29 sept 2014

“Mafalda en su laberinto. Retrato político de una niña humanista”

Martín Azcurra

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  1. Mafalda dijo sanseacabó el 25 de junio de 1973, cinco días después de la masacre de Ezeiza, cuando la política se hacía a un costado para dar paso a un nuevo ciclo de violencia. En ese contexto, una niña ya no tenía mucho que decir. Su creador, Quino, se autoexilió en marzo de 1976. Es cierto que los libros de Mafalda, por seguir las indicaciones de los editores y cierta autocensura propia, no sufrieron ningún tipo de prohibición, ni antes ni durante la dictadura. Pero de alguna manera, alguna molestia habían generado, por debajo y a los ojos del régimen. Por algo fue que, en junio de ese año, cuando asesinaron a los cinco curas palotinos, los militares dejaron sobre sus cadáveres, a la vista de los fotógrafos, un afiche con la imagen del palito de abollar ideologías. “Cuando vi por primera vez esas fotos publicadas mucho después de que se hubiesen ido los militares, creo que en Página/12, fue algo que me impresionó muchísimo”, se lamenta Quino, a quien la violencia le genera mucha angustia. Antes había tenido otro encuentro directo, cuando un grupo de las Fuerzas Armadas de Liberación (FAL) había asaltado un banco y había matado a un policía. “Tiraron como volante una página mía que había salido en Primera Plana, en la que aparecía un tablero de ajedrez en el que las piezas eran personajes humanos. De un lado había obreros y del otro los ricos, y aunque los obreros eran más el texto decía: ‘Juegan las negras y hacen mate cuando les da la gana’”.

  1. Mafalda nació como garabato en 1962. Joaquín Salvador Lavado Tejón, alias Quino, la bosquejó para una publicidad de electrodomésticos que nunca se materializó. Pero, tozuda y persistente, la pequeña se las ingenió para seguir viva en la cabeza de su creador, porque dos años después –ha ce exactamente 50 años– lo llevó a decir: “bueno, es hora de que seas parte de la historia”.
A partir de entonces, el personaje parece haber sido un dolor de cabeza para el dibujante, tenía entonces 30 años. Quino era por ese tiempo un tipo oscuro, que tal vez pareciera incluso mayor, quizás debido a sus largos años de luto durante la infancia tras la muerte de su madre primero (luego de una larga agonía), su abuelo después y finalmente su padre.
El tiempo que le llevaba dibujar cada tira diaria (hasta nueve horas, según cuenta el propio autor) nos permite suponer que había una idea previa a la que debía darle forma, y no que simplemente se dejara llevar por los personajes y las ocurrencias espontáneas.
Para intentar comprender el ideario de Mafalda, hay que reconocer primero que Quino siempre fue un hombre de ideas socialistas, lo dejan en claro muchas de sus tiras y también su adhesión a la Revolución Cubana (no olvidemos que siempre tuvo buena relación con La Habana y que le confió al cubano Juan Padrón la dirección de sus primeros dibujos animados), pero que fue también crítico de las formas corrientes para llegar a ellas. Sus abuelos eran comunistas y sus padres republicanos “socialistoides” (según su propia definición) y durante su infancia, la cocina echaba humo pero no de puchero en ebullición sino de discusiones políticas.
Desde el día mismo de su nacimiento, Mafalda se convirtió en una figura política cuyo campo de acción fue cambiando cada dos o tres años, como una luchadora todo terreno que fue cambiando de soporte:  pasó de revista a diario y de diario a semanario. Y en ese tránsito, Quino nunca abandonó a su personaje, al menos hasta su despedida definitiva en 1973. Y casi sin proponérselo, se transformó en el desvelo a la izquierda, que hasta hoy quiere comprender su línea política (o, según la propia Mafalda, su “garabato ideológico”).
No podemos dejar de ver el contexto para entender algunas cosas: hay que tener en cuenta que la pequeña llegó al mundo en un momento donde el progresismo y el desarrollo todavía eran una posibilidad real (aunque eran aún también un misterio). El absurdo golpe militar propinado a Frondizi (luego de cientos de amenazas), que terminó de mostrar a la sociedad la conspiración castrense-oligárquica en una farsa democrática-golpista (por momentos ridícula), dividía el proyecto nacional-desarrollista en dos sectores: la lucha política legal y la lucha armada.
Con Arturo Illia en el poder y con el peronismo proscripto, tras un acuerdo con Julián Delgado, jefe de redacción de Primera Plana, Quino se metió de lleno a darle a Mafalda una impronta política contestataria, aunque siempre desde una postura democratista liberal. Durante la primera parte del gobierno radical, la tira muestra un raro humor infantil para adultos; tres niños que juegan al gobierno, bajo los intentos golpistas militares; chistes sobre la clase media y su pavoroso terror a la China comunista (que en ese momento iniciaba la llamada revolución cultural), una izquierda marxista acechando, como telón de fondo, la disputa tecnológica URSS-EEUU por la conquista del espacio, etc. En pocas tiras se despliega una gran cantidad de crítica política aguda, que se ubica en el espacio de la lucha democrática legal, sin mención alguna del peronismo. El día siguiente al golpe de Onganía, Quino –que publicaba ya en el diario El Mundo (1965-67)– muestra su doble frustración en un cuadro donde abandona por completo el humor: Mafalda nos cuestiona (en un plano detalle de su rostro) como lectores adultos diciendo: “Entonces, eso que me enseñaron en la escuela…”. Aquí muestra por primera vez su frustración democrática y también literaria (ya que sabe que se inicia una etapa de mayor censura). La segunda vez, creemos, abandonará el personaje.
Durante la denominada “Dictablanda”, aparece una Mafalda más precavida (pero no menos aguda) con respecto a la sátira política. Las limitaciones angustiaban a cualquier autor que tuviera la intención de llegar a las masas con un mensaje profundo. Si bien a la censura se la impusieron desde el comienzo (“de entrada nomás la tuve, me decían: ‘pibe, chistes contra la familia no, militares no, desnudos no’”), Quino reconoce que hay un alto componente de autocensura: “En Brasil por lo menos había censores, Ziraldo (dibujante brasilero muy popular) me mostró una vez cómo le devolvían los chistes que mandaba, con una cruz roja encima prohibiéndolos. Pero acá nadie te decía nada. Así que uno se autocensuraba, porque si no te lo van a publicar, para qué lo vas a dibujar”. Otra fue la censura que vivió en la España franquista, cuando la tira de Mafalda salía con una banda que decía “sólo para adultos”.
La violencia crecía al calor de los despidos, la caída salarial y la organización obrera. Casi en medio de la balacera, cubriéndose la enorme cabellera con sus manitos, Mafalda empieza su ciclo en Siete Días entre un fuego cruzado: por un lado una feroz dictadura y por el otro estallidos sociales (Cordobazo) y la aparición en escena de la lucha armada. El calor sube por el río desde Europa (con el Mayo Francés), por la cordillera desde Chile (con el gobierno socialista de Allende) y por las montañas del norte desde Bolivia (con el Che preparando la guerrilla). Pero Quino ahora debe entregar sus originales con 15 días de anticipación, por lo cual, indefectiblemente, Mafalda no podrá seguir la realidad día tras día, sino que deberá cambiar de estrategia, apuntar más al fondo que a la superficie. Su blanco es entonces, más que nunca,  el ser humano.

  1. En repetidas ocasiones, Quino dejó en claro que la razón de la culminación de la tira, ocurrida (casualmente) cinco días después de la masacre de Ezeiza, fue solamente el cansancio. José Pablo Feinmann es uno de los tantos que no le cree. “¿Cómo la niña libertaria, idealista, tramada por los mejores valores de la condición humana, iba a emitir juicios en un país en que los juicios solían pagarse con la vida? No hay cobardía en esta decisión. Pero sin duda hubo una vacilación, la vacilación ante un país que empieza a volverse incomprensible. Mafalda no podía afrontar el terror que se desata ese día y que continuaría hasta el proceso genocida de los matarifes del ’76. Apenas cinco días después se retira de una escena que la sofoca. A la realidad –es una frase de Borges que suelo citar– le gustan las simetrías. Ezeiza y Mafalda no establecen una simetría, pero sí una relación temporal demasiado cercana como no sostener que hubo una influencia del terror de la naciente Triple A en el abandono que la niña hace de la escena argentina”, dijo en una de sus contratapas en Página|12.
El propio Quino reconoce que nunca supo cómo reaccionar ante la violencia política. En una entrevista realizada por el diario La Nación de Costa Rica, explica que “hay cosas que me hacen sufrir tanto que no soy capaz de volcarlas sobre un dibujo. Eso me pasa con los desaparecidos. Me parece que si la gente ve que hay algo de humor en un tema tan trágico va a pensar que en realidad no lo es tanto”. Y en la misma entrevista les deseó un largo sufrimiento a Videla y Pinochet: “Espero que terminen lo peor que puedan… Algo con mucho sufrimiento, no una muerte rápida. Quizás anunciada, no estaría mal”.
Entre quienes criticaron su postura está también Pablo Hernández, un sociólogo del peronismo de izquierda, que en 1975 publicó un estudio titulado “Para leer a Mafalda” (en homenaje al libro de Umberto Eco, Para leer al Pato Donald). Allí, en pocas palabras le exige a Quino, como gran productor de sentido, un mayor compromiso con la época y se pregunta por su omisión del peronismo. Pero lo hace de una manera infantil, construyendo una crítica a partir de decirle al autor qué debería haber hecho con respecto a los personajes y sugiriendo posturas políticas que rozan lo panfletario. Por ejemplo, se pregunta cómo el padre de Mafalda no puede llegar a ver la necesidad de “agruparse, para tratar por el único medio posible, la fuerza que da un movimiento colectivo, de mejorar el actual estado de cosas”. O que a Raquel, la madre, “presentada sin inquietudes ni ambiciones, siempre en un conformista segundo plano”, se le niegue “el papel protagónico que en la actualidad debe desempeñar la mujer”. Hernández le reprocha a Quino que a ella “el temor a todo cambio, sobre todo si es profundamente revolucionario como el que proponía Evita, la lleva a preferir eternamente su actual situación, aunque ésta no sea nada agradable”. Y a Mafalda le incrimina una mirada supuestamente antiobrera, por ejemplo cuando observa las hormigas y no menciona la verdadera naturaleza del trabajo: “Lo que debería criticarse es la forma en que actualmente se trabaja…, la existencia de una mediocre ley de contrato de trabajo que ni siquiera impide al patrón despedir a sus operarios en cuanto lo crea conveniente; la plusvalía que diariamente roban los empresarios a sus obreros; en definitiva, la reproducción de las actuales relaciones de producción”, escribe.
La forma en que está construida esta crítica izquierdista tira por la borda un planteo que bien se le podría haber hecho a Quino desde otro lado, un diálogo mayor con la época. ¿Pero hasta qué punto es lícito exigirle a un artista mayor compromiso? Es tal vez una discusión sin salida, que nos remite incluso a la eterna polémica entre Sartre y Camús. Por lo que Mafalda representa, de ninguna manera hubiera podido apoyar la lucha revolucionaria ni tampoco mirar para el costado, por eso creemos que se retiró a tiempo, que su DT la sacó a último momento de un partido que no podría seguir jugando.
Para Juan Sasturain, Mafalda “encarna el progresismo, la esperanza en la racionalidad social, la utopía que ve deshacerse en olas de violencia”. Fue por esta razón que “el autor sintió que ya no podía –no es que no lo dejaran–; que ya no podía lidiar con los ruidos que venían de la calle, síntomas de un tiempo que ya no era aquel en el que Mafalda se había criado. Y saludablemente –para él y para ella– la cortó”.
El ciclo histórico que se inició después de la masacre de Ezeiza desubicó en general a todas las expresiones culturales e intelectuales representativas de la clase media argentina, que efectivamente se sentía el jamón del sándwich. El semiólogo argentino Oscar Steimberg, quien produjo varios ensayos sobre Mafalda, trató de desvelar la relación entre los sectores medios y el personaje de Quino: “[Mafalda] era la modernidad del momento; pero también era cierta continuidad, cierta inconsciente expresión de satisfacción por parte de una clase media que se había acostumbrado a considerarse el único sujeto de esa modernidad. Por un lado, entonces, había que reconocer lo que tenía de narración historietística, lo que tenía de transposición conversacional, lo que tenía de síntesis visual en relación con esos componentes narrativos; todo eso me parecía muy importante, muy valioso. Pero, por otro lado, también había que develar la condición ideológica –en el sentido más lato– de la tira: aquello que la guiaba en términos de la autorreferencia placentera de una clase media que quería tener la verdad, y no compartirla con otros habitantes de la región cultural”.
Sobre el humor de la clase media, dice Sasturain, “esa apelación humorística que se vale de la ironía y la complicidad inteligente invade por otra parte todos los ámbitos –el fenómeno Tato Bores en televisión, María Elena Walsh y Les Luthiers en el escenario– y gana público entre los sectores medios en proceso de radicalización o actualización ideológica, que eligen algunas de esas expresiones humorísticas como punto de referencia para su mirada y sus opiniones sobre el país, la realidad social, el mundo o los valores universales: el caso extremo de Mafalda se repetirá, con variantes, alrededor de los ochenta y las postrimerías de la dictadura con la revista Hum(r).”
Y esta repetición, lo que hace que Mafalda sea, tal vez, la nena más revisitada de todos los tiempos se explica porque Quino va eligiendo el camino de un humanismo universal, que expresa al ser humano de naturaleza libre en todas las épocas y lugares, y es por esto que puede ser retomado hoy, tanto en Europa como en Medio Oriente. En una entrevista que le realizaron en 1987, Quino dijo estar “convencido de que si alguien no modificaba un gen del hombre, éste desaparecería a corto plazo”. Tal vez (nos gustaría creer) su idea sea menos progresista que revolucionaria: en vez de proponer un capitalismo más humano, lo que Mafalda propone es más bien un socialismo humano, lejos de la violencia y el verticalismo. Su progresismo, en todo caso, cree cada vez menos en el desarrollo y más en el ser humano. “Los  problemas del mundo son los mismos”, dice hoy.
En la ruta del progresismo, todo lo que no se le permitió decir contra la Iglesia, Quino lo volcó en los libros de humor posteriores a Mafalda. Su crítica a la religión, que lo diferencia de otros humoristas de la clase media, también nos habla de un humanismo radical: “La idea del monoteísmo no me gusta. Soy más animista en ese sentido. Estoy más cerca de las creencias primitivas en los gnomos y en que los árboles y el Sol tienen alma. Me gustan los dioses mitológicos que metían la pata, se enamoraban, tenían hijos, etcétera. Era muy simpático eso”, explicó  en una entrevista.
El humanismo radical en Quino se vuelve una materia indiscutible a partir de la publicación de sus libros de chistes. En 1972 publica uno de los mejores libros de humor gráfico argentino, A mí no me grite, donde expresa en forma libre y grotesca su crítica al poder en general y a las formas de opresión tanto físicas como psicológicas.
Por otra parte, habría que entender a qué clase de izquierda cuestiona Quino. Además de repudiar la violencia como método de construcción, llega a esbozar un rechazo al vanguardismo izquierdista, por ejemplo en una tira del año 1965 donde un niño snob quiere convencer a Mafalda con argumentos propios del marxismo ortodoxo. Más adelante vuelve a insistir en ello a través de la continua declamación (inocua) de Revolución Social que hace Libertad en las últimas tiras. El momento exacto en el que Quino sepulta a la izquierda “iluminada” es cuando Libertad le cuenta a Mafalda que su padre dice que “hay que hacer la revolución”. Mafalda le pregunta “¿adónde?” y ella le contesta “en el sillón”. Una aguda, divertida e inteligente crítica.

  1. Quino tuvo que dedicar un enorme esfuerzo en construir un mundo infantil comprometido pero ajeno a la disputa interna entre la lucha armada y la bestia fascista de entonces. Con una línea fina y despojada, dibujó un barrio porteño, una escuela pública, una casa digna, como soporte de la burbuja en la que iba a meter a sus personajes. Después de la dictadura militar, Mafalda fue siendo recuperada por los que quedaron vivos, la clase media resurgiendo del silencio, el progresismo rosa argentino. En los ochenta, este sector se fue agrupado en torno de la UCR, y en los noventa en las corrientes nacional-populistas que tomaron forma en el Frente Grande. La base social de esta apropiación fueron los docentes de la escuela pública, en ese momento un actor importante que supo tener una política propia a través de la Carpa Blanca. Una historieta izquierdista actual muestra la transformación de Mafalda a través de los distintos momentos históricos, hasta el día de hoy convertida en Lilita Carrió. Sin embargo, a pesar de su ausencia de peronismo, hoy también es compartida por la juventud camporista y el ejército de trabajadores sociales que asiste las necesidades de los barrios humildes. Su póster puede estar junto al de Evita y al del Che.
Es posible que esta apropiación política de Mafalda se deba a la construcción de un personaje con programa propio, cuyas consignas va declamando cada vez que puede y quiere (ver recuadro Programa de Mafalda), sobre todo al despertar cada 1° de enero; programa que se refuerza en la contradicción con dos de los personajes secundarios, que representan a las clases conservadoras y de derecha. Estamos hablando, por supuesto, de Susanita (clase media con aspiraciones de clase alta de elite) y Manolito (pequeña burguesía comercial), quienes a su vez se enfrentan por cuestiones de clase: Susanita no deja de ridiculizar la ignorancia de Manolito. Cuando Mafalda le dice a Susanita que le parte el alma ver a la gente pobre en la calle, ella le contesta que también, pero que bastaría con esconderlos.
Manolito representa la burguesía nacional con origen europeo, a quien no le importa la disputa interna mientras la gente siga comprando. Lo podemos ver en una tira donde Mafalda y Felipe quieren sacarle el hipo con un susto, al grito de “Revolución” y “Tanques”, pero no lo pueden sobresaltar porque esto no lo conmueve ni asusta.
En realidad, todos los personajes que la rodean (cerca de una construcción grupal más que de un líder iluminado) van reforzando el programa de Mafalda: Felipe es el más simpatizante de sus ideas, pero a veces, por debilidad política, no la sigue; Miguelito, en cambio, vive en su mundo de fantasía.
Tampoco es que Mafalda reniegue del comunismo, todo lo contrario, lo cree necesario para el equilibrio político del país: un comunismo civilizado, que acepte el juego democrático burgués. Esto lo deja claro en su famosa frase: “El comunismo es a la democracia como la sopa a la niñez”, algo así como un mal necesario…
Sus sueños de ser intérprete de la ONU tienen, también, que ver con el rol de intermediario, de favorecer el diálogo entre los distintos sectores que no se entienden entre sí. Pero al mismo tiempo, critica a este organismo (como otras críticas a las instituciones y a su burocracia, no olvidemos que incluso así se llama su propia tortuga, Burocracia, en una metáfora plena de humor) por inservible e inútil. Y en una carta al director de Siete Días, la niña le aclara que si tiene que mentir en la traducción para que los países se entiendan, lo va a hacer.
Sin dudas, Mafalda parece correr a la izquierda por derecha y a la derecha por izquierda. En la tira donde simula ser la estatua de la libertad pone una lamparita quemada en la mano derecha (suponemos que se refiere a la falta de ideas) y en la izquierda un libro de cuentos (suponemos que se refiere a la costumbre izquierdista del cuento de hadas). Una enorme crítica a la manera en la que nos construimos la libertad, sobre una base política vacía.
Sin embargo, los que aprendimos a leer con Mafalda, los que nos llevábamos la historieta a la cama antes de que fuera hora de levantarnos del todo, los que la usábamos de bálsamo para transcurrir las horas muertas de una siesta paterna obligada, los que entendimos algunos chistes al principio y después fuimos entendiendo alguno, y otro, y otro más a medida que pasaban los años, sentimos que también representa a la juventud rebelde que además de empuñar las armas preparaba la leche caliente para los chicos en la villa, a quienes quizás también les acercaban una historieta para que aprendieran a leer. Porque esa violencia política no era más que un diálogo cerrado por la violencia de arriba, y estaba motorizada por el mismo sueño de paz y de libertad con el que soñaba Mafalda. En ese contexto, no hay ninguna posibilidad de que un agente del fascismo les haya comprado a sus hijos uno de esos libritos de la niña de pelo batido, salvo por error.
Las ideas más progresistas y de izquierda de Mafalda tienen que ver con sus aportes humanistas y transformadores. Sueña efectivamente con cambiar el mundo, y sabe que los jóvenes son el motor. “Si no cambiamos el mundo rápido es el mundo el que nos cambia a nosotros”. Y eran, por esos años, precisamente los jóvenes quienes estaban luchando por hacerlo. Quino, de alguna manera, se conmovía con esa entrega y la niña rebelde y sus amigos fueron su obsequio para esa generación. Uno podría pensar “bueno, es sólo una niña ¿para qué exigirle más?”. Mientras haya un libro gordo de Mafalda en el estante, tal vez un niño más, revolviendo, se encuentre un día con esta placentera aventura y (de yapa) se le clave en el corazón.

28 sept 2014

El F-22: el arma secreta de la Guerra Fría que Washington desempolvó para atacar en Siria



RedacciónBBC Mundo
septiembre 2014

El desarrollo del Raptor costó US$ 69.000 millones.

Esta semana, la Fuerza Aérea de EE.UU. estrenó en combate una de las armas más costosas de la historia, el cazabombardero invisible a los radares conocido como F-22 o "Raptor".

El sofisticado avión arrojó bombas sobre Siria como parte de la campaña aérea contra los extremistas de Estado Islámico que controlan partes del territorio en ese país.

Se desconoce exactamente cuáles fueron los pormenores de la misión.

Pero seguramente fueron muchos los funcionarios en el Pentágono y en la industria de armamentos estadounidense que respiraron aliviados con la noticia del bautizo en combate del avión.

Pues luego de tres décadas de espera y casi US$ 70.000 millones en gastos, el controversial avión fue finalmente empleado en el objetivo para el que había sido ideado: eludir las defensas antiaéreas del enemigo sin ser detectado, atacar un objetivo y volver a salir ileso.

De otra era

El Raptor es al mismo tiempo una maravilla de la tecnología moderna y una reliquia de otra era.

Fue ideado en la década de 1980, en las postrimerías de la Guerra Fría.

Invisible al radar enemigo, era un arma crucial para mantener la superioridad militar sobre sus rivales más temidos, los avanzados aviones de combate de la Unión Soviética.

Pero en 1991, cuando se firmó el primer contrato para la construcción del F-22, la amenaza soviética se había derrumbado.

No obstante, el Pentágono decidió seguir adelante con su desarrollo, pese al costo que llegó a la extraordinaria cifra de US$ 69.000 millones, o casi US$ 370 millones por cada uno de los 188 ejemplares de la aeronave que se construyeron.

Sin enemigo

Los críticos se preguntaron entonces acerca de la utilidad de un arma diseñada para confrontar un enemigo soviético que ya no existía.

El tiempo parecía darles la razón.

Al llegar los primeros F-22 al servicio de la fuerza áerea estadounidense en 2005, la cara del contrincante había cambiado de manera drástica.

Las tropas de Estados Unidos peleaban ahora cuerpo a cuerpo contra insurgentes rudimentariamente armados en los campos y poblados de Afganistán e Irak, contra los que poco podía hacer desde el aire la costosa aeronave.

Como si fuera poco, el avión sufrió una serie de incidentes en los que pilotos en misiones de entrenamiento con el F-22 perdían el conocimiento en pleno vuelo, aparentemente por problemas en el suministro de oxígeno.

En 2010 una de las aeronaves se estrelló, muriendo su ocupante.

Por casi una década, el Raptor permaneció en reserva, sin que se le encontrara uso en el campo de batalla.
Desde las alturas

El Raptor es 

invisible al radar enemigo.

La situación cambió al ordenarse los ataques contra Siria.

En vez de enviar patrullas de soldados contra combatientes talibanes y otros insurgentes escondidos entre la población, ahora la misión de las fuerzas estadounidenses es bombardear objetivos de los rebeldes de Estado Islámico dentro del territorio sirio, sin contar con la autorización del gobierno de Bashar al Asad en Damasco.

Por lo que los bombarderos estadounidenses potencialmente podrían enfrentarse al moderno sistema de defensas de Siria, que cuenta con radares y misiles antiaéreos comprados principalmente a Rusia.

Según funcionarios del Pentágono citados en el diario The Wall Street Journal, el F-22 fue empleado en esta misión no solo porque puede eludir a los radares sirios, sino que al volar más rápido y alto que otros aviones de combate, puede arrojar bombas de precisión de 1,000 libras a 15 kilómetros de distancia del objetivo.

"Un Rolls-Royce"

Sin embargo, otros críticos aseguran que el empleo de este armamento en Siria sigue sin justificar el extremadamente alto costo que se pagó por él.


Es como usar un Rolls Royce, un auto extraordinariamente caro, que lo estamos empleando para una misión muy básica, para la que bastaría con el equivalente de una camioneta pick-up

Christopher Harmer, ex aviador naval y ahora experto en el Instituto para el Estudio de la Guerra, un centro de investigaciones estadounidenses, asegura, en conversaciones con BBC Mundo que lanzar el F-22 contra los extremistas islamistas en Siria no tiene mucho sentido.

"Dudo mucho que la fuerza aérea siria vaya a entrar en combate con el F-22. Al gobierno sirio le conviene que Estados Unidos bombardee a Estado Islámico", agrega Harmer a BBC Mundo.

Y puntualiza que, en su opinión, el sistema de defensa antiaérea siria no está bien mantenido ni sus operadores tan rigurosamente entrenados como para representar un reto que requiriese la misión del F-22.

Estados Unidos invirtió una fortuna equivalente al Producto Interno Bruto de muchos países para construir este avión "invisible".

Por lo que algunos pensarán que, más que satisfacer una necesidad militar, la misión del Raptor en Siria esta semana cumplía el papel político de justificar ese enorme gasto.

Uruguay podría dar comida a 50 millones de personas

Gracias a la ‘agricultura inteligente’, en 10 años el país produce para 18 millones de personas más



Campo de heno. / J. Y. (REUTERS)
Un médico de Nueva York en los Estados Unidos entra a un supermercado, se detiene en el departamento de carnes, ve un corte que le gusta, saca su teléfono móvil, escanea el código QR en la etiqueta y la aplicación le informa cuándo fue sacrificado el animal, dónde creció, qué tipo de alimentación tuvo y hasta le da un vínculo por si quiere conocer la granja donde se crió.
Esta tecnología aún no está disponible, pero puede ser una realidad muy pronto, gracias a programas como el Sistema Nacional de Información Ganadera, implementado por Uruguay, un método por el cual es posible conocer con precisión cada una de las etapas de la cría y el procesamiento del animal, desde su granja en el campo uruguayo, hasta un supermercado en Manhattan. Todos estos datos, incluidos en una etiqueta, forman parte de la demanda creciente en los países desarrollados por tener una mejor información sobre el origen de los alimentos, la forma en que se procesan y el tratamiento que se da a los animales que producen carne.

50 millones

Es una oportunidad que Uruguay quiere aprovechar. Este país, con apenas tres millones de habitantes, pasó de producir alimentos para 9 millones de personas en 2005 a producir alimentos para 28 millones de personas en la actualidad, y su ambición es llegar hasta los 50 millones de personas.

Las 12 millones de vacas que pastan en Uruguay tienen un chip que permite recolectar la información
El hecho de que las 12 millones de vacas que pastan en los campos uruguayos tengan un chip en la oreja, que permite recolectar toda esa información, es apenas uno de los pasos que está dando el país para convertirse en lo que las autoridades “un país agro-inteligente”. El ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay, Tabaré Aguerre, estuvo de visita en Washington compartiendo esta visión con varios organismos, entre ellos el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
Aguerre asumió su cargo hace poco más de tres años y se propuso desarrollar su gestión sobre tres ejes: “desarrollo rural, con políticas diferenciadas para la agricultura familiar, con clave en adaptación a cambio climático y construcción de capacidades para la gestión de los suelos”.

Intensificación sustentable

Aumentar la producción explotando más la tierra y desforestando es relativamente fácil y, de hecho, es el modelo que han seguido otras naciones. Pero hacerlo de manera sustentable, es decir, con poco o ningún impacto para el ambiente, es un auténtico desafío.


“Estamos produciendo 54% más de leche sin aumentar la superficie dedicada a la producción de vacas lecheras”, explicó Aguerre, para ejemplificar que es posible aumentar la producción, fomentar el desarrollo y cuidar el medio ambiente, mediante lo que califica como “intensificación sustentable”. Según explico el Ministro, en Uruguay, un 63% de los productores son “familiares”, pero ocupan entre el 15 y el 20% de las tierras productivas. Por eso, su visión también incluye la participación de estas personas en los beneficios de desarrollo asociados a un país agro-inteligente.
“Uruguay tiene una oportunidad de crecimiento en el mundo, pero tiene que generar oportunidades de inserción competitiva para los productores familiares, para que la oportunidad que nos da el mundo sea también una oportunidad para que esos pequeños productores se desarrollen”, agrega.
Eso explica por qué el Sistema de Información Ganadera, por ejemplo, es manejado por el Estado, de forma que todos los productores “desde el que tiene 10 vacas hasta el que tiene 2.000 tienen acceso a los mismos canales de comercialización”, destaca Aguerre.

Satélites contra la erosión

En cuanto al manejo de los suelos, Uruguay creó un sistema totalmente informatizado que obliga a los productores a presentar un plan de rotación de cultivos para mantener la calidad de los nutrientes y evitar la erosión. Mediante imágenes de satélite, los expertos del Ministerio pueden detectar los lugares con mayor riesgo de erosión y contactar con el productor responsable para que explique por qué no ha cumplido con su plan de rotación de cultivos.

Uruguay creó un sistema que obliga a los productores a presentar un plan de rotación de cultivos
Este aspecto es fundamental en el camino hacia el Uruguay “agro-inteligente”, porque aunque en el país llueve mucho, la mayor parte del agua se escurre y genera erosión. La rotación de cultivos ayuda, precisamente, a disminuirla y mejorar la calidad del suelo.
Con todos estos componentes, y el apoyo de socios internacionales como el Banco Mundial, la aspiración de las autoridades es que la producción agrícolase convierta en una opción real de crecimiento económico para todos los uruguayos.
“La tecnología de punta al servicio de los agricultores uruguayos no sólo beneficia al campo sino que además crea oportunidades económicas sustentables para toda la sociedad, se trate de consumidores o productores, ya que de una u otra manera dependen de la agricultura”, dijo Jesko Hentschel, Director del Banco Mundial en Uruguay. Para Aguerre, el objetivo a largo plazo es claro: “Que el que sea productor agropecuario, lo sea porque quiere y le conviene económicamente, no porque le tocó nacer en el campo”, explica el ministro Aguerre.

Rouhani: "Errores estratégicos" de Occidente convierten Medio Oriente en refugio de terroristas

PRESIDENTE DE IRÁN


26.09.2014

NACIONES UNIDAS (Xinhua/Uypress) - El presidente de Irán, Hassan Rouhani, dijo ante la ONU que los "errores estratégicos" de Occidente en el Medio Oriente han convertido la región en un refugio para terroristas y extremistas.

Tras declarar el extremismo como un asunto global, Rouhani hizo la declaración durante un enérgico llamado desde el podio de la Asamblea General de la ONU para ofrecer una respuesta mundial unida al flagelo.
"Los extremistas del mundo se han encontrado y han hecho el llamado de 'extremistas del mundo, uníos'. Pero, ¿estamos nosotros unidos contra los extremistas?" preguntó Rouhani a los líderes de 193 países durante el segundo día del debate general anual de la asamblea.
Aunque extremistas de todo el mundo han llegado al Medio Oriente sin un idioma, color de piel o nacionalidad en común, sí tienen un objetivo único que es la destrucción de la civilización, lo cual da paso a la islamofobia y crea un terreno fértil para una nueva intervención de las fuerzas extranjeras en la región, dijo.

"El dolor es aún mayor cuando estos terroristas derraman sangre en nombre de la religión y decapitan en nombre del islam", dijo. "Estoy asombrado de que estos grupos asesinos se llamen a sí mismos islámicos. Lo que resulta más asombroso es que los medios occidentales, de conformidad con ellos, repitan esta falsa declaración, lo que provoca odio hacia los musulmanes".
"Los errores estratégicos de Occidente en el Medio Oriente, Asia Central y el Cáucaso han convertido estas partes del mundo en un refugio para terroristas y extremistas", dijo Rouhani, quien señaló que la agresión contra Afganistán e Irak y la inapropiada interferencia en los acontecimientos en Siria son claros ejemplos del "enfoque estratégico erróneo en el Medio Oriente".
La experiencia de Al-Qaeda, el Talibán y los grupos extremistas modernos ha demostrado que "uno no puede usar a los grupos extremistas para enfrentar un Estado opositor y permanecer impasible ante las consecuencias del creciente extremismo", dijo Rouhani en la asamblea, y destacó que "repetir estos errores a pesar de muchas experiencias costosas resulta desconcertante".
"Siempre hemos creído que la democracia no puede ser transplantada desde el extranjero. La democracia es producto del crecimiento y del desarrollo, no de la guerra y la agresión", dijo. "La democracia no es un producto de exportación que pueda ser importado de manera comercial de Occidente a Oriente".

Nueva Guerra Fría

Serge Halimi

Director de 'Le Monde diplomatique'.


Septiembre 2014

En 1980, para resumir su visión de las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética, Ronald Reagan usó esta expresión: “Nosotros ganamos; ellos pierden”. Doce años más tarde, su sucesor inmediato en la Casa Blanca, George Bush, se congratulaba por el camino recorrido: “Un mundo antes dividido entre dos campos armados reconoce que sólo hay una única superpotencia: Estados Unidos de América”. Fue el fin oficial de la Guerra Fría.

Este periodo, a su vez, ya es pasado. La hora de su muerte sonó el día en que Rusia se cansó de “perder” y estimó que su programado descenso nunca tocaría fondo, dado que cada uno de sus vecinos se veía sucesivamente atraído –o sobornado– por una alianza económica y militar dirigida contra ella. Por otra parte, el pasado marzo, en Bruselas, Barack Obama recordó: “Los aviones de la OTAN [Organización del Tratado del Atlántico Norte] patrullan los cielos sobre el Báltico, hemos reforzado nuestra presencia en Polonia y estamos dispuestos a hacer más” (1). Frente al Parlamento ruso, Vladímir Putin asimiló tal disposición a la “infame política de la contención” que, según él, las potencias occidentales oponen a su país desde… el siglo XVIII (2).

Sin embargo, la nueva Guerra Fría será diferente a la anterior. Ya que, como ha señalado el Presidente de Estados Unidos, “a diferencia de la Unión Soviética, Rusia no lidera ningún bloque de naciones, no inspira ninguna ideología global”. La confrontación que se instala también ha dejado de oponer una superpotencia estadounidense que basa en su fe religiosa la seguridad imperial en un “destino manifiesto” a un “Imperio del Mal” que Ronald Reagan maldecía además por su ateísmo. En cambio, Vladímir Putin corteja –no sin éxito– a los cruzados del fundamentalismo cristiano. Y cuando se anexiona Crimea, recuerda de inmediato que es el lugar “donde fue bautizado San Vladímir (…), un bautismo ortodoxo que determinó los fundamentos básicos de la cultura, los valores y la civilización de los pueblos rusos, ucranianos y bielorrusos”.

Tanto como decir que Moscú no admitirá que Ucrania se convierta en la base de operaciones de sus adversarios. Candente por una propaganda nacionalista, que incluso excede el lavado de cerebro occidental, el pueblo ruso se opondría a ello. Ahora bien, en Estados Unidos y en Europa, los partidarios del gran rearme superan la apuesta: proclamaciones marciales, avalancha de sanciones heteróclitas que sólo fortalecen la determinación del campo contrario. “Quizás la nueva Guerra Fría será aún más peligrosa que la anterior –ya advirtió uno de los mejores expertos estadounidenses sobre Rusia, Stephen F. Cohen–, porque, contrariamente a su predecesora, no encuentra ninguna oposición –ni en la Administración, ni en el Congreso, ni en los medios de comunicación, las universidades, los think tanks (3)–”. La receta comprobada de todos los engranajes…

(1) Discurso de Barack Obama en Bruselas, 26 de marzo de 2014.
(2) Discurso de Vladímir Putin en el Parlamento ruso, 18 de marzo de 2014.
(3) Pronunciada en la conferencia anual Rusia-Estados Unidos, Washington, 16 de junio de 2014. Retomada en The Nation, Nueva York, 12 de agosto de 2014.

DILMA QUIERE REGULAR MEDIOS PARA EVITAR MONOPOLIOS

Fondos buitre financian el saqueo de empresas petroleras en Malvinas

Entre otros antecedentes que ligan a Singer con el petróleo y las Malvinas, Tiempo Argentino señala que Elliott Management posee cerca de un 40% de la petrolera Hess Corp, que fue socia de la Repsol que controlaba YPF en emprendimientos en otros países de la región, como México y Brasil.

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TELAM – Los fondos buitre Elliott, de Paul Singer, BlackRock y Oz Management, entre otros, son accionistas de varias de las empresas que exploran ilegalmente en busca de petróleo y gas en el área de las islas Malvinas, violando expresas resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas, según informa hoy el diario Tiempo Argentino.
La firma multinacional Noble Energy, compañía de capitales estadounidenses con base en Houston, es una de las ocho petroleras que explora ilegalmente la zona del archipiélago argentino con respaldo financiero de fondos buitre, que acaparan parte del accionariado de la firma.
El fondo Elliott Management Corporation, que encabeza el litigio de Argentina con los holdouts, posee una porción de Noble Energy, al igual que el Bank of New York Mellon (BoNY), entidad que no liberó el dinero para pagarles a los bonistas que entraron a los canjes de la Argentina, justamente por la presión de Paul Singer, titular de Elliott, ante el juez de Nueva York, Thomas Griesa.
Noble Energy, la firma que intensificó trabajos esta semana en Malvinas, no sólo tiene entre sus accionistas a Elliott Management, sino también a Oz Management, otra empresa del multimillonario Paul Singer.
También aparece el fondo BlackRock, objeto de transferencia de acciones con el fondo Elliott, y propietario de parte de la gráfica Donnelley, investigada por el gobierno argentino por una presunta quiebra fraudulenta.
Asimismo, Singer, a través de otras razones sociales, está presente en otras compañías que controlan a firmas que operan en el archipiélago.
Entre otros antecedentes que ligan a Singer con el petróleo y las Malvinas, Tiempo Argentino señala que Elliott Management posee cerca de un 40% de la petrolera Hess Corp, que fue socia de la Repsol que controlaba YPF en emprendimientos en otros países de la región, como México y Brasil.
De hecho, en 2009, se denunció públicamente un intento de la ibérica de entregar sin licitación a Hess un área de Vaca Muerta. Asimismo, Singer a través de Noble Energy también perfora en el Golfo de México desde 2011, de la mano de Repsol, consigna el informe.
Además, en 1998, Hess Corp fue la primera empresa que recibió contratos otorgados en forma unilateral por el gobierno de las Islas Malvinas. En ese momento, no hubo consentimiento argentino y la empresa incluso se negó a pagar regalías que le correspondían a Argentina.
En 2012, el gobierno argentino emitió la Resolución 133 a través de la cual sancionó a empresas que operaban ilegalmente en Malvinas. El apercibimiento se extendería por un plazo de 20 años, al ser empresas que nunca obtuvieron habilitación para trabajar en la zona del archipiélago (violaban las disposiciones de la Ley 17.319 en materia de exploración y explotación de recursos naturales).
En el caso de otras compañías embarcadas en la exploración de hidrocarburos ilegal en el sur argentino, como Desire Petroleum, Falkland Oil and Gas y en Borders and Southern Petroleum, también aparece el fondo BlackRock como accionista.
BlackRock está dentro del accionariado del fondo buitre Gramercy, que según denunciaran por entonces diputados de la oposición ante la justicia, especuló y se quedó con bonos que quedaron fuera del primer canje de deuda de 2005.
El artículo del matutino destaca que el control de los fondos que especularon con deudas de países en crisis en las petroleras de Malvinas expresa la injerencia de los fondos buitre en el poder económico global, en distintos sectores estratégicos, condicionando políticamente a las naciones, incluso al propio Estados Unidos.
Por otra parte, Tiempo Argentino resalta que la exploración de las empresas inglesas y norteamericanas en Malvinas viola las resoluciones de la ONU que reclaman mantener el statu quo en el archipiélago hasta tanto se dirima el litigio por la soberanía de las islas del Atlántico sur.

Vayas a donde vayas


Militar citado en causa por torturas en la Base Boiso Lanza se fue del país; abogado denunciante presentará pedido de extradición.

Uno de los más de 15 oficiales de la Fuerza Aérea acusados de violaciones a los derechos humanos en la Base Aérea Boiso Lanza -donde funcionó un centro de operaciones del Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA) y del S2 durante la dictadura- se fue del país hace dos años y estaría radicado en Colombia. Identificado por los testigos como el teniente Indio Fresia, el militar fue citado a declarar como indagado en la causa que investiga la práctica sistemática de torturas en esa unidad castrense.

El expediente fue abierto en diciembre de 2010 por la entonces jueza penal de 7º Turno, Mariana Mota, como anexo a la causa por el secuestro y homicidio de Ubagésner Chaves Sosa en 1976, por la que ya fueron condenados a penas de penitenciaría de 19 y 17 años, respectivamente, el teniente Enrique Rivero en calidad de autor y el coronel Uruguay Araújo Umpiérrez como coautor de “un delito de homicidio muy especialmente agravado, calificado como crimen de lesa humanidad”. Chaves Sosa fue secuestrado y asesinado en 1976 y permaneció desaparecido hasta el 29 de noviembre de 2006, cuando sus restos fueron hallados en una chacra de Pando por el equipo de antropólogos forenses que dirigía Jose López Mazz.

Rivero y Araújo también figuran como acusados en la causa anexa y ya tuvieron un careo con los testigos. También fueron citados y comparecieron ante la actual jueza penal de 7º Turno, Beatriz Larrieu, los tenientes Ventarrón Urban y Cáceres, el mayor Pintos y el capitán Pinatelli. El teniente Indio Fresia fue citado a declarar en dos ocasiones y no asistió. La semana pasada, luego de la segunda ausencia, la fiscal penal de 5º turno, Ana María Tellechea, solicitó la colaboración de la Unidad Especial auxiliar de la Justicia en crímenes de terrorismo de Estado, que depende de la dirección de Asuntos Internos del Ministerio del Interior y fue creada por el ministro Eduardo Bonomi a fines de 2013. Tellechea informó a la diaria que la Unidad Especial “fue la que realizó toda la investigación” y comprobó que Fresia se fue del país hace dos años, aunque posteriormente se registraron algunas entradas y salidas de Uruguay por breves períodos. El abogado denunciante, Óscar López Goldaracena, dijo que fue informado de que el oficial se encontraría en Colombia y anunció que va a presentar “un pedido de extradición”.

No prescriben

En tanto, el miércoles se dio a conocer un dictamen del Fiscal de Corte, Jorge Díaz, en el que desestima un recurso de casación interpuesto por la defensa de Rivero y Araújo contra la sentencia del Tribunal de Apelaciones en lo Penal de 3er Turno, que confirmó el fallo de primera instancia que condenó a los militares a penas de penitenciaría. El recurso fue ingresado por la Suprema Corte de Justicia en julio y fue evacuado por Tellechea, quien solicitó al cuerpo que desestime el recurso. En agosto, la Suprema Corte de Justicia (SCJ) dio vista al fiscal de Corte para que se expidiera. En términos técnicos, la defensa recurrió por “infracción al principio de logicidad o de motivación de la sentencia, así como a las reglas que regulan la admisibilidad y valoración de la prueba”.

Díaz cita en primer lugar los argumentos de Tellechea, quien considera que para “efectuar el cómputo de la prescripción debe descontarse el período de tiempo durante el cual no fue posible iniciar cualquier indagatoria al respecto”, entre la promulgación de la Ley de Caducidad en 1985 y la ley que restablece la pretensión punitiva del Estado, de octubre de 2011, y considera “peligrosos” a los autores del delito imputado. Por su parte, el fiscal de Corte “entiende que corresponde desestimar el recurso de casación en vista, ya que los motivos invocados para sostener que se ha incurrido en infracción o errónea aplicación del Derecho no son de recibo”.

Díaz considera que “no son aplicables las disposiciones relativas a la prescripción de los delitos contenidas en el Código Penal” sino que “corresponde dar cumplimiento a las obligaciones internacionales asumidas” por Uruguay “en lo referente a la investigación de graves violaciones a los derechos humanos y sanción de sus responsables”. El fiscal destaca que los fallos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) “son definitivos e inapelables” y que “las sentencias dictadas” por ese organismo “son de cumplimiento obligatorio para las partes del juicio”.

Luego, Díaz hace referencia específica a la sentencia de la CIDH del 24 de febrero de 2011 por el caso Gelman, que “declaró” a Uruguay “responsable de graves violaciones a los derechos humanos” y estableció que el Estado “debe cumplir con una serie de medidas reparatorias particulares para la víctima y sus familiares y generales para la sociedad toda”. El fiscal explica que “se ha sostenido” que la sentencia de la CIDH “es contraria a la voluntad mayoritaria de la población, manifestada en dos pronunciamientos populares”; sin embargo, considera esta posición “insostenible” porque “no existe ningún principio que le otorgue a los Estados el poder de sustraerse a los fallos adversos mediante la invocación de su impopularidad”. “En la opinión de esta Fiscalía todos los órganos del Estado deben cumplir” con la sentencia de la CIDH, expresa.

La sentencia por el caso Gelman establece que no se aplique “la prescripción, la irretroactividad de la ley penal, la cosa juzgada o cualquier excluyente de responsabilidad, a los casos de graves violaciones a los derechos humanos”, recuerda Díaz. Ahora deberá pronunciarse sobre el recurso de casación la SCJ.

López Goldaracena opinó que el fallo es “muy importante” porque establece que “no se puede aplicar la prescripción a los crímenes de lesa humanidad”. Recordó que Chaves Sosa fue secuestrado, torturado y asesinado, y que “le cortaron las falanges de los dedos de las manos y de los pies y lo rociaron con cal viva para que nunca se pudiera conocer su identidad”, aunque la misma cal “conservó” los restos. “Yo pregunto, los familiares se preguntan: ¿el transcurso del tiempo puede evitar el juicio de los responsables de esa atrocidad? No hay prescripción por.

Luis Rómboli

Una campaña de terror

Deleznable campaña por el SI a la baja
Esta pieza publicitaria de la comisión Para vivir en Paz –que promueve la baja de la edad de imputabilidad– dice mucho más acerca de sus promotores y de la cultura del miedo que de las razones por las que habría que apoyar la reforma constitucional.

papelera Una campaña de terror
Esta pieza publicitaria de la comisión Para vivir en Paz
Es que emerge un mensaje icónico codificado, siguiendo el análisis semiológico de Ronald Barthes, que no clama por la vida o por la paz sino que coquetea con la muerte. Un adolescente encapuchado carga un fierro en su hombro, al igual que la Muerte cadavérica carga su guadaña. No tiene un rostro nítido, pero su mirada ensombrecida intimida al espectador. No llega a lanzar una risa siniestra (un “buajaaaa”), ni a portar una máscara blanca de boca alargada como el asesino de la saga de Scream, pero al emerger desde un fondo negro queda reforzada la peligrosidad que connota la imagen.
A primera vista la significación se presenta naturalizada, pero como lo advirtió Barthes, los signos son culturales y enmascaran convenciones sociales. Y aunque no sabemos quién es este peligroso adolescente, a través de un mensaje lingüístico se introduce una amenaza irritante para una sociedad que premia el afán de lucro pero sólo si está mediado por el esfuerzo individual y enmarcado en el orden legal vigente. “Es más fácil asaltar un local de pagos que un ómnibus, y la ganancia es mayor”, compara sin pudor, como en un gozo de impunidad, este macabro joven desprovisto de humanidad y cargado de muerte.
Los promotores de la campaña aseguran que esta confesión fue arrancada por la justicia a un menor infractor (como otras que se pueden leer en el sitio web testimonios.paravivirenpaz.uy), pero por si quedaran dudas se introduce un segundo mensaje lacónico con pretensiones de generalidad y verosimilitud: “Testimonios de menores”. Para advertir la estratagema no hace falta reparar en lo descontextualizado, fragmentario y estigmatizante de unos testimonios –compilados y elegidos por el fiscal Zubía– que se atribuyen por extensión a cualquier menor en conflicto con la ley.
Alcanza con algo más simple. Anotar cómo este montaje propagandístico conecta muy bien con la representación del enemigo urbano y del sujeto sospechoso por excelencia de los uruguayos: el joven, pobre y varón, según las tres marcas que analiza la socióloga Verónica Filardo. En la distribución de culpas, la campaña (que gira en torno a la dicotomía víctima-victimario) construye al espectador como una víctima potencial, por lo que a nivel retórico pone en juego argumentos emotivos antes que racionales. Esta utilización política del miedo, en tanto control social, retroalimenta una agenda conservadora insaciable: cuanto más miedo tenga la población más aceptables se volverán el control policial y la privatización de la seguridad.
Pero más allá de análisis semióticos, retóricos o sociolingüísticos, al desmontar o descascarar el discurso que está detrás de esta campaña publicitaria (la deconstrucción de la que habla Jacques Derrida), emergen dos pilares muy enraizados en la sociedad. Por un lado, una noción de inseguridad restringida a la libertad individual y a la defensa de la propiedad privada, que no deja casi ningún espacio para debatir otras violencias institucionales o estructurales (el propio sistema ha producido a los menores que la campaña aborrece). Al contrario, todo el edificio conceptual está revestido con las tonalidades de un liberalismo conservador que acusa al orden jurídico de permisividad y benignidad hacia los jóvenes. Por otro lado, el discurso se asienta en nociones deshistorizadas de “orden”, “paz social” y “seguridad”, montadas en la idea de que la delincuencia es una anomalía que nada tiene que ver con la distribución o apropiación de la riqueza ni con la estructura de clases. Por eso aunque la campaña del terror no prospere y la reforma constitucional fracase, quedará pendiente reinsertar el debate sobre la inseguridad en línea con el actual modelo de desarrollo
http://brecha.com.uy/una-campana-de-terror/