11 ene 2015

Las negociaciones secretas de Washington con La Habana y Teherán


El anuncio del restablecimiento de relaciones diplomáticas de Washington con La Habana permite presagiar un restablecimiento de las relaciones de Washington con Teherán. Estados Unidos no renuncia a su ambición imperialista, mientras que Cuba y Irán tampoco renuncian a su ideal revolucionario. Sin embargo, en una prueba de pragmatismo, Washington reconoce que Cuba e Irán no serán vencidos con aislamiento diplomático y guerra económica. Por consiguiente, Washington se prepara para un enfrentamiento de otro tipo.


por Thierry Meyssan

 

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El presidente Raúl Castro y su homólogo iraní Mahmud Ahmadinejad durante la visita oficial de este último a Cuba, en enero de 2012.
El anuncio simultáneo, por Barack Obama en Washington y Raúl Castro en La Habana, del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba causó gran sorpresa en Europa. Como de costumbre, Washington estaba negociando con su adversario en secreto, sin prevenir a sus socios europeos pero imponiendo a la Unión Europea el respeto de las sanciones que ahora será el primero en levantar, aprovechando la evidente ventaja que ello implicará para sus propios intereses.
Desde hace 2 años, el presidente Obama está tratando de suavizar los conflictos entre su Imperio y los Estados que se le resisten: Cuba, en Latinoamérica, e Irán, en el «Medio Oriente ampliado». Cualquiera puede darse cuenta de que las sanciones unilaterales –verdaderos actos de guerra económica– que Washington implanta e impone contra sus adversarios, al igual que a sus aliados –obligados a respetarlas–, simplemente no funcionan. Tanto Cuba como la República Islámica de Irán han sufrido considerablemente a causa de esas sanciones, pero las resisten.

Medio siglo de lucha

Durante la guerra fría, Cuba se movilizó contra la política de apartheid que Sudáfrica pretendía extender a sus vecinos. El régimen blanco de Pretoria contaba entonces con el respaldo de Estados Unidos e Israel. El ejército cubano se desplegó en Angola y Namibia hasta la conclusión de un acuerdo de paz, en 1988. Fidel Castro fue capaz de derrotar una ideología que dividía la humanidad en dos bandos: amos y esclavos. Pero todavía hubo que esperar 3 años para concretar el desmantelamiento del régimen del apartheid sudafricano y para que Nelson Mandela se convirtiera en presidente del pueblo sudafricano reunificado.
Idénticamente, la República Islámica de Irán se ha movilizado contra la política de apartheid que Israel pretende imponer en los países vecinos. Desde su proclamación ilegal, en 1948, el régimen sionista de Tel Aviv goza del respaldo de Estados Unidos y del Reino Unido y, seguro de ese apoyo, reclama los territorios que se extienden entre el Nilo y el Éufrates. Por su parte, Irán apoya a Siria, al Hezbollah y las organizaciones que componen la resistencia palestina. Durante el mandato del presidente iraní Mahmud Ahmadinejad, Estados Unidos e Israel sufrieron numerosas derrotas, principalmente en Líbano, Palestina, Siria y Yemen.
Numerosos documentos demuestran los vínculos existentes entre la Sudáfrica del apartheid e Israel, dos Estados que tienen el mismo origen: la Sudáfrica racista fue organizada por el comerciante en diamantes Cecil Rhodes –el teórico del «imperialismo germánico» [1]– mientras que la gestación de Israel se debe a Theodor Herzl, un discípulo de Rhodes que siguió paso a paso el modelo rhodesiano. En 2002, la reina Isabel II censuró la publicación de la correspondencia entre Cecil Rhodes y Theodor Herzl, de la que solamente se conoce la carta que este último incluyó en una de sus obras.
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Ali Shariati
Son tenues los vínculos entre la Revolución Cubana y la Revolución Islámica. Ali Shariati, el pensador que preparó la revolución iraní, había traducido a la lengua persa varios escritos de Che Guevara. Pero Cuba e Irán no han establecido vínculos políticos significativos. De hecho, quedé muy sorprendido al comprobar su mutuo desconocimiento durante mis encuentros con dirigentes de ambos países. Cierto es que existen entre ellos importantes diferencias culturales que dificultan los contactos. Por ejemplo, la sociedad cubana es ultrapermisiva en el plano sexual mientras que, por el contrario, la sociedad iraní es (desde mucho antes de la Revolución Islámica) ultra sobreprotectora en ese aspecto.

Dos Estados revolucionarios

Es evidente que los intereses de Estados Unidos, por un lado, y los de Cuba e Iran por el otro son irreconciliables y seguirán siéndolo. No existe ninguna posibilidad de compromiso entre el imperialismo y el nacionalismo. Pero ello no impide la conclusión de algunas formas de cese del fuego regionales. La reanudación de las relaciones diplomáticas no significa por demás el completo levantamiento de los «asedios económicos» que Washington presenta como «sanciones», como si se tratara de castigos impuestos por el Consejo de Seguridad de la ONU.
La izquierda europea cataloga actualmente a Cuba como una dictadura. Pero la izquierda latinoamericana considera la Isla, por el contrario, como un ejemplo de resistencia. Fidel Castro es considerado en Latinoamérica como un libertador y goza de gran popularidad en todo el continente.
De la misma manera, la izquierda europea ve la República Islámica de Irán como un régimen medieval cuando en realidad ese Estado es el aliado indispensable de todo movimiento de resistencia al proyecto de «Medio Oriente ampliado». Sin embargo, si bien Mahmud Ahmadinejad gozaba de gran popularidad, el Guía Supremo Ali Khamenei es menos conocido en el extranjero.
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Ernesto "Che" Guevara
Tanto Cuba como la República Islámica de Irán han sido víctimas de sus respectivas imágenes. Cuba es calificada de país «comunista», a pesar de que Fidel Castro no era comunista antes de su victoria sobre el régimen proestadounidense que gobernaba su país. Tampoco hay que olvidar que el Che Guevara era contrario al modelo económico soviético, como lo expresó claramente en sus escritos antes de renunciar a sus funciones como ministro de Industrias de Cuba para irse a luchar junto a Laurent-Desiré Kabila en el Congo.
Irán se proclamó República Islámica y debido a ello generalmente se entiende que se trata de un país de religión musulmana. Pero Ali Shariati aseguraba que el islam es un proceso revolucionario y que los revolucionarios del mundo entero son musulmanes en la medida en que luchan por la Justicia. En todo caso, el Irán chiita también intervino en África, donde respaldó… al cristiano Laurent-Desiré Kabila a su llegada al poder.
En ambos casos, la Historia recordará que Cuba y la República Islámica de Irán fueron Estados revolucionarios. Pero las verdaderas revoluciones, cuando logran la emancipación de los pueblos, sólo reciben aprobación después que se terminan y cuando dejan de representar una amenaza para los privilegiados.

La estrategia de Washington

Para Estados Unidos, lograr una pausa en sus conflictos con la resistencia de Cuba y con la resistencia de Irán era tanto una necesidad urgente como una excelente oportunidad. El traslado de las tropas de Estados Unidos desde el «Medio Oriente ampliado» hacia el Extremo Oriente estaba bloqueado, al igual que el redespliegue estadounidense en Latinoamérica. Además, había que resolver la cuestión de Cuba antes de la próxima Cumbre de las Américas. En efecto, por iniciativa de Rafael Correa –presidente de Ecuador– Panamá, en su calidad de país organizador de ese encuentro, había invitado a Cuba… por primera vez. Barack Obama iba encontrarse entonces frente a frente con su adversario Raúl Castro. Sin mencionar la reapertura, extremadamente preocupante para los militares estadounidenses, de una base rusa de espionaje electrónico en Lourdes –al sur de La Habana [2].
Mientras tanto, en el Medio Oriente, Estados Unidos no tiene ninguna posibilidad de crear 3 Estados independientes en Irak sin el consentimiento de Irán.
Observación final. Este tipo de cese del fuego con Washington es particularmente peligroso. Estados Unidos no cesará por ello sus maniobras desestabilizadoras contra esos Estados revolucionarios. No hará otra cosa que continuarlas, explotando para ello las posibilidades de acceso al interior de esos países que le abrirá esta nueva etapa. Cuba e Irán no podrán en lo adelante vigilar a los numerosos estadounidenses que visitarán sus territorios, ya sea en funciones de trabajo como en calidad de turistas. Durante los 2 próximos años, Estados Unidos no dejará de orquestar nuevos intentos de revoluciones de colores.
Es por eso que el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana presagia un paso similar entre Washington y Teherán.

Diario vincula atacantes de Charlie Hebdo con inteligencia francesa

El diario estadounidense McClatchy anuncia que los hermanos Kouachi, identificados por las autoridades francesas como ejecutores del ataque contra el semanario satíricoCharlie Hebdo, y Mohammed Mehra [1] fueron reclutados por el francés David Drugeon, identificado como el especialista en explosivos de Khorasan, organización señalada recientemente como un subgrupo de al-Qaeda.

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VOLTAIRENET.ORG –
El año pasado, este mismo diario estadounidense revelaba la existencia de un francés llamado David Drugeon y el papel de este individuo dentro de la organización de al-Qaeda en Siria. McClatchy afirmaba entonces que David Drugeon era miembro de los servicios secretos franceses.
El Pentágono confirmó posteriormente que Drugeon era considerado como un blanco prioritario. En París, el ministerio francés de Defensa se apresuró entonces a declarar oficialmente que Drugeon nunca trabajó para sus servicios.
El 6 de noviembre de 2014, Fox News anunciaba que David Drugeon había muerto en un ataque estadounidense con drone en Samarda, Siria. Fox News reiteraba entonces que Drugeon trabajaba para los servicios secretos de Francia.
En un artículo de su corresponsal en Irak, el diario estadounidense McClatchy analiza las imágenes y videos del ataque perpetrado en París contra la publicación satírica Charlie Hebdo. El cotidiano concluye que los hermanos Kouachi tienen experiencia en situaciones de guerra o que recibieron al menos algún tipo de entrenamiento militar. También sugiere una posible responsabilidad de los servicios secretos franceses en el caso de los hermanos Kouachi y, anteriormente, en el caso de Mohammed Mehra.
El mencionado artículo de McClatchy figuraba el 8 de enero de 2015 en la revista de prensa interna del Pentágono.
Videos show Paris gunmen were calm as they executed police officer, fled scene”, Mitchell Prothero, McClatchy, 7 de enero de 2015.

Grecia y el miedo

Y el miedo a Grecia

 Por Sandra Russo

El miércoles me encontraba leyendo y marcando con resaltador algunos párrafos de varios artículos europeos sobre las inminentes elecciones en Grecia, cuando apareció la noticia del atentado terrorista contra la redacción de Charlie Hebdo. Quedé estupefacta, como millones de personas, y luego estremecida por los detalles. Primero, por el registro audiovisual del asesinato al policía en la vereda por parte del comando vestido de negro que luego se subió a un auto que partió a toda velocidad. La sangre fría con la que lo remató. Ese goce de la muerte. Después, cuando fueron identificadas las víctimas y supe quiénes eran, a qué distintas generaciones pertenecían –qué legados llevaban generacionalmente a la práctica– los dibujantes asesinados. Más tarde, por la reacción colectiva y espontánea de los franceses que llenaron las calles siendo Charlie cada uno de ellos, diciendo con esa pancarta sencilla que los valores que defendía Charlie Hebdo –la libertad de expresar una posición anticlerical a través de la sátira, la libertad de expresar esa o cualquier otra posición– siguen vigentes y serán defendidos en Francia y en buena parte del mundo, porque la libertad de expresión es una conquista irrenunciable. Y luego, finalmente, también me estremecí porque por un momento sentí que mi tema, que era Grecia, había sido corrido de eje por el atentado. Era extraño, porque lo que estaba por escribir tenía que ver con la inoculación del miedo en el electorado griego por parte del “partido de las finanzas” que encabeza Berlín. Pero el atentado de París redoblaba, multiplicaba por mil esa inoculación, y lo abría en mil astillas: el miedo en cuestión dejaba de ser la amenaza profética de siete plagas condenando al rebelde –es decir, al pueblo europeo que desacate el orden de la troika–, para convertirse en el miedo físico que dejó irradiando el atentado sobre medio planeta, y que derivará seguramente, en sus versiones más radicales e irreflexivas –las que se encargarán de rociar varias agencias de inteligencia de países centrales–, en una nueva dicotomización prefabricada y demonizará una vez más a los musulmanes residentes en Europa. Veremos si el dato se confirma, pero si es cierto, como se publicó, que los tres comandos fueron identificados tan rápidamente porque uno de ellos olvidó su documento de identidad en el auto negro en el que huyeron, entonces también hay que preguntarse qué tipo de entrenamiento reciben comandos tan criminales como idiotas. En el mundo de hoy no hay que descartar nada.
El 25 de enero habrá elecciones anticipadas en Grecia y, como se sabe, los sondeos desde hace semanas dan como ganador a Syriza, el partido que conduce Alexis Tsipras, y que junto con el Podemos español son los portadores de un punto de vista que, de extenderse a otros países europeos, hace peligrar el statu quo que hoy hace de Alemania el capataz de la UE. Lo que se veía hasta el atentado era muy claro: un chantaje descarado de funcionarios de la troika, con la señora Merkel a la cabeza, asegurando lo que Alexis Tsipras viene negando sistemáticamente: si resulta ganador en las elecciones griegas, no abandonará el euro. Más bien, todo lo contrario: de acuerdo con el Programa de Salónica, presentado en octubre para explicar cómo serían sus primeros cien días de gobierno, Syriza no sólo no tiene la pretensión de abandonar el euro, sino que tiene otra: que sea el Banco Europeo el que absorba la quita de su deuda, que se propone renegociar en la medida en que pueda ser pagada con su propio crecimiento. Algo así como el “los muertos no pagan” de Néstor Kirchner. Algo así como la necesidad de un nuevo New Deal para corregir el desastre de las recetas neoliberales. Esto no lo sostienen solamente Syriza y Podemos. Hay un sector del funcionariado europeo que empieza a escuchar a varios premios Nobel, al Papa, a académicos y a organizaciones políticas emergentes que creen que es mejor detener ya la sangría, porque si continúa la teología de la austeridad, cada vez habrá menos torta que repartir. Eso es lo que ningún burócrata alemán dice, y a lo que la troika se opondrá con uñas y dientes: a que el Sur reclame lo que ya reclama, soberanía política.
Los indicadores de Grecia dejan poco margen para que a los griegos les vaya peor que obedeciendo a rajatabla al Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional. El desempleo juvenil asciende al 50 por ciento. Los salarios reales han perdido entre el 30 y el 40 por ciento de su poder adquisitivo bajo el peso de los ajustes. Tres de cada cinco griegos se encuentran bajo la línea de pobreza. El sistema educativo y el sanitario han sido desmantelados después de las privatizaciones. Desde 2008, los cuatro principales bancos que operan en Grecia han succionado 211 mil millones de euros de dinero público –el que Grecia le pide prestado al FMI– en garantías y efectivo. Y sin embargo, durante 2014, en un gesto de la hipocresía cada vez más deshilachada, el Banco Central Europeo no sólo evaluó positivamente a esas entidades bancarias, sino que no tuvo empacho en hablar de “la recuperación griega”, pronosticando para este año un crecimiento del 0,7 por ciento después de años de caída sin solución.
La inoculación del miedo al electorado griego no sólo estuvo a cargo del funcionariado alemán y francés, sino que fue acríticamente esparcido por medios de comunicación “serios” como Der Spiegel, que se hizo eco de “la inminente salida de Grecia de la zona euro si Syriza gana las elecciones”. Como contrapartida, los esfuerzos de comunicación del partido griego –que ya tiene una década de existencia, pero cuyo posicionamiento se fue fortaleciendo a medida que los ciudadanos advertían que todo lo demás era mentira– eran insuficientes. No había siquiera una pantalla partida entre Merkel diciendo “se irán del euro” y Tsipras diciendo “no nos iremos nada”. Este es el eterno reproche a los medios de comunicación, el que los periodistas de a pie no deberían tomar como un reproche a sus personas. No es un ataque al periodismo, sino en todo caso una interrogación sobre un trabajo que se desarrolla en medios que tienen dueños y pautas comerciales que dependen precisamente de los bancos.
“La amenaza al gobierno de Syriza no vendrá de los mercados sino del Banco Central Europeo, de la UE y de Berlín”, había advertido días antes Yanis Varoufakis, profesor de Política económica en la Universidad de Atenas y consejero de Syriza. En una entrevista publicada esta semana en la revista Sin Permiso, Varoufakis explicó la estafa a la opinión pública que fue la difusión de esa presunta “recuperación griega”, y que como mensaje intentó decirle al electorado “después de tanto esfuerzo, ¿van a elegir otra cosa justo cuando todo empieza a funcionar?”. Pues no: nada funciona.
“En los últimos dos años –decía Varoufakis–, la máquina propagandística de la UE no ha dejado que se interpusiera ningún dato en su marcha. Y hace aproximadamente dieciocho meses funcionó a pleno rendimiento en un intento por apuntalar el gobierno (conservador) de Samaras, aterrada por la perspectiva de un nuevo gobierno en Atenas que porfíe en cantarle al poder las verdades.” Esa “recuperación” fue propaganda “que se maquinó mediante dos nuevas burbujas: una, en el mercado de bonos; y otra, en el mercado de acciones bancarias griegas. Esas dos burbujas reventaron en el mismo momento en el que los griegos obtuvieron su chance para elegir un nuevo gobierno”. Ahora lo que dicen es que si gana Syriza, los griegos corren el riesgo de que la troika cierre de un portazo el sistema bancario griego. Eso aquí hace más de una década se llamó corralito.
En esa entrevista, el profesor griego apunta un dato absolutamente relevante para comprender hasta qué punto le resultan revulsivos a la troika partidos como Syriza o Podemos. No es casual que ayer el economista Thomas Piketty se haya reunido con gente de Podemos. Piketty es quien puso en la agenda mundial el tema de la desigualdad. Ni la troika ni la hegemonía republicana en Estados Unidos quieren escuchar hablar de eso. Además de reforzar la idea de que “la salida del euro no es una idea que Syriza vaya a contemplar en ningún momento ni a utilizar como estrategia negociadora”, Varoufakis insistía en que tampoco es la hora de revisar ninguno de los tratados firmados con la UE, algo de lo que también se los acusa por adelantado. La clave está en una cláusula de la que no se habla y que consta en lo ya firmado en el Tratado de Maastricht, cuando se creó la UE: en ella se habla de la llamada “cooperación reforzada”, que permitiría a nueve o más Estados miembro que se pusieran de acuerdo llevar a cabo por su cuenta la aplicación de políticas de la UE que no serían vinculantes a los demás. Es decir: si Grecia y España dan el ejemplo, si Portugal escucha, si en Gran Bretaña el laborismo se abre, si los italianos toman nota del nuevo record de desempleo batido esta misma semana, si un gran impulso político logra perforar el hechizante y perverso pensamiento único que preconiza pestes a cambio de pestes peores, Berlín podría llegar a quedarse sin sus socios pobres, y se abriría el horizonte a una nueva hegemonía europea, o al menos a una coexistencia. Pero Berlín no puede convivir: debe ordenar.
Es esto lo que está en juego el 25 de enero. La posibilidad de un tajo en el raso mugriento con el que Berlín y el FMI han envuelto a los países del Sur. Aunque de un modo embrionario y como una apuesta más todavía de fe que de puesta en acto real, se abriría una puerta y si se abre, Berlín podría quedarse sin nadie a quien seguir chupándole la sangre. Deben evitarlo cueste lo que cueste. El método es el de siempre: el miedo. Vaya a saber uno de qué es capaz este poder sin nombre que está gobernando Europa y medio mundo para preservar su propio sistema de acumulación de riqueza: el atentado de París, cuyas víctimas directas fueron un grupo de dibujantes que sostenían en sus sátiras posiciones a las que tenían absoluto derecho, y cuyas víctimas indirectas son naturalmente los musulmanes de buena fe que residen en Francia, vino a correr muy oportunamente un gran eje de pensamiento. No hay que descartar nada, porque los designios del dios dinero son hoy más insondables que nunca.
http://www.pagina12.com.ar/

10 ene 2015

Bajos precios del crudo se cobran la primera "víctima" en EE.UU

WBH Energy, una de las empresas que opera en Texas (EE.UU.) y que realiza la extracción de petróleo y gas de esquisto, se declaró en bancarrota.
9 ene 2015
Reuters / Lucy Nicholson

WBH Energy se ha convertido en la primera compañía estadounidense de extracción de petróleo de esquisto que ha quebrado desde que los precios del crudo se derrumbaron hace 6 meses.

La empresa, que tiene una deuda de 50 millones de dólares, presentó la petición correspondiente esta semana, informa la agencia Reuters.

El 50% de la caída de los precios del crudo ocurrió en junio del año pasado y ha provocado que muchos productores tuvieran que suspender sus planes para la perforación de nuevos pozos, cesando en otros casos las operaciones por completo.
JP Morgan manipulaba los mercados energéticos en California y el medio oeste de EE.UU. obteniendo decenas de millones de dólares en pagos excesivos de los operadores de redes en los años 2010 y 2011. Según el portal ‘Global Research’, Wall Street manipula los precios de cualquier otro mercado, tanto en el sector financiero como en la economía real.


Algunos expertos opinan que Wall Street está tratando de lanzar la segunda corporación energética Enron, quebrada en 2001 y acusada de fraude empresarial planificado, con lo cual el precio de la electricidad se dispararía en el marco del nuevo ‘juego’ de los ingenieros financieros, publicó ‘Global Research’.


El portal mencionó que Wall Street manipula también las tasas de interés, y que las multas globales para los prestamistas por este tipo de actividades han alcanzado los 6.000 millones de dólares desde junio del 2012.


Algunos analistas consideran que los grandes bancos seguirán manipulando los mercados “hasta que sus ejecutivos sean arrojados en la cárcel”, ya que el propio sistema funciona de una manera que permite a las entidades financieras cometer fraude continuo y masivo y después pagar pequeñas multas como el “costo de hacer sus negocios”.


Debido a esta falta de supervisión, la manipulación no se queda solo en las tasas de interés, sino también ocurre lo mismo con los mercados de divisas, los derivados, los precios del petróleo, el oro y la plata.


Además, los grandes bancos y las agencias gubernamentales han estado conspirando para manipular los precios de las materias primas durante décadas. Así, los bancos se están apoderando de los aspectos importantes de la economía física, incluyendo la extracción de uranio, productos derivados del petróleo, aluminio y electricidad.

Detrás de 3000 millones con destino helvético

La sede central del HSBC fue allanada por un centenar de agentes de la AFIP

La Justicia ordenó el allanamiento de la sede bancaria tras la denuncia de la existencia de cuatro mil cuentas de argentinos en Suiza sin declarar. La AFIP acusó al banco de “montar una plataforma para posibilitar la evasión”.

La sede central del HSBC fue allanada ayer por un centenar de agentes de la AFIP junto a personal de la Policía Federal, a partir de una orden judicial en el marco de la investigación por la existencia de más de cuatro mil cuentas de argentinos en Suiza sin declarar. El operativo sobre el establecimiento ubicado en Florida y Diagonal respondió a la causa promovida a fines de noviembre último, cuando la AFIP denunció penalmente a directivos de la filial argentina del banco por presunta evasión y asociación ilícita al ocultar la existencia de esas cuentas. Según cálculos del órgano recaudador, mediante esas maniobras se fugaron del país tres mil millones de dólares. “HSBC Argentina presentó a las autoridades judiciales la documentación que estaba disponible y se encuentra procesando otros requerimientos adicionales”, señalaron desde el banco en un escueto comunicado.
La denuncia de la AFIP, que recayó en el Juzgado Penal Tributario Nº 3, a cargo de María Verónica Straccia, acusa al banco HSBC de “montar una plataforma ilegal con el único fin y propósito de ayudar a contribuyentes argentinos a evadir impuestos”. La demanda por asociación ilícita alcanza al HSBC Bank Argentina, autoridades del banco en el país (Gabriel Martino, presidente; Simon Martin, ejecutivo en una filial del exterior, y Miguel Angel Estevezel, responsable del área legal y director del banco), al HSBC Private Bank Suisse y HSBC Bank USA National Association junto con sus apoderados en Argentina. La denuncia advierte que la filial local del HSBC contaba con autorización para intervenir en cuentas de sus clientes abiertas en la sucursal suiza del banco.
La barrera que imponía el secreto bancario suizo fue sorteada por Hervé Falciani, un ingeniero que trabajó en la sucursal del holding asiático-inglés en la ciudad de Ginebra. El ex empleado del HSBC Private Geneva extrajo entre 2006 y 2008 información referida a 130 mil clientes de la sucursal en Suiza que terminaron en poder de las autoridades tributarias francesas. Desde entonces los galos comenzaron a reclamar los impuestos evadidos y compartieron datos con sus pares en Italia, España y Argentina. La AFIP obtuvo así datos referidos a 4040 cuentas de empresarios, banqueros, políticos, jueces y futbolistas.
El HSBC había rechazado en noviembre tener participación en asociación ilícita alguna, incluyendo cualquier organización que permita la exteriorización de capitales con la finalidad de evadir impuestos. A través de un comunicado, el banco aseguró ayer que “está trabajando y seguirá colaborando con la Justicia y los reguladores en Argentina”. “En HSBC estamos comprometidos con Argentina, uno de nuestros mercados prioritarios, y seguiremos contribuyendo al desarrollo económico del país”, agregaron.
La AFIP pidió a la Justicia que solicite vía exhorto informes a Suiza, Panamá y Estados Unidos, ya que con otros países utilizados para los presuntos ilícitos la Argentina tiene convenios de reciprocidad en materia de delitos fiscales. La hipótesis presentada en la demanda es que el HSBC no operaba como un simple intermediario financiero. El organismo afirmó que su presunción implica una plataforma de evasión compuesta por un andamiaje fiscal para localizar inversiones sin informar a la AFIP, facilitadores (contadores, economistas y abogados), sociedades offshore en paraísos fiscales que en 2006 no tenían acuerdo de intercambio de información con la Argentina y acciones tendientes a ocultar activos financieros.
La acusación también afecta a los 4040 nombres de titulares o apoderados de las cuentas en el exterior bajo la figura de asociación ilícita. Entre los personajes involucrados en la denuncia está Amalia Lacroze de Fortabat, ex dueña de Loma Negra, quien falleció en 2012; su nieta, Amalia Amoedo; Raúl Moneta, ex dueño del Banco República y actual empresario de medios; Sebastián Eskenazi, ex presidente de YPF en la gestión de Repsol; Gustavo Grobocopatel, conocido como “el rey de la soja”; Natalio Garber, ex dueño de Musimundo; Alfredo Roemmers, vinculado con Laboratorios Roemmers, y Roberto Busnelli, de la agencia de viajes Asatej, entre otros. Hasta 2013 sólo 125 contribuyentes declararon ante la AFIP cuentas abiertas en la sucursal helvética.

Doce muertes clavadas en el corazón de París

La revista, que publicaba sátiras del islamismo y otras religiones, había sido blanco de ataques y amenazas. Los atacantes huyeron gritando “Vengamos al profeta Mahoma. Matamos a Charlie Hebdo”. 

 Por Eduardo Febbro

Página/12 En Francia
Desde París
Dos encapuchados asesinaron en París a los últimos representantes de una generación de caricaturistas y periodistas libres, ajenos a toda influencia de los partidos o los bancos, anticlericales y rebeldes, antimilitaristas, mitad anarquistas, mitad progresistas, emancipados de la idiotez universal de los medios y de la cremosa socialdemocracia. La gran mayoría de las doce personas ultimadas salvajemente en la capital francesa tenían en sus venas y en sus plumas la sangre de las revueltas de mayo de 1968. Habían conservado por encima de todo el trazo de esa rebeldía insolente y pagaron por ello cuando, a las 11.30 de la mañana, dos heraldos armados con fusiles Kalashnikov irrumpieron en la sede del semanario satírico Charlie Hebdo y sembraron de muerte y horror lo que había nacido para la burla, la risa y el irrespeto. Mataron una generación, un estilo, una herencia, una postura irrevocable. Vestidos completamente de negro, con capuchas y gestos de una precisión militar, los autores del atentado entraron a la redacción de Charlie Hebdo gritando “Alahu al akbar” (Dios es grande) y huyeron en un auto negro, gritando: “Vengamos al profeta Mahoma. Matamos a Charlie Hebdo”. Nada prueba mejor la determinación asesina que los anima como la manera en que, durante el tiroteo con la policía, ultimaron de un balazo a un agente que había sido herido en una pierna y estaba en el suelo. Las banderas francesas están hoy a media asta. La muerte colectiva, en un mismo momento y en un mismo lugar, de tantos periodistas no tiene precedentes. París fue la tumba de la libertad y la desfachatez. Se trata además del atentado más grave ocurrido en la capital francesa en los últimos 40 años. El presidente francés, François Hollande, acudió de inmediato al lugar del drama y reconoció que se trataba de “un acto excepcional de barbarie” y que Francia “vive un momento extremadamente difícil”. El comando estaba informado porque pasó a la acción el día de la reunión de redacción. Según contó a la prensa la dibujante Coco, los atacantes “hablaban perfectamente francés y se reivindicaban de Al Qaida”. Otros sobrevivientes revelaron que, mientras disparaban, los asesinos gritaban el nombre de los periodistas. Anoche, la policía logró identificar a los presuntos miembros del comando. Se trata de dos hermanos francoargelinos, Saïd y Chérif K, de 34 y 32 años. El tercer sospechoso, Hamyd M., tiene 18 años y ayer se entregó a la policía tras permanecer prófugo durante 12 horas. Al cierre de esta edición la policía estaba llevando a cabo un operativo en la localidad de Reims, a 129 kilómetros de París, para arrestar a los dos hermanos. Uno de ellos fue condenado en 2008 por su implicación en una red parisiense que reclutaba combatientes para enviarlos a Irak.
Miles y miles de personas salieron a manifestar en todo el país de forma espontánea o convocados por los partidos políticos en solidaridad con las víctimas. El cartel “Soy Charlie” se ha vuelto el emblema de un país azorado por la brutalidad del crimen y el blanco elegido. Daniel Cohn-Bendit, el ex diputado ecologista europeo y líder del movimiento que estalló en París en mayo de 1968, dijo al diario Libération que “lo que se atacó acá fue el derecho a la critica radical de todas las religiones. Charlie Hebdo es la radicalidad anticlerical y es por esa razón que fueron asesinados. En nuestra civilización, lo que queremos defender es el derecho a esa radicalidad. De la misma manera que hay un fascismo oriundo de la civilización occidental, también hay otro fascismo que viene del Islam”. El tributo que pagaron todos es enorme: doce muertos, de los cuales dos son policías –Franck D, abatido en la redacción, y Ahmed Merabet, en la calle–, once heridos, entre ellos cuatro en estado de extrema gravedad. Entre los asesinados están los dibujantes Charb (Stéphane Charbonnier, director del semanario), Cabu, Wolinski, Tignous y el economista Bernard Maris. Cabu y Wolinski eran famosas figuras de la irreverencia absoluta que acompañaron hacia la madurez a toda una generación de ciudadanos que descubrieron con ellos una forma radical de la insumisión y la provocación. Un crimen repugnante y doble, a la vez contra la palabra y esa forma inimitable de la crítica condensada que es la caricatura, el dibujo. Algunos de estos periodistas y caricaturistas tenían protección policial debido a las constantes amenazas que recibían desde hace años, especialmente a partir de 2006, cuando el semanario publicó las polémicas caricaturas del profeta Mahoma. Charlie Hebdo se vio obligado en 2011 a cerrar sus oficinas luego de un ataque con bombas molotov consecutivo a la publicación de un número sobre los islamistas de Túnez y Libia.
El atentado se produjo en un momento de fuerte islamofobia en Francia y en un día que no parece ser casual. Este 7 de enero apareció en Francia la novela de ese oportunista de la literatura moderna que es Michel Houellebecq, Sumisión (ver más información en la página 28). La ficción de Houellebecq es de una islamofobia galopante y vino acompañada por un meditado plan de promoción destinado a provocar un escándalo mayúsculo. Sumisión muestra a Francia bajo un régimen islámico luego de la victoria presidencial de Mohammed Ben Abbes, candidato del partido Fraternidad Musulmana. En esa Francia de Michel Houellebecq, gobernada por el Islam, los musulmanes son tontos y vulgares, las mujeres tienen prohibido usar polleras y la Universidad de la Sorbona se convirtió en una universidad islámica cuyas paredes están cubiertas por versos del Corán. El escritor francés se adentra con su ficción en las teorías desarrolladas por otro autor racista y fascistoide, el filósofo Renaud Camus, autor de La Gran Sustitución. En este libro, Camus desarrolla la idea de una civilización occidental, en este caso Francia, sustituida o pervertida por los valores del Islam.
“Nada será como antes en nuestro país” comentó Philippe Val, ex director de Charlie Hebdo. Consciente de la gravitación compleja que se va anudando en torno de estas temáticas y con el drama del atentado enfrente, el presidente francés, en el curso de una alocución televisada impregnada de gran emoción, dijo que “la libertad será más fuerte que la barbarie”. Para el mandatario francés, la mejor respuesta, “bajo todas las formas, es la unión de todos”. François Hollande decretó para este jueves una jornada de duelo nacional. Ciertos analistas evocaron muy temprano la pista de células islamistas, entrenadas en el extranjero, muy difíciles de detectar porque están compuestas por pocos individuos sin conexión alguna con una red más global. El ministro francés de Interior, Bernard Cazenave, movilizó una gran número de policías para identificar y arrestar a los autores de la matanza. Menos de 12 horas después del atentado, los autores fueron identificados por los investigadores gracias a un documento de identidad olvidado en el Citroën C3 negro en el cual huyeron. Saïd y Chérif K tienen respectivamente 34 y 32 años. Según fuentes de la prensa francesa, uno de los hermanos combatió en Siria y volvió este verano a Francia. Ya antes, Bernard Cazenave había señalado que la eventualidad de que los responsables estén ligados al islamismo radical era “una opción posible”. Varios expertos que hablaron con los medios señalaron una evidencia que se aprecia en las imágenes del operativo: la exactitud de los gestos, la manera en que manipulan las armas y cómo se desplazan. Un policía dijo al diario Le Figaro que se “ve con claridad cómo sostienen las armas, cómo avanzan con calma y fríamente. Se ve en eso que recibieron una formación militar”. Otro policía, citado por la misma fuente, argumenta que en el estilo con el que actuaron se nota que no “son iluminados que actúan por impulso. Fueron entrenados en Siria, en Irak, o en otro lugar, hasta incluso en Francia. Es evidente que fueron entrenados”.
En medio de una intensa pesquisa policial, el debate se desplaza ahora hacia el terreno del Islam, la convivencia, la libertad y, desde luego, el impacto que tienen en Francia los conflictos que azotan a Irak, Libia y Siria con la presencia de miles de jihadistas de origen europeo –principalmente franceses y belgas– que dejan la cultura occidental donde nacieron para unirse a fuerzas como las del Estado Islámico en Irak.
Lápices, lapiceras o bolígrafos, hagamos todos en estos días como lo hicieron anoche decenas de miles de manifestantes en París y en toda Francia: salgamos a la calle con esos modestos símbolos de la libertad de decir y pensar. Alguna vez, en 2001, luego de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York, una parte del mundo dijo: “Todos somos norteamericanos”. El golpe, aunque menor en víctimas, tiene un impacto y una lectura política de gran magnitud. El mensaje y la amenaza global que hacen pesar este atentado lleva a otro grito conjunto: “Todos somos Charlie”.

Neonazis desobedecen a gobernantes en Ucrania

Los escuadrones neonazis de Sector Derecho, tropa de choque en el golpe de Estado del 22 de febrero del 2014 en Ucrania, desacatan el llamado al orden del Ministe­rio de Defensa

Prensa Latina | internet@granma.cu

9 enero de 2015

Foto: RT


KIEV.—Los escuadrones neonazis de Sector Derecho, tropa de choque en el golpe de Estado del 22 de febrero del 2014 en Ucrania, desacatan el llamado al orden del Ministe­rio de Defensa, aseguró el martes un asesor presidencial.

Yuri Biryukov, asistente del man­datario Petro Poroshenko, afirmó en declaraciones al Canal 5 que esas fa­langes integradas por extremistas reclutados entre agresivos fanáticos de clubes de fútbol se niegan a cumplir servicio por contrato en las Fuer­zas Armadas.

Personalmente propuse a Sector Derecho un esquema de legalización completa. En particular, se sugirió una variedad de opciones que contemplan el servicio militar por contrato, pero ellos se negaron, añadió el funcionario.

En las Fuerzas Armadas existe an­te todo disciplina, orden, un sistema de subordinación y mando, dijo Bir­yukov al criticar la actitud de quienes encabezaron las acciones violentas durante las revueltas que desembocaron en el derrocamiento del presidente Víktor Yanukovich.

Cuando una división patriótica (cuerpo de voluntarios aliados a los gobernantes llegados al poder tras el golpe de febrero) quiere ser algo así como legal, pero autónomo y no obedecer a nadie, eso es pura ciencia ficción, concluyó el asesor de Poroshenko.

Petróleo y especulación, una mezcla explosiva





El petróleo corre por las arterias de la economía mundial. Cualquier trastorno en la producción o en los precios de los hidrocarburos genera un efecto dominó que puede arrastrar consigo a pequeños países y grandes potencias por igual.
Tras varios años bordeando los cien dólares por barril, su valor en los mercados internacionales registra una caída en picada desde hace varios meses. Esta semana se cotizaba por debajo de la barrera  sicológica de los 50 dólares, una cifra que no se veía desde los meses posteriores al crack financiero del 2008.
Mientras algunos celebran la perspectiva de un combustible barato que reduzca los costos de producción y transportación  —con el consecuente aumento del consumo—, una buena parte de los expertos internacionales alertan sobre los efectos secundarios de una deflación o derrumbe de los precios a nivel internacional, que conduzca a una crisis peor que la de los subprime o bonos basuras en el sector inmobiliario.
Los riesgos son aún más serios respecto al sector financiero. La reducción de las ganancias de las grandes compañías petroleras —que son uno de los principales postores en las bolsas de valores—, podría ser el pinchazo que re­viente las burbujas financieras que vienen flotando desde hace varias décadas.
En un reciente artículo, el ex subsecretario del Tesoro de EE.UU., Paul Craig, aseguró que el sistema financiero occidental es un castillo de cartas que colapsará en cualquier momento. “No hay fundamentos económicos que respalden los precios de las acciones del Dow Jones”.
Rob Kirby, un conocido analista económico norteamericano, refiere en su sitio web oficial que el colapso del precio del petróleo será el detonante de la nueva crisis. Apunta al respecto que las grandes empresas energéticas están vinculadas a la deuda que se ha emitido para financiar la exploración del petróleo no convencional en varias regiones del mundo, pero sobre todo en Norteamérica.
Un precio bajo de los hidrocarburos durante varios años convertiría en basura miles de mi­llones de dólares que ya circulan como bo­nos por el sistema financiero.
“Las élites están diseñando la excusa para su próxima ronda de impresión de billetes y tratar de rescatar los bancos”, añade Kirby.
Comoquiera, los efectos del bajón ya se es­tán comenzando a sentir, principalmente entre los países productores. Y la incertidumbre es el estado que domina en el comienzo de este año respecto a un posible repunte de la economía global.

¿POR QUÉ BAJA EL PRECIO DEL PETRÓLEO?


Aunque parezca algo sencillo, la respuesta a la pregunta anterior genera un fuerte conflicto entre los expertos.
La versión más extendida entre los principales medios de información es que el precio del crudo responde a un exceso de oferta en el mercado.
La sobreproducción actual estaría vinculada a las nuevas técnicas de explotación del gas y el petróleo de esquisto (fuentes no convencionales) como la fracturación hidráulica o fra­cking, cuyos daños ambientales están también en el centro de la polémica.
Las reservas no convencionales estarían co­menzando a cambiar el mapa de la producción energética global, con el ascenso de nuevos actores.
Uno de los más beneficiados es Estados Unidos. La Administración de Información de Energía (EIA, por sus siglas en inglés) augura que antes del 2017 la nación producirá cerca de diez millones de barriles de crudo diarios, de los cuales la mitad provendrá de fuentes no convencionales.
De cumplirse este pronóstico, la principal economía del mundo lograría acercarse a la autosuficiencia energética, limitaría sus im­por­taciones y podría ser un actor de peso en el comercio internacional de crudo.
De acuerdo con esa visión, los bajos precios de hoy son solo una muestra de los nuevos tiempos que se avecinan.
Sin embargo, algunos ven el problema en el lado opuesto. La abundancia en los mercados sería resultado no de una sobreproducción, sino de la caída de la demanda. La falta de un repunte de la zona euro y cierta desaceleración en las potencias emergentes serían síntomas de una nueva recesión.
Otra posibilidad que se maneja es que es­temos asistiendo a una pugna entre los productores tradicionales de petróleo contra los nue­vos actores basados en técnicas no convencionales o extracción en lugares de difícil ac­ceso.
A pesar de la baja, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) decidió que no iba a recortar su producción para influir al alza del valor internacional del crudo. Esa po­sición era defendida por un grupo de países miembros, entre ellos Venezuela, quinto ex­por­­tador mundial.
Los grandes vendedores tradicionales, cu­yos costos de producción son inferiores a los de las técnicas no convencionales, estarían dispuestos a resistir la reducción de sus ganancias con la esperanza de quebrar a los recién llegados.
El mensaje es simple. Las compañías de ener­­gía y los financieros que han invertido en la producción de alto costo —desde los yacimientos de esquisto estadounidense hasta la producción de los yacimientos en aguas profundas de Brasil— deben darse cuenta de que no vale la pena.


JUGAR CON FUEGO
Quizá la variante más peligrosa de todas las que se manejan es que el descenso de los precios se debe a una jugada de las potencias occidentales, con Estados Unidos a la cabeza, para debilitar a rivales geopolíticos como Ru­sia, Irán y Venezuela.
Moscú, que está sometida a sanciones por su  posición soberana respecto al conflicto en Ucrania, está sintiendo con fuerza el desplome de su principal rubro exportable.
El rublo ha sufrido una depreciación en relación con el dólar en los mercados de divisas, a pesar de las intervenciones del Banco Central y del Ministerio de Finanzas.
Pero si realmente se tratara de una ope­ración de sabotaje económico de occidente —suicida teniendo en cuenta los evidentes costos para su economía—, el resultado podría ser muy distinto al esperado.
Según el economista estadounidense Da­vid Kotz, Rusia podría utilizar el escenario ac­tual para romper su dependencia de las materias primas, continuar fortaleciendo su alianza con Asia y desarrollar las industrias de vanguardia con sus importantes recursos científicos.
En cuanto a Venezuela, cuyo gobierno en­frenta desde hace más de un año una inten­sa guerra económica por parte de algunos sectores de la derecha, el camino puede ser si­milar.
El presidente Nicolás Maduro llamó a romper la dependencia histórica del oro negro, cuyas ventas aportan más del 90 % de las divisas del país.
Además, durante su reciente gira por Rusia y China —que lo llevará también a otras naciones miembros de la OPEP—, Maduro recordó que Venezuela cuenta con las mayores reservas de petróleo del mundo y ocupa la cuarta posición en cuanto a las de gas.
El país “tiene la capacidad para garantizar el fun­cionamiento de la economía y la sociedad”, refirió.
En cualquier escenario, los hechos demuestran la volatilidad de una economía global sujeta a las veleidades del mercado y la especulación, que necesita apenas una chispa  para de­satar una catástrofe.
Cinco factores que definirán el futuro del oro negro
El portal OilPrice.com predice que en un futuro próximo el precio del petróleo será de­terminado por cinco factores clave:
1. China: El estado de la economía del gi­gante asiático y su ritmo de crecimiento son claves para la demanda de petróleo, pues el gigante asiático prácticamente im­porta cada gota de combustible que utiliza.
2. Estados Unidos: El mayor consumidor del mundo podría convertirse en poco tiempo en un gran productor de petróleo y gas, ganar autosuficiencia energética y cambiar así la di­námica del mercado mundial. La principal pre­gunta es si el modelo de extracción no convencional es sustentable desde el punto de vis­ta económico y am­biental.
3. La reacción de los consumidores: Si la economía responde de manera favorable a los bajos precios y aumenta el consumo de productos a nivel global, esto puede conducir a su vez a un aumento de la demanda y a la recuperación del valor del crudo.
4. OPEP: la Organización de Países Ex­por­tadores de Petróleo, que cuenta con más de medio siglo de fundada, transita por una en­crucijada y tiene el reto de demostrar su valía para coordinar estrategias entre países con distintos intereses.
5. Conflictos: Las guerras en Oriente Me­dio, el avance del terrorismo y nuevos conflictos en Europa como el de Ucrania, continuarán influyendo en el valor del oro negro.

El terror en París: raíces profundas y lejanas

 El atentado terrorista perpetrado en las oficinas de Charlie Hebdo debe ser condenado sin atenuantes. Es un acto brutal, criminal, que no tiene justificación alguna. Es la expresión contemporánea de un fanatismo religioso que -desde tiempos inmemoriales y en casi todas las religiones conocidas- ha plagado a la humanidad con muertes y sufrimientos indecibles. La barbarie perpetrada en París concitó el repudio universal. Pero parafraseando a un enorme intelectual judío del siglo XVII, Baruch Spinoza, ante tragedias como esta no basta con llorar, es preciso comprender. ¿Cómo dar cuenta de lo sucedido? 

ATILIO A. BORON 

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La respuesta no puede ser simple porque son múltiples los factores que se amalgamaron para producir tan infame masacre. Descartemos de antemano la hipótesis de que fue la obra de un comando de fanáticos que, en un inexplicable rapto de locura religiosa, decidió aplicar un escarmiento ejemplar a un semanario que se permitía criticar ciertas manifestaciones del Islam y también de otras confesiones religiosas. Que son fanáticos no cabe ninguna duda. Creyentes ultraortodoxos abundan en muchas partes, sobre todo en Estados Unidos e Israel. Pero, ¿cómo llegaron los de París al extremo de cometer un acto tan execrable y cobarde como el que estamos comentando? Se impone distinguir los elementos que actuaron como precipitantes o desencadenantes –por ejemplo, las caricaturas publicadas por el Charlie Hebdo, blasfemas para la fe del Islam- de las causas estructurales o de larga duración que se encuentran en la base de una conducta tan aberrante. En otras palabras, es preciso ir más allá del acontecimiento, por doloroso que sea, y bucear en sus determinantes más profundos.
A partir de esta premisa metodológica hay un factor que merece especial consideración. Nuestra hipótesis es que lo sucedido es un lúgubre síntoma de lo que ha sido la política de Estados Unidos y sus aliados en Medio Oriente desde fines de la Segunda Guerra Mundial. Es el resultado paradojal –pero previsible, para quienes están atentos al movimiento dialéctico de la historia- del apoyo que la Casa Blanca le brindó al radicalismo islámico desde el momento en que, producida la invasión soviética a Afganistán en Diciembre de 1979, la CIA determinó que la mejor manera de repelerla era combinar la guerra de guerrillas librada por los mujaidines con la estigmatización de la Unión Soviética por su ateísmo, convirtiéndola así en una sacrílega excrecencia que debía ser eliminada de la faz de la tierra. En términos concretos esto se tradujo en un apoyo militar, político y económico a los supuestos “combatientes por la libertad” y en la exaltación del fundamentalismo islamista del talibán que, entre otras cosas, veía la incorporación de las niñas a las escuelas afganas dispuesta por el gobierno prosoviético de Kabul como una intolerable apostasía. Al Qaeda y Osama bin Laden son hijos de esta política. En esos aciagos años de Reagan, Thatcher y Juan Pablo II, la CIA era dirigida por William Casey, un católico ultramontano, caballero de la Orden de Malta cuyo celo religioso y su visceral anticomunismo le hicieron creer que, aparte de las armas, el fomento de la religiosidad popular en Afganistán sería lo que acabaría con el sacrílego “imperio del mal” que desde Moscú extendía sus tentáculos sobre el Asia Central. Y la política seguida por Washington fue esa: potenciar el fervor islamista, sin medir sus predecibles consecuencias a mediano plazo.
Horrorizado por la monstruosidad del genio que se le escapó de la botella y produjo los confusos atentados del 11 de Septiembre (confusos porque las dudas acerca de la autoría del hecho son muchas más que las certidumbres) Washington proclamó una nueva doctrina de seguridad nacional: la “guerra infinita” o la “guerra contra el terrorismo”, que convirtió a las tres cuartas partes de la humanidad en una tenebrosa conspiración de terroristas (o cómplices de ellos) enloquecidos por su afán de destruir a Estados Unidos y el “modo americano de vida” y estimuló el surgimiento de una corriente mundial de la “islamofobia”. Tan vaga y laxa ha sido la definición oficial del terrorismo que en la práctica este y el Islam pasaron a ser sinónimos, y el sayo le cabe a quienquiera que sea un crítico del imperialismo norteamericano. Para calmar a la opinión pública, aterrorizada ante los atentados, los asesores de la Casa Blanca recurrieron al viejo método de buscar un chivo expiatorio, alguien a quien culpar, como a Lee Oswald, el inverosímil asesino de John F. Kennedy. George W. Bush lo encontró en la figura de un antiguo aliado, Saddam Hussein, que había sido encumbrado a la jefatura del estado en Irak para guerrear contra Irán luego del triunfo de la Revolución Islámica en 1979, privando a la Casa Blanca de uno de sus más valiosos peones regionales. Hussein, como Gadaffi años después, pensó que habiendo prestado sus servicios al imperio tendría las manos libres para actuar a voluntad en su entorno geográfico inmediato. Se equivocó al creer que Washington lo recompensaría tolerando la anexión de Kuwait a Irak, ignorando que tal cosa era inaceptable en función de los proyectos estadounidenses en la región. El castigo fue brutal: la primera Guerra del Golfo (Agosto 1990-Febrero 1991), un bloqueo de más de diez años que aniquiló a más de un millón de personas (la mayoría niños) y un país destrozado. Contando con la complicidad de la dirigencia política y la prensa “libre, objetiva e independiente” dentro y fuera de Estados Unidos la Casa Blanca montó una patraña ridícula e increíble por la cual se acusaba a Hussein de poseer armas de destrucción masiva y de haber forjado una alianza con su archienemigo, Osama bin Laden, para atacar a los Estados Unidos. Ni tenía esas armas, cosa que era archisabida; ni podía aliarse con un fanático sunita como el jefe de Al Qaeda, siendo él un ecléctico en cuestiones religiosas y jefe de un estado laico.
Impertérrito ante estas realidades, en Marzo del 2003 George W. Bush dio inicio a la campaña militar para escarmentar a Hussein: invade el país, destruye sus fabulosos tesoros culturales y lo poco que quedaba en pie luego de años de bloqueo, depone a sus autoridades, monta un simulacro de juicio donde a Hussein lo sentencian a la pena capital y muere en la horca. Pero la ocupación norteamericana, que dura ocho años, no logra estabilizar económica y políticamente al país, acosada por la tenaz resistencia de los patriotas iraquíes. Cuando las tropas de Estados Unidos se retiran se comprueba su humillante derrota: el gobierno queda en manos de los chiítas, aliados del enemigo público número uno de Washington en la región, Irán, e irreconciliablemente enfrentados con la otra principal rama del Islam, los sunitas. A los efectos de disimular el fracaso de la guerra y debilitar a una Bagdad si no enemiga por lo menos inamistosa -y, de paso, controlar el avispero iraquí- la Casa Blanca no tuvo mejor idea que replicar la política seguida en Afganistán en los años ochentas: fomentar el fundamentalismo sunita y atizar la hoguera de los clivajes religiosos y las guerras sectarias dentro del turbulento mundo del Islam. Para ello contó con la activa colaboración de las reaccionarias monarquías del Golfo, y muy especialmente de la troglodita teocracia de Arabia Saudita, enemiga mortal de los chiítas y, por lo tanto, de Irán, Siria y de los gobernantes chiítas de Irak.
Claro está que el objetivo global de la política estadounidense y, por extensión, de sus clientes europeos, no se limita tan sólo a Irak o Siria. Es de más largo aliento pues procura concretar el rediseño del mapa de Medio Oriente mediante la desmembración de los países artificialmente creados por las potencias triunfantes luego de las dos guerras mundiales. La balcanización de la región dejaría un archipiélago de sectas, milicias, tribus y clanes que, por su desunión y rivalidades mutuas no podrían ofrecer resistencia alguna al principal designio de “humanitario” Occidente: apoderarse de las riquezas petroleras de la región. El caso de Libia luego de la destrucción del régimen de Gadaffi lo prueba con elocuencia y anticipó la fragmentación territorial en curso en Siria e Irak, para nombrar los casos más importantes. Ese es el verdadero, casi único, objetivo: desmembrar a los países y quedarse con el petróleo de Medio Oriente. ¿Promoción de la democracia, los derechos humanos, la libertad, la tolerancia? Esos son cuentos de niños, o para consumo de los espíritus neocolonizados y de la prensa títere del imperio para disimular lo inconfesable: el saqueo petrolero.
El resto es historia conocida: reclutados, armados y apoyados diplomática y financieramente por Estados Unidos y sus aliados, a poco andar los fundamentalistas sunitas exaltados como “combatientes por la libertad” y utilizados como fuerzas mercenarias para desestabilizar a Siria hicieron lo que en su tiempo Maquiavelo profetizó que harían todos los mercenarios: independizarse de sus mandantes, como antes lo hicieran Al Qaeda y bin Laden, y dar vida a un proyecto propio: el Estado Islámico. Llevados a Siria para montar desde afuera una infame “guerra civil” urdida desde Washington para producir el anhelado “cambio de régimen” en ese país, los fanáticos terminaron ocupando parte del territorio sirio, se apropiaron de un sector de Irak, pusieron en funcionamiento los campos petroleros de esa zona y en connivencia con las multinacionales del sector y los bancos occidentales se dedican a vender el petróleo robado a precio vil y convertirse en la guerrilla más adinerada del planeta, con ingresos estimados de 2.000 millones de dólares anuales para financiar sus crímenes en cualquier país del mundo. Para dar muestras de su fervor religioso las milicias jihadistas degüellan, decapitan y asesinan infieles a diestra y siniestra, no importa si musulmanes de otra secta, cristianos, judíos o agnósticos, árabes o no, todo en abierta profanación de los valores del Islam. Al haber avivado las llamas del sectarismo religioso era cuestión de tiempo que la violencia desatada por esa estúpida y criminal política de Occidente tocara las puertas de Europa o Estados Unidos. Ahora fue en París, pero ya antes Madrid y Londres habían cosechado de manos de los ardientes islamistas lo que sus propios gobernantes habían sembrado inescrupulosamente.
De lo anterior se desprende con claridad cuál es la génesis oculta de la tragedia del Charlie Hebdo. Quienes fogonearon el radicalismo sectario mal podrían ahora sorprenderse y mucho menos proclamar su falta de responsabilidad por lo ocurrido, como si el asesinato de los periodistas parisinos no tuviera relación alguna con sus políticas. Sus pupilos de antaño responden con las armas y los argumentos que les fueron inescrupulosamente cedidos desde los años de Reagan hasta hoy. Más tarde, los horrores perpetrados durante la ocupación norteamericana en Irak los endurecieron e inflamaron su celo religioso. Otro tanto ocurrió con las diversas formas de “terrorismo de estado” que las democracias capitalistas practicaron, o condonaron, en el mundo árabe: las torturas, vejaciones y humillaciones cometidas en Abu Ghraib, Guantánamo y las cárceles secretas de la CIA; las matanzas consumadas en Libia y en Egipto; el indiscriminado asesinato que a diario cometen los drones estadounidenses en Pakistán y Afganistán, en donde sólo dos de cada cien víctimas alcanzadas por sus misiles son terroristas; el “ejemplarizador” linchamiento de Gadaffi (cuya noticia provocó la repugnante carcajada de Hillary Clinton); el interminable genocidio al que son periódicamente sometidos los palestinos por Israel, con la anuencia y la protección de Estados Unidos y los gobiernos europeos, crímenes, todos estos, de lesa humanidad que sin embargo no conmueven la supuesta conciencia democrática y humanista de Occidente. Repetimos: nada, absolutamente nada, justifica el crimen cometido contra el semanario parisino. Pero como recomendaba Spinoza hay que comprender las causas que hicieron que los jihadistas decidieran pagarle a Occidente con su misma sangrienta moneda. Nos provoca náuseas tener que narrar tanta inmoralidad e hipocresía de parte de los portavoces de gobiernos supuestamente democráticos que no son otra cosa que sórdidas plutocracias. Hubo quienes, en Estados Unidos y Europa, condenaron lo ocurrido con los colegas de Charlie Hebdo por ser, además, un atentado a la libertad de expresión. Efectivamente, una masacre como esa lo es, y en grado sumo. Pero carecen de autoridad moral quienes condenan lo ocurrido en París y nada dicen acerca de la absoluta falta de libertad de expresión en Arabia Saudita, en donde la prensa, la radio, la televisión, la Internet y cualquier medio de comunicación está sometido a una durísima censura. Hipocresía descarada también de quienes ahora se rasgan las vestiduras pero no hicieron absolutamente nada para detener el genocidio perpetrado por Israel hace pocos meses en Gaza. Claro, Israel es uno de los nuestros dirán entre sí y, además, dos mil palestinos, varios centenares de ellos niños, no valen lo mismo que la vida de doce franceses. La cara oculta de la hipocresía es el más desenfrenado racismo.
REBELION

9 ene 2015

Michel Houellebecq ha anunciado que suspende la campaña de promoción de su nueva novela 'Soumission' (sumisión).


El famoso escritor suspende la promoción de su libro sobre la islamización de Francia


9 ene 2015
REUTERS/Tony Gentile


El famoso escritor francés Michel Houellebecq, que perdió a su amigo Bernard Maris en el ataque terrorista a la redacción de 'Charlie Hebdo', ha anunciado que suspende la campaña de promoción de su nueva novela 'Soumission' (sumisión).

Según las filtraciones en Internet, el libro, cuya acción transcurre en 2022,describe una Francia imaginaria gobernada por un partido musulmán moderado que llega al poder tras un segundo e hipotético mandato del socialista François Hollande y que le gana las elecciones al Frente Nacional de Marine Le Pen.

Como informa la emisora France Info, el escritor ha abandonado París profundamente afectado por la muerte para reunirse con la naturaleza. Houellebecq explicará su decisión este viernes, en una entrevista grabada previamente en Canal Plus.

Medios franceses suponen que Houellebecq tendrá que responder a muchos medios, por ejemplo 'Libération', que lo acusan de apoyar ideas derechistas.

En la última página de su último ejemplar, la revista 'Charlie Hebdo' destacaba entre otras viñetas protagonizadas por el escritor una en la que aparecía su caricatura con el texto "¡Escándalo! ¡Alá ha creado a Houellebecq a su imagen y semejanza!".



¿Qué tiene que ver Houellebecq con el atentado contra Charlie Hebdo?

El francés era el protagonista de la última portada del semanario satírico y ha abandonado París.

Su última novela, donde imagina un futuro en el que Francia queda en manos de un presidente musulmán, iba a salir a la venta el día del atentado.

Contra todo pronóstico, la provocación de Michel Houellebecq podría tener límites. El polémico escritor, protagonista de la última portada de Charlie Hebdo, interrumpió ayer la promoción de su sexta novela y abandonó abruptamente París. Fue el miércoles, el día en que fueron asesinadas doce personas en la sede del semanario satírico, el previsto desde hace siete meses para el lanzamiento de Soumission (Sumisión), una fantasía en la que el final de Hollande y el miedo al ascenso de la ultraderecha representada por Marine Le Pen propulsa hacia la presidencia al candidato Mohammed Ben Abbes y su partido Fraternidad Musulmana.

Es un escenario que el autor mismo califica de poco probable, "principalmente porque los musulmanes tendrían que llevarse bien entre ellos". Pero la agitación ha sido tal que hasta el presidente François Hollande ha dicho que había que leerla "porque genera debate". La portada iba firmada por uno de los dibujantes fallecidos, Stephane Charbonnier.



La novela, cuyo título es la traducción literal de la palabra Islam, comparte título con el documental del holandés Van Gogh, asesinado en 2004 por Mohammed Bouyeri, un islamista holandés de origen marroquí enfurecido por su retrato del Islam.

Su protagonista es el típico alter ego del autor que enseña en la Sorbona, frecuenta prostitutas y suspira por jovencitas. Antes de las elecciones, abandona la capital -como el propio Houellebecq- para escapar del intenso ambiente político y entregarse a placeres más tranquilizadores, como mirar castillos y beber armagnac. Cuando regresa, la república de la igualdad, libertad y fraternidad se ha convertido en una teocracia.


Las mujeres han abandonado la minifalda y la vida laboral, arropadas por las generosas subvenciones del Gobierno, que acaban con el paro masculino de la noche a la mañana. El crimen se dispara. Las universidades amanecen forradas con versos del Corán, la Sorbona tiene un rector con tres esposas y los profesores no musulmanes tienen que elegir entre convertirse al Islam o abandonar la docencia.

El académico, que está especializado en la obra de Joris-Karl Huysmans, el famoso decadentista francés que se convirtió al cristianismo, deberá elegir entre esas dos posibilidades.

La novela como género inofensivo

El escritor asegura que su intención no es polémica sino descriptiva y que, si alguien puede sentirse ofendido, son las feministas, cosa sobre la que no puede hacer nada. "La idea de fondo, lo que más puede molestar a la gente, es que la ideología no importa mucho comparado con lo demográfico".

Acusado de hacerle el juego a Le Pen y de seguir el ejemplo de Éric Zemmour (El suicidio francés, 2014) en las últimas semanas Houellebecq ha defendido la naturaleza inofensiva de la ficción. "No sé de ningún ejemplo de una novela que haya cambiado el curso de la historia - dijo en la radio-. Son otras cosas las que cambian el curso de la historia: ensayos, el Manifiesto Comunista, pero nunca novelas".


Su relación con el Islam no es nueva, ni amistosa. En 2001, por ejemplo, lo describió en una entrevista como la más estúpida de las religiones:


"Me digo a mí mismo que el simple hecho de creer en un sólo dios es un comportamiento de cretino, no encuentro otra forma de describirlo. Y la religión más estúpida es, seamos honestos, el Islam. La Biblia por lo menos es bella porque los judíos tienen un gran talento literario... y sólo por eso se les perdona mucho."

Cuatro organizaciones musulmanas le llevaron a los tribunales por insultar sus creencias religiosas e incitar al odio racial. Fiel a su persona pública, con el cinismo que le caracteriza, Houellebecq explicó al juez que no despreciaba a los musulmanes sino a su religión porque, al igual que el cristianismo y el judaísmo, está "basada en textos de odio". El juez archivó el caso.

Paradójicamente, fue una crisis de ateísmo la que propició el libro. Después de la muerte de sus padres y de su perro, Houellebecq se declaró agnóstico, no ateo, y necesitado de espiritualidad. El título inicial de la novela era La conversion y su protagonista se convertía, pero no al islam sino al catolicismo. "Creo que hay una necesidad real de Dios y que el retorno de lo religioso no es un eslogan sino una realidad, y que está creciendo".

En cualquier caso y para no sembrar preocupación entre los muchos fans (o regocijar a sus casi tantos detractores), conviene recordar que no es la primera vez que abandona París en plena promoción de una novela. Tanto es así que en su propio mockumental, El secuestro de Michel Houellebecq, se produce su desaparición, que da lugar a todo tipo de especulaciones. Entre ellas, un secuestro de Al Qaeda.

Atentado en París: manipulación e islamofobia

8 ene 2015

Maximiliano Sbarbi Osuna

Nada justifica la barbarie cometida ayer en París. Ni las caricaturas burlonas de Mahoma publicadas por la revista Charlie Hebdo, ni las misiones de ocupación y bombardeo que realiza Francia actualmente en tres países musulmanes. El asesinato de civiles no tiene explicación racional.

Pero, el trato que le dieron los medios formadores de opinión revela un prejuicio social y una manipulación de las ideas de lo que significa el mundo musulmán, el terrorismo en todas sus formas y hasta del rol de Occidente en el mundo.

En primer lugar, la enorme mayoría de las victimas del terrorismo islámico son musulmanas. Eso no suele ser publicado ni conocido por el común de la gente, que sometida al manejo de la información sostiene que el mundo musulmán está en contra de la Europa libre y cristiana.

Los musulmanes de Medio Oriente suelen morir a causa del extremismo, cuyo origen es diverso. Uno claro es la tergiversación de la religión por parte de grupos que intentan dominar a las masas, con ayuda de algunos gobiernos –principalmente las monarquías árabes- y sus aliados occidentales, entre ellos Francia.

Que haya atentados terroristas no significa que el mundo musulmán y Occidente estén enfrentados. Esa es una simplificación falaz y etnocentrista, que sitúa a la Europa Cristiana y a Estados Unidos en el papel de fiscal y juez universal.

Por otro lado, pone a los musulmanes en una posición de incivilizados y que en su mayoría apoyan ataques como el cometido ayer en París. Nada más lejos de la realidad, dado que diariamente en Libia, Irak, Siria y Yemen sufren las consecuencias del integrismo.

Asimismo, la opinión pública occidental se escandalizó con el atroz atentado de ayer, pero hace oídos sordos a la matanza de musulmanes en Medio Oriente, muchas veces perpetrada por grupos armados y entrenados por la OTAN.

Es decir que si el atentado se produce en Yemen –ayer hubo 30 muertos en este país en un ataque islamista- no sucede nada porque “los musulmanes son bárbaros y les gusta matarse entre sí”. En cambio, cuando el ataque sucede en París, el odio hacia todo lo extranjero florece como en la década del treinta en los países del Eje. Si a esto se le suma una Europa en crisis, la combinación suele ser calamitosa.

¿Quiénes se benefician del atentado?

Para entender lo que ocurrió habría que analizar quiénes salen ganando con semejante matanza de civiles.

La ultraderecha lleva agua para su molino, dado que la islamofobia está creciendo en Francia, Alemania, Suecia y Gran Bretaña y sus postulados se ven legitimados con los asesinatos.

El Frente Nacional de los Le Pen, que ganó las elecciones del año pasado en el Parlamento Europeo, superando al resto de los partidos franceses, se ve altamente beneficiado.

Pero, tampoco hay que descartar una operación de false flag o falsa bandera, que busque apoyar las acciones bélicas de Francia en tres países musulmanes: Malí, República Centroafricana e Irak.

Francia mantiene más de tres mil soldados en estos tres países y lucha contra los islamistas. En Irak, Francia combate al Estado Islámico, apoyando al Kurdistán iraquí para que logre una mayor autonomía de Bagdad y pueda ser un proveedor de gas y petróleo, hacia Europa, alternativo a Rusia.

Sin embargo, el gobierno no combate sino que apoya al Estado Islámico del otro lado de la frontera, en Siria, junto con Turquía y Qatar.

Esta doble estrategia no es popular entre los ciudadanos franceses que perciben que los musulmanes “invaden” sus ciudades, cuando en realidad las mujeres que profesan esa fe son agredidas sólo por hacerlo. Así, la comunidad entera se ve estigmatizada.

Pero, dejando de lado la supuesta falsa bandera, el ataque en París va a ser aprovechado por el gobierno de Hollande, por el Frente Nacional y hasta por Nicolás Sarkozy, que en 2011 ayudó a llegar al poder a los islamistas radicales que derrocaron a Kadafi en Libia.

En consecuencia, en Europa entera va a crecer el etnocentrismo, la xenofobia y la simplificación.

El terrorismo islámico es una realidad, más cruda en Medio Oriente que en Europa, pero no es la única forma de terrorismo. La financiación de grupos armados, la intervención directa en países extranjeros por parte de Francia, y la expoliación de recursos en Irak y en las ex colonias francesas africanas también son terrorismo, que con estos atentados como el de ayer en París, parece estar cada vez más justificado por la opinión pública y los grandes medios de manipulación social.

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El Estado Islámico ordena ejecutar a sus miembros heridos

El Estado Islámico ha decidido ejecutar a los miembros de la organización que hayan resultado heridos en los enfrentamientos con el Ejército iraquí, supuestamente a causa de la falta de recursos médicos.

9 ene 2015

REUTERS/FBI/Handout

Como informa Hispan TV citando un documento presentado por la agencia iraní IRNA, los dirigentes del Estado Islámico ordenaron a sus comandantes matar a los integrantes de la organización heridos debido a "la falta de recursos médicos en Mosul", la ciudad del norte de Irak que es el principal bastión del EI en el país y que el grupo controla desde el pasado junio.

Es más, los líderes del Estado Islámico advirtieron a sus súbditos que castigarán duramente a aquellos que desobedezcan esta orden.

Según el analista militar Robert Farley, el Estado Islámico se ha transformado en una fuerza paramilitar muy bien armada y organizada que no es fácil derrotar; destaca asimismo su comportamiento totalmente profesional y su capacidad de improvisación.
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Cinco fosas comunes con los restos de 320 personas supuestamente asesinadas por el Estado Islámico han sido encontradas en las afueras de la ciudad de Mosul, en el norte de Irak.
Los habitantes de la ciudad iraquí de Mosul, actualmente controlada por los militantes del autoproclamado Estado Islámico, descubrieron cinco fosas comunes con los restos de 320 personas asesinadas, entre ellas niños, informaron este miércoles testigos citados por Press TV.

Los testigos añadieron que algunos de los cuerpos hallados pertenecen a miembros de la minoría kurda de los yazidíes.

Durante el último mes, las fuerzas de las Peshmerga, el ejército kurdo iraquí, han descubierto cerca de la ciudad de Sinyar, en el noroeste de Irak, nueve fosas comunes con los cadáveres de yazidíes.

El Estado Islámico inició su campaña de terror en Irak a principios de junio de 2014. Los militantes llevan a cabo horribles actos de violencia, como decapitaciones públicas, contra todas las comunidades iraquíes: chiíes, suníes, kurdos y cristianos.

Mientras, los kurdos que hacen frente a la ofensiva de los terroristas, lograron expulsar a sus milicianos de una aldea yazidí en el norte de Irak. Miembros del Estado Islámico se hicieron con el control de este poblado dejando un saldo de más de 30.000 víctimas, entre muertos y desplazados.

El avance del Estado islámico en Irak puso en el foco de la atención mundial a un grupo étnico perseguido por sus creencias religiosas. En agosto del 2014, unos 50.000 yazidíes dejaron sus casas y se refugiaron en el monte de Sinyar, donde pasaron días asediados sin agua ni comida.

“Las mujeres y los niños huyeron al monte. Y aunque los yihadistas eran más que nosotros nos quedamos y luchamos contra ellos. Pero después entendimos que nos hacía falta armamento para hacerles frente. Ellos tenían tanques, lanzagranadas, es decir, armamento pesado y nosotros ligero. Tampoco teníamos mucha fuerza, así que fuimos al monte y nos quedamos ahí unos 5 o 6 días”, relató a RT Kammu Afda Ammi, jeque del tríbu maskura.
Ocupación y liberación

Las mujeres y niñas que se quedaron en el pueblo fueron violadas, torturadas y entregadas como esposas a los combatientes. Otras fueron vendidas al mejor postor por 150 o 250 dólares. Muchas de ellas se suicidaron.


Mientras tanto, el emir del pueblo de Jansur y sus fieles yihadistas escogían las mejores casas para quedárselas. Su califato en la zona se alargó hasta diciembre, mes en que los combatientes kurdos armados entraron en la ciudad y la liberaron.

Aunque el líder local del EI fue asesinado, los yihadistas se aseguraron de dejar su huella de terror en el pueblo. Dejaron cientos de casas minadas y aunque las autoridades prometieron enviar equipos, los pobladores denuncian que hasta el momento no ha llegado ninguno.

Presentes o no en la zona, los radicales continúan realizando una limpieza étnica contra los yazidíes gracias a estas minas. Una minoría religiosa kurda, hasta ahora desconocida por muchos, pero que involuntariamente ha cobrado relevancia mundial al ser brutalmente perseguidos por la fe que profesan.

Y es que la liberación de esta aldea, en el norte de Irak, parece ser un logro incipiente frente a la turbulencia yihadista que azota a la región.