Seguir como si nada no es una opción
Alister Black *
Glasgow, 20 de September 2014 - Green Left Weekly
Después de dos años de campaña, el referéndum de independencia de Escocia ha terminado. Se vio la victoria del No, los opositores de la independencia, con un 55% frente al 45% que respaldó al Sí.
El referéndum registró un nivel sin precedentes de compromiso político y debate en toda Escocia. Esto se reflejó en la participación enorme y sin precedentes de 84.59%, revirtiendo la tendencia de las últimas décadas de disminución. Algunas zonas rurales llegan incluso al 100%.
Los activistas independentistas, especialmente alrededor de Campaña de Independencia Radical, consiguieron miles de votos en las comunidades más pobres y marginadas de Escocia, donde muchos habían estado fuera de los circuitos electorales desde la abolición del voto obligatorio.
Hablamos con personas que nunca habían votado y necesitaban que se les explicase como hacerlo. Estas comunidades ajenas a todo fueron modificadas por el referéndum.
Los pobres votaron Sí
"Las cuatro localidades más pobres y desfavorecidas de Escocia fueron las únicas circunscripciones (en 32) con mayoría del Sí: Glasgow, Dundee, West Dunbartonshire y North Lanarkshire," señaló Frances Curran, ex diputada del Partido Socialista Escocés (SSP) en el Parlamento de Escocia. "Eso lo dice todo sobre el significado de este referéndum."
Estas comunidades han sido los más afectados por las políticas de austeridad y los recortes de beneficios sociales del gobierno conservador. Miles dependen de los comedores públicos para sobrevivir.
Hay anécdotas de familias que abren latas de frijoles y las comen de inmediato, frías y con la mano, por el hambre. La policía informa de una oleada de robos en que entran en las casas para robar comida. Algunas áreas de Glasgow tienen una esperanza de vida media en hombres, de 58 años, más bajo que el África subsahariana.
La "unión de las coronas" no ha ofrecido nada a estas comunidades, salvo la desindustrialización, el desempleo, la pobreza y la desesperación.
En algunas áreas, como Craigmillar en Edimburgo, los votantes organizaron marchas esa mañana hacia los centros de votación; madres y padres con cochecitos de niños y ancianos empujados en sillas de ruedas para ir a votar, encabezadas por pancartas y gaiteros.
Esto refleja la aparición, especialmente en las últimas semanas de la campaña, de un movimiento dinámico y radical de masas que se movilizó en las comunidades a través de Escocia para tratar de obtener el voto por el Sí
La gran propuesta de la campaña del Sí fue que dejemos de ser dirigidos por los políticos y los empresarios de traje gris y convertirnos en un movimiento popular en torno a las ideas progresistas y democráticas
Los jóvenes fueron a la cabeza en este movimiento social, cuestionando cada vez más y debatiendo sobre el tipo de sociedad que queremos llegar a ser
Las demandas que inspiraron a las bases no procedían del manifiesto del conservador Partido Nacional Escocés (SNP), no se centraron en cuestiones históricas o étnicas sino en la justicia social y la igualdad. Fueron por el fin de los sistemas enfermos de salud y alimentación. Fueron para la paz y por el desguace de los misiles nucleares Trident.
La mayoría no tenía ninguna participación política previa, pero entró en la campaña a través del grupo por el Sí de su comunidad local, coaliciones como Campaña Radical por la Independencia o grupos como Mujeres por la Independencia o el grupo nacional de artes colectivas.
Un golpe contra el sistema
Este movimiento dio el susto de sus vidas a los políticos y la City de Londres, que al final lograron una victoria de unos pocos puntos porcentuales.
El Estado británico se jugó en la lucha todo lo que tenía. El Partido Laborista entró en la campaña "Mejor Juntos" con una plataformas compartida con los líderes conservadores para hacer propaganda por el No. Los laboristas se han hecho a sí mismos un grave daño y ahora está por fuera de una nueva generación de jóvenes políticamente conscientes. Su lema final ante los centros de votación fue "no vale la pena el riesgo".
En un alarde de "conmoción y pavor", el primer ministro británico conservador David Cameron llamó a todos sus viejos amigos de la escuela que estuviesen en los directorios de los bancos, de los supermercados y las compañías petroleras, pidiendo por favor su apoyo. Hicieron fila para hacer cuentos sobre la fuga de capitales y la suba de precios -que fueron replicadas rápidamente- a los que se les dio un gran eco en los medios, los que abrumadoramente apoyaron el No
El principal de ellas fue la BBC, la emisora estatal supuestamente imparcial. Algunos informes de la BBC fueron increíblemente sesgados. Aunque el Sí utilizó brillantemente a los medios sociales para contrarrestar este ataque, igual hizo daño.
Hubo amenazas permanentes de que Escocia sería expulsada de la UE y no se le autorizaría a utilizar la libra, marginándola de los préstamos internacionales.
Teniendo en cuenta toda esta ofensiva, el voto por Sí funcionó asombrosamente bien. Los activistas partidarios ganaron abrumadoramente la guerra de la presencia en el terreno en los últimos días, tomando literalmente las calles de las grandes ciudades cada noche durante los mítines de masas espontáneos y las marchas.
Nuevo debate constitucional
Ahora nos enfrentamos a un nuevo debate constitucional. A Escocia se han prometido nuevos poderes de parte del gobierno de Westminster y la posibilidad de un nuevo acuerdo constitucional para el Reino Unido.
Sin embargo, tanto Cameron como el líder laborista Ed Miliband ya se están desdiciendo de su "compromiso" de dar mayores poderes. Los conservadores, sin duda, va a tratar de usar esto en su provecho para apaciguar a su ala derecha y a los "pequeños ingleses" de extrema derecha.
El SNP ha visto la renuncia del Primer Ministro, el popular Alex Salmond. El SNP demostró tener una fuerte organización y un amplio apoyo. Es probable que ahora sea dirigido por el líder adjunto Nicola Sturgeon, hombre capaz que jugó un papel crucial en la campaña.
La izquierda se fortalecerá durante el próximo período si puede reaccionar estratégicamente y hacer un giro hacia el movimiento social que surgió en la campaña.
Puede haber intentos de construir una nueva fuerza, como la plataforma socialdemócrata "Common Weal" que atrajo el apoyo de muchos intelectuales y celebridades, y activistas de base.
La Campaña Radical por la Independencia y el Partido Socialista Escocés (SSP) también emergieron de la campaña con su reputación mejorada, al igual que Izquierda Verde. Muchos activistas estarán dispuestos a continuar con ese nivel de unidad alcanzado durante la campaña
Enfrentados a una avalancha ofensiva de la élite dominante, y después de 25 años en que nos dijeron que la lucha contra la pobreza y la desigualdad era un sueño y no podía haber alternativa al consenso neoliberal, el 45% de los escoceses aun así votó Sí.
Este es un gran logro y lo mejor ha sido la construcción de un movimiento social de masas. Si ahora podemos aprovechar ese movimiento para construir una nueva fuerza política en la sociedad escocesa, entonces, a pesar de la derrota en el referéndum, podemos agruparnos y organizarnos, para sacudir la política.
[Alister Black es editor del semanario escocés independiente Frontline de orientación marxista. Black es además miembro del Partido Socialista Escocés, y activista de la Campaña de Independencia Radical (RIC), una plataforma de izquierda dentro del movimiento Sí Escocia.]
enviado : F.Moyano - postaporteñ@ 1245 - 2014-09-22