Solo en América Latina hay cerca de 8 millones de jóvenes desempleados y otros 27 millones que trabajan en condiciones de informalidad.
Si desde la crisis económica de 2008 los índices de desempleo se dispararon en diferentes regiones del planeta, han sido los menores de 25 años los más afectados por esa situación, como demuestran las cifras expresadas en el informe Estado de la población mundial 2014.
De acuerdo con el reporte del Fondo de Población de la ONU, en todo el planeta hay 73,4 millones de jóvenes desocupados, cifra que representa casi un 40 por ciento del total de personas sin trabajo.
Tal situación se ve aún más agravada por la cantidad de menores de 25 años que se encuentran en puestos de baja calidad y mal remunerados, con contratos discontinuos e inseguros.
El leve repunte de la economía global parece insuficiente para retomar los niveles de empleo previos a la crisis, pues solo en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), 16,3 millones de personas ha estado sin trabajo por más de 12 meses, el doble que en 2007.
Dentro de los 34 miembros de la OCDE, muchos de ellos países ricos, casi 45 millones de habitantes están en paro actualmente, 12,1 millones más que antes de la crisis económica.
El propio Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyas recetas son criticadas frecuentemente por la imposición de políticas neoliberales que están terminando con los derechos de los trabajadores, reconoció recientemente la existencia de una crisis laboral que tiene a 200 millones de personas sin laborar.
Nos encontramos ante una desgarradora crisis del empleo en todo el planeta con 200 millones de personas que buscan trabajo. Sepan que si todos los desempleados juntos formaran un Estado, serían el quinto país más poblado del orbe, señaló en octubre pasado la directora gerente del organismo internacional, Christine Lagarde.
Ante esa situación, corremos el peligro de quedarnos estancados en una nueva mediocridad de escaso crecimiento e insignificante creación de puestos, expresó la funcionaria tras llamar la atención, en particular, sobre el tema del paro juvenil.
En ciertas regiones, como el sur de Europa y el norte de África, ese fenómeno se ha transformado en un problema social crónico, apuntó.
La afirmación de Lagarde es evidente en varias naciones del llamado viejo continente, entre ellas España y Grecia, donde respectivamente el 53,8 y el 53,1 por ciento de los menores de 25 años se encuentra desocupado.
En el conjunto de la zona euro, el desempleo juvenil afecta al 23,2 por ciento de ese grupo generacional, datos muy superiores a los de toda la población, que en el bloque de la moneda común se ubica en 11,5 por ciento.
Según ha manifestado la canciller alemana, Angela Merkel, la región no es ahora mismo una tierra de futuro para los jóvenes, que sufren tasas de paro del 30 por ciento o el 40 por ciento, y tienen escasa confianza en encontrar un puesto de trabajo.
Para diversos especialistas, las causas de esa problemática, que no es exclusiva de Europa, se encuentran en la crisis iniciada en 2008, la cual llevó al retroceso de la actividad económica, la disminución del consumo interno y la interrupción de la inversión empresarial.
Las políticas de austeridad implementadas para revertir ese fenómeno, fundamentalmente bajo la presión de entidades como el propio FMI y el Banco Central Europeo, no han permitido reducir hasta ahora el déficit y la deuda pública, sino que, por el contrario, han llevado al aumento del desempleo, la precariedad y la pobreza.
Pero, según la OCDE, la crisis no ofrece todas las razones para explicar la baja recuperación que ha tenido el mercado laboral, pues tendencias a largo plazo como el envejecimiento poblacional y el aumento en las habilidades de los trabajadores también ha influido.
Así, el organismo destaca que la sobredependencia de los empleos temporales está dañando a las personas y a la economía, y advierte que el crecimiento de los salarios reales se ha desacelerado significativamente.
En su informe Perspectivas del Empleo 2014, la entidad señala que la recuperación sigue incompleta, y por ello advierte que el alto desempleo a largo plazo, al transformarse en un problema estructural, no será revertido automáticamente por un repunte del crecimiento económico.
Para que la creciente población del planeta tenga acceso al mercado laboral, deben crearse globalmente 600 millones de puestos antes del año 2030, advirtió un informe del Banco Mundial presentado ante los ministros de Trabajo y Empleo del grupo de las 20 principales economías del orbe (G-20).
De acuerdo con el estudio, los mercados en vías de desarrollo han tenido un mejor papel en la creación de nuevos puestos que los países desarrollados del G-20, pero en general la situación no inspira optimismo.
Si bien durante el año que concluye la región de América Latina y el Caribe mostró desaceleración económica con respecto a los años precedentes, eso no impidió que las tasas de desempleo continuaran bajando en los países del área.
De acuerdo con el Panorama Laboral de esta zona geográfica, presentado por la OIT, al término del tercer trimestre del año el nivel de paro era del 6,2 por ciento y debe cerrar 2014 en 6,1 por ciento, por debajo del 6,2 por ciento de 2013.
Estamos hablando de casi 15 millones de personas sin trabajo, precisó Elizabeth Tinoco, directora del organismo para América Latina y el Caribe.
Al mismo tiempo, el reporte de la OIT advirtió que la tasa de desocupación juvenil urbana bajó de 14,5 a 14 por ciento, pero sigue siendo entre dos y cuatro veces la de los adultos, al tiempo que el 40 por ciento de quienes no laboran en el área son jóvenes.
Pese a que durante 2014 el desempleo siguió el descenso registrado en años anteriores, la OIT llamó la atención sobre el hecho de que se están creando menos oportunidades laborales, lo cual podría reflejarse en los datos de 2015.
Según la entidad, durante los próximos 12 meses el índice de paro urbano se incrementará hasta dos décimas y podría llegar a 6,3 por ciento, lo que equivaldrá a la existencia de 500 mil desocupados más.
La región necesita casi 50 millones de empleos nuevos en los próximos 10 años para compensar el crecimiento demográfico, manifestó Tinoco, quien llamó a impulsar el crecimiento y la transformación productiva apoyando la inclusión económica y social a través del mercado de trabajo.