UPM: LA VERGONZOSA VOLUNTAD URUGUAYA DE SEGUIR
OPERANDO COMO COLONIA FINLANDESA
Nuevamente las figuras políticas uruguayas más prominentes, con el apoyo de las empresas periodísticas predominantes en nuestro país, agitan sentimientos nacionalistas, como si Uruguay debiera defender su soberanía ante un ataque argentino. Nos incitan a reaccionar ante la supuesta prepotencia y mezquindad del vecino país, que según quieren que creamos, envidia nuestro crecimiento y trata de frenar nuestro desarrollo. Según ellos, somos víctimas del resentimiento y el egoísmo argentino, por lo cual deberíamos cerrar filas en defensa de nuestra dignidad e independencia.
Lo que dicen éstos políticos es ampliamente reproducido por los medios informativos de todo el país, y como resultado, tenemos por estas horas una verdadera campaña a favor de UPM como si defender esa industria fuera defender el Uruguay mismo
UPM NOS MIENTE DESCARADAMENTE
Según su página oficial en internet, “la fábrica utiliza la mejor tecnología disponible y la misma no genera impacto negativo sobre el medio ambiente.”
Reparemos en esta increíble afirmación de que UPM “no genera impacto negativo sobre el medio ambiente.” Tal afirmación es un insulto a la inteligencia de los uruguayos
Uno de los muchos informes científicos que desmienten a UPM, es el del Ingeniero Químico Elías Jorge Matta que ya en el año 2008 advertía sobre la inconveniencia de permitir la instalación de BOTNIA, empresa que rápidamente fue vendida a sus actuales propietarios. Dice su informe:
“Aun manteniendo los niveles de emisión dentro de los límites que ellos mismos se fijaron, a mediano o largo plazo, la acumulación de contaminantes en la cadena trófica transformará a la región: severas pérdidas en la calidad de vida; depreciación de tierras y emprendimientos económicos; y lamentablemente, también el deterioro de la salud de los habitantes de la región.”
Para justificar tal pronóstico, Matta dice, por ejemplo, respecto al material particulado, especialmente PM10 y PM2.5, provenientes de las chimeneas:
“Debido a su pequeño diámetro, las partículas son arrastradas fácilmente por el aire, incluso a largas distancias. al ingresar a los pulmones, generan fuerte irritación en los bronquios y agudos problemas de transferencia de oxígeno y expulsión de monóxido (respiratorios), que con el tiempo derivan en cáncer y cardiopatías. Las partículas son irritantes aun cuando sean químicamente inertes, como los granos de arena (cuarzo). Las partículas provenientes de chimeneas (mayormente sulfato de calcio) son mucho más peligrosas, pues contienen - adsorbidos en su superficie, contaminantes como el H2S, NOx, Dioxinas y Furanos, que agudizan los problemas pulmonares. Este efecto del material particulado se hace notar incluso con muy pequeñas concentraciones en el aire. Y se agrava con la exposición reiterada, prolongada o no”
Respecto a contaminantes de efecto acumulativo, explica:“Difícilmente tengan efectos inmediatos - excepto si penetran directamente al torrente sanguíneo, ya que el ingreso más común de estos contaminantes al receptor es a través del sistema digestivo. En menor medida, vía sistema respiratorio. Traen serias consecuencias (ampliamente conocidas en la actualidad), usualmente en el largo plazo”
“El ciclo de estos contaminantes comienza cuando se depositan y acrecientan en pastizales, aguadas y ríos (fijas a partículas y sedimentos), ya que la mayoría son compuestos estables que no reaccionan ni se alteran por meses o años. En algún momento, un ser vivo los ingiere involuntariamente, dando inicio al segundo ciclo de acumulación, conocido como "cadena trófica" o "cadena alimenticia". Pueden ser crustáceos o plancton en el medio acuático; todo tipo de ganado y animales de corral fuera del ambiente acuático, por ingesta de agua y forraje. En el caso de las Dioxinas y Furanos, los compuestos se almacenan en tejidos y células grasas. Se traslada así al resto de la cadena alimenticia, por la carne, la leche (incluida la leche materna) y huevos.”
El Dr. Andrei Tchernitchin, Presidente de la Comisión de Salud y Medio Ambiente del Consejo Metropolitano del Colegio Médico de Chile, en un panel sobre “Impactos en la salud derivados de la Producción de Celulosa”, expuso sobre los tóxicos provenientes de las plantas de celulosa en la salud humana y animal, y habló sobre un nuevo efecto denominado “imprinting”, que se presenta con la exposición de tan sólo horas al día a la contaminación lo que puede provocar que bebés muy pequeños queden con una marca en sus células que en edades más avanzadas se manifestarán en enfermedades graves, o que puede afectar a un feto a través de la contaminación alimenticia o respiratoria de la madre a un tóxico emanado de una planta de celulosa. Yo como médico tengo la obligación de poner en alerta de todos los problemas de salud que pueden ser originados por problemas de contaminación ambiental”, expresó
Su colega argentino Martín Ignacio Alazard, Especialista en Medicina Laboral, agrega: “ Aunque la exposición crítica tenga lugar durante el desarrollo embrionario, las manifestaciones pueden no ser evidentes hasta la madurez del individuo Es cierto que necesitaremos, seguramente, de bastante tiempo, (varias décadas), antes de poder disponer de resultados concluyentes pero, aun así, creemos que el conjunto de las evidencias sobre los disruptores endocrinos es suficientemente alarmante como para que las autoridades civiles y políticas apliquen inmediatamente el denominado Principio Precautorio.”
Nadie ha presentado argumentos que desmientan estas afirmaciones y muchas otras del mismo tenor. Sin embargo, la prensa uruguaya no pone energía en advertir del daño ambiental y sanitario que UPM significa. Por el contrario, el énfasis está en la cuestión política y diplomática, como si Uruguay debiera defenderse del gobierno argentino y de los piqueteros entrerrianos que no quieren vernos prosperar y se meten en nuestros asuntos internos.
¿QUIEN GANA Y QUIEN PIERDE CON UPM?
Un representante de BOTNIA, respondiendo a preguntas que se le plantearon en el 2º Foro realizado en Fray Bentos en 2007, dijo que “el proyecto generará directa o indirectamente 8.000 puestos de trabajo cuando la planta esté en operación”, agregando que “aproximadamente 3.000 de ellos estarán en el departamento de Río Negro”. BOTNIA se fue, y su sucesora UPM tiene hoy una plantilla que ronda los 500 operarios. La pobreza que rompe los ojos en Fray Bentos y sus alrededores, no se compadece con aquellas promesas de tan formidable impacto económico para la comunidad fraybentina.
UPM opera en zona franca, por lo que no paga impuestos como lo hacen las demás empresas exportadoras. Según el último balance conocido, UPM declara 533 trabajadores en Uruguay y contando la venta de energía a UTE, la ganancia total del negocio fue de unos U$S 500 millones anuales. Eso significa que cada trabajador le generaba casi U$S 1 millón de ganancia por año.
El Estado Uruguayo cuando se enfrenta a Argentina para defender a UPM, no está defendiendo los intereses uruguayos, está defendiendo a una empresa extranjera que solo nos compra troncos de árboles cultivados mediante un modelo forestal que daña nuestro ecosistema, favorece el latifundio, se beneficia de grandes exoneraciones impositivas y genera muy pocos puestos de trabajo, que considerando los números de las ganancias empresariales, en realidad son puestos de vil explotación.
¿Es digno para los uruguayos defender el negocio de una empresa extranjera que explota así a nuestros compatriotas, destrozando nuestro suelo, contaminando el agua, atentando contra la salud y la calidad de vida de la población? ¿Se le puede llamar República a un país que procede así o le cabe más bien la designación de “Colonia”?
La propia página oficial de UPM reconoce francamente: “Vemos en el ser humano a un recurso cuyas dimensiones física, psíquica y social conforman una totalidad.” Es decir que tanto nuestro suelo, nuestra agua, como nuestros compatriotas, son simples “recursos” para UPM
¿Debemos tolerar tanta insolencia? Es más: ¿Debemos ir a un conflicto internacional para defender sus intereses?
Aníbal Terán Castromán
postaporteñ@ 1191 - 2014-06-24