Por Atilio A. Boron
22 de noviembre de 2021
El domingo ha sido testigo de dos trascendentales elecciones. En Venezuela, la normal realización y la presencia de la casi totalidad de los fragmentos de la oposición constituye un éxito extraordinario para el gobierno bolivariano, así como un tropiezo de difícil digestión para los golpistas y desestabilizadores amparados por Washington y los reaccionarios burócratas de la Unión Europea. En Chile, se esperaba que la segunda vuelta tuviera como protagonistas al neonazi José Antonio Kast, del Partido Republicano y a Gabriel Boric, el candidato de la coalición Apruebo Dignidad (Frente Amplio y el Partido Comunista). Lo que no era previsible era que el candidato del pinochetismo obtuviera la primera minoría relativa, cuando varias encuestas daban a Boric como ganador, si bien lejos de la mayoría absoluta.