Por Diego Dieguez Ontiveros
NODAL, 7 diciembre, 2019
Decir que con la era “morenista” en Ecuador comenzó una seria persecución al adversario político no es ninguna novedad. De ello hablan por sí solo los hechos, discursos del propio Presidente y diversos fallos judiciales tachados de arbitrariedad manifiesta. Cuanto más ha crecido dicho paradigma con la represión desatada por el ejecutivo en ocasión del paro nacional que tomó las calles hace semanas en la mitad del mundo.