4 de noviembre de 2022
El canciller cubano, Bruno Rodríguez. . Imagen: Xinhua
La Asamblea General de la ONU aprobó este jueves una nueva resolución para exigir el fin del bloqueo estadounidense contra Cuba, a la que únicamente se opusieron Estados Unidos e Israel.
Este llamamiento, que viene haciéndose anualmente desde hace tres décadas y que siempre sale adelante con mayorías abrumadoras, recibió en esta ocasión 185 votos a favor, dos en contra y dos abstenciones, de Brasil y Ucrania. Hace un año, la resolución había sido aprobada con 184 votos a favor, dos en contra por parte de Estados Unidos e Israel y tres abstenciones de Colombia, Ucrania y Emiratos Árabes Unidos.
En 2016, durante el acercamiento que Cuba y Estados Unidos protagonizaron durante la Administración de Barack Obama, EE.UU. llegó a abstenerse y permitir que el documento fuera adoptado sin oposición, pero volvió al "no" con el Gobierno de Donald Trump y hasta ahora se mantuvo de la mano de Joe Biden.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, al presentar el texto, denunció este jueves que el llamado bloqueo es un acto deliberado de guerra económica y que tiene un efecto similar al de una pandemia permanente o de un huracán constante. “Esta política tiene una dimensión extrema, más cruel e inhumana, para infligir deliberadamente el mayor daño posible a las familias cubanas", denunció Rodríguez, refiriéndose al endurecimiento de las sanciones impuestas por Trump en el 2019.
El canciller cubano también usó el altavoz de la ONU para lanzar un mensaje a al presidente estadounidense, Joe Biden, quien hasta ahora no impulsó grandes cambios a las políticas de su antecesor en este ámbito. "El actual gobierno estadounidense no tiene una política propia hacia Cuba. Actúa por inercia y da continuidad a la política inhumana de máxima presión instaurada durante la Presidencia de Donald Trump", criticó. “Cuba está dispuesta a avanzar hacia un mejor entendimiento con Estados Unidos y a desarrollar relaciones civilizadas y de cooperación, sobre la base del respeto mutuo y sin menoscabo a nuestra soberanía”, añadió.
En el debate de este año, además de repetidas declaraciones sobre la injusticia e ilegalidad del embargo, numerosos países hicieron especial hincapié en la necesidad de que Cuba sea retirada de la lista estadounidense de Estados patrocinadores del terrorismo, en un momento en el que Washington está revisando la cuestión. Cuba había sido retirada de ese listado en 2015, en la etapa de deshielo que se vivió durante el Gobierno de Obama, pero regresó bajo el mando de Trump, que frenó los acercamientos con La Habana y endureció las sanciones.
La Asamblea General de la ONU aprobó este jueves una nueva resolución para exigir el fin del bloqueo estadounidense contra Cuba, a la que únicamente se opusieron Estados Unidos e Israel.
Este llamamiento, que viene haciéndose anualmente desde hace tres décadas y que siempre sale adelante con mayorías abrumadoras, recibió en esta ocasión 185 votos a favor, dos en contra y dos abstenciones, de Brasil y Ucrania. Hace un año, la resolución había sido aprobada con 184 votos a favor, dos en contra por parte de Estados Unidos e Israel y tres abstenciones de Colombia, Ucrania y Emiratos Árabes Unidos.
En 2016, durante el acercamiento que Cuba y Estados Unidos protagonizaron durante la Administración de Barack Obama, EE.UU. llegó a abstenerse y permitir que el documento fuera adoptado sin oposición, pero volvió al "no" con el Gobierno de Donald Trump y hasta ahora se mantuvo de la mano de Joe Biden.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, al presentar el texto, denunció este jueves que el llamado bloqueo es un acto deliberado de guerra económica y que tiene un efecto similar al de una pandemia permanente o de un huracán constante. “Esta política tiene una dimensión extrema, más cruel e inhumana, para infligir deliberadamente el mayor daño posible a las familias cubanas", denunció Rodríguez, refiriéndose al endurecimiento de las sanciones impuestas por Trump en el 2019.
El canciller cubano también usó el altavoz de la ONU para lanzar un mensaje a al presidente estadounidense, Joe Biden, quien hasta ahora no impulsó grandes cambios a las políticas de su antecesor en este ámbito. "El actual gobierno estadounidense no tiene una política propia hacia Cuba. Actúa por inercia y da continuidad a la política inhumana de máxima presión instaurada durante la Presidencia de Donald Trump", criticó. “Cuba está dispuesta a avanzar hacia un mejor entendimiento con Estados Unidos y a desarrollar relaciones civilizadas y de cooperación, sobre la base del respeto mutuo y sin menoscabo a nuestra soberanía”, añadió.
En el debate de este año, además de repetidas declaraciones sobre la injusticia e ilegalidad del embargo, numerosos países hicieron especial hincapié en la necesidad de que Cuba sea retirada de la lista estadounidense de Estados patrocinadores del terrorismo, en un momento en el que Washington está revisando la cuestión. Cuba había sido retirada de ese listado en 2015, en la etapa de deshielo que se vivió durante el Gobierno de Obama, pero regresó bajo el mando de Trump, que frenó los acercamientos con La Habana y endureció las sanciones.