22 ene 2015

“Agentes” denunciados por le fiscal Nisman… ni son agentes

RAUL KOLLMAN / PAGINA12 

La Secretaría de Inteligencia (SI), a cargo de Oscar Parrilli, le hizo saber al juez federal Ariel Lijo que las dos personas mencionadas por el fiscal Alberto Nisman como integrantes de la SI “no pertenecen ni han pertenecido (a la ex SIDE) como personal de la planta permanente, contratado, de gabinete ni personal transitorio”. Se trata de Ramón “Allan” Héctor Bogado y el ex juez Héctor Yrimia.

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En el escrito, Parrilli le notifica a Lijo que Bogado tiene dos causas por tráfico de influencias, ya que se hizo pasar por integrante de la SI ante la Dirección de Aduanas y ante un particular en un expediente por extorsión. Una causa es de 2013 y la otra de 2014. Fuentes oficiales informaron a este diario que el tal Bogado no tiene ninguna relación con el Poder Ejecutivo ni ocupa cargo alguno. Tras la desclasificación, por orden de la Presidenta, de la identidad del supuesto agente, el juez Lijo resolvió publicar la totalidad de la denuncia de Nisman en el Centro de Información Judicial (CIJ), un resorte que depende directamente del titular de la Corte, Ricardo Lorenzetti.
Antes de su muerte, Nisman había dicho que no quería dar a conocer las 300 páginas de su denuncia contra CFK, el canciller Héctor Timerman, el diputado Andrés Larroque, el dirigente de Miles Luis D’Elía, el de Quebracho Fernando Esteche y el ciudadano argentino con públicas posturas pro-iraníes Alejandro “Yussuf” Khalil. El argumento de Nisman para no publicar el texto era que incluía los nombres de agentes de inteligencia involucrados.
El domingo Página/12 dio a conocer que el Ejecutivo desclasificaría la identidad de cualquier agente requerido por Nisman. Eso se concretó el lunes: el titular de la SI, Parrilli, le hizo saber al juez la decisión presidencial. A raíz de ellas, el juez Lijo, ya de regreso de sus vacaciones, le envió un oficio a Parrilli pidiéndole que la SI diga si Bogado e Yrimia trabajaron o trabajan para la central de inteligencia. En su respuesta, Parrilli le dijo al juez que ninguno de los dos integró la SI e incluyó un dato de importancia: que Bogado ya fue denunciado dos veces por tráfico de influencias a raíz de que se hacía pasar por agente de la SI supuestamente para hacer algún negocio. En un caso, ante la Aduana, lo que fue denunciado por la propia SI, con lo que se formó una causa judicial que tramita en el Juzgado Federal de Luis Rodríguez. La calificación es “averiguación de delito”. En agosto de 2013, el Tribunal Oral Criminal Nº 1 también se dirigió a la SI para preguntar por Bogado. Según parece, también en ese caso se hizo pasar por agente en un expediente que tenía que ver con una extorsión. Ya en ese momento se le informó al TOC 1 que Bogado “no pertenece ni ha pertenecido al organismo como personal contratado ni como personal de planta permanente”.
En su escrito dirigido a la SI, Nisman dijo que se debía identificar a los agentes que hablaron con cuatro celulares. Los cuatro números correspondieron a Khalil, aunque no los tuvo todos al mismo tiempo, sino sucesivamente. Y las escuchas se hicieron durante dos años y medio, es decir 30 meses.
En el texto completo de la denuncia que se conoció ayer no hay novedades importantes. Todo va en el mismo sentido que los resúmenes que entregó Nisman la semana pasada. Pero ahora se agrega que los que él menciona como agentes no son agentes.
Anoche se iniciaba una polémica por la publicación de la denuncia, en el CIJ, bajo el paraguas de la Corte. Fuentes judiciales recordaban que por muchísimo menos el juez Claudio Bonadio pretende imputar al fiscal Carlos Gonella por violación de secreto. Gonella ni siquiera publicó una denuncia, sino apenas un tuit en el que se refería a la publicación.
Algunas de las transcripciones de las escuchas de Bogado –que según escribió Nisman “ha jugado un rol por demás relevante”– son hasta cómicas y finge una familiaridad con la Presidenta que no tiene y que se basa en decirle falsedades a Kahlil. Es una especie de Superagente 86.
Por ejemplo, hace alardes diciéndole a Khalil “la jefa está con gripe” o “tiene un coágulo” que se le formó haciendo gimnasia, cuando es público que el episodio del coágulo tuvo que ver con un golpe. Pero además, Bogado afirma “esto está cerrado muy arriba”, sin que se aporte una sola prueba de que Bogado se haya encontrado con nadie o que conociera a nadie.
Para Nisman es relevante que D’Elía le dijera a Khalil “salgo del Ministerio, estuve con Julio y no se puede hacer nada si no firman el Memorándum”. De ello, el fiscal saca la conclusión que la familiaridad de D’Elía con De Vido está probada, cuando no está claro que haya estado realmente en el Ministerio de Planificación ni mucho menos que haya hablado con el titular de la cartera.
De la misma manera se toma como prueba que en una conversación con Khalil, D’Elía sostenga que “salgo de la Rosada”, sin que ni siquiera se aporte evidencia de que hubiera estado en la Casa de Gobierno, algo que es habitual en el dirigente de Miles que concurre a buena parte de los actos. Pero no hay prueba alguna de que haya estado con la Presidenta o que las cosas que menciona provengan de un diálogo con la mandataria.
Para más, ninguna de las cuestiones que supuestamente se pactaron terminaron concretándose.
- Al ex juez Yrimia se lo vincula con el plan de plantar una pista falsa a la que llaman “fachos locales”. Consistía en echarles la culpa del atentado a sujetos de la derecha vernácula. Nada de eso existió en la causa ni se le presentó a Nisman, quien debía recibir o tratar cualquier cosa referida al ataque contra la AMIA. Tampoco hubo notificación alguna al juez de la causa Rodolfo Canicoba Corral.
- La primera parte de la denuncia gira en torno del supuesto acuerdo para que se levanten las órdenes de captura con alertas rojas. Ya el ex secretario general de Interpol derrumbó esa parte del escrito de Nisman: “Lo que dice el fiscal es falso. Nunca el canciller Héctor Timerman ni ningún funcionario argentino hizo gestiones o sugirió que se levanten las alertas rojas. Todo lo contrario, en cada conversación me hicieron saber su compromiso ciento por ciento con el mantenimiento de las alertas rojas”, sostuvo públicamente y ante este diario el norteamericano Ronald Noble, quien encabezó Interpol desde 2000 a 2014.
- D’Elía, Esteche, Bogado y Khalil hablan del acuerdo comercial entre Argentina e Irán: se cambiaría petróleo iraní por granos argentinos. Esto no ocurrió. No hubo tal acuerdo. Pero, además, hoy en día, el comercio con Irán lo hacen los privados: el 80 por ciento es soja y el principal proveedor de Teherán es el grupo Grobo.
A esto se suma ahora que los dos espías denunciados, según la SI, no lo son. Y, por lo menos en el escrito de Nisman, no se aporta ninguna evidencia de que efectivamente trabajen para la ex SIDE.
En el texto hay algunos argumentos llamativos. Por ejemplo, se da por probado que existían negociaciones entre el gobierno argentino y el iraní por las siguientes cuatro razones:
- Que cuando el periodista Pepe Eliaschev dijo que había negociaciones, Timerman lo trató de “pseudoperiodista”. Se recuerda que Eliaschev afirmó que los cancilleres se vieron en Alepo, Siria, donde supuestamente Timerman estuvo en forma secreta. Sin embargo, la presencia del canciller fue pública, al punto tal que hubo un cable de Télam cubriendo la información.
- Que en el 17º aniversario del atentado, en julio de 2011, la Cancillería de Irán sacó un comunicado rechazando cualquier participación en el atentado. Lo que para Nisman constituyó una prueba del “pacto de impunidad” es que la Argentina no contestó a aquel comunicado.
- Que el embajador de la Argentina ante las Naciones Unidas no dejó su banca cuando habló el presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, ante la Asamblea General de 2011. En la Cancillería sostienen que lo importante es que se ausentó la Presidenta de aquel discurso y que, en todo caso, no es la prueba de un pacto de impunidad, sino decisiones políticas.
- Que en 2012, AMIA y DAIA no fueron invitados a viajar a las Naciones Unidas. Según la Cancillería es falso. En la única ocasión en que las instituciones no viajaron fue en 2013, porque coincidía con Rosh Hashaná y Yom Kipur.
Las bases de la denuncia son de ese estilo. Se involucra a Andrés Larroque porque hay una escucha telefónica en la que D’Elía le dice a Khalil que estuvo con Larroque y que éste le dijo que no vaya a una manifestación “porque va a ser copada por los troskos”. En otra ocasión Khalil afirma que “vengo de La Matanza de hablar D’Elía y Larroque que tenían un mensaje para darle al gobierno (de Irán). Estoy yendo a la casa del embajador en Martínez”. No hay ninguna escucha a Larroque mismo, ninguna oportunidad en que hable con Khalil, ninguna prueba de la existencia de aquel encuentro y todavía menos que se haya llevado a cabo una reunión por orden presidencial.
Del mismo tenor es otra supuesta prueba presentada en la denuncia. Se dice que existe un texto del ex canciller iraní Alí Akhbar Salehi supuestamente dirigido al presidente de su país, en que dice “Argentina no está más interesada en resolver aquellos dos atentados, pero en cambio que quiere mejorar sus relaciones económicas con Irán”. No hay copia, no hay nada de ese documento, sólo dichos de dos periodistas claramente opositores que dicen haberlo visto. Ni siquiera hay alguna evidencia de la autenticidad de lo que les habrían mostrado. Y más allá de estos elementos, lo cierto es que no hubo acuerdo ni mejora en las relaciones económicas.
Como se sabe, Nisman considera el Memorándum “la pieza clave del plan criminal”. Lo cierto es que se trata de un acuerdo público firmado por dos cancilleres y votado por el Congreso argentino. Puede tratarse de un mal acuerdo, hasta una ley inconstitucional, pero no un delito.
Tal vez la mayor sorpresa que queda de la publicación del texto completo de la denuncia de Nisman es que no existen las fabulosas escuchas que se preanunciaban. Son unas pocas, todas a Khalil, y con intervenciones de protagonistas que han manifestado públicamente su simpatía con el régimen iraní como D’Elía o Esteche. Un ex juez que participó de una pista de “fachos locales” que nunca se presentó. Un espía, “Allan”, que la SI había denunciado porque no es del organismo y trató de hacerse pasar por espía en dos oportunidades anteriores.
La lectura de la totalidad del escrito no cumplió con las expectativas de que incluiría escuchas sorpresa o pruebas inesperadas. Después de que Ronald Noble lo desmintiera; que el juez Rodolfo Canicoba Corral dijera que “la denuncia del fiscal tiene nula o escasa validez probatoria”, todos los que conocían la presentación completa sabían que el fiscal tenía muy poco para defender su denuncia.

Libertad de expresión: hipocresía globalizada

VICKY PELAEZ 

Tras el sangriento atentado contra la revista satírica Charlie Hebdo en París, los medios de comunicación globalizados despliegan una campaña mediática bien organizada alabando la libertad de expresión, sin embargo, ellos no ignoran que este derecho universal es desde hace tiempo privilegio de una minoría poderosa.

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No se puede ser y no ser algo al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto 
— Aristoteles, 384 a.C.-322 a.C.
En un reciente artículo, el periodista Renán Vega Cantor explica que en el mundo de la civilización occidental “dibujar contra los musulmanes es libertad de expresión mientras que dibujar sobre los judíos es antisemitismo inmediatamente censurado”.
A la vez, la prensa globalizada cierra los ojos a lo que está pasando en los países alineados incondicionalmente con el Occidente, esto a pesar de sus regímenes dictatoriales que muestran un completo irrespeto a los derechos humanos y en especial a la libertad de opinión, expresión y pensamiento. El caso del bloguero saudita Raif Badawi da escalofríos.
Él fue detenido el 2008 por apostasía o abandono de la religión. Cinco años después fue sentenciado a 600 latigazos y siete años de cárcel. Después de que su abogado y cuñado Waleed Abu al-Khair presentaran la apelación, la condena a Raif Badawi ha sido cambiada de siete a 10 años de cárcel, los latigazos aumentaron a mil y la multa que tiene que abonar es de 225.000 euros. Las autoridades judiciales tampoco se olvidaron del abogado Waleed Abu al-Khair y lo han sentenciado a 15 años de prisión por cargos de deslealtad al rey Abdulá, desacato a la autoridad y asociación ilícita.
Ante el silencio del mundo y los medios que se rasgan las vestiduras por el caso de Charlie Hebdo, el pasado viernes Raif Badawi recibió 50 latigazos frente a la mezquita de Jafali. Según la sentencia, este castigo se aplicará una vez a la semana cada viernes durante 20 semanas. La culpa de este bloguero consiste en promocionar un foro virtual en forma de un debate político sobre la nueva ley antiterrorista. Esta ley incluye como acto terrorista “cualquier disturbio del orden público, perturbar la seguridad de la sociedad o poner en peligro la seguridad nacional”.
Lo lamentable es que los medios de comunicación globalizados, que denuncian diariamente la “violación de los derechos humanos” en los países no alineados con los Estados Unidos y la Unión Europea, como Siria e Irán, no percibieron 1.000 latigazos como un desafío al derecho internacional.
Arabia Saudita ratificó la Convención Contra la Tortura y los latigazos son un método de tortura. De acuerdo al Artículo 20 de la Convención, el Comité Contra la Tortura tiene el derecho de hacer “ex oficio investigación” y puede condenar a Arabia Saudita. Sin embargo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) parece que no está apurada en presionar a las autoridades locales para detener esta práctica en el país. Lo mismo pasó con la Asociación de Derechos Políticos y Civiles Saudí (ACPRA) en el 2009 cuando las autoridades detuvieron y juzgaron a 11 activistas de los derechos humanos. Uno de ellos, Muhammed al-Qahtani es considerado por la revista norteamericana Foreign Policy como “uno de los 100 pensadores globales”.
Por supuesto, Washington, Bruselas y la ONU simplemente ignoraron estos casos y nunca condenaron la práctica de decapitación, apedreamiento, fragelamiento, amputación etc. aplicados en Arabia Saudita. En 2013 fueron decapitadas 78 personas en un acto público y 87 el año pasado. Pero quién en los Estados Unidos o en la Unión Europea se atrevería a denunciar esta práctica saudita si este país constituye, junto con Israel, el pilar de la política exterior norteamericana en el Medio Oriente. Su tarea fue bien definida por Washington y consiste en destruir el “eje del mal shiita” en la región: Damasco-Beirut-Teherán. Por supuesto todo esto se está tratando de cumplir Arabia Saudita bajo el pretexto de “instaurar la democracia y libertad” en Siria, Líbano e Irán como igual lo hizo en Afganistán, Irak y Yemen.
Lo muhajidines, los talibanes, los de Al Qaeda y ahora los del Estado Islámico de Irak y Siria (EIIS) habían sido financiados y armados por Arabia Saudita y entrenados por Israel, Turquía, Estados Unidos y otros miembros de la OTAN. El rol de Arabia Saudita fue vital en el aumento de los grupos yihadistas de 28 (48.000 hombres armados) en 2007 a 49 en 2014, lo que supone unos 100.000 hombres armados llamados ahora terroristas pues antes los medios globalizados los llamaban “patriotas”, “guerrilleros”, “combatientes por la libertad”. En diciembre de 2009, Hillary Clinton escribió en un cable que posteriormente fue divulgado por WikiLeaks que “Arabia Saudita era principal financista de Al Qaeda, Talibán y otros grupos terroristas”.
Todos estos terroristas al servicio de Washington y Bruselas han matado millones de personas inocentes, han decapitado decenas de periodistas pero jamás han sido denunciados por la prensa globalizada pues ambos participan en lo que se llama “la guerra energética” para asegurar la hegemonía energética norteamericana. No hay que olvidar que la guerra en Afganistán, que se inició en octubre de 2001, tenía el propósito de asegurar la presencia de EE.UU. en la región vital para el transporte del petróleo y gas desde Asia Central a los mercados globales.
La guerra contra Irak (marzo 2003) estaba destinada lograr el control de Washington sobre las reservas del oro negro de Irak y las del Golfo Pérsico. La actual guerra contra Siria está orientada hacia el debilitamiento de Irán y el poder chiita en la región. Arabia Saudita es necesaria para asegurar los intereses de Washington financiando a los terroristas del EIIS contra los cuales están aparentemente luchando los norteamericanos y sus aliados de la OTAN.
Entonces, la supresión de la libertad de expresión y la violación flagrante de los derechos humanos en Arabia Saudita pasan desapercibidas en este contexto en el Occidente y ni siquiera interesan a las Naciones Unidas. Los manipuladores de la prensa globalizada vienen destruyendo desde hace más de cinco años la institución de los periodistas de investigación para hacer el contenido de la información, ofrecida al público mundial, más homogéneo y orientado hacia el proyecto de la globalización política. Como se sabe el proceso de la globalización económica ya está en su fase final y sus consecuencias se sienten en todos los rincones del mundo.
La globalización política requiere una cuidadosa y bien camuflada restricción de la libertad de expresión en el seno de los globalizadores. Precisamente de esto habla Noam Chomsky cuando declara que “la libertad de expresión en Francia es un engaño y un fraude”. Lo mismo se repite en Gran Bretaña donde, según revelación de Edward Snowden, su agencia de seguridad nacional: Government Communications Headquarters (GCHQ) parecida a la NSA norteamericana puso en su lista de los terroristas, hackers y otras personas peligrosas para la seguridad nacional a los periodistas de investigación.
No perdonaron ni siquiera a los medios de comunicación que participan en el proceso de globalización política como Reuters, Washington Post, The New York Times, NBC, Le Mond, The Sun, El País y muchos otros. Todo esto significa el inicio de la etapa de depuración dentro del sistema de información de los mismos globalizadores. Frente a todo esto la libertad de expresión, pensamiento y opinión se convierte en un vacío juego de palabras. Hace más de un siglo, el escritor ruso Iván Turguénev (1818-1883) dijo pensativo que “cuando desaparezcan personas como Don Quijote, el libro de la historia cerrará su última página. No habrá más que leer en él”.
SPUTNIK

Las guerras encubiertas

PIERO GLEIJESES / 

La CIA guarda sus archivos con ferocidad. Sabemos mucho acerca de algunas operaciones encubiertas durante la Guerra Fría. De las demás, sabemos sólo los contornos difusos. Y seguramente hay operaciones sobre las que somos totalmente inconscientes.


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PIERO GLEIJESES / REBELION 
Hay diferentes tipos de operaciones encubiertas – propaganda, acción política, influencia económica, paramilitares. Este ensayo se centra en las operaciones paramilitares, las que incluyen el “uso no reconocido de la fuerza, o la asistencia a quienes perpetúan o resisten el uso de la fuerza.” (Godson, 158) No examina las operaciones lanzadas en Indochina porque eran ansilares a un esfuerzo mayor de la guerra en Vietnam. Algunas operaciones paramilitares buscaban el derrocamiento de un gobierno extranjero; otras trataron de aplastar las revueltas que amenazaban regímenes amigos o de hostigar a gobiernos extranjeros hostiles sin esperar derrocarlos.
Con la excepción de Gerald Ford y Jimmy Carter, durante la Guerra Fría todos los presidentes de Estados Unidos lanzaron al menos una operación encubierta para derrocar a un gobierno extranjero. Con la excepción de Harry Truman, ninguno puso en marcha una operación paramilitar encubierta en Europa. “La Guerra Fría fue una contienda que consistió en hacer boxeo sombra en áreas de importancia marginal,” escribe la historiadora Nancy Mitchell: “porque la guerra real en lugares que realmente contaban – Berlín, Washington y Moscú – era imposible de ganar” (Mitchell, 67). Como el Presidente Dwight Eisenhower entendió cuando los altos funcionarios de la CIA le instaron a ayudar a los rebeldes húngaros que luchaban contra el régimen comunista a finales de 1956, el riesgo de desencadenar una guerra con la Unión Soviética era demasiado grande. Europa estaba fuera de los límites. Las operaciones paramilitares estadounidenses durante la Guerra Fría se pusieron en marcha en el Tercer Mundo.
Existe un cliché sobre Truman: él se opuso a operaciones paramilitares. “Mientras Truman permaneció como presidente”, ha escrito el historiador H.W. Brands, “los agentes encubiertos tuvieron que contentarse con actividades modestamente intrusivas como la canalización de fondos secretos a partidos políticos anti-comunistas de Europa occidental.” (Brandss, 60).
Esto es profundamente erróneo. Como el ex Director de Inteligencia Central (DCI) Richard Helms señaló, “Truman dio el visto bueno en un buen número de decisiones para las operaciones encubiertas de las que en años después dijo que no sabía nada.” (Helms, 1989) Estas decisiones incluyeron muchas operaciones paramilitares detrás de la Cortina de Hierro con el objetivo fortalecer las fuerzas de resistencia y hostigar a la Unión Soviética, así como las operaciones para acosar a China durante la Guerra de Corea. Una tenía una meta más grandiosa: derrocar al gobierno de Albania.
La ruptura de Stalin con Tito en 1948 parecía presentar a Occidente una gran oportunidad; el régimen albanés se mantuvo leal a la Unión Soviética y lanzó una purga sangrienta contra numerosos partidarios de Tito en el Partido Comunista de Albania y en las fuerzas armadas. Albania se convirtió en un aislado puesto avanzado soviético en el Mediterráneo: sus únicas fronteras terrestres eran con Yugoslavia, repentinamente hostil, y Grecia, un cliente de Estados Unidos. Al otro lado del mar Adriático estaba otro cliente de Estados Unidos, Italia.
Los británicos inventaron el plan, y convencieron a los estadounidenses de unirse: juntos entrenarían exiliados de Albania y los infiltrarían dentro de ese país, donde podrían impulsar el fuerte movimiento anticomunista e inspirar a una población con ganas de rebelarse. La operación, que se inició en 1949, se basó en una inteligencia defectuosa e ilusiones: las fuerzas de resistencia eran débiles y la población pasiva. El desastre era inevitable. Uno tras otro los equipos enviados por los estadounidenses y los británicos fueron eliminados, pero más fueron enviados. Cientos de albaneses murieron. “Pocas veces una operación de inteligencia ha ido tan resueltamente de un desastre a otro”, señaló un estudioso. (Winks, 399) En 1953 el gobierno de Eisenhower puso fin al empeño temerario.
Los años de Eisenhower fueron una edad de oro para la CIA. Eisenhower compartía la afición de Truman por las operaciones paramilitares, vertió recursos en la agencia, y nombró a Allen Dulles como DCI. Allen era el hermano menor de John Foster Dulles, Secretario de Estado de Eisenhower y asesor de política exterior de la mayor confianza. Los dos hermanos estaban en constante y fácil comunicación; a menudo, después de un día de trabajo, Allen pasaba por casa de Foster para repasar asuntos pendientes. Nunca un Secretario de Estado y un Director de la CIA disfrutaron una relación tan cerrada. Esto molestó a algunas personas: “Es una relación que sería mejor no tuviera que existir”, comentó el presidente de un comité nombrado por Eisenhower para investigar la agencia. Eisenhower no estuvo de acuerdo: “Parte del trabajo de la CIA es extensión del trabajo del Departamento de Estado.” (Doolittle, 1954)
Mientras bajo Truman las operaciones paramilitares encubiertas fallaron persistentemente, bajo Eisenhower dos de las tres operaciones para derrocar gobiernos tuvieron éxito: en Irán en 1953 y Guatemala en 1954. Estos dos éxitos realzaron el prestigio de la CIA entre los que los conocieron. El fracaso de la agencia para derrocar al gobierno de Indonesia en 1957-1958 no atenuó su brillo.
El derrocamiento del presidente Jacobo Arbenz en Guatemala es una de las pocas operaciones paramilitares encubiertas sobre la que el gobierno de EEUU ha desclasificado un rico tesoro de documentos. Estos documentos demuestran que la inteligencia estadounidense en Guatemala durante los años de Eisenhower era muy buena. La CIA informó de que Arbenz era o un comunista o un compañero de viaje; que sus asesores más cercanos eran los comunistas, y que eran el motor detrás del programa de reforma agraria exitosa de Arbenz. (100.000 familias – un sexto de la población de Guatemala – recibieron la tierra que necesitaban desesperadamente.) La Inteligencia de Estados Unidos también informó que no había infiltración comunista en las fuerzas armadas de Guatemala. Esto, también estaba en lo cierto.
La CIA no afirmó que existía el peligro de un golpe comunista en Guatemala – y no hay ninguna indicación de que los políticos estadounidenses incluso plantearan la pregunta. Dado el desequilibrio de poder entre los Estados Unidos y Guatemala, el costo de destruir el gobierno de Arbenz era tan bajo que no se molestaron en contemplar cualquier alternativa – como aprender a convivir con un gobierno pro-comunista que respetaba las libertades políticas en un grado inusual en América Latina.
Una fuerza de unos 250 exiliados patrocinados por la CIA invadió Guatemala en junio de 1954. El ejército de Guatemala podría haberlos aplastado con facilidad, pero no se atrevió: los exiliados eran los apoderados de los Estados Unidos, y si el ejército de Guatemala los derrotaba, ¿qué haría Eisenhower a continuación? Él enviaría tropas estadounidenses – esto es lo que la estación de la CIA en Guatemala, la embajada de Estados Unidos y la misión militar estadounidense dijo a los guatemaltecos. El mismo mensaje fue pregonado día tras día por los medios de la oposición guatemalteca. “¿Cómo podrían los líderes de Guatemala imaginar que Estados Unidos toleraría un nido de enemigos en su propia puerta?”, preguntó un destacado periodista guatemalteco que trabajó en estrecha colaboración con la CIA. “Alemania … sigue ocupada, y también lo está Japón – y nosotros lo estaremos también, pobres tontos que ni siquiera producimos fuegos artificiales, mucho menos la munición para una resistencia simbólica.” (Marroquín Rojas, 1954) En los Estados Unidos ningún órgano de la gran prensa y ningún miembro del Congreso – Demócrata o Republicano- abogagó por tratar de convivir con la Guatemala de Arbenz.
Cuando comenzó la invasión de exiliados, el ejército guatemalteco se negó a luchar; en lugar de ello se volvió contra Arbenz y lo obligó a renunciar. El líder de los invasores, que habían sido elegidos a dedo por la CIA, se convirtió en el nuevo presidente de Guatemala.
El derrocamiento de Arbenz aseguró a la administración de Eisenhower que el hemisferio era seguro – hasta 1959, cuando Fidel Castro tomó el poder en Cuba. Los Estados Unidos respondieron al desafío de Castro en la forma en que siempre trató con molestias en su patio trasero: con violencia. Por órdenes de Eisenhower, la CIA comenzó a tramar el derrocamiento de Castro. En abril de 1961, tres meses después de la inauguración de John Kennedy, 1.300 insurgentes entrenados por la CIA irrumpieron en una playa de Cuba, en Bahía de Cochinos. Sólo para rendirse en masa.
La derrota en Bahía de Cochinos añadió un elemento de veneno personal a la cruzada de Kennedy contra Cuba. Al rechazar la oferta de Castro de conversar acerca de un modus vivendi entre los dos países, “regañó” al Subdirector de Planes de la CIA Bissell por estar “sentado en su culo y no hacer nada acerca de deshacerse de Castro y el régimen de Castro.” (Estados Unidos, Senado, 141). Las peraciones paramilitares de la CIA contra Cuba no disminuyeron hasta 1965.
Atormentados por el temor a una segunda Cuba, los gobiernos de Kennedy y Johnson participaron en operaciones encubiertas en varios otros países de América Latina para socavar grupos o gobiernos que consideraban suevemente comunistas. Para el final de la administración de Johnson, el espectro de una segunda Cuba en el hemisferio se había desvanecido, pero luego, en 1970, Salvador Allende ganó las elecciones presidenciales de Chile. Allende fue un demócrata sincero, pero él era un socialista, encabezó una coalición que incluyó al Partido Comunista, y era amigo de Fidel Castro. Para el presidente Richard Nixon y para Henry Kissinger su ascenso a la presidencia fue una bofetada a los Estados Unidos y un terrible ejemplo para América Latina. Se comprometieron a acabar con él. Técnicamente, los militares chilenos actuaron por su cuenta cuando se derrocó a Allende el 11 de septiembre de 1973, pero, como dijo Kissinger, mediante la realización de una campaña de desestabilización y la ayuda a los grupos antigubernamentales, la CIA había “creado las condiciones tan grandes como fuera posible [para un golpe de estado ].” (Kissinger, 1973).
Desde finales de 1950 hasta principios de 1970, el foco de las operaciones paramilitares de la CIA estaba en Indochina contra los vietnamitas del Norte y en el hemisferio occidental en contra de Castro. Pero cuando dieciséis países africanos obtuvieron su independencia en 1960, un nuevo frente se abrió. África se convirtió, en palabras de la Secretaria de Estado, Christian Herter, en “un campo de batalla de primer orden.” (Gleijeses, 2002, 6)
Durante las próximas dos décadas, Estados Unidos participó en dos importantes operaciones paramilitares en África. En 1964-65 el presidente Lyndon Johnson trató de derrotar una revuelta en el antiguo Congo Belga contra el régimen corrupto y represivo que Eisenhower y Kennedy habían impuesto al país. La CIA reclutó un ejército de 1.000 mercenarios blancos, los armó, les proporcionó el apoyo logístico indispensable e incluso organizó una fuerza aérea mercenaria para bombardear y ametrallar a los rebeldes. Los mercenarios perpetraron atrocidades masivas y aplastaron la revuelta.
La otra operación paramilitar importante fue en 1975 en Angola, donde Pretoria y Washington trabajaron juntos para aplastar un movimiento de izquierda. Con la connivencia de Washington, las tropas sudafricanas invadieron el país y casi tuvieron éxito en la instalación de los líderes amistosos en Luanda – pero luego 36.000 soldados cubanos inundaron Angola y empujaron a las tropas sudafricanas fuera.
Jimmy Carter no lanzó grandes operaciones paramilitares hasta la invasión soviética de Afganistán en diciembre de 1979. A continuación, él expandió el programa de ayuda no letal a la muyahidines afganos, que había aprobado en julio de 1979, a un gran total de 60 millones de dólares que incluía “todo tipo de armas y apoyo militar. “(Gates, 251)
Para la CIA la presidencia de Reagan fue otra edad de oro, una vuelta a los años de Eisenhower. El dinero y la mano de obra fluyeron a la agencia. Además, por primera vez desde Eisenhower, el ICD, William Casey, fue miembro del círculo íntimo del presidente. Hubo, sin embargo, dos diferencias significativas entre las épocas de Eisenhower y Reagan. El Congreso, cuya supervisión de la agencia había sido laxa, ahora quería estar en el bucle; y la prensa de Estados Unidos ya no estaba en silencio.
No hay leyes que hayan impedido a la prensa estadounidense informar sobre las operaciones encubiertas, pero su silencio en las tres primeras décadas de existencia de la CIA es sorprendente. Tomemos, por ejemplo, el derrocamiento de Arbenz en Guatemala. La mano de los Estados Unidos era evidente. La propia CIA informó que la prensa europea occidental era prácticamente unánime en la conclusión de que la agencia había diseñado la caída de Arbenz. En las palabras del Inspector General de la CIA, “La hoja de parra era muy transparente, raída.” (Kirkpatrick, 1989) insuficientemente raída, sin embargo, para la prensa estadounidense. Cuando se trataba de explorar el papel de Estados Unidos en el otoño de Arbenz, los periódicos de Estados Unidos, o ignoraron el asunto o rechazaron de plano cualquier insinuación de que el gobierno de Estados Unidos había ayudado a los rebeldes.
Ese fue el patrón, la misma “disciplina” fue evidente en 1957-1958 durante la operación contra Indonesia, en las semanas previas a la Bahía de Cochinos, en 1964-1965, durante la operación en el antiguo Congo Belga, y en 1975 en Angola.
Aún más sorprendente que el silencio de la prensa de Estados Unidos es el fracaso de los historiadores al tomar nota de ello. Con la excepción de los análisis de Bahía de Cochinos y de un libro acerca de la operación de Indonesia, ningún historiador jamás menciona la complicidad de la prensa. Por lo tanto, no hay una explicación de esta autocensura.
Para la década de 1980 la prensa había cambiado. Había tres grandes operaciones paramilitares en los años de Reagan – en Afganistán, Angola y Nicaragua – y la prensa informó de las tres.
La más polémica fue contra Nicaragua. La guerra de los contras contra el gobierno sandinista nunca fue popular entre la opinión pública estadounidense o el Congreso, pero Reagan la persiguió, sin inmutarse. Él creía que los sandinistas eran marxistas-leninistas y que Estados Unidos no podía tolerar un régimen marxista-leninista en Centroamérica. Mientras la administración emprendió una guerra económica en Nicaragua, la CIA nutrió un ejército anti-sandinista – los Contras. Los armó, les pagó y les proporcionó santuarios en la vecina Honduras. Miles acudieron a unirse a los Contras creyendo que la victoria era inevitable porque Ronald Reagan estaba detrás de ellos y, si era necesario, enviaría tropas estadounidenses. Esta confianza – en que Estados Unidos iba a ganar la guerra para ellos – hinchó las filas de la contra pero evisceró su voluntad de luchar.
Muy pronto, en 1982, la prensa estadounidense comenzó a informar sobre el papel de Estados Unidos en la guerra de los contras. Por primera vez en la historia de los Estados Unidos hubo un debate -un vigoroso debate – sobre una operación paramilitar mientras se desarrollaba (no después de que había fracasado, como había sido el caso de Bahía de Cochinos). El debate tuvo lugar en los medios de comunicación, entre amplios sectores de la opinión pública, y en el Congreso de Estados Unidos. Había amargos enfrentamientos entre los Comités de Inteligencia del Congreso y la CIA. El DCI Casey y sus colaboradores más cercanos disimularon y se ofuscaron cuando informaron al Congreso de lo que la CIA estaba haciendo por los Contras.
Después de la aplastante reelección de Reagan en noviembre de 1984, muchos estadounidenses temían que podría aprobar una invasión de Nicaragua, y tal vez lo habría hecho, tuvo el escándalo Irán-Contras que no lo debilitó. Cuando Reagan dejó la Casa Blanca, los sandinistas estaban todavía en el poder.
Las operaciones paramilitares de la CIA durante la Guerra Fría no tensaron a la tesorería de Estados Unidos; Afganistán, con mucho, la más cara, costó alrededor de dos mil millones de dólares repartidos en más de una década – una pequeña suma para un país tan rico como los Estados Unidos. Tampoco fueron costosas en vidas estadounidenses. La CIA mantuvo el personal estadounidense lejos de las zonas de combate. No más de una docena de estadounidenses murieron en las operaciones examinadas en este ensayo.
Varias de estas operaciones fracasaron, pero el fracaso implicó un bajo costo para los Estados Unidos, incluso en términos diplomáticos. Las relaciones con Albania, por ejemplo, habrían sido execrables incluso sin la operación paramilitar de Truman. El ser una superpotencia ayudó a amortiguar el precio de la derrota. El asalto de la CIA sobre Cuba en la década de 1960 envenenó las relaciones entre los dos países, pero Cuba siguió reclamando un modus vivendi con los gobiernos de Kennedy y Johnson – sólo para ser rechazada. Desde la perspectiva del gobierno de Estados Unidos el fracaso más costoso puede haber sido la operación de 1975 en Angola, ya que atrajo 36.000 soldados cubanos a ese país. Y, sin embargo, en retrospectiva, las tropas cubanas, que permanecieron quince años, no hirieron significamente el interés importante de los Estados Unidos; protegieron a Angola de la Sudáfrica del apartheid y forzaron a Pretoria a conceder la independencia a Namibia.
El éxito – la consecución de los objetivos fijados por los políticos estadounidenses – fue a menudo más caro que el fracaso. El hecho de que la CIA podría resolver un problema a bajo costo hace que sea fácil para los políticos estadounidenses evitar la reflexión. Muchos estadounidenses fechan el comienzo de la enemistad entre EE.UU . e Irán por el triunfo de la revolución iraní de 1979 y la captura de los rehenes. Sería más exacto, sin embargo, citar 1953 – el derrocamiento de Mohammad Mossadegh. Él no representaba una amenaza para los Estados Unidos. Un modus vivendi con él podría haber servido mejor a los intereses a largo plazo de Washington. Pero ¿por qué molestarse cuando era tan fácil acabar con él?
Las operaciones paramilitares encubiertas de la CIA eran rara vez un secreto fuera de los Estados Unidos. En el Tercer Mundo, reforzaron la imagen de Estados Unidos como un matón machista. Pero ellas hicieron más. Al hacer el pedido a la agencia para lanzar operaciones paramilitares, las autoridades estadounidenses no tenían la intención de hacer daño a la gente de los países a los que se dirigían – creían que estaban actuando en el interés nacional de Estados Unidos, y cualquier daño colateral era desafortunado. Con demasiada frecuencia, sin embargo, estas operaciones no sirvieron al interés nacional de los Estados Unidos e infligieron un efecto devastador en la población de los países que fueron blanco. Esta es la más grave responsabilidad de las operaciones paramilitares que la CIA lanzó durante la Guerra Fría, y es una mancha en el expediente de los Estados Unidos, aunque la mayoría de los estadounidenses sean felizmente inconscientes de ello. (TraducciónLa pupila insomne)
Fuentes:
[1] Roy Godson, Dirty Tricks or Trump Cards: U.S. Covert Action and Counterintelligence, New Brunswick, 2008, p. 158.
[2] Nancy Mitchell, “The Cold War and Jimmy Carter,” in Melvyn Leffler and Odd Arne Westad, eds., Cambridge History of the Cold War, New York, 2010, 3:67.
[3] H.W. Brands, The Devil We Knew: Americans and the Cold War, New York, 1993, p.60.
[4] Interview with Richard Helms, Washington DC, Sept. 7, 1989.
[5] See Michael Dravis, “Storming Fortress Albania: American Covert Operations in Microcosm, 1949-54,”Intelligence and National Security, 7: 4 (1992), pp. 425-42; Stephen Dorril, MI6: Inside the Covert World of Her Majesty’s Secret Intelligence Service, New York, 2000, pp. 355-403; Michael Burke, Outrageous Good Fortune: A Memoir, Boston, 1984.
[6] Robin Winks, Cloak and Gown: Scholars in the Secret War, 1939-1961, New York, 1987, p. 399.
[7] Memcon (Gen. Doolittle and President Eisenhower), Oct. 19, 1954, Whitman File, Adm. Series, Box 13, Dwight D. Eisenhower Library, Abilene, KS (hereafter DDEL).
[8] See Nick Cullather, Secret History: The CIA’s Classified Account of Its Operations in Guatemala 1952-1954, Stanford, 1999; US Department of State. Foreign Relations of the United States, 1952-1954: Guatemala, Washington DC, 2003.
[9] The analysis that follows is based on my book, Shattered Hope: The Guatemalan Revolution and the United States, 1944-1954, Princeton, 1991.
[10] Clemente Marroquín Rojas, “Y usted: ?Qué deduce, señor ministro?” La Hora (Guatemala City), Jan. 14, 1954, p. 1.
[11] Assistant to the head of the CIA unit working on Cuban operations quoted in US Senate, Select Committee,Alleged Assassination Plots Involving Foreign Leaders, Washington DC, 1975, p. 141.
[12] Memo TelCon, Nixon and Kissinger, Sept. 16, 1973, The Declassified Record, National Security Archive, Washington DC.
[13] Herter quoted in National Security Council meeting, Mar. 24, 1960, p. 9, WF, NSC Ser., box 12, DDEL
[14] See Piero Gleijeses, Conflicting Missions: Havana, Washington, and Africa, 1959-1976. Chapel Hill, NC, 2002, pp. 57-184
[15] Ibid., pp. 230-396.
[16] Robert Gates, From the Shadows: The Ultimate Insider’s Story of Five Presidents and How They Won the Cold War, New York, 1996. p. 251.
[17] Interview with Lyman Kirkpatrick, who in 1954 was the Inspector General of the CIA, Middleburg, VA, June 2, 1989.
[18] See Gleijeses, Shattered Hope, pp. 258-62, 367-70; Gleijeses, Conflicting Missions, pp. 128-32, 362-65; interview with Sam Halpern, a CIA officer who participated in the 1957-58 operation against Indonesia (St. Simons Island, GA, June 1, 1996).
[19] The best book on Reagan and Nicaragua is William Leogrande, Our Own Backyard: The United States in Central America, 1977-1992, Chapel Hill, 1998.
[20] See Piero Gleijeses, Visions of Freedom: Havana, Washington and Pretoria and the Struggle for Southern Africa, 1976-1991, Chapel Hill, NC, 2013.

Colombia: excandidato uribista, Iván Zuluaga, será citado a declarar por supuesta utilización de hacker para infiltrar proceso de paz

En medio de una entrevista con W Radio, el fiscal general, Eduardo Montealegre, les notificó a Óscar Iván Zuluaga, a su hijo David y a Luis Alfonso Hoyos que serían citados a interrogatorio para explicar de dónde salieron las supuestas órdenes para que el hacker Andrés Sepúlveda infiltrara, saboteara y atacara por redes sociales el proceso de paz. 


Hoyos, quien el pasado domingo viajó a Estados Unidos, al parecer buscando asilo, fue citado para el 29 de enero para ampliar su interrogatorio. David Zuluaga, quien está en la Universidad de Princeton, EE.UU., hará lo propio al día siguiente. Mientras que el excandidato del Centro Democrático cerrará la tanda de citaciones el 30 de este mes.
Los tres hombres han sido salpicados en las declaraciones del hacker Sepúlveda, quien aceptó su responsabilidad en filtrar los correos electrónicos de algunos negociadores de paz y en comprar información clasificada de las Fuerzas Armadas. Según la Fiscalía, en su poder ya tiene un arsenal de pruebas que demostrarían que los dirigentes del Centro Democrático conocían cada movimiento que Sepúlveda realizaba y cómo consiguió, al parecer de forma ilegal, material de inteligencia.
Entre las pruebas contra Hoyos están las declaraciones del hacker, quien admitió que el exasesor de la campaña fue quien impartió la orden directa de filtrar el correo del exvicepresidente Francisco Santos, quien para la época era precandidato del Centro Democrático. En cuanto a la situación de David Zuluaga, se precisó que su llamado se debe a las recientes declaraciones que entregó el contador Carlos Andrés Álvarez. Este último señaló que en las cuentas de la campaña presidencial se registró un pago de $230 millones, al parecer a favor de Luis Carlos Sepúlveda, hermano del hacker, quien había firmado con el mencionado partido político para el manejo de redes sociales, pero ante el escándalo cancelaron el contrato y pagaron los honorarios para evitar demandas.
En el caso de Óscar Iván Zuluaga, la prueba reina es un video en el que se le ve junto a Sepúlveda hablando sobre lo que sería información de inteligencia del proceso de paz y las Farc. Para el abogado defensor del excandidato presidencial, Jaime Granados, esto hace parte de un bombardeo mediático en el que se están violando los derechos al debido proceso y a la defensa y, además, se está presionando a la administración de justicia para que tome decisiones a favor de la Fiscalía.
Granados, al ser consultado sobre la permanencia de Zuluaga en el país, respondió: “Todas las posibilidades están contempladas”. Agregó que “se está pretendiendo judicializar a un candidato presidencial que sacó siete millones de votos y que se utilizó este mecanismo para sabotear las elecciones del año pasado. No es un asunto de poca monta. ¿Por qué no esperar a que la Corte se pronunciara? ¿Por qué presionar al juez que definirá el preacuerdo del hacker al que la Procuraduría se opuso? ¿Por qué tener una campaña mediática en la que incluso hablan de reuniones que se van hacer? Es obvio que hay un trasfondo político”.
Aún son varias las incógnitas que surgen alrededor de la hipótesis de la Fiscalía, porque no se ha establecido qué delitos pudieron haber cometido los indiciados. Fuentes cercanas al proceso advirtieron que si bien hacer propaganda negra por redes sociales no es un crimen, lo que se está buscando es establecer si hay pruebas para determinar el grado de participación de los líderes del Centro Democrático en los hechos cometidos por el hacker y “si hubo algún favorecimiento”, como dijo el fiscal general.
“Soy opositor, no criminal”, decían los carteles de la bancada del Centro Democrático en la plenaria del Senado del 26 de agosto de 2014, queriendo dar a entender que estaban siendo objeto de persecución política. En medio de la discusión en ese momento, el senador Ernesto Macías precisó: “Usted, ministro Juan Fernando Cristo, como representante del Gobierno, dio por hecho que el hacker representa la política del Centro Democrático. Ojo con eso, esa no es la forma de tratar a la oposición, aquí estamos diciendo: somos opositores pero no criminales”.
Tras el llamado a interrogatorio a Óscar Iván Zuluaga, David Zuluaga y Luis Alfonso Hoyos, el exvicepresidente Francisco Santos manifestó en su cuenta de Twitter: “Fiscal anuncia por radio decisiones institucionales. Después se preguntan si hay garantías judiciales. Lo que hay es persecución política”. Igualmente, el representante a la Cámara Samuel Hoyos enfatizó en que lo que hay que ver es “si la gente se está yendo para evadir la justicia o evitar la injusticia”, refiriéndose a los cuestionamientos hechos desde diferentes sectores por la salida del país de Hoyos y las ausencia también de otras personas del uribismo involucradas en procesos judiciales, como es el caso de Andrés Felipe Arias, el excomisionado de Paz Luis Carlos Restrepo y la exdirectora del DAS María del Pilar Hurtado.
En la otra orilla, quienes critican las actuaciones del uribismo exigen explicaciones. “Ya está bien de que el uribismo deje de evadir a la justicia. Espero que las personas implicadas comparezcan, porque se ha tornado en una práctica que ante cualquier asomo de que la justicia va a tener alguna actuación en relación con miembros del uribismo, inmediatamente toman acciones para evadir a la justicia. Así que espero que haya una actuación pronta”, expresó el senador del Polo Democrático Iván Cepeda.
“¿Qué pasó en la campaña de Zuluaga? ¿Hubo o no chuzadas al proceso de paz? El país necesita respuestas”, indicó la representante Ángela María Robledo, de la Alianza Verde. Un escenario de disputa política y judicial en el que el uribismo dice que va a dar la batalla. “Hay un aparato judicial al servicio de un régimen y ha puesto en marcha procesos políticos que tienen como objetivo la destrucción del Centro Democrático”, agregó José Obdulio Gaviria.

Ayotzinapa: austríacos no logran identificar restos y Alemania ofrece ayuda

La Universidad de Innsbruck envió un informe a la Procuraduría General de la República (PGR) en el que indicó que fue imposible identificar los 16 restos encontrados en el río Cocula, al menos a través de la técnica de ADN mitocondrial, debido a que “el calor excesivo ha destruido el ADN y el ADN mitocondrial en los restos”, informó este martes 20 de enero la dependencia.

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De acuerdo con un comunicado de la PGR, los médicos forenses de la universidad, ubicada en Austria, determinaron que no se encontró una cantidad suficiente y útil de ADN para obtener un perfil genético, por lo que “los métodos rutinarios no pueden emplearse para un análisis exitoso“.
La dependencia precisó, de acuerdo con la información enviada por los científicos del Instituto de Medicina Forense de la Universidad de Innsbruck, que aún existe la posibilidad de utilizar una tecnología novedosa llamada “Secuenciación Masivamente Paralela” (Massively Parallel Sequencing, MPS, por sus siglas en inglés).
Sin embargo, aunque “hay oportunidades de que la MPS proporcione resultados útiles para ayudar a identificar víctimas. No podemos proporcionar un estimado sobre el éxito, pero las especificaciones técnicas de la MPS son más prometedoras que cualquier otro método de identificación genética molecular existente”, informaron los científicos a las autoridades mexicanas.
“El principal riesgo es que los extractos de ADN sean consumidos sin obtener ningún resultado adicional de ADN que ayudaría en el proceso de identificación (…) Ofrecemos analizar el ADN mitocondrial usando MPS sobre los restos sin costo adicional. Esperamos que estos análisis tomen tres meses, pero no podemos proporcionar una fecha de terminación definitiva”, detallaron.
La tarde de este 20 de enero, la PGR autorizó al Instituto de Medicina Forense de la Universidad de Innsbruck hacer todo lo que sea necesario para obtener pruebas en los restos hallados en Cocula.
El titular de la PGR, Jesús Murillo Karam, explicó que la autorización es necesaria porque es posible que en el nuevo procedimiento pudiera desaparecer una parte importante de evidencia. “Pero si la evidencia no nos da pruebas, realmente no es evidencia, entonces ya autorizamos a que se haga todo lo que sea necesario”, afirmó.
Rechazó que el anuncio de la Universidad debilite la investigación, al contrario, dijo, la fortalece. En ese sentido recordó que una muestra ya fue corroborada. “Desde el principio se dijo que era muy difícil, por el grado de calcinación, que pudieran corroborarse todas las pruebas, el hecho de que se haya corroborado una es una comprobación plena de que ahí uno de los estudiantes fue asesinado”, dijo.
Hace dos meses, el gobierno mexicano envió a Austria los restos humanos hallados en el río Cocula, en Guerrero, como parte de la búsqueda de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Desde entonces, laspruebas de AND mitocondrial le han costado al gobierno mexicano 16 mil 830 euros (290 mil pesos), de acuerdo con un reporte del sitio de noticias CNNMéxico.
En estos dos meses, las autoridades sólo han reportado la identificación de uno de los normalistas. El 6 de diciembre pasado, integrantes del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAG) confirmaron a los familiares de Alexander Mora Venancio, uno de los 43 normalistas desaparecidos, que restos encontrados en Cocula, Guerrero, corresponden con el ADN del joven informaron estudiantes normalistas.

Alemania ofrece apoyo para identificar a los 43 normalistas

El titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), José Antonio Meade, promovió ayer durante una visita a Berlín el polémico acuerdo de seguridad que su país negocia con Alemania y defendió a la Policía Federal mexicana.
“La violencia en México alcanzó su punto máximo en 2011. Desde entonces ha venido reduciéndose”, señaló junto a su par alemán, Frank-Walter Steinmeier, antes del encuentro que ambos mantuvieron en el Ministerio de Exteriores en Berlín.
Meade describió la inseguridad en México como problema regional. “Hay algunas regiones del país donde los niveles de violencia son como los de Canadá. Sólo hay un estado con violencia superior a la que se observa en Colombia”, sostuvo, en referencia a Guerrero.
El acuerdo de seguridad entre ambos países quedó en entredicho después de que 43 estudiantes al parecer fueron masacrados en septiembre en Iguala, Guerrero, tras ser detenidos por la policía municipal.
“Quienes han estado involucradas en estos ilícitos fueron fuerzas municipales, que de ninguna manera reflejan la calidad de nuestras fuerzas federales”, añadió Meade, quien reiteró el argumento que ofreció en entrevista con la agencia Dpa antes de viajar a Alemania.
Steinmeier insistió en la “consternación” que causó en Alemania el crimen de los estudiantes y aseguró a Meade que Berlín “ayudará al esclarecimiento de lo ocurrido en la medida de lo posible; por ejemplo, en la identificación de las víctimas”.
Además de la seguridad, ambos ministros dialogaron sobre la relación comercial, los preparativos para los años de Alemania en México y de México en Alemania en 2016 y 2017, y la evolución en los vínculos entre Estados Unidos y Cuba, que “ofrecerá nuevas oportunidades no sólo para la isla, sino para toda la región”, dijo Steinmeier.
“La relación es buena, pero tiene un potencial mayor que puede seguir desarrollándose”, agregó el canciller el alemán. Ambos países trabajan en una comisión binacional que se reunirá por primera vez en junio con la finalidad de tratar temas de medio ambiente y energía, entre otros.
Meade definió la relación de México con Alemania como “una de las más importantes” para su país debido a los vínculos comerciales, las inversiones recíprocas o la afluencia del turismo.

Nisman, el fiscal en Argentina de EE.UU. e Israel

MARTIN HACTHOUN / 

El proceder del fiscal Alberto Nisman contra la presidenta Cristina Fernández y las aristas que emergen a su alrededor, aparte de la implicación política que encierra, parece hoy el guión del más común filme de espionaje.

1/20/15


La controversia gira en torno al atentado en 1994 contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), que provocó 85 muertos, cuyo esclarecimiento primero se vio entorpecido por maniobras de ocultamiento en época del Gobierno de Carlos Menen.

Esa es una prolongada causa que aún no se llega a ventilar en tribunales adonde dicen que podría llegar en 2016.

Después, como se hizo evidente en los últimos días, por el desvío de la investigación que ejecutó Nisman, quien en vez de centrar la pesquisa en quienes acusaba, se dedicó a investigar clandestinamente según se puso ahora de manifiesto, a la mandataria y otros funcionarios del Ejecutivo.

Y lo que resulta peor aún, lo estuvo realizando en contubernio con Antonio Stiusso, alias Jaime, quien fue hasta diciembre el director de Operaciones de la Secretaria de Inteligencia, denunció el canciller Héctor Timerman, uno de los blancos en la impugnación del controversial procurador.

El fiscal acusó a la Presidenta, al canciller y otros funcionarios de intentar encubrir a ciudadanos iraníes presuntamente implicados en el atentado, luego que la causa AMIA tomó esa segunda dirección.

En un comentario el diario Página 12 sostiene que documentos confidenciales de la Embajada de Estados Unidos revelados por Wikileaks, muestran que Stiusso trabajaba más para el servicio israelí de inteligencia Mossad y la CIA que para la Casa Rosada.

Y que Nisman laboraba más para esa embajada y esos servicios secretos, y para Stiuso, que para la propia Justicia argentina. “La culminación del proceso terminó de confirmarlo”, remarcó la publicación.

Desde una óptica más amplia, la impugnación del fiscal constituye un traspié para el Gobierno, pero no por la historia inverosímil sobre la que se basa, sino porque Nisman fue designado por Néstor Kirchner para el esclarecimiento del atentado a la mutual judía.

Ese fue un objetivo al que el extinto mandatario le asignó importancia similar a la realización de los juicios a los represores de la dictadura, recuerda el comentarista Luis Bruchstein.

El fiasco del Gobierno en el esclarecimiento del atentado -señala Bruchstein-, está también signado por la permanencia de Stiuso, como director de Inteligencia, que era el responsable del contacto con la CIA y el Mossad, que proporcionaron la mayor parte de la información sobre la supuesta pista iraní que presentó Nisman.

La controversia tiene también su condimento mediático, calentado por el hegemónico diario Clarín que en la manipulación de la información presenta al Gobierno de Cristina Fernández como cómplice del terrorismo antisemita de París y del atentado en la AMIA.

En su comentario, Bruchstein aclara que si eso fuera cierto, resultaría paradójico porque se trata del único gobierno que convirtió en parte central de su política exterior, junto con Malvinas, la búsqueda de la verdad ”No hubo otro que expresara mayor interés por el esclarecimiento del atentado”, recalca.

Recuerda que el historial del kirchnerismo sobre la AMIA empieza mucho antes de su llegada a la Casa Rosada.

En 1996, dos años después de la bomba contra la mutual judía, Cristina Fernández, entonces senadora, integró la comisión investigadora que se creó en el Congreso y fue la principal impulsora de la investigación de las maniobras de encubrimiento que había realizado la administración menemista.

Bruchstein, quien pertenece a la comunidad judía argentina, alerta que sería un gran error de esta colectividad y los familiares de las víctimas “dejarse arrastrar por una campaña que los enfrente al único Gobierno que asumió y militó la causa AMIA sin hacer especulaciones políticas”.

Proisraeli Ros-Lehtinen admite “contactos frecuentes” con Nisman





La legisladora cubano-israeli Ileana Ros-Lehtinen, presidente del Subcomité del Medio Oriente y África del Norte en el Congreso norteamericano, se refirió este lunes a la muerte del Fiscal argentino encargado del caso AMIA, Alberto Nisman.

“El pueblo de Argentina ha perdido a un gran defensor del Estado de derecho y un luchador contra la corrupción y el terrorismo”, afirmó la congresista Ileana Ros-Lehtinen en un comunicado.

Asimismo, afirmó que “como Fiscal de la AMIA, Alberto estuvo comprometido con firmeza a llevar a la Justicia a aquellos responsables de los ataques terroristas de la AMIA”.

La legisladora urgió que “una entidad independiente transparente y neutral haga una investigación exhaustiva de la realidad que rodea esta muerte”.

Ros-Lehtinen es conocida por su defensa sistematica de los intereses de Israel en Washington y su complicidad con la mafia cubanoamericana.

En el texto, la republicana revela que el fiscal Alberto Nisman “estuvo en contacto frecuente” con su oficina para discutir “el caso de la AMIA y la amenaza que Irán y sus agentes de Hezbollah significan para la seguridad hemisférica”.

“Durante años he sido autora de legislación que condena los ataques de la AMIA y he mencionado los reportes de Alberto en nuestras resoluciones. Alberto apreciaba ser mencionado en nuestras notas de prensa, ya que temía que la gente olvidara estas terribles atrocidades de terror perpetradas por Hezbollah”, concluye el comunicado.

El fiscal a cargo del caso AMIA fue encontrado sin vida en su departamento de Puerto Madero. El cuerpo habría sido hallado en el baño. Hoy debía presentar ante el Congreso las pruebas sobre un supuesto “pacto oficial” para exonerar a los iraníes acusados.


El desplome del rublo ruso amenaza las economías de nueve países

Las economías de Armenia, Georgia, Ucrania, Uzbekistán y al menos cinco países más dependen en gran medida de las remesas de dinero de Rusia. En algunos de estos lugares la pérdida de valor del rublo puede provocar una crisis política, pronostica el diario 'The Guardian'.

19 ene 2015


REUTERS/Shamil Zhumatov


El pronóstico se fundamenta en los cálculos del Banco Mundial, según los cuales esos países pueden perder un total de al menos 10.000 millones de dólares en 2015. Ante los problemas que implica la devaluación de la divisa local, muchos inmigrantes se plantean abandonar Rusia en búsqueda de un destino mejor.


Un operario uzbeko de un taller de reparación de vehículos se quejó al corresponsal de 'The Guardian' de que el valor de sus remesas a familiares se redujo de aproximadamente 1.000 dólares estadounidenses a unos cuantos centenares de dólares al mes. Y el periódico asegura que no es un caso único.


Esta lógica ya ha provocado la devaluación del manat de Turkmenistán y puede profundizar el desplome del tengue de Kazajistán, creen en el periódico. Asimismo, según el Banco Mundial, el 42% de la economía de Tayikistán, el 31,5% de la economía de Kirguistán, el 25% de la economía de Moldavia, el 21% de la economía de Armenia, el 5% de la de Ucrania y el 12% de las deUzbekistán y Georgia dependen de las transferencias entre particulares desde Rusia.

A principios de la semana pasada el precio de la moneda rusa alcanzó su mínimo histórico. A pesar de que posteriormente el rublo restableció un poco su valor, en general, desde inicios del año perdió alrededor de un 30% de su valor.

No obstante, no es solamente Rusia la que sufre por la crisis de la divisa y por las sanciones, sino también los bancos y empresas europeas.

Durante años de relaciones financieras estables entre Rusia y Europa, las empresas y los bancos rusos acumularon muchos préstamos en los bancos europeos, obviamente no en rublos. Considerando el tipo de cambio actual entre un rublo y un euro, la cantidad de dinero que deben las entidades rusas casi se duplicó, y es solo una parte del problema.

Las sanciones antirusas impiden a varias compañías y bancos pedir más préstamos en Europa, así que no podrán utilizar esta herramienta para saldar las deudas anteriores.

"Si el rublo se desvaloriza como lo ha hecho en los últimos días, las empresas rusas van a tener problemas con la devolución de sus deudas en dólares y euros, y en ese punto vamos a tener un problema aún más grande", explicó a RTMichael Mross, editor en jefe del portal 'MMNews.de'.
Según él, entonces Europa tendrá una "crisis bancaria", provocada por las sanciones y por la desvalorización del rublo.

Pero otro problema son las pérdidas que sufren las empresas europeas que operan en Rusia. Las cadenas gigantes, como Ikea, Metro, Stockman, en pleno furor navideño han tenido que frenar sus ventas para reestimar los precios por la caída del rublo frente al euro. Y la subida de los precios podría significar la caída de las ventas.
Otra industria que también sufre por lo mismo es la automovilística.

Ria Novosti / Ilya Pitalev

¿Por qué Alemania sigue repatriando su oro de EE.UU. y Francia?

El Banco Central de Alemania, el Bundesbank, sigue repatriando sus reservas de oro depositadas en la Reserva Federal de EE.UU. y en el Banco de Francia.

20 ene 2015



AFP PHOTO / FRANK RUMPENHORST


El Banco Central de Alemania, el Bundesbank, sigue repatriando sus reservas de oro depositadas en la Reserva Federal de EE.UU. y en el Banco de Francia.

Según un comunicado de prensa publicado por el Bundesbank, en el 2014 un total de 120 toneladas de oro fueron repatriadas a Fráncfort del Meno. De ellas, 35 toneladas de oro fueron retiradas del Banco de Francia en París y 85 toneladas de la Reserva Federal de Nueva York.

La repatriación del oro alemán tiene lugar de acuerdo con el plan del Bundesbank presentado en enero del 2013, según el cual para el año 2020 Alemania tiene la intención de mantener la mitad de sus reservas de oro en sus bóvedas.

Para finales del 2014, la volumen total de las reservas oficiales de oro alemán en el Bundesbank se estimaba en el 35,2% (1.192 toneladas). En las bóvedas de la Reserva Federal de EE.UU., el Banco de Inglaterra y el Banco de Francia se mantienen el 42,8% (1.447 toneladas), el 12,9% (438 toneladas) y 9,1% (307 toneladas) del oro alemán, respectivamente.

Los expertos destacan que la decisión de Alemania de repatriar sus reservas de oro se debió a sus temores de que la Reserva Federal de EE.UU. pudierautilizarlas en sus operaciones bancarias.

Además, el almacenamiento de oro dentro del país puede ser cierto tipo de seguro en caso del retorno a las monedas nacionales en Europa. El hecho de que numerosos países quieran tener un seguro de este tipo significa que estos Estados consideran que hay una posibilidad real del colapso de la eurozona. La tendencia de la repatriación del oro al país es una clara evidencia de que la desconfianza está creciendo, sostienen diversos economistas.