11 nov 2023

CONTRA LAS FICHAS DEL PODER

ARGENTINA
Signos de alarma
De Videla-Martínez de Hoz a Milei-Villarruel


Por Luis Bruschtein

11 de noviembre de 2023


Los recitales de Taylor Swift se transformaron en caja de resonancia del balotaje.. Imagen: AFP



Recitales, declaraciones, marchas y solicitadas de distintos sectores de la cultura, advierten el peligro que configuran Javier Milei y su socia política Victoria Villarruel. Como Martínez de Hoz, Milei representa el neoliberalismo duro, y como Videla, ella representa a los defensores de la dictadura.

La alarma en la cultura por el posible ascenso de Javier Milei y Victoria Villarruel es el síntoma tardío de una peste que tendría que haber sido frenada antes de esta encrucijada inaudita donde una fórmula que representa a las viejas dictaduras tiene posibilidad de ganar las elecciones por la vía democrática. Milei es un actualizador de las ideas neoliberales de choque que aplicó Alfredo Martínez de Hoz. Y su socia es una detractora de los derechos humanos y una propagandista de las viejas dictaduras. A su manera, la alianza Videla-Martínez de Hoz está actualizada por esta nueva sociedad que esta vez quiere llegar por elecciones democráticas.

Colectividades de la ciencia, del cine y la música han repudiado a la fórmula de la Libertad Avanza. El Festival de Cine de Mar del Plata fue un foro de repercusión de ese rechazo, las 70 mil fanáticas o swifties que asistieron a los conciertos de Taylor Swift convirtieron los recitales en mitines en contra de Milei y consignas a favor de Sergio Massa.

La Unión de Músicos Independientes, que integran, entre otros Susana Rinaldi, Gustavo Santaolalla, León Gieco, Litto Nebbia, Teresa Parodi, Víctor Heredia, Pedro Aznar, Lito Vitale, Peteco Carabajal, Chango Spasiuk, Barbarita Palacios, Miguel Cantilo, Raúl Porchetto, Diego Frenkel, Carolina Peleritti, Franco Luciani, Luciana Jury, Bruno Arias, Guillermo Fernández y Diego Boris, emitió un comunicado de repudio a Milei y de respaldo a Massa.

En Morón, miles de fanáticos de Wos gritaron “¡Milei, Basura, vos sos la dictadura!” Y en el Luna Park lleno, los pibes que estaban en el recital de la banda española Ska P, gritaron todos al unísono “¡El que no salta vota a Milei!”. Catriel, Trueno y Lali Espósito expresaron su repudio al candidato que se autodesignó libertario.

Hubo una solicitada de intelectuales, muchos de ellos que son o han sido simpatizantes de Juntos por el Cambio o de la izquierda, como Hugo Vezzetti, Beatriz Sarlo, José Emilio Burucúa, Oscar Cetrángolo, Rubén Chababo, Graciela Fernández Meijide, Roberto Gargarella, Adrián Gorelik, Claudia Hilb, Alejandro Katz, Federico Lorenz, Mariano Llinás, Camila Perochena, Hilda Sábato, Maristella Svampa y otros, también para repudiar la candidatura de Milei.

Y hoy a las 19, otro grupo de intelectuales convocó a una “Caminata por la cultura” que partirá desde la esquina de Callao y Corrientes. “Nos unimos, --dice la convocatoria-- más que nunca, para defender la vida, la paz y los derechos de argentinas y argentinos. Por eso nos convocamos en su defensa, más libertad, más arte, más patria. Por eso, más Democracia". Entre los que convocan están Alejandro Dolina, Nora Lafón, Ana Celentano, Patricia Palmer, Nito Artaza, Juan Subirá, Mauricio Kartun, Juan Carlos Junio, Luisa Kuliok, Santiago Doria, Pompeyo Audivert, Patricio Contreras, Víctor Laplace, Juano Villafañe, Eduardo Calvo, Alejandro Vaccaro, Alejandro Grimson, Ricardo Forster, Beto Muscardi, Raúl Rizzo, Victoria Onetto, Tristán Bauer, Lucrecia Cardoso, Fernán Mirás, Juan Manuel Correa, Rubén de León, Alejandro Tarruella, Jorge Garacotche, Manuel Santos Iñurrieta, Antoaneta Madjarova, Mirta Narosky, Alberto Arias, Jorge Dubatti, Walter Alegre, Luis "Chino" Sanjurjo, Ariel Prat, Delfor "Pocho" Brizuela, Enrique Stola, Carlos Salatino, Luis Gutiérrez, Claudio Kleiman, Jorge Pailhé, María Sol Copley, Pablo Aguiar Cau, Mónica López Ocón, Alejandro Robino, Natacha Mell y la Bersuit Vergarabat en pleno.


Pocas veces en la historia, la cultura, o por lo menos gran parte de sus expresiones, desde las más diversas corrientes políticas, se ha mostrado tan alarmada y movilizada por una encrucijada electoral. La cultura, sus protagonistas, son intérpretes, transmisores, sensibilizadores, el corazón de una sociedad que se representa a sí misma y se teje como identidad, se expresa con un ímpetu y una masividad que contrasta con una sociedad que está prácticamente dividida por el medio, según las últimas encuestas. La mitad de ellas le da unos puntos a favor a Sergio Massa y la otra, le da unos puntos a favor a Milei.


Esa diferencia entre la masividad de lo que sería la representación simbólica de esta sociedad, y el escenario que representa, constituye un síntoma, una nota discordante, que trata de revelar, de hacer escuchar una voz de alerta.

Toda esa descomunal maquinaria cultural de comunicación aparece silenciada o desconocida para casi la mitad de los argentinos. Hay un punto de desconexión, un callejón sin salida, una arteria obturada, que no comunica ni traduce ni se escucha, aunque se vea y se oiga. No para todos, sino para algunos.

La cultura necesita libertad para crecer y florecer. Y la libertad es una tensión permanente con otros factores como la desigualdad, las injusticias, la represión, que son los que serán predominantes si el dúo Milei-Villarruel gana las elecciones. Todos los factores que van en detrimento de la cultura serán predominantes sobre la educación, la solidaridad, la nacionalidad y la libertad real.

La única libertad que garantizan es la de los mercados, alrededor del cual subordinan y ordenan a todos los demás valores de la ética y la convivencia. La ética del mercado es la que ordena a la familia, el cuidado del medio ambiente, a la educación y la salud de las personas. Por eso proponen una sociedad en la que, si necesitan dinero, los pobres puedan vender sus órganos o a sus hijos para que los adopten familias ricas.

Un ejemplo de ese coágulo es el de la provincia de Córdoba, donde el 70 por ciento votará a Milei, que no hace tanto se filmó mirando un video donde se daba media sanción a un proyecto para que se declarase día nacional del cuarteto al 4 de Julio. Milei se grabó a sí mismo insultando a la diputada. ”Hija de puta, la concha de tu madre, ¿Para eso te pagamos, inútil? Pedazo de mierda. No servís para nada. ¿Para eso eso les pagamos, sorete?”

Eso fue a poco de empezar su carrera política, hace tres años. Ahora, como parte de la casta que critica, aunque la detesta, incorporó la música del cuarteto a su campaña.

Esa es la provincia donde este candidato que parece salido de un neuropsiquiátrico cosecha más votos. El cuarteto es música popular, es la representación de una comunidad que dio origen a esa expresión musical. Y habrá cordobeses seguramente que no les guste el cuarteto, pero es la música que los identifica.

Puede haber un candidato al que no le guste, también. Pero una cosa es que no le guste y otra es llegar a ese nivel de insulto, violencia y desprecio. Que sea Córdoba justamente la provincia que más lo vota, muestra el quiebre de esa red de comunicaciones y sensibilidades que contiene a una comunidad.

Córdoba es el ejemplo extremo de un problema que abarca a todo el país. Representantes de todas las expresiones de la cultura se sienten en peligro por el ascenso de dos personajes que representan a las viejas dictaduras, ese matrimonio fatídico Videla-Martínez de Hoz, renacido ahora como Milei-Villarruel. Cuando se dice que la cultura está en peligro y así lo perciben sus protagonistas, es lo mismo que decir que está en peligro el alma de un país.