Confirmada complicidad de Kissinger con dictadura argentina
Publicado el 1/18/14
APORREA – Desde que salió el libro “The Trial of Henry Kissinger” del autor Christopher Hitchens vinculando a ex Secretario de Estado al bombardeo ilegal en Cambodia, el genocidio de Timor Oriental y un golpe de Estado en Chile, ha habido un renovado interés en descubrir más sobre Kissinger y su conducta como funcionario del gobierno. El renovado interés ha dado lugar a otro descubrimiento de la complicidad de Kissinger en abusos de los derechos humanos.
Un nuevo documento vincula a Kissinger con los crímenes en Argentina durante la llamada Guerra Sucia.
En abril de 1977, Patt Derian, una vez activista de derechos civiles que el presidente Jimmy Carter había nombrado recientemente Secretario de Estado adjunto para los derechos humanos, se reunió con el embajador estadounidense en Buenos Aires, Robert Hill. Un memo que registró esa conversación ha sido desenterrado por Martin Edwin Andersen, quien reportó primero que Kissinger le había dicho a los generales argentinos que procedieran con su campaña de terror en contra de los izquierdistas, (a quienes la Junta se refeiría rutinariamente como “terroristas”).
El ministro de Exteriores argentino, César Guzzetti, según ese documento, le dijo a Kissinger: “Nuestro principal problema en Argentina es el terrorismo”. Kissinger respondió, “Si hay cosas que tienen que hacerse, debería hacerlo rápidamente. Pero tiene que volver lo antes posible a los procedimientos normales”. En otras palabras, seguir adelante con su cruzada de matanzas en contra de los izquierdistas.
Desafortunadamente la matanza, una vez iniciada, no podía detenerse en seguida mientras la situación en Argentina se transformó rápidamente. La llamada “Guerra Sucia” dejaría heridas en la sociedad argentina que todavía se sienten por la tortura y los asesinatos desatados por la junta militar que ahora se sabe fue con la bendición del representante de Estados Unidos, Henry Kissinger.
La reunión detallada en el memo fue confirmado luego por Kissinger quien dijo que quería que la junta militar en Argentina asesinara rápidamente a sus oponentes políticos debido a que él temía que el Congreso estadounidense iba a aprobar leyes de derechos humanos que harían difícil para EE. UU. mantener buenas relaciones con Argentina si el gobierno estaba sistemáticamnet torturando y asesinando a sus oponentes políticos.
“En agosto de 1976, según un nuevo memo, Hill discutió “el asunto personalmente con Kissinger, a su regreso a Washington de una reunión del ‘Bohemian Grove’ en San Francisco”. Kissinger, dijo Hill a Derian, confirmó la conversación con Guzzetti e informó a Hill que él quería que Argentina “terminara su problema terrorista antes que terminara el año”.
Kissinger estaba preocupado por las nuevas leyes de derechos humanos aprobadas por el Congreso que exigían a la Casa Blanca certificar que un gobierno no estaba violando los derechos humanos antes de proporcionar ayuda de Estados Unidos. Él tenía la esperanza de que los generales argentinos pudieran concluir su erradicación asesina de la izquierda antes de que la ley entrara en vigor”.