DERECHOS HUMANOS
Abogados y activistas de los derechos humanos, que trabajan con los niños inmigrantes ilegales, afirman que “bajan de peso porque no están comiendo”, en el centro de detención de Karnes, en Texas.
Los abogados reclaman al gobierno que se cumpla con el proceso del debido derecho, a las familias que están detenidas en Nuevo México y en Texas, y que se les permita salir bajo fianza. Además plantean que la inconducta de los carceleros, está intimidando seriamente a las mujeres, particularmente a las madres de pequeños, y que eso violenta todas las normas en la materia.
Las detenidas han reiterado que se les prohíbe llamar incluso a sus abogados y familiares, para informar sobre su estado general.
Centenares de madres con hijos con solo la cama y la comida
El establecimiento de Karnes, en Texas, está albergando a más de 200 madxres y unos 300 niños, mientras que el de Artesia, en el vecino Nuevo México, tenía hasta julio último unas 300 madres, con al menos un niño cada una, según reporta el Centro Nacional para Políticas de Justicia Migratoria.
La directora de la institución, Royce Murray, denunció que en principio “la comida y las camas estaban allí, pero el resto dijeron que lo iban a traer después”, algo que no ha ocurrido. Tampoco se les dijo que tenían derechos para salir bajo fianza, algo establecido en las leyes estadounidenses para estos casos, “había mucha confusión entre las madres, que no entendían sus casos y que podrían salir de allí”, dijo Murray.
Los centros de detención son los más grandes para inmigrantes que actualmente tienen los EE.UU. y tienen allí miles de niños con sus madres, en su mayoría inmigrantes que proceden de El Salvador, Honduras, y Guatemala.
La ONG Detention Watch Network, en tanto, insiste en reclaman que se cierre la prisión de Artesia, debido al creciente número de violaciones que allí denuncian las mujeres, sin registro oficial de los hechos.