privadas a Odebrecht realizadas por las consultoras financieras Westfield Capital, de la cual PPK es accionista único, y First Capital, propiedad de un socio suyo y con la cual estaba estrechamente ligado. Toledo está acusado de recibir sobornos de Odebrecht y se encuentra en Estados Unidos sometido a un proceso de extradición.
Como ministro de Toledo, PPK firmó una serie de resoluciones que favorecieron a Odebrecht en diversos proyectos en los cuales las consultoras ligadas al entonces ministro asesoraban a la empresa brasileña. La fiscalía se ha centrado en el caso de la construcción de la ruta interoceánica que une Brasil con la costa peruana, licitación obtenida luego del pago de un soborno de 20 millones de dólares al expresidente Toledo y en la cual el entonces ministro Kuczynski tuvo un rol clave, y en el proyecto de irrigación Olmos, en el cual las empresas consultoras ligadas a PPK dieron asesoría financiera a Odebrecht y éste como ministro autorizó el aval del gobierno para préstamos a la empresa para financiar el mencionado proyecto. También se investiga el supuesto financiamiento ilegal de Odebrecht a su campaña electoral con 300 mil dólares.
Por las asesorías dadas a Odebrecht, las dos consultoras relacionadas con PPK cobraron cerca de cinco millones de dólares. Kuczynski dice que no participó en esos contratos, pero las evidencias revelan que luego de complejos movimientos financieros, que incluían traspasos de dinero de una consultora a otra y el uso de empresas offshore, más de 3,4 millones de dólares llegaron a sus cuentas personales.
Por esos cargos, en diciembre de 2017 en el Congreso se votó la destitución de PPK, quien se salvó luego de canjear con un sector del fujimorismo votos a su favor a cambio de indultar a Fujimori. En marzo de 2018 se dio otro pedido de destitución por los mismos cargos. Horas antes que el tema se vea en el Congreso, PPK renunció a la presidencia, después que se revelara el intento de comprar votos en el Congreso para salvarlo por segunda vez.
Los cuatro últimos expresidentes peruanos están involucrados en la trama de corrupción de Odebrecht, que está remeciendo la política peruana. Además de PPK y Toledo, también son investigados por la fiscalía los exmandatarios Alan García (1985-1990 y 2006-2011) y Ollanta Humala (2011-2016). Y Keiko Fujimori, jefa del partido fujimorista que controla el Congreso, está en prisión preventiva desde noviembre pasado, procesada por el supuesto financiamiento ilegal de Odebrecht a su campaña electoral.
Kuczynski, veterano economista y promotor de inversiones privadas, ha ocupado diversos cargos públicos y ha sido sindicado desde hace mucho de utilizar la función pública para favorecer intereses privados. Estrechamente ligado a los grandes grupos de poder económicos, por su orientación y sus relaciones su gobierno tuvo mucho en común con el de Mauricio Macri. Pero PPK no duró mucho, por sus oscuras relaciones con intereses empresariales cayó diecinueve meses después de asumir el poder. Y hoy está en prisión por esa razón.
“Aquí hay una persecución política”, se quejó PPK, en breves declaraciones a una radio colombiana dadas desde su casa, poco después de conocida la orden de detención. Negó los cargos en su contra, sin dar detalles. Pero los argumentos de defensa que ha dado en otras ocasiones han sido poco convincentes. En su cuenta de Twitter, el expresidente calificó su detención como “una arbitrariedad”. “He colaborado con todas las investigaciones (…) Nunca rehuí a la Justicia”, escribió. “Es un momento muy duro para mí”, señaló en otro mensaje.
Pasado el mediodía, Kuczynski, ya detenido, abandonó su vivienda en una camioneta de lunas oscuras, escoltado por la policía y la prensa. Luego de la revisión médica de rigor, PPK, de 80 años, quedó recluido en las celdas que tiene el Poder Judicial para los investigados con detención preliminar. Si en los próximos días la Justicia ordena variar la detención preliminar por la detención preventiva, Kuczynski sería internado en el mismo cuartel policial donde está recluido el exdictador Alberto Fujimori (1990-2000), condenado a 25 años por crímenes de lesa humanidad y corrupción, a quien PPK indultó pero que luego volvió a prisión al anularse ese irregular perdón. Es una cárcel VIP para ex presidentes.
Kuczynski está acusado de haber utilizado sus cargos de ministro de Economía y primer ministro durante el gobierno de Alejandro Toledo (2001-2006) para favorecer a la constructora brasileña a cambio de millonarios contratos de consultorías privadas a Odebrecht realizadas por las consultoras financieras Westfield Capital, de la cual PPK es accionista único, y First Capital, propiedad de un socio suyo y con la cual estaba estrechamente ligado. Toledo está acusado de recibir sobornos de Odebrecht y se encuentra en Estados Unidos sometido a un proceso de extradición.
Como ministro de Toledo, PPK firmó una serie de resoluciones que favorecieron a Odebrecht en diversos proyectos en los cuales las consultoras ligadas al entonces ministro asesoraban a la empresa brasileña. La fiscalía se ha centrado en el caso de la construcción de la ruta interoceánica que une Brasil con la costa peruana, licitación obtenida luego del pago de un soborno de 20 millones de dólares al expresidente Toledo y en la cual el entonces ministro Kuczynski tuvo un rol clave, y en el proyecto de irrigación Olmos, en el cual las empresas consultoras ligadas a PPK dieron asesoría financiera a Odebrecht y éste como ministro autorizó el aval del gobierno para préstamos a la empresa para financiar el mencionado proyecto. También se investiga el supuesto financiamiento ilegal de Odebrecht a su campaña electoral con 300 mil dólares.
Por las asesorías dadas a Odebrecht, las dos consultoras relacionadas con PPK cobraron cerca de cinco millones de dólares. Kuczynski dice que no participó en esos contratos, pero las evidencias revelan que luego de complejos movimientos financieros, que incluían traspasos de dinero de una consultora a otra y el uso de empresas offshore, más de 3,4 millones de dólares llegaron a sus cuentas personales.
Por esos cargos, en diciembre de 2017 en el Congreso se votó la destitución de PPK, quien se salvó luego de canjear con un sector del fujimorismo votos a su favor a cambio de indultar a Fujimori. En marzo de 2018 se dio otro pedido de destitución por los mismos cargos. Horas antes que el tema se vea en el Congreso, PPK renunció a la presidencia, después que se revelara el intento de comprar votos en el Congreso para salvarlo por segunda vez.
Los cuatro últimos expresidentes peruanos están involucrados en la trama de corrupción de Odebrecht, que está remeciendo la política peruana. Además de PPK y Toledo, también son investigados por la fiscalía los exmandatarios Alan García (1985-1990 y 2006-2011) y Ollanta Humala (2011-2016). Y Keiko Fujimori, jefa del partido fujimorista que controla el Congreso, está en prisión preventiva desde noviembre pasado, procesada por el supuesto financiamiento ilegal de Odebrecht a su campaña electoral.
Kuczynski, veterano economista y promotor de inversiones privadas, ha ocupado diversos cargos públicos y ha sido sindicado desde hace mucho de utilizar la función pública para favorecer intereses privados. Estrechamente ligado a los grandes grupos de poder económicos, por su orientación y sus relaciones su gobierno tuvo mucho en común con el de Mauricio Macri. Pero PPK no duró mucho, por sus oscuras relaciones con intereses empresariales cayó diecinueve meses después de asumir el poder. Y hoy está en prisión por esa razón.