31/03/2021
Clae
Juan Natalizio|
Clarín 6 de noviembre, informa sobre reunión de Galtieri y Bush
Entre fines de la década del 70´ y principios del 80´ en un marco de Guerra Fría, las Islas Malvinas pasaron a ser un lugar estratégico para Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Los militares estadounidenses vieron con preocupación el aumento de las fuerzas de la Unión Soviética en el Atlántico Sur y por eso el territorio de Malvinas pasó a ser una prioridad para la “defensa” de los intereses de Occidente.
En 1976 tuvo lugar el último golpe de Estado en Argentina que duraría hasta diciembre de 1983, como parte del Plan Cóndor desplegado en la región sudamericana, reconocida estrategia imperial liderada por EU, en tanto conducción de la OTAN. Dos años antes de la recuperación democrática, el 22 de diciembre de 1981, asumía la tercera Junta Militar argentina.
La nueva dirección estaba conformada por el general Leopoldo Galtieri, el almirante Jorge Isaac Anaya
En 1976 tuvo lugar el último golpe de Estado en Argentina que duraría hasta diciembre de 1983, como parte del Plan Cóndor desplegado en la región sudamericana, reconocida estrategia imperial liderada por EU, en tanto conducción de la OTAN. Dos años antes de la recuperación democrática, el 22 de diciembre de 1981, asumía la tercera Junta Militar argentina.
La nueva dirección estaba conformada por el general Leopoldo Galtieri, el almirante Jorge Isaac Anaya
y el brigadier Basilio Lami Dozo. Podría decirse que Estados Unidos pasó a tener como aliado a “uno de los suyos” en posición de tomar decisiones con eficacia para llevar adelante su objetivo: militarizar Malvinas. El indicado fue Galtieri.
Unos meses antes, en abril de ese mismo año había visitado la Argentina el Jefe de Estado Mayor del Ejército estadounidense, el general Edward Meyer. En su agenda se marcaba un encuentro con el general Galtieri, en ese entonces Jefe del Ejército. Durante la reunión, Meyer planteó la necesidad de reemplazar al presidente de facto el general Roberto Eduardo Viola, pues Argentina continuaba vendiendo cereales a la Unión Soviética mientras EU impulsaba un bloqueo.
En diciembre de 1981, finalmente Galtieri viajó como Jefe del Ejército a EU para asistir en el XIV Conferencia de Ejércitos Americanos. Allí recibió el mote de “general majestuoso”. Mientras era recibido por el vicepresidente George H. W. Bush, en Argentina se ejecutaba un plan sistemático de persecución, tortura y exterminio de militantes políticos, sindicales, estudiantiles y de la iglesia tercermundista.
Además, en su agenda de reuniones en el Pentágono se reencontró con el general Meyer. Al respecto, el capitán de fragata (R) Jorge Sáenz en su libro “Malvinas. El secreto de Galtieri” (2015), señala que el estadounidense afirmó “que Margaret Thatcher deseaba deshacerse de las Islas Falkland, pero que no tenía argumento alguno para hacerlo, y que si lo intentaba se vería presionada por la oposición y los elementos más radicalizados”.
“Meyer decía que una forma de contribuir con Thatcher, sería realizar una operación militar para recuperar las islas, y que una vez concentrada provocaría la intervención de la ONU, y las negociaciones entre los representantes del gobierno argentino y los del Foreign & Commonwealth Office, que culminarían con la entrega de soberanía.”, añadía.
El interés militar de EU por Malvinas
¿Qué significan esos encuentros? ¿Qué motivó al Pentágono a mover sus piezas? ¿Qué pretendía asegurarse? ¿Cuáles eran los intereses a resguardar? Por el Atlántico Sur circulaba la principal línea de comunicación marítima de Occidente, transportando todo el petróleo que la potencia estadounidense importaba desde el Medio Oriente.
Tal era la importancia de la ruta que se la denominaba la “yugular de Occidente”. Entonces, un corte en ella podría ocasionar un caos en Europa y Estados Unidos, ya que las industrias de las principales economías mundiales emplazadas en estos territorios dependían de manera vital de esta vía, para su suministro.
Durante la década del ´70 la Unión Soviética aumentó su presencia militar en el Atlántico Sur, enviando buques y submarinos, y en países cómo Angola y Guinea logró instalar bases militares. Para contrarrestarlo, Estados Unidos comenzó a buscar puntos estratégicos para instalar las suyas.
Retomando a Sáenz (op cit) encontramos al teniente general Daniel Graham, un oficial de inteligencia del Ejército de EU, asesor de campaña de Donald Reagan (presidente de 1981 a 1989), quien en declaraciones públicas decia:“…la Argentina y el Cono Sur son de mucha importancia para la defensa de Occidente. Como los buques petroleros de Occidente (…) que llevan el fluido a EU o a Europa, atraviesan el Atlántico Sur, la Argentina tiene una gran importancia estratégica por su posición geográfica.”
Por su parte, el capitán de Cocrbeta de la Armada Española, Juan Pablo Retortillo[i], resalta la importancia de la logística en la guerra, un factor clave y decisivo en cualquier enfrentamiento de carácter militar.
Retortillo señala que “si nos damos cuenta de la logística del bloque occidental en la Guerra Fría, la mayor parte de su cordón umbilical logístico pasaba por el Atlántico Sur, por el Cabo de Buena Esperanza o por Sudáfrica. ¿Qué es lo que estaba ocurriendo? Si te das cuenta, la OTAN del Atlántico Norte está todo centrado en el norte, pero el sur no había nada. No había vigilancia, no había fuerzas, no había una estrategia, para allí.”
Retomando a Sáenz (op cit) encontramos al teniente general Daniel Graham, un oficial de inteligencia del Ejército de EU, asesor de campaña de Donald Reagan (presidente de 1981 a 1989), quien en declaraciones públicas decia:“…la Argentina y el Cono Sur son de mucha importancia para la defensa de Occidente. Como los buques petroleros de Occidente (…) que llevan el fluido a EU o a Europa, atraviesan el Atlántico Sur, la Argentina tiene una gran importancia estratégica por su posición geográfica.”
Por su parte, el capitán de Cocrbeta de la Armada Española, Juan Pablo Retortillo[i], resalta la importancia de la logística en la guerra, un factor clave y decisivo en cualquier enfrentamiento de carácter militar.
Retortillo señala que “si nos damos cuenta de la logística del bloque occidental en la Guerra Fría, la mayor parte de su cordón umbilical logístico pasaba por el Atlántico Sur, por el Cabo de Buena Esperanza o por Sudáfrica. ¿Qué es lo que estaba ocurriendo? Si te das cuenta, la OTAN del Atlántico Norte está todo centrado en el norte, pero el sur no había nada. No había vigilancia, no había fuerzas, no había una estrategia, para allí.”
Sobre el avance de la Unión Soviética en la zona, Retortillo agrega: “estaba colocando fuerzas no muy numerosas, pero sí podían provocar un estrangulamiento de cordón logístico de Occidente y hacerlo perecer por asfixia logística. Esto, obviamente, no podía ser consentido por el bloque de la OTAN en esa pugna por el dominio mundial.”
El plan yanqui para militarizar Malvinas
Estados Unidos y la OTAN, en el marco de la Guerra Fría, necesitaban un punto estratégico para instalar una base militar en el Atlántico Sur y Malvinas. Pero el inconveniente era la disputa diplomática entre Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y por eso se necesitaba encontrar una excusa para poder realizar una fuerte inversión en las Islas y militarizar la zona.
El expresidente argentino Arturo Frondizi relató en diversas oportunidades que en 1981 fue visitado por el general Vernor Walter, agente de la central estadounidense de inteligencia CIA, quién le reveló que desde el sector militar de EU se planeaba generar una crisis para que Argentina recuperara las islas y luego ayudar a los británicos a retomarlas.
Walter le señaló al ex presidente que: “la Argentina es un país no confiable e impredecible, en cambio el Reino Unido es nuestro principal aliado; entonces vamos a producir una crisis que, si fuera necesario, lleve a una guerra, pero que va a cancelar el problema de la soberanía y a partir de ese momento se podrán instalar en las Malvinas las bases militares que necesitamos”.
El 2 de abril
Cuando la nueva Junta Militar asumió en diciembre de 1981 su principal objetivo era recuperar las Islas Malvinas. Para ello, primero se debían agotar las negociaciones diplomáticas y si éstas fracasaban, se avanzaría con un plan militar que se comenzó a trabajar a principios de enero de 1982.
Pero los planes de la dictadura argentina se precipitaron. La cúpula castrense argentina debió adelantar la acción militar producto de la crisis generada en las Georgias del Sur por el desembarco de unos obreros argentinos que viajaron para desmantelar las factorías balleneras, dentro de un contrato comercial entre el empresario Constantino Davidoff, y la empresa inglesa Cristian Salvensen de
Edimburgo.
2 de abril de 1982 ingleses prisioneros
En este escenario además de Estados Unidos había otros jugadores operando: los intereses económicos y militares del Reino Unido que necesitaban una guerra antes de junio de 1982 por el plan de desmantelamiento de la Royal Navy, la flota militar inglesa, que había iniciado Margaret Thatcher[ii].
Cuando el 26 de marzo de 1982 la Junta militar argentina ordenó la recuperación de Malvinas, adelantando los planes, dio la orden de no causar bajas en el enemigo, algo insólito para una acción militar. ¿Puede interpretarse entonces como la expresión de una recomendación de los “amigos” estadounidenses?
En tal caso, no habría reacción militar británica y se resolvería diplomáticamente. Además, EU se mantendría “hand off” de manera neutral. Para Galtieri no habría guerra, según declaró en las entrevistas que realizaron la Comisión de Análisis y Evaluación de las Responsabilidades del Conflicto del Atlántico Sur, conocido como “Informe Rattenbach”.
Estados Unidos y los grupos económicos y militares del Reino Unido necesitaron posconflicto, que el relato quedara solo atado a que el inicio del conflicto bélico se trató de un acto de la dictadura genocida para perpetuarse en el poder. Sin embargo, la recuperación de algunos hechos, dan pistas sobre la operación estadounidense para que se produjera el plan de recuperación de Malvinas.
El imperio estadounidense ha desplegado y continúa haciéndolo, aunque por otros medios, su plan estratégico a fin de imponer sus intereses coloniales en nuestra Patria Grande.
Pero la historia nos enseña que los pueblos nunca permanecen inermes, y aquel enfrentamiento abierto que estalló el 2 de abril provocó una intensa movilización nacional y popular, no solo en Argentina sino también en toda América Latina y otras partes del mundo. Una reacción antiimperialista de unidad y de lucha contra EU y el Reino Unido. Una respuesta popular inaceptable para el imperio anglosajón.
El 2 de abril fue un bumerán para los altos mandos militares argentinos, ya que a partir de ese momento expusieron quién era y continua siendo su enemigo, algo que habían negado desde 1955. El pueblo se movilizó para enfrentarse al imperio inglés, separando la Causa Malvinas de la dictadura genocida.
El establishment mundial estaba aterrorizado. Un pueblo en alianza con un sector de sus Fuerzas Armadas se unía para combatirlos. Más allá del poderío del adversario y los resultados finales, el conflicto aun en desarrollo por la soberanía plena sobre el territorio malvinense y el mar correspondiente, nos recuerda que “cuando la patria está en peligro, todo está permitido, excepto no defenderla”.
Notas
[i] Malvinas Causa Central (2020). Entrevista al Capitán de Corbeta de la Armada Española, Juan Pablo Pardo Retortillo. Disponible en https://ar.radiocut.fm/audiocut/entrevista-al-capitan-corbeta-armada-espanola-juan-pablo-pardo-retortillo/
[ii]Natalizio, J. (2020). 2 de abril: Memorias de un acto soberano. Disponible en https://megafonunla.com.ar/notas/2020-04-01_2-de-abril-memorias-de-un-acto-soberano
Juan Natalizio
Periodista e investigador especializado en el conflicto del Atlántico Sur, Integrante del Observatorio Malvinas de la UNLa, Conductor de Malvinas Causa Central (Radio Megafon UNLa). Colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).
En este escenario además de Estados Unidos había otros jugadores operando: los intereses económicos y militares del Reino Unido que necesitaban una guerra antes de junio de 1982 por el plan de desmantelamiento de la Royal Navy, la flota militar inglesa, que había iniciado Margaret Thatcher[ii].
Cuando el 26 de marzo de 1982 la Junta militar argentina ordenó la recuperación de Malvinas, adelantando los planes, dio la orden de no causar bajas en el enemigo, algo insólito para una acción militar. ¿Puede interpretarse entonces como la expresión de una recomendación de los “amigos” estadounidenses?
En tal caso, no habría reacción militar británica y se resolvería diplomáticamente. Además, EU se mantendría “hand off” de manera neutral. Para Galtieri no habría guerra, según declaró en las entrevistas que realizaron la Comisión de Análisis y Evaluación de las Responsabilidades del Conflicto del Atlántico Sur, conocido como “Informe Rattenbach”.
Estados Unidos y los grupos económicos y militares del Reino Unido necesitaron posconflicto, que el relato quedara solo atado a que el inicio del conflicto bélico se trató de un acto de la dictadura genocida para perpetuarse en el poder. Sin embargo, la recuperación de algunos hechos, dan pistas sobre la operación estadounidense para que se produjera el plan de recuperación de Malvinas.
El imperio estadounidense ha desplegado y continúa haciéndolo, aunque por otros medios, su plan estratégico a fin de imponer sus intereses coloniales en nuestra Patria Grande.
Pero la historia nos enseña que los pueblos nunca permanecen inermes, y aquel enfrentamiento abierto que estalló el 2 de abril provocó una intensa movilización nacional y popular, no solo en Argentina sino también en toda América Latina y otras partes del mundo. Una reacción antiimperialista de unidad y de lucha contra EU y el Reino Unido. Una respuesta popular inaceptable para el imperio anglosajón.
El 2 de abril fue un bumerán para los altos mandos militares argentinos, ya que a partir de ese momento expusieron quién era y continua siendo su enemigo, algo que habían negado desde 1955. El pueblo se movilizó para enfrentarse al imperio inglés, separando la Causa Malvinas de la dictadura genocida.
El establishment mundial estaba aterrorizado. Un pueblo en alianza con un sector de sus Fuerzas Armadas se unía para combatirlos. Más allá del poderío del adversario y los resultados finales, el conflicto aun en desarrollo por la soberanía plena sobre el territorio malvinense y el mar correspondiente, nos recuerda que “cuando la patria está en peligro, todo está permitido, excepto no defenderla”.
Notas
[i] Malvinas Causa Central (2020). Entrevista al Capitán de Corbeta de la Armada Española, Juan Pablo Pardo Retortillo. Disponible en https://ar.radiocut.fm/audiocut/entrevista-al-capitan-corbeta-armada-espanola-juan-pablo-pardo-retortillo/
[ii]Natalizio, J. (2020). 2 de abril: Memorias de un acto soberano. Disponible en https://megafonunla.com.ar/notas/2020-04-01_2-de-abril-memorias-de-un-acto-soberano
Juan Natalizio
Periodista e investigador especializado en el conflicto del Atlántico Sur, Integrante del Observatorio Malvinas de la UNLa, Conductor de Malvinas Causa Central (Radio Megafon UNLa). Colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).