25 de septiembre de 2022
Policías italianos preparan un centro de votación en Roma. . Imagen: AFP
Este domingo Italia llevará a cabo comicios generales en un clima de rechazo al actual gobierno de centrizquierda. Defensores de derechos civiles temen que un triunfo de la ultraderecha haga peligrar el acceso al aborto. Se proyecta una abstención de alrededor del 40 por ciento.
Los italianos afrontan este domingo a elecciones general, que podrían hacer historia si, como indican todos los sondeos, la ultraderechista Giorgia Meloni se convierte en la primera mujer en llegar al poder en Italia al frente del Gobierno más de derecha del país desde el final de la II Guerra Mundial.
La líder de Hermanos de Italia (FdI) y la coalición que integran también la ultraderechista Liga, de Matteo Salvini, y la conservadora Forza Italia (FI), de Silvio Berlusconi, son las grandes favoritas para un triunfo que se prevé arrollador, ya que las encuestas le dan casi 20 puntos de ventaja respecto al progresista Partido Demócrata (PD) de Enrico Letta y sus aliados del centroizquierda.
Una larga jornada
Casi 51 millones de italianos están llamados a votar este domingo en una larguísima jornada electoral que comenzará a las 07.00 horas locales y terminará a las 23.00, hora de cierre de los colegios electorales y cuando se conozcan los sondeos de boca de urna.
En estas elecciones se elegirán a 600 parlamentarios, formado por 400 diputados y 200 senadores, frente a los 945 actuales, con 630 diputados y 315 senadores, luego de una reforma aprobada en referéndum, con 4.193 candidatos a la Cámara de Diputados y 2.152 al Senado, mientras que, en la región sur, en Sicilia también se votará para la elección de su presidente y la renovación de su asamblea.
Además, casi 2,7 millones de jóvenes votarán por primera vez y, tras la reciente modificación del artículo 58 de la Constitución, podrán hacerlo no solo para la Cámara de Diputados, sino también para el Senado.
La región de Lombardía, cuya capital es Milán, es la que cuenta con mayor número de votantes, con 7,5 millones, mientras que Roma es la ciudad con el cuerpo electoral más amplio: más de 2 millones. Por su parte, el pueblo norteño de Rocca de Giorgi es el contrario ya que sólo tiene 25 votantes, según los datos facilitados por el Ministerio del Interior.
La importancia de la abstención
En los resultados jugarán un papel importante los abstencionistas e indecisos, que según los últimos sondeos rondaban el 40 por ciento, una cifra tan elevada que puede por sí misma cambiar cualquier resultado.
También es clave el complejo sistema electoral, que favorece a las grandes coaliciones. Se trata de un sistema mixto en el que el 61 por ciento de los escaños son asignados por el método proporcional, es decir, en función del porcentaje de votos obtenidos, y el 37 por ciento se elige con circunscripciones uninominales, donde la coalición, y no el partido, que saque un voto más se llevará el escaño, mientras el 2 por ciento restante está reservado al extranjero.
Los expertos coinciden en que la derecha utilizó mejor las características de la ley electoral y que con su gran coalición podrían llegar a sumar el 70 por ciento de la representación parlamentaria si gana en todos los colegios uninominales y la izquierda, mucho más fragmentada, ya ha advertido de que eso podría permitirle hacer cambios en la Constitución sin necesidad del consenso de los partidos o la ratificación de los ciudadanos en referéndum.
Meloni y el miedo por la vulneración de derechos
Desde el aborto hasta el matrimonio entre personas del mismo sexo, los defensores de los derechos civiles en Italia temen un revés con la probable victoria en las elecciones legislativas del domingo del bloque ultraderechista de Meloni, defensora de la familia tradicional.
Giorgia Meloni, de 45 años, bajo el lema "Dios, Patria y Familia", podría convertirse en la primera mujer que llega a la jefatura de gobierno con el partido posfascista FdI, según las encuestas. "Sí a la familia natural, no a los lobbies LGTBI; sí a la identidad sexual, no a la ideología de género; sí a la cultura de la vida, no al abismo de la muerte; no a la inmigración masiva, sí al trabajo para nuestros ciudadanos; no a las grandes finanzas internacionales, sí a la soberanía de los pueblos; no a los burócratas de Bruselas y sí a nuestra civilización y no a quienes quieren destruirla", resumió entre los aplausos en un evento del partido español de extrema derecha, Vox.
Un tema que ha sido de los más discutidos de la campaña electoral es el aborto y la posibilidad de que se dificulten las condiciones para acceder a ello, ya que Meloni afirmó que quería ofrecer una opción a las mujeres que dudaban en abortar. "No tocaremos la ley del aborto, sólo quiero que las mujeres sepan que hay otras opciones", dijo la candidata. La del acceso al aborto ley fue aprobada en 1978 y que permite a las mujeres abortar gratuitamente en hospitales.
Emma Bonino, líder del partido “Más Europa”, dice que es probable que Meloni mantenga su palabra y no criminalice el aborto, aunque teme que se introduzcan medidas que terminen por dificultar la obtención de pastillas abortivas o encontrar ginecólogos dispuestos a realizar el aborto. "Hay regiones enteras donde todos los ginecólogos son objetores de conciencia y se niegan a practicar el aborto”, recordó Bonino, citando la región de Las Marcas, gobernada por el partido de Meloni.
Los seguidores de Meloni la ven como un símbolo de la emancipación de la mujer: una madre soltera, fuerte y segura. Bajo la bandera de la familia propone importantes ayudas directas y exenciones fiscales a las familias, aunque se mostró en desacuerdo con el derecho a la adopción de menores por parte de las parejas homosexuales, propuesto por todos los partidos de izquierda.
Las encuestas dan a la derecha como ganadora
La formación de los últimos gobiernos italianos han requerido de complejos pactos entre partidos que casi nunca lograban obtener una mayoría suficiente, pero en esta ocasión la derecha parece unida con Meloni como su líder.
En la última jornada permitida por la ley italiana para publicar encuestas, 15 días antes de los comicios, FdI rondaba el 25 por ciento de los votos, una ascensión meteórica desde el 4 por ciento de las elecciones de 2018 gracias a Meloni y a su papel de única oposición al Gobierno de unidad nacional de Mario Draghi, llevando a su coalición a obtener 45 puntos.
El PD es el segundo partido, con un 21,5 por ciento, mientras que su coalición con otras pequeñas fuerzas progresistas sólo llega al 27,2, una diferencia de casi 20 puntos con sus rivales. El Movimiento 5 Estrellas (M5S) de Giuseppe Conte, con el que Letta rompió su acuerdo electoral tras propiciar la caída de Draghi, tiene un 15 por ciento que lo coloca por delante de la Liga, que cuenta con un 12,3 por ciento y Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi, que tiene 8 por ciento que le permitirá jugar un papel importante en la oposición. Mientras que el llamado "tercer polo", formado por los centristas Acción e Italia Viva, y con quienes el PD tampoco llegó a un acuerdo, se sitúa en el 6,7 por ciento.
Si se confirman esos resultados, Meloni asumiría el cargo de primera ministra coincidiendo con el centenario de la marcha sobre Roma, ocurrida el 29 de octubre de 1922, con la que las camisas negras de Benito Mussolini tomaron el poder y establecieron el fascismo en Italia.
Informe: Sofía Troiano